~POV TAEMIN~
-¡Tengo hambre Minnie! – se quejó JongIn mientras seguía jugando con el Playstation y yo rodé los ojos.
-Deja de jugar y ven a desayunar,se nos va hacer tarde Kim – le espeté mientras dejaba el desayuno en la mesa del comedor.
-No quiero – negó como un niño de cinco años,él no madura ni porque ya tiene dieciocho y es mayor de edad,bufé para mis adentros.
-Pues no desayunes entonces – sentencié,pronto sentí sus brazos rodear mi cintura ¿pero qué? ¿En qué momento soltó el control del Playstation?.
-Tengo que desayunar y cuidarte Minnie – susurró sobre mi oído y yo dibujé una sonrisa,lo codee y ambos reímos cómplices. Y nos sentamos a desayunar. Kai comía con gusto y eso hacía que mi corazón brincara de alegría.
Vivimos juntos desde hace ya casi tres años,les había dicho a mis padres que quería ser independiente y ellos aceptaron ya que en esas épocas se estaban divorciando. JongIn era mi vecino y es mi mejor amigo,fuimos juntos al Kínder,la primaria,la tediosa secundaria y hoy en día vamos juntos a la universidad de Artes. Toda mi vida ha estado aquí a mi lado.
-¿Y si la dejamos ahí en el aeropuerto? – comentó divertido mi moreno amigo mientras soltaba una que otra risilla y yo lo fulminé con la mirada.
-¿Quieres que mis padres me asesinen,verdad? Si eso quieres ten por hecho que hasta de fantasma te jodo la vida negro – y él paró de reír.
-La odio – soltó y yo suspiré resignado.
-Tenía cinco años Innie,supéralo...
-Y yo tenía siete y no era justo – se cruzó de brazos – pensé que ya me había librado de ella – y volvió a comer sus hot cakes.
-Innie... – y tome con delicadeza su mano. – todos se rieron de ti,menos yo ¿recuerdas? – el paro de comer y asintió levemente su cabeza – fui yo quien te fue a buscar al baño y te secó las lágrimas. Seulgi era una niña en ese entonces,ahora tiene dieciséis y ya sabe lo que hace – y se hizo un gran silencio.
-Minnie,¿me prometes que si ese mono con vestido me hace algo,tú me protegerás? – y sonreí enternecido ante la propuesta de mi amigo. Yo daría la vida por ti Innie. Y asentí con la cabeza.
-Te voy a cuidar de todo,no importa de qué o quién sea,yo estaré para ti – y ambos nos sonreímos. Lo admito,ya llevo bastante tiempo enamorado de JongIn y creo que es momento de confesárselo pero ¿y si él no siente lo mismo? ¿Y si quedo como un idiota? ¿Y si ya no quiere ser mi amigo? Esos eran mis más terribles miedos.
~
-Odio estar aquí – se quejó Kai haciendo un puchero.
-Ya se Innie pero...es que ....¡Aggg! ¡Mi hermana tenía que haber llegado ya hace más de una hora! – bufé enojado mientras miraba por décima vez mi reloj en mi cel.
-¿Y si nos vamos ya? – sonrío y a los pocos segundos después borró su sonrisa,arrepintiéndose de lo que había dicho.
Mi papá me había contado por medio de un email que Selgui quería vivir conmigo poco después de cumplir sus dieciséis años,le dije que no había problema pero francamente pensé que era uno de sus tantos caprichos de mi hermana pero pensé erróneamente. Sus últimos cuatro años ha vivido en Japón junto a mi padre,mientras que mi madre se había quedado en Italia.
-¡Taeminnie Oppa! – gritaron de repente,Kai y yo giramos en dirección hacia el origen de aquel grito.
Vi a una chica con una sonrisa encantadora que usaba un vestido rojo cereza,de complexión delgada,su cabello estaba pintado desde la mitad hacia abajo de color amarillo y de la mitad hacia arriba era completamente castaño. Sus brazos estaba extendidos y era ella,mi hermana.
-¡Seulgi! – grite feliz y me acerqué a la joven y la abrace con muchísima fuerza – que bueno que ya estás aquí – ella soltó unas cuantas risas.
-Oppa deja de ponerte romántico – espetó divertida,nos deshicimos del abrazo – Wah~ eres muy alto,no es justo – se quejó con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos.
-Pero si tú ¿quién te dijo que podías pintarte el cabello? – dije divertido y ambos reímos.
-Papá casi me asesina pero....como verás no lo logró – ella se había vuelto más divertida y más madura.
-¿Lee Seulgi? – esa voz es la de Innie,lo voltee a ver y tenía cara de sorpresa.
-Hola Kai Oppa – saludo mi hermana con una encantadora sonrisa.
Ambos se miraban de una forma que francamente no me gusta y para mí colmo se sonrieron al mismo tiempo.