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Elastic Heart. por ParnerLevi

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Tercera sesión.

“El desertor de mundos”

El cuchillo se queda enterrado en la barra de mantequilla, tal vez debí esperar un rato más a que se ablandara un poco más, pero tengo algo de hambre, se podría decir que esta es la primera vez en mucho tiempo que me preparo algo usando la estufa, la mayoría de las veces me alimento de helado y chocolate, Isabel se encarga de darme otro tipo de nutrimentos para que mi cuerpo no desfallezca en algún momento del día.

La sartén se calienta rápidamente, pongo el pan del lado en el que he embarrado la mantequilla y espero a que se dore un poco, busco la azúcar en algún lugar dentro de la alacena, Izzy es la que se encarga de etiquetar todo dentro de esta casa, ¿Debería llamarle?

Antes incluso de poder ser capaz de completar el pensamiento, el timbre de la puerta suena, no hay que ser un genio o parecido para saber quién es, sonrió para mí mismo,  quizá ahora Izzy se dedique a leer mentes y teletransportarse.

—¿Qué tal en tu primer cita? —Pregunta nada más entrar.

—Bien, supongo.

—¿Bien? Es una respuesta extraña viniendo de ti, especialmente de ti.

—¿Extraña? ¿Debería ofenderme?

—Es con cariño. —Su nariz se mueve en el aire. —¿Huele a quemado?

—Ah, creo que mi pan con mantequilla ha sido historia. —Contesto con tranquilidad.

—Eren. —Grita corriendo rápidamente a la cocina.

Llego detrás de ella, a apagado la estufa y ha sacado un pedazo de pan ennegrecido de la sartén, lo sostiene con las uñas como si fuera algo toxico.

—Tú en definitiva no debes cocinar.

—Tenía hambre. —Contesto sin darle mucha importancia al hecho de casi se quema mi cocina y posiblemente el resto de mi casa.

—Eso es aún más raro, supongo que al fin y al cabo el psicólogo te ha servido. —Se gira y tira el pan en el bote de la basura. —Al menos para abrirte el apetito. —Dice encogiéndose de hombros.

Arqueo una ceja a modo de ofensa.

Sin preguntarlo ella toma las cosas necesarias para hacer algo decente para comer, ha traído despensa fructífera y vegetal, así que con eso y otros alimentos dentro del refrigerador y la alacena empieza a cocinar, no le digo nada, la verdad es que ahora en verdad tengo hambre.

En algo tiene razón Isabel y es en el hecho de que tan solo llegar de mi pequeña entrevista con aquel tipo de nombre extraño he tenido hambre, como he dicho no es algo muy propio de mi organismo después de haberlo obligado a tener una dieta a base de grasas congeladas, me pregunto si es algo psicológico o simplemente algo parecido a una coincidencia, como a todo, trato de no darle más importancia de la necesaria, en realidad hace que tenga un revoltijo aún más grande dentro de mi cabeza y la verdad ya tengo uno muy grande.

—¿Y qué tal el psicólogo? ¿Amable? —Pregunta Izzy mientras mete un par de jitomates dentro de la licuadora.

Me dejo caer en una silla alta a un lado del refrigerador, me encojo de hombros, tomo mis piernas y las cruzo en forma de mariposa, en un rato más tendré calambres de tamaño colosal ya que mi circulación no es exactamente muy buena en estas épocas.

—Supongo, es un tipo… ¿Extraño? No sabría definirlo, sabes que no soy bueno con las palabras.

—Inténtalo, no todo se basa en hojas y tinta. —Me presiona vaciando el contenido de la licuadora dentro de una cacerola caliente.

Bufo molesto, en verdad Isabel hace todo lo que está a su alcance para hacer que salga del hoyo en el que estoy metido.

Al final dejo salir aire rendido.

—Tiene una secretaria, al parecer ella lee mis libros. —Suelto el primer dato que me llega a la mente.

—Que raro. —Contesta con sarcasmo. —La escritora juvenil más famosa siendo leída por una adolescente, súper extraño, ¿No?

Entrecierro los ojos con cara de pocos amigos.

—No recuerdo su nombre, Tara o Pati, no sé, el consultorio es grande, al parecer el psicólogo es famoso o algo por el estilo, ni idea, cobra bien por las consultas, supongo.

