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Los ángeles de la guarda por guardian_of_the_boys

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Ren

   --Estás en mi camino, estúpido –espeté, frunciendo el ceño y observando a aquel chico que se había atrevido a incordiar mi andar.

   Se me quedó mirando por breves segundos, y yo enarqué una ceja. ¿De qué iba? ¿A caso no sabía quién era? Pareció recapacitar en aquel hecho, ya que pronto me dejó pasar. Crucé por su lado sin dirigirle una mirada más. Seguí mi camino con pauso paulatino, con las manos metidas en los bolsillos de pantalón del uniforme, hasta que unos murmullos comenzaron a irritar mis oídos y me giré. El chico de antes estaba siendo rodeado por una masa de gente, y el principal causante era DaeWan. Ese cretino que no aprendía. Pero a mí me daba igual que pegara a otros, ¿a caso no era lo que hacíamos nosotros en ocasiones? Simplemente me di la vuelta y seguí caminando hasta llegar a nuestra propia clase. ¿Nuestra propia clase? Exacto, porque era un aula totalmente abandonada por el déficit de alumnos en la institución y ahora había sido tomada por nosotros, los conocidos “wiheom”. La pizarra estaba pintarrajeada de cuando nos aburríamos, ponía “propiedad wiheom” en grande y con letras más o menos decoradas (lo que hacíamos por aburrirnos) y algunas cosas más, como advertencias de que el intruso que se atreviera a entrar se largara.

   Había pupitres y sillas amontonados en el centro del salón, y ahí era donde se hallaban mis compañeros, sentados encima y charlando de sus cosas sin importancia. Me subí encima de una silla y luego me senté en una mesa doblada, al lado de MinHyun. Y sí, habíamos sabido encontrar el equilibrio perfecto… pero tal vez con la ayuda de cola de pegar.

   --Ey, Ren, ¿te enteraste de que vino uno nuevo? –me preguntó Dong Yul, arrimándose por encima de MinHyun para observarme.

   --¿Hm? –le miré con desdén. Realmente no me importaba eso, ¿por qué debería? Mientras no molestase todo estaría bien.

   --Yep. Creo que se llama Kwang. Ayer estaba caminando por los pasillos y escuché a un grupo de chicos decir que DaeWan iba tras él. Me hubiera gustado saber más, pero al verme se callaron –rió--. A veces la gente de aquí es tan patética.

   --¿DaeWan? –pregunté, observando a quien había hablado. Lee Kyung asintió con la cabeza y su voz volvió a hacerse presente.

   --Sí, él –respondió con curiosidad por el repentino interés del rubio--. ¿Por qué?

   --Ah, no, por nada. Me parece que he conocido al nuevo… --aunque como se metía con todos, a saber, realmente. Me encogí de hombros con desinterés obvio—Quién sabe. Tampoco me importa.

   --Ah, Ren, eres demasiado seeeeerio~ -canturreó DongYul, dejando de estar tan pegado a MinHyun para recolocarse sobre la mesa--. Y algo me dice que vamos a tener que ir a por más pegamento. Esto se va a despegar.

   --Sí, algo me dice que sí –habló MinHyun mientras yo me quedaba absorto en mis pensamientos.

 

   --N…

   ¿Eh?

 

  --En…

  --REN –gritó alguien a mi oído, y exaltado observé al culpable. MinHyun reía por mi sobresalto y le di un puñetazo en la cara.

  --AUCH –exclamó adolorido, llevándose las manos al rostro--. Para vestir con estampado de leopardo y ropa rosa eres demasiado bruto, Ren –resopló, frotándose la cara como si eso disminuyese su dolor.

   --¿Qué más da la ropa? –fruncí el ceño con molestia. ¿Tener sentido de la moda era un delito ahora?-- ¿Qué quieres, MinHyun? –ni me había enterado de qué tan perdido estaba en mi cabeza para no darme cuenta de que me llamaban.

   --¿Qué? Ah, no, nada, simplemente estaba pensando…

   --¿Tú, pensar?  --pregunté con una ceja enarcada, burlón.

   --Sí, yo –me miró con los ojos entrecerrados--. Yo estaba pensando en que podríamos ir a “saludar” al nuevo. No sé si sabrá de nosotros aún y sería una molestia que se nos pusiera en medio, ¿no? Hace mucho que la policía no nos busca para denuncias de agresividad.

   --Uhm… --a mi mente se vino al imagen de aquel chico, algo más bajo que el resto. Seguramente era aquel el nuevo, ya que se quedó procesando largo rato si debía dejarme pasar, hasta que se dio cuenta de quién era.

   --No seas idiota, MinHyun –dijo Park Hee--. Los rumores vuelan por esta escuela. Probablemente la primera hora que estuvo aquí ya sabía quiénes eramos –comentó.

   Y sí, yo también creía eso. Desde el primer día todos conocían nuestra personalidad y nuestra reputación, la que labremos estando en primaria, incluso los que llegaban nuevos de otros sitios o los de intercambio. Nunca tuvimos problema en pensar que alguien podía llegar a molestarnos porque sabían bien lo que les depararía en el futuro si eso hacían.

   --Sí, puede que tengas razón… --se encogió de hombros.

   --Chicos, deberíamos irnos ya. Son las seis y tengo que ir a casa –Lee Kyung habló, levantándose y bajando del lugar--. Y por cierto, que alguien traiga mañana cola, esto se comienza a despegar.

   --¿Y por qué no podemos simplemente dejarlo todo normal como personas normales y sentarnos sobre las mesas o las sillas? –pregunté enarcando una ceja. Me miraron y rieron al unísono.

   --Porque no somos normales. Y lo sabes, Ren –pronunció Park Hee, sonriendo de forma ladina.

   Y bueno, tal vez en eso tuvieran razón.

   Caminemos por los eternos pasillos hasta la salida, pasando por las desoladas aulas. MinHyun se detuvo unos momentos y observó por la ventana una silueta que no supimos distinguir. Era un chico, eso seguro, y estaba pateando todo lo que se encontraba por la parte trasera del instituto. Los chicos nos miremos y simplemente pasemos de ello, tampoco era de nuestro interés y no queríamos molestias innecesarias como serían estar intentando solucionar los problemas de alguien más.

   Al salir del instituto nos despedimos y cada quién se fue por su camino


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