POV KYUNGSOO
Vi a Sehun caerse de espaldas a la cama por enredar sus pies en la corbata. Fui hasta el preocupado. Que debería hacer…
¡Luhan! Es su medio hermano. ¡Ay no, que tonto soy! Si le llamo es más seguro que sepa que le soy infiel a Jongin con su amigo, Sehun. Lo atenderé yo solo .
No podía moverle si se golpeó la cabeza, tenía que ser cuidadoso. Mientras le atendía; le vestí para tapar su desnudes. Me puse a pensar en su actitud cuando le dije que Jongin sabía de lo nuestro. ¡Se puso como loco!
Así como Jongin me dejó, Sehun también lo hizo.
Y bueno, el que tiene que irse de la casa no es ni Jongin ni Sehun, ese seré yo.
Dejé a Sehun en el piso ya vestido, antes de ir a bañarme le había besado los labios salados por las lágrimas que derramé. Me dolía dejarlos.
Con la ducha prendida me rompí a llorar. El agua estaba fría. No merecía nada que sea de Jongin; mi esposo. Quizás ahora que sabe, me pida el divorcio. Mi vida volverá a ser un desastre si eso sucede.
Salí del baño ya vestido, sin lágrimas. Mire todo a mí alrededor. Absolutamente todo pertenece a Jongin. Yo no había dado nada, solo modelaba para sus pasarelas y concursos; siempre veía a mi esposo y a muchos hombres más babear por mí. Eso sin duda elevaba mi orgullo.
Lo único que llevé conmigo fueron las pagas del modelaje. Le di un vistazo a Sehun y su rostro sereno me hizo volver a la realidad. Soy un estúpido que se aprovecha de su buen esposo. Soy malo, muy malo. (Carita de arrepentido)
Cuando cerré la puerta del cuarto escuché que Sehun se estaba levantando, con rapidez corrí sin hacer el mínimo ruido. Bajé del ascensor y desde afuera del edificio miré por última vez el séptimo piso. Dejaba a mi esposo y a mi amante. No se cómo la iban a hacer para vivir juntos sabiendo que se han traicionado o que yo le he traicionado. Bajé la mirada. No más lágrimas.
Caminé sin rumbo, no sabía por dónde andaba. Conozco Busan pero me sentía perdido y solo. Debía ser cuidadoso con el dinero para que dure, quien sabe dónde duerma hoy… quizás en la banca de un parque o en el callejón de las calles más desoladas habitadas por fumones , drogadictos y prostitutas… ¡y si tenía que prostituirme para sobrevivir sin Jongin! Dios mío por favor ampárame… te lo ruego.
Con los ojos cerrados fuertemente por mi supuesto futuro, resbalé cuando cruzaba en medio de un parque. Había pisado una cascara de plátano. ¡Quién mierda bota cascaras de plátanos al piso! Iba a gritar lo que había pensado, menos mal no lo hice.
- Hijo ya te he dicho que las cascaras de plátano se tiran al tacho de basura, no al piso. Podría pasar esto y mucho más. – sin ver a la persona reprendido amorosamente al niño yo sentí mi corazón palpitar frenético. Quería y no quería verle. Quería ver si era ÉL , al que estaba buscando y deseando verle desde esa tarde en la empresa, pero no quería porque si no era él me llevaría una gran decepción.- disculpe joven se encuentra bien?. ¿No se ha hecho daño? – “ahh si” . tocó mi brazo desnudo ya que solo llevaba un polo azul y un pantalón blanco con mis zapatillas converse. Demasiado normal, no estaba ni presentable para este hombre. Porque si, ya me di cuenta que es él. Su tacto caliente y abrigador me ha afirmado todas mis sospechas.- me hago responsable por los actos de este niño. ¿Qué puedo hacer por ti?
De todo padre. Hágame de todo cuanto usted quiera.
Volteé y con una carita de angelito, niño inocente y herido empecé a quejarme tocando mi tobillo.
- Ahh me duelee. Mi tobillo me duele mucho… no puedo moverme, ayúdeme, si? – el cura se puso a mi costado. Con una mano en mi cintura y la otra en mi mano, me ayudo a sentarme en una de las bancas del parque. Al parecer no me recordaba, o si?
- No me deje solo, no tengo a donde ir…- supliqué llorando. Sabía que estaba volviendo a lo mismo de antes. Pero no voy a dejar pasar a este riquísimo padre que me lo chuparía hasta los dedos del pie.
- Claro que sí, vamos a la casa de Dios hijo. Siempre acogemos a las personas que no tienen hogar – me colgué de su cuello muy cerca de su cuerpo. La iglesia no quedaba muy lejos. Ya dentro de la iglesia el cura me dijo.- espere. Usted se me hace conoci…
- ¡Cura kriiiiiiiiiiiiiis! – alguien desde adentro grito, el aludido volteó. Él se llama Kris? Hasta su nombre es sexy. Una tentación en persona.
- Dime Chanyeoool – respondió gritando – siempre le digo a este muchachito que me llame por mi nombre y no obedece – dijo para mí.
- Cuál es su nombre – solo eso pude decir, tenerle cerca me ponía cachondo. Bendito sea Dios… si voy a vivir aquí.