—Deja de decir “Supongo” o “ni idea” “no sé”, usa un vocabulario normal.

La pasta se hace blanda dentro del agua hirviente, después Isabel la saca y cuela sobre el puré de jitomate de la cacerola. El aire huele a pizza.

—¿Me vas a dejar contarte o vas a criticar mi falta de comunicación y descripción hablada?

—Sigue.

Dejo salir aire de nuevo y el estómago me gruñe.

—Su nombre es extraño, al parecer es inglés, me refiero a su nacionalidad. —Me balanceo tomando mis tobillos. —Es alguien…

Corto la línea de mis palabras y la continuo dentro de mi cabeza.

¿Cómo es?

¿Qué impresión me dio?

Alguien recto, alguien… alguien a quien conozco.

La sensación de haber visto a Levi Ackerman en algún lugar y temporada de mi vida sigue presente, a pesar de que él lo negó, no creo que haya mentido, ¿Qué ganaría con eso? Nada, porque quizá solo es idea mía, quizá solo fui yo el que se topó con él en el supermercado o en alguna caminata nocturna, o simplemente nunca nos habíamos visto las caras hasta ese momento.

Pero…

¿Por qué la sensación de leer su nombre hizo algún tipo de corto dentro de mis recuerdos?

El aroma de su oficina mi cerebro fue capaz de reconocerlo.

También su rostro, algo en sus facciones pequeñas me dicen que esa persona ya la he conocido antes, ¿Dónde? Esa es la pregunta del millón.

Levi Ackerman.

Levi Ackerman.

Levi…

Un estallido de ideas se desata en mi cabeza, hay una punzada de dolor dentro de mis sienes, hago una mueca y cierro los ojos, parece como mil relámpagos pegando en el mismo lugar al mismo tiempo, aprieto los dientes y presiono mis dedos fríos en la zona, es casi como un analgésico, presiono con fuerza para hacer que el dolor desaparezca lo más rápido posible.

—… alguien pequeño. —Susurro.

—¿Qué?

—Es alguien pequeño, sus manos lo eran, también su rostro. —Respondo alzando el rostro.

—¿Pequeño? ¿Recién graduado?

—Todo lo contrario, lleva varios años en el puesto, creo que es más grande que yo, en cuanto a edad, claro.

Isabel suelta una risita.

—¿Cómo se llama?

Bajo la mirada a la unión de las plantas de mis pies, la sangre deja de circular por mis piernas y es momento de estirarlas antes de sentir el dolor característico de la interrupción de la circulación sanguínea.

—No lo recuerdo.

•◘•◘•◘•◘•◘•◘•

Los tres días siguientes a mi primera cita con el psicólogo me dedico de lleno a la nueva novela en proceso “Hide and seek”, algo lleno de suspenso y misterio, con un par de pinceladas de terror.

La narrativa la hará un chico, a comparación del resto de mis novelas donde la chica es la narradora, pero la chica seguirá siendo la protagonista, me dedico a darles una personalidad, una cara, una apariencia, fechas de cumpleaños y todo lo que sus fichas de datos personales deben llevar, pasatiempos, comida favorita y ese tipo de curiosidades que los fans buscan después de encariñarse con algún personaje, después creo los escenarios pertinentes a lo que creo seria el lugar perfecto de los hechos, pienso en las probabilidades de que “este” o “aquel” sean el personaje favorito de la temporada, dependiendo la personalidad y su pasado hago estadísticas de que tanta popularidad puede llegar a ganar y con base a ello decido que tan importante debe ser para matarlo, los efectos que produciría en el fandom pertinente y la manera más heroica o dramática para morir. Es divertido hacerlo de vez en cuando.

En “Revenge” creí que el protagonista sería un tanto odiado y crearía algún tipo de discordia por su actitud holgazana y torpe, pero resulto ser alguien muy querido, en cambio la protagonista y heroína resulto ser algo parecido a una villana, no llegaron a odiarla pero su muerte y aparición no confirmada y repentina en el epilogo  no provoco grandes revuelos como los que tenía pensados.

