Title: Sometimes
Autor: CatPrinceLeo
Traducción en inglés: Blank No
Traducción en español: Lupe Lucero
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A veces, Saitama olvida que Genos murió alguna vez.
Tuvo una muerte silenciosa.
La muerte se acercó a él con calma y tranquilidad pero a la vez forma rápida y apresurada. Fue parecido a una navaja afilada cortando en rodajas una naranja.
Genos murió, de forma pacífica y gentil o algo por el estilo.
Murió con una mirada vacía, con brazos y piernas destruidos y un gran agujero en su pecho, pero aun así, su rostro tenía una expresión de total calma como si nada hubiera pasado. Solo miro a Saitama, tratando de sonreír con todas sus fuerzas, susurrando:
- "Volveré, no tiene que preocuparse, sensei"-Y así, lentamente fue perdiendo la consciencia en los brazos de Saitama.
Al parecer, Genos murió en un día de Junio. Ese mes, ese verano, todo estaba raramente tranquilo. Ni una sola cigarra, ni siquiera una ventisca. Solo estaban los gritos de dolor de los monstruos mezclados con los de la gente esperanzada.
Saitama recordaba que en ese día, Genos murió.
Ruidoso, desordenado y caótico,
Esos gritos sobreponían su pequeño llanto. Diabólicamente, arrojando sus frágiles palabras que nunca fueron escuchadas por Saitama, de modo que ahora él agonizaba, tratando de aceptar su muerte.
Saitama recuerda claramente todo, cada detalle. Pero le molesta el no saber si él estaba llorando o no.
Entonces esperó. Esperó a que las horas pasaran rápido.
Tick, tack.
Esperó a que la hora tan ansiada llegara.
La hora en la que Genos aparecería con una cesta llena de manzanas rojas y pan caliente, recién horneado y dijera: -"Hoy voy a hacer sopa de manzanas, sensei" -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
A veces, Saitama olvida que Genos era sólo un niño.
19 años, ni muy pequeño, ni muy grande, en el medio, pero alegró su vida.
Sobre Genos, él decía que no era del todo genial tener 19. "Muy joven, imprudentes y con la cabeza caliente, también lo poco maduros para manejar cualquier cosa".
Él decía: -"Yo solo quiero crecer rápido. Sólo para ser como usted Saitama- sensei".
-"Aunque crezcas eso no significa que puedas resolver todo."- replicó, apoyando su mano en la espalda de su discípulo, sintiendo el frío de su cuerpo- "Siendo joven, tienes la habilidad de cambiar todo." Después de eso, agarró firmemente su mano, pidiéndole que se lo deje todo a él.
Genos era joven, Saitama lo sabía, lo sabía muy bien, y aun así se preguntaba porque se mantenía fuerte en ese momento. Es como si, hubiese sacrificado su mano solo para salvar a un gato, o como si se hubiera lanzado para salvar a un niño de los enemigos. Él aceptó todas las cargas, tomó todos los dolores, nunca dejó que los demás sufrieran e incluso aunque estuviera muy herido, él nunca dijo nada al respecto.
-"Soy un cyborg, por eso no puedo sentir dolor."- eso es lo que siempre decía en voz baja mientras Saitama lo cargaba de vuelta a casa una vez terminada la pelea.
Él sabía que Genos era solo un robot, pero porque era tan ligero y delgado?
-" No puedes, pero yo sí. Vamos hombre, soy tu maestro después de todo. Confía en mí un poco." -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
A veces, Saitama olvida que a Genos le gusta cantar una canción de niños.
Una canción de niños desconocida, con palabras vagas pero con una melodía familiar, que gentilmente es tarareada en la garganta. Lo hace tan bajo que sentía que podría parar en cualquier momento.
Le gustaba tararear esa canción mientras colgaba la ropa en el balcón. Con el viento, con las nubes, con el cielo, con el mundo entero.
-"Es una canción muy bonita."- Comentaba Saitama algunas veces cuando veía a Genos. Sonaba como una oración y una canción de cuna al mismo tiempo. Esa canción, ¿Tal vez es para Dios? Porque su melodía brilla como si fuera muy frágil y gentil, es por eso que no podría sobrevivir en este mundo violento mucho tiempo.
-"Genos, si tuvieras un deseo ¿Qué es lo que pedirías?" Preguntó Saitama, abrazándolo por detrás, apoyando su cabeza en su hombro sintiendo el aroma a shampoo y metal del cyborg.
-"¿La paz? Creo, no estoy seguro. Solo sé que siento calidez cuando escucho esta canción. Se siente como cuando estaba con mi familia." Dijo Genos, mientras terminaba de sacudir la ropa y colgarla. Miró la ropa ondeando con el viento, suspiro en silencio mientras se apoyaba en el pecho de Saitama.
-"Déjame cantarte esta vez. Siempre eres tú el que canta, hoy toma un descanso."-Dijo Saitama, acariciando sus cabellos.
-"Si, gracias. Realmente lo aprecio."-Dijo sintiendo las caricias de su sensei.
-"De nada."
A lo largo de esa tranquilidad se sintió un zumbido, claro y tranquilo, como un timbre.
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A veces, por mucho tiempo llevaba confiando demasiado en Genos.
Antes de conocerlo, Saitama dudaba, Saitama era tan débil que podía caer en cualquier momento, pero no había nadie allí para ayudarlo.
A decir verdad, Saitama odia la puesta de sol. Sentado solo con una bandeja de comida pequeña, es indiscutible que el arroz y la sopa son muy buenos, pero no lo suficiente caliente para su fría alma.
El mismo es lo único que tiene, lo sabe. Pero no está seguro de como escapar de él. En este mundo inundado él es solo una tabla flotando.
Nadie lo necesita, el no necesita a nadie. Yendo y viniendo, la gente lo mira como un simple extraño. Un ser débil, un fantasma solitario.
-"Sensei, ¿Puedo vivir con usted?"
En ese tiempo, la tabla de madera (Saitama) se sintió pesado, como atrapado por alguien.
Un chico rubio que tenía dentro suyo muchos dolores. Un chico que se veía que podría romperse a llorar en cualquier momento pero siempre tratando de verse fuerte. Ese chico, si lo miras de cierta perspectiva, podrás ver que se parece a Saitama.
Ambos innecesarios, dos lobos solitarios
"Creo que te necesito."
Sonrió cuando Genos volvió. Se sintió aliviado cuando vio que se encontraba bien. Desde ese día, Genos se había convertido en una parte insustituible de su vida. A decir verdad, le había salvado de su vida aburrida y monótona.
-"Quédate conmigo, somos una familia, por favor, nunca te vayas."-Dijo mientras abrazaba fuertemente a su discípulo.
Y, pensó que tendría que aprender cómo amar a Genos a partir de ahora, por lo que el aburrimiento y la tristeza ya no lo acecharían nunca más.