MASSU
Me siento un poco nervioso, me has invitado a ir a tu casa el viernes después de clases, estuve toda la semana rezando para que ocurriera algo para evitar ir a tu casa, no es que no quiera ir, pero me pongo muy nervioso de solo pensar en que pasaremos toda la tarde juntos, antes era normal que hiciéramos eso, pero ahora que se que mis sentimientos son correspondidos, se siente un poco raro.
Todo el camino a tu casa has estado callado, lo cual es muy raro en ti, además me has llevado todo el camino de la mano y eso me hace sentir muy incómodo, ya dentro de tu casa por fin sueltas mi mano para luego dirigirte a la mesa del comedor, donde encuentras una nota, la cual te saca una sonrisa después de terminar de leerla y me la pasas:
“Yuya he ido a visitar a la abuela así que llegare tarde, el almuerzo está en el horno, pórtate bien y no salgas.” Atte: mamá
Aquella nota me dejo muy intranquilo, estaríamos nosotros dos solos en tu casa, pues tu padre estaba trabajando y no regresaría hasta la noche, que incómodo, sin embargo tu no le diste importancia a la nota y te fuiste a la cocina para calentar tu almuerzo del cual termine comiendo la mitad a pesar de que al principio me negué a aceptar, pero como siempre lograste convencerme
Nos dirigimos a tu habitación, al entrar cerraste la puerta con seguro.
— Massu, tú… — dijiste serio y acercándote peligrosamente a mí. — tú me gustas.
Después me besaste, no como la primera vez, este beso era más profundo y totalmente lleno de pasión, al principio me resistí, pero termine cediendo ante ti, y de alguna forma terminamos en tu cama, haciendo cosas indebidas, sobre todo para personas tan jóvenes y del mismo sexo como lo éramos nosotros.
Al día siguiente cuando te despertaste te pegaste a mi pecho pidiendo mimos, los cuales te concedí.
— Massu, ¿Eres mi novio, verdad? — preguntaste con un tono infantil y meloso, para después abrazarme y esperar un respuesta.
Simplemente asentí sintiendo mis mejillas arder.
— Taka te has sonrojado — dijiste riéndote.
Me sonroje aún más al escucharte llamarme por mi primer nombre.
TEGOSHI
Aquel día mamá nos encontró en mi habitación. Taka ¿Te acuerdas de su rostro?
Entre mimos, besos y caricias sentimos que alguien habría la puerta, era mamá, quien grito fuertemente al ver esa escena; la entiendo, ¿Acaso es normal encontrar a tu hijo en la cama con otro chico, desnudos y dándose besos? Definitivamente no es normal, pero la expresión de mamá fue muy divertida.
Aquel día recibimos muchos regaños por parte de nuestras familias, aunque al final terminaron aceptando nuestra relación.
— Ya han pasado seis años desde aquello ¿Cierto? — dije recostado en el regazo de Taka.
— Sí, ya han pasado seis años desde que empezamos nuestra relación y siete años desde que nos conocimos — Respondió él, acariciándome el cabello.