Pero en “Ashes” la mayoría hizo varias amenazas por la cantidad de muertes, el pasado trágico de la protagonista, el destino del protagonista, la inconformidad ante el triángulo amoroso y la no decisión final de la protagonista, e incluso un pequeño cameo de otro libro llego a dar un gran problema entre fans.

A veces no logro entenderlos del todo.

Me entretengo dibujando y escribiendo posibles finales alternativos para la historia, escucho algo que podría quedar con la trama del libro y hago combinaciones diferentes para entretenerme, también investigo un poco en internet sobre lo que más me causa curiosidad en los criminales seriales, ¿Qué pasa en su mente? ¿Porque asesinan? Preguntas de ese tipo, más que nada psicológicas y biológicas. También hago una lista de preguntas que me gustaría que mi psicólogo respondiera para mí.

Me pregunto si mantendrá su promesa, tanto de ayudarme como de mantener mi identidad guardada, la verdad no tengo muchos ánimos como para salir a la luz en estos instantes.

—¿Eren? ¿Estas ocupado? —Isabel entra en mi estudio vestida con un bonito overol y unos zapatos campistas.

—Trabajando. —Contesto.

—Sí, supongo que sí. —Su voz suena aburrida, alzo la mirada para observarla.  

—¿Necesitas algo?

Me sonríe mostrando sus dientes blancos y resplandecientes.

—Me acabo de ganar dos boletos al parque de diversiones. —De su bolsa saca los dos tickets mostrándomelos con energía.

—¿Y?

—¿Cómo que “y”? Quiero que vayamos, los dos.

Hago una risa sarcástica que nace desde el fondo de mi garganta, después vuelvo a mi labor de seguir dibujando.

—Estoy ocupado ve con uno de tus amigos… puedes decirle también a Hanji. —Murmuro.

—No, el chiste es que vayas tú conmigo, Eren. —Me toma del brazo obligándome a mirarla. —Necesitas salir, que te pegue el sol, estas tan pálido, pareces un muerto viviente, necesitas diversión, despejar tu mente, hacer que tu cerebro se oxigene, anda, metete a bañar.

—Isabel, no tengo ganas de salir. —Digo con desgana.

—¿Y tú cuando tienes ganas de algo que no sea leer y escribir? Anda, que no te estoy preguntando. —Con un poco de su fuerza me obliga a levantarme, me jala hasta mi habitación.

—Suenas igual a mi madre, Izzy.

—Lo que digas pero tú vienes conmigo.

—Tengo trabajo que hacer, una nueva novela me está esperando y no va a escribirse sola.

—Pues tampoco va a salir corriendo, créeme, te estará esperando hasta que vuelvas, una ida al parque de diversiones no va a matarte.

—No lo sabes, ¿Qué tal si ya soy un vampiro y si el sol me da en la piel me convierta en cenizas?

—No digas tonterías, si es así entonces… ni modos, al menos lo intente, mueve el trasero que esos boletos no van a gastarse solos.

Dejo salir un gran suspiro de pesadumbre pero al final obedezco, en realidad todo sea por que deje de molestarme durante un rato.

Al salir de la ducha Izzy me deja un conjunto deportivo-campista en la cama para que use, en verdad es ropa de la que no tengo recuerdo alguno de comprar, de seguro estaba hasta el fondo del armario.

—Estoy listo.

Isabel se da media vuelta, me mira de pies a cabeza y lanza un silbido de adulación, me hace sentir incómodo.

—Si salieras un poco más quizá ya hasta tendrías novia. —Comenta, luego me sonríe con inocencia, como si no hubiera sido su intención hacer ese comentario.

—Sabes que…

—Sí, sí, sí, ya lo sé, andando. —Agita las llaves de mi auto en el aire y da brinquitos hasta la salida. —Aunque no te vendría mal tener pareja, no importa que.

—Isabel Magnolia. —Me detengo a mitad de entrar al vehículo y la miro acusatoriamente, se encoje de hombros y mete las llaves arrancando el motor.

Ruedo los ojos, cuando se pone en plan de fastidiarme no hay quien la pare, en verdad es un dolor en el trasero si se lo propone.

 

Gracias por leer.

“Parlev”

 

 

 

 

Notas finales:

“Akira Cassie” en realidad era mi anterior seudónimo, se me hizo gracioso dárselo a este Eren xD, es algo representativo.


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