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Reencuentros por VanRollSugar

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Notas del capitulo:

ahhhhh muero de hambre, pero tranquis aqui esta linda gente y espero lo disfruten, dejen reviews(??, gracias quien siempre deja <3, 2000 palabras bueno es mejor xD

La mirada curiosa y chocolatosa del Peli-plateado se posó sobre el Rey, parecía tan inocente y hermoso para los ojos del demonio que no podía evitar sonreír, Oikawa hizo un ademan para que lo olvidara a lo que el más bajo asintió de inmediato para volver su mirada al frente, Oikawa  lo miraba de reojo o a veces lo miraba de forma atontada, pero segundos después notaba su comportamiento y tosía levemente para mirar al frente nuevamente y fingir (muy inútilmente por cierto) lo que hacía.

Aunque no se notara Sugawara era muy atento a cosas pequeñas como esas y le daba risa, era como un pequeño niño que buscaba atención y no le molestaba, al contrario le causaba gracia y ternura, este levanto la mirada al ver la señal del Rey Kageyama, la cual indicaba que podían retirarse, tanto el como la acompañante del demonio.

Oikawa se alteró un poco al ver que este se iba por otro lugar, y por impulso trato de agarrar su hombro, pero lo detuvo una mano, era fuerte, así que miro a Shimizu con un quejido en el proceso, está la miro con los ojos entrecerrados transmitiendo un perfecto mensaje de “quieto” y lo peor es que el Demonio entendió de inmediato a lo que se inmuto y camino con un Kageyama que esperaba fastidiado en la puerta de un balcón, el cual sería nuevamente usado para tomar café, pero Kageyama pensó, no, tuvo fe de que el demonio estuviera más tranquilo, no daba el sol, eran pocas flores y el aire que pegaba.

Bueno para un demonio tener fe es realmente estúpido, ¿Saber que encontraría al humano era fe? Para nada, solo era la verdad, lo sabía, tal vez era necio nada más, pero eso no evitaba que tenía que comportarse de forma y tranquilo, ”solo por el” pensaba cada segundo que dejaba pasar una forma de fastidiar a Kageyama, suspiro cansado y se sentó ahora en una silla negra o café no sabía muy bien.

— ¿Rey Oikawa ha tomado una decisión? — kageyama se sentó frente al Demonio totalmente serio.

Kageyama tenía que estar sereno a cualquier provocación del Rey contrario, eso se lo prometió a su acompañante real, aunque tenía grandes ganas de sacarlo del castillo a golpes y piedrazos para ver si podía expulsarlo de ahí, peor no, podía imaginarlo hasta ahí; otra cosa que consterno al Rey fue como iba vestido el demonio ¿Desde cuándo vestía asi..?.

— Tobioooo ¿qué tanto me ves? — Oikawa le sonrió de manera coqueta y guiñándole un ojo.

Kageyama hizo un cara total de desagrado ante eso, agito su cabeza negando inmediatamente a lo que el Rey Demonio saco una risa inmediata, respiro profundo y se sentó de manera correcta, Oikawa quería decirlo directamente sin juegos.

— Haremos el trato con los humanos… — Kageyama cambio su cara inmediatamente.

Eso lo tomo desprevenido, ¿tan fácilmente aceptarían?, por puro impulso el humano dio una sonrisa satisfactoria, pensó que se había quitado un gran y verdadero peso de encima, bueno… lo humanos se equivocan muy seguido y más con su “fe”.

— Con un trato, y claro si no aceptas mis condiciones, tu pueblo no durara mucho  Rey Kageyama Tobio — Los hombro se pusieron pesados nuevamente.

¿Trato? Con ese Demonio, no, el Rey de los demonios, si soñó mucho y era el precio, ¿Qué quería aquel demonio de su reino? Ya le ofreció todo, ¿su plan nuevo era tortúralo?, ¿Acaso quitarle el puesto?, maldición con ese demonio lo confundía demasiado.

— ¿Qué es lo que quieres? — Kageyama hablo firme, frio, con miedo…

Si bueno, no era sorpresa tener miedo, no quería dejar a su reino y era un gran mal presentimiento.

— No te alteres — Oikawa levanto sus hombros con poca importancia pero en realidad sonreía de una forma fría y con gran sed de desesperación. — me voy a llevar a alguien de tus sirvientes para que me sirvan a mí.