- Wu Yi Fan. ¿Tú?
- Do Kyung Soo – el cura frunció el ceño y luego abrió los ojos como recordando algo.
- ¿Oh? Tu eres… eres ese chi…co que… - uy ya me recordó. Estoy seguro que me acuerda desnudo con otro haciendo cosas que para sus ojos puros resultan horrendas, o tal vez excitantes. Sin dudar me arrodillé y empecé a suplicar. – no me deje. No tengo a donde ir. Ya no trabajo ahí – lloré aún más como si me estuvieran castigando con un látigo – soy un chico sin familia, estoy perdido. Usted me ayudará, ¿no? usted lo dijo padre Yi Fan – terminé gimiendo su nombre. Noté lo tenso que estaba el cura. Me escudriñaba con sus ojos marrones y su ceño fruncido con sus labios entreabiertos que me daban unas intensas de morderlos, chuparse…los.
- Está bien. No dejaré que ningún hijo de Dios se quedé en la nada. No si estoy yo – ahora quería devorar su cuerpo entero. Pero no podía, no por ahora.
¿Yo? ¿Hijo de Dios? Si claro. Piensa lo que quieras curita. No voy a decaer de mi propósito. Me mordí el labio provocativamente, me acerqué más a él abrazando su cintura con rostro pegado a su vientre duro, el cura instintivamente se alejó por el contacto pero por eso no afloje mi agarre. Ay señor, sentí su gran polla, no creo que este erecto… o si?
- Hijo… ehh Kyung …solo puedes… - trato de hablar tartamudo. Esta nervioso y caliente, lo siento por el aumento de su temperatura corporal. Esto aprovecharía muy bien. No me importa el lugar donde este.
- No cura Yi Fan… yo seré un chico bueno de ahora en adelante – mentí´. Escuché pasos cercanos.
- Si te creo… solo suéltame quieres… - puso sus grandes manos que deseaba que tocara mi cuerpo, todo mi cuerpo. Sus manos las puso a los costados de mi cabeza como alejándome. Pero me resistí y me restregué mas a su cuerpo (polla) y de nuevo lloré.
- Necesito consuelo cura. Me siento solo, mi novio me a dejado por otra.
- Ti…tienes novio?
- Si… somos iguales todos no?. todos somos hijos de Dios no? – sé que las personas como el no aceptan a los homosexuales. Lo sé muy bien, pero tenía que decirle esto para ver que me respondía.
- Ehh.. bueno si pero… los hombres no…
- Entonces usted será quien me acoja – le interrumpí – gracias gracias!!- me levanté, atrapé su cuello entre mis brazos y me senté en sus piernas. Y comencé a besarle el rostro diciendo lo agradecido que estaba. El pobre cura se ahogaba sin saber que decir. Yo malicioso restregué mi trasero en su polla. Ay Jesús con solo sentir su polla crecer por mí me hacía sentir tremendamente excitado. Sus suspiros delataban que también lo disfrutaba, que también es hombre y humano al igual que yo, es un hombre como cualquiera con sus necesidades sexuales que seguro el hermoso cura nunca ha hecho uso.
Pero ya llegué para su salvación.
- Cura – gemí en su oído – seré un niño bueno – apreté mi culo en su polla disimuladamente. Juro que oí un jadeo ronco de él – seré bueno y si me porto mal de mi cuerpo a su entera disposición para que me castigue como usted le parezca conveniente – ojala haya entendendido el doble significado de mis palabras. Pero sabiendo lo santo que es, no lo hizo. El cura se tensaba tanto como la cuerda de una guitarra, el retenía sus impulsos para “no pecar”.
- Kyungsoo – con esa voz jodidamente ronca y profunda el cura gimió mi nombre como melodía de dioses. Mi pene empezó a gotear de júbilo. El cura estaba cayendo en mis manos. Mis labios rozaron la unión de su cabeza y hombros y con mucha sensualidad lamí sus clavículas. Gracias al cielo la bata tenia abertura en el pecho, de esa manera pude simplemente abrirlo con mis dientes y chupar su piel caliente y después lamer sus clavículas gimiendo de gozo. Su cuerpo se relajó y sentí sus manos en mi cintura. El me acomodó en su regazo mientras ahora le chupaba el lóbulo de su oreja y le acariciaba el paquete que crecía cada vez más y más. ¿Hasta donde podía llegar esa gran y enorme polla del casto cura?
Los pasos estaban cerca hasta que se detuvieron en un grito de estupefacción de niña chillona, eso maldita sea hizo romper el momento y tensar el ardiente cuerpo del cura.
- ¡Padree! – grito un chico lindo alto y delgado, con ojeras marcadas debajo de esos ojos cristalinos. el mocoso iba a llorar ¿acaso?
- ¿Padre quiere follarse a uno de los hijos de Dios? – pregunto otro chico también alto. Tenía un poco de músculos en los brazos, pero lo resaltante de él eran sus orejas grandes a la vez muy lindas.
Yo otra vez metiendo la pata. Acabo de meter en aprietos al cura vibrando en mis brazos. Peros siendo sinceros esta no será ni la primera ni la última.