Podía escucharse simple, tranquiló, pero para  el rey Kageyama era como sacrificios y muy caros, él pensaba decir de más gritar, echarlo, ¿pero que le quedaba?, estaba temblando el Rey humano estaba en una esquina, acorralado, miro su mano con desesperación como buscando una respuesta, no, ayuda, miro el piso con gran impotencia y apretando su puño al punto de lastimarse.

— Esta bien, maldición ¿A quién quieres? — Kageyama estaba a punto de llorar.

Oikawa disfrutaba eso, una sonrisa sádica aparecía, acomodo su cabello y rio ligeramente, en lo que veía su desesperación Kageyama camino fuera del lugar, no era de miedo, sus lágrimas eran por impotencia y rabia, ¿Eran tan bajo a Oikawa? ¿No podía hacer un Rey para respetar?, abrió la puerta.

— Rey Oikawa voy a reunir a mi personal, por favor acompáñeme — Dijo El Rey Humano, escupiendo de manera vil casi sin importarle que podía matarlo.

Oikawa se levantó aun con su sonrisa, esa sonrisa cruel, solo del rey demonio, camino con un gran aire de…  no sé, crueldad, sabiendo que no puedes hacer nada contra él, solo abstenerte y callarte ante sus pedidos, sus órdenes, este salió y espero unos minutos, contándoles con risas lo que había pasado con Kageyama  a Shimizu que rodaba sus ojos con fastidio, llegaron con todos sus sirvientes y de mas, de todo, todos, hasta su ángel.

— Escoge, ya eh hablado con todos y valientemente, decidieron ir, con un mald—con usted Rey Oikawa — todos se formaron con temor, pero por alguna razón valiente.

Oikawa no le agradaba eso, era como si no pudiera tener la desesperación deseada, así que solo jugo un poco, se acercó a una mucama viéndola directamente haciendo que ella temblara, la miro y toco su barbilla, Kageyama estaba ardiendo de rabia, tomo su mano haciéndola pensara que le quería a ella, beso su mano mirándola.

— No me interesas — soltó su mano alejándose con una sonrisa burlona.

Empezó a caminar frente a  los demás sirvientes, costureros, cocineros…, quedo frente a uno, un cocinero en especial por alguna razón el otro no quito la mirada ni mostro signos de mucho nerviosismo, al parecer era jefe de cocina, Oikawa lo miro desafiante le quito su sombrero blanco, algo alto, empezó a verlo curioso, darle vueltas, o de más; apretó el sombrero y lo quemo poco a poco, haciéndolo cenizas, cayendo una por una al suelo, el hombre se veía sorprendido, sin saber qué hacer, era como su dignidad tirada, Oikawa  sonrió victorioso y se alejó sin más que hacer, finalmente se acercó a el Rey Humano después de pasar por todos y cada unos de sus sirvientes con piel pálida y cuerpos temblorosos, quito a Kageyama que estaba explotando de furia y tomo la mano de Sugawara, este se sobresaltó igual que todos los demás, al parecer ahí él era intocable, acaricio el dorso de su mano suavemente, con cariño, lo miro con una sonrisa tranquila, por alguna razón el Peli-plateado se calmó, como si no estuviera frente a aquel que torturo a sus compañeros.

—  Te quiero a ti, Sugawara  — Su sonrisa permanecía en su cara viendo al albino dulcemente.

Kageyama estaba sin palabras, esperaba a una mujer cualquiera o un costurero muy bueno ¿Cómo había llegado a aquello? Y ¿Por qué al Peli-plateado?, el único que lo hacía o ayudaba a entrar en razón cuando lo necesitaba, tal vez su acompañante salvo más de una vez al reino con su tranquilidad y forma de ser materna.

— Esta bien, Rey Oikawa estoy a sus servicios — Sus palabras sorprendieron a todos los presentes, eran como si hubieran resonado en ese lugar y estaban afuera.

El Peli-Plateado no replico o suplico, nada, hizo una leve reverencia para poder despedirse de todos, Kageyama estaba en shock no sabía que hacer, era un Rey solitario, pero ya se estaba acostumbrado a estar acompañado con todos ellos y más de Sugawara, antes de irse y que Kageyama le pidiera que lo pensara el albino le susurró al oído “ve a otros reinos”, ¿Eh? ¿Qué quería decir?, no le diría nada, solo acepto dolido y viendo su espalda alejarse con la del mismo y que tanto repudiaba demonio.

— Adelante Sugawara — Oikawa dejo que subiera al carruaje.

Este subió con la cabeza en alto y agradeciendo, Shimizu estaba sorprendida, ¿desde cuando alguien pasaba antes de Oikawa?, creo que estaba entendiendo un poco la situación pero aun no la tragaba por completo.

Oikawa se sentó frente al albino y Shimizu a un lado; Oikawa lo miraba con respiraciones de adolescente enamorada (humana) lo tenía tan cerca, lo miraba, cada aspecto, como si no quisiera olvidarlo, miraba sus ojos bellos, su lunar perfecto, no, veía todo, todo de él lo estaba volviendo loco, Suga miraba la ventana y sin poder evitarlo con nostalgia, toco la ventana de aquel carruaje como tratando de decirle a su hogar, a sus amigos, sus memorias ahí, todo.

Oikawa pudo notar aquella sonrisa y bueno, fue un altibajo inmediato, hasta Shimizu lo noto, analizo bien la escena y suspiro rendida, sus sospechas estaba bien, el Grandioso, cruel, poderoso e inteligente Rey de los Demonios Oikawa estaba totalmente atontando por un simple, albino, sirviente y plebeyo humano, Shimizu lo miro, creo que de alguna manera esto estaba bien, solo por un tiempo, un muy poco tiempo; al llegar al gran castillo Sugawara entro con algo de nerviosismo no era nada comparado a su mundo, Oikawa mando a hacer que todo estuviera a su comodidad al ver un tiempo el mundo humano, pero tal vez tardaría.

— Sugawara Koushi será el nuevo… — Shimizu no tenía como explicar que seria.

No tenía preparado nada para Sugawara, como siempre el Rey hacia lo que se le diera la gana, pero no podía hacer nada, solo buscar soluciones a sus berrinches y cosas de pequeño niño demonio que tenía por dentro.

— El será mi segunda mano derecha — Todos los sirvientes, asistentes, personal en general, volteo sorprendido.

El Rey entro sin permiso, como era costumbre, tomo el hombro del humano nuevo con una sonrisa socarrona, Shimizu lo miro pensado si hablaba en serio, se rindió, no haría nada, levanto sus manos por arriba de su cabeza en señal de rendirse.

—Haz lo que quiera Rey Oikawa — Shimizu se sentó en un sillón rojo, y en parte le causaba gracia esa escena.

Los ojos tal vez que hicieron temblar de miedo a muchos, en ese momento parecían brillar de emoción como si le hubieran dado un premio a un niño de corta edad, Suga estaba sorprendido ¿Tendría que comportarse así?, más que sorprendido estaba confundido, quería saber la razón de su llegada al castillo, ¿Por qué a él?, Oikawa tomo de la mano al albino y sin avisar se lo llevo a su habitación.

— R-Rey Oikawa no creo que deba entrar a su habitaci-- — Oikawa puso su dedo anular en los labios del contrario a lo que callo de inmediato.

Oikawa tapo los ojos del otro con una leve banda que estaba en su cuarto, no, no quieren saber por qué ( lo usa para colgar dulces y luego comerlos por antojo), el albino no reclamo ni nada por el estilo, se dejó llevar, después de unos momentos de mucho movimientos tanto de ellos como de muebles o eso quería creer, Oikawa se puso tras de él tomando sus hombros dulcemente, quito la banda de sus ojos y era más que sorprendente en un pequeño cuarto que no sabía dónde era, se podía ver claramente todos y cada uno de los reinos, su máximo esplendor a la palma de la mano.

— Siempre vamos a ir al reino Humano y a todos los demás, y si sientes que tienes que verlos o algo puede ser aquí — Oikawa rompió el silencio creado.

Sugawara no podía creerlo, tenía inmensas ganas de llorar, claramente no lo haría, pero ¿Por qué? Sabiendo que es el rey más cruel de todos, ¿Por qué le enseñaba esto a él? ¿No sabía que podía ser traicionado por el humano?

—     Sabes que te puedo traicionar ¿no? — Directo fue el albino.

Era cierto, ¿Qué buscaba? ¿Confundirlo más?, estaba por reclamar nuevamente pero el Demonio lo miro con una sonrisa de ironía.

 — Eres mi mano derecha, confió plenamente en ti, además eres incapaz de eso Suga —

Sin palabras, no podía hacerlo, ese Rey no era malo, pero no podía confiar todavía, tal vez… solo agradecer de manera correcta, ser un buen mano derecha.

Oh bueno solo por ahora 

Notas finales:

ahhhh listo, ahora listando el proximo, dejen sus opiniones, (quiero saber que piensa de cada persoanje en que reino este, como Hinata o Yama o asi :3)


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