Corrí... por Yakumo

Corrí...
Serie: Yu Gi Oh!
Yakumo Kaiba Eiri

Nota: Bueno, los personajes de Yu GI Oh! no me pertenecen... solo los utilizo como forma de entretención para mi y para las personas que leerán esto (alguien lo leerá, cierto? ,o_o,)... Yaku-chan se une a la Campaña liderada por Katrinna Le Fay: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante. Muchas gracias Katrinna por prestar tus palabras y seamos muchos los que las gritemos. Ahora, sin más preámbulo, el fic...

Corrí...
Yakumo Kaiba Eiri

Estaba tan contento... salí de clases y corrí rumbo a su oficina donde él me estaría esperando con una cara larga por un agotador día de trabajo, cara que apenas me viera entrar por la puerta de su oficina cambiaría por una enorme sonrisa.

Fui corriendo y abrí la puerta del despacho de la secretaria por donde tenía que pasar para llegar a su oficina. La muchacha cuando me vio pareció asustada y me trató de sujetar del brazo luego de haberse levantado rápidamente.

— Joven Joey, no, espere...

— ¿Por qué?– le pregunté jovialmente.

— Es que...– se veía nerviosa, pero yo estaba demasiado emocionado.

La hice a un lado con mi brazo y abrí la puerta con una sonrisa cuando de pronto me quedé en silencio.

La secretaria estaba a mi espalda, permanecía en silencio al igual que yo. No lo podía creer.

— Mmm... Seth... más, más...

— Cállate, Bakura...

— Eso, sé malo conmigo, miau...

FIN POV

El rubio permanecía paralizado mirando la escena donde su adorado novio de ojos azules penetraba de una manera apasionada a su peliblanco amigo.

Bakura se retorcía de placer bajo aquel cuerpo de nácar y se echaba hacía atrás sobre el escritorio mientras el dueño de aquella oficina le mordía fuertemente la piel de su pecho cuando sus ojos rojizos de clavaron en la puerta observando la figura del novio de su amante castaño.

Sonrió levemente.

— Huy, Seth, creo que tenemos visita...– habló socarronamente entre gemidos.

— Te dije que te callaras...– Kaiba le jaló el cabello blanco hacia él para besarlo cuando abrió los ojos y se topó con la figura de su novio.

Sorprendido soltó a Bakura, el que cayó sobre el escritorio y se quejó levemente.

— Que violento, yo te avisé...

Sonrió mientras se levantaba sacando de su interior el miembro de su amante y caminando hacia el baño mirando burlescamente a Joey el cual derramaba amargas lágrimas de sus ojos mieles.

— Ya, no llores, te lo dejé listo, ustedes continúen, me tomaré una ducha...– rió perdiéndose por la puerta blanca.

Kaiba miraba seriamente al rubio el cual retrocedió un paso.

— Joey...

— ¡No me hables!– gritó el catire cerrando sus ojos tratando de contener las lágrimas, fracasando miserablemente en el intento.

La joven secretaria tenía su boca tapada por su mano y miraba con tristeza al rubio.

— Marlen, sal de aquí...- habló entre dientes Kaiba.

— Si señor...- asintió con la voz quebrada cerrando la puerta dejando a ambos solos y en silencio, silencio solo roto por el sonido del agua cayendo en la ducha del baño personal del mayor de los Kaibas.

Ambos guardaron silencio. El castaño ya se había subido los pantalones y acomodado la chaqueta mientras que Joey aún no lograba tranquilizarse.

— ¿Por qué?– fue lo único que salió de la boca del cachorro rubio con voz quebrada.

— ¿Por qué que?– preguntó seriamente el ojiazul sentándose.

Joey se adelantó rodeando el escritorio y tomando al dueño de Kaiba Corp. de las solapas de su traje.

— No juegues con mi paciencia, maldito gato pulgoso...– el rubio se veía furioso y dolido.

Seto solo le mantuvo la mirada para luego soltarse.

— No tengo que andar dándote explicaciones...

— ¡¿Qué?! Pero si yo soy tu no...

— Pero si nada...– los ojos afilados de Kaiba cortaron a Joey el que sintió humedecer nuevamente sus ojos–... ahora si me permites, tengo trabajo que hacer, vete...

El chico rubio sintió su corazón romperse... no podía creer que todo eso... que eso estuviera pasando... no podía ser, ayer el joven castaño era un amante dulce y devoto y hoy... lo estaba desechando como si fuera un juguete viejo...

— No puede ser...– susurró con la voz quebrada.

Kaiba le volvió a mirar amenazantemente.

— Te dije que te fueras, ¿no? ¡Vete de una maldita vez y no vuelvas a acercarte a mí!– Joey retrocedió dos pasos negando con la cabeza–... no iré a dormir, así que tienes tiempo para sacar tus porquerías de MI mansión e irte... ahora, no te quiero volver a ver, vete...

— Pero... Seto...– le llamó con los ojos empañados.

— No vuelvas a llamarme tan familiarmente, perro, ¡fuera de aquí si es que no quieres que llame a seguridad!

Joey clavó sus ojos mieles en aquellos zafiros, aquellos que le demostraban tanto amor hoy en la mañana ahora mismo le demostraban una frialdad de antaño que creía ya haber sacado del alma del millonario... pero allí estaba nuevamente, mirándole cruelmente y diciéndole cosas aún peores... no podía ser verdad...

— Es... es un sueño, no? Una pesadilla, si es eso...– reía Joey mientras seguía llorando.

Kaiba le miró despectivamente para luego hacer un ademán de tomar el teléfono.

— Veo que no te tienes ni un poquito de amor propio, vas a lograr que te saquen como lo que eres, un vulgar perro...

Joey comprendió las palabras y se secó las lágrimas con el dorso de la mano y miró fijamente al dueño de su corazón.

— ¿Así que es esto lo que quieres?... pues bien, síguete revolcando con tus putos, no me interesa, pero jamás te vuelvas a acercar a mí, no me mires, no me hables, yo olvidaré que alguna vez te conocí, maldito Kaiba... maldito seas por siempre, ¡TE ODIO!

Joey se dio la vuelta y salió corriendo del despacho mientras el ojiazul dejaba el teléfono en su lugar y su mirada fría y despiadada desaparecía mostrando todo el dolor de aquel corazón.

— Eso es cachorro... ódiame, ódiame lo más que puedas... por favor, ódiame...- susurró mientras se ponía a llorar en silencio.

Bakura salió del baño con el pelo tan seco como cuando entró y se acercó al que otrora fuera su amo, el sacerdote Seth.

Se le acercó y lo abrazó con dulzura mientras Kaiba apoyaba su castaña cabeza en aquel pecho cálido mojándolo levemente con sus lágrimas.

— Amo, tranquilo, fue lo mejor... no debe estar con usted, no debe repetirse la historia... “es mejor haber tenido y haber perdido, a nunca haber tenido”...- le acarició los cabellos mientras Seto asentía levemente.

— “Prefiero verte con vida lejos de mí, a verte muerto entre mis brazos...”- recitó con dolor invocando a sus pensamientos a aquel hermoso rubio que había salido corriendo de su despacho.

Gracias a la ayuda del Collar Milenario de Ishizu Ishtar, Kaiba se había enterado de que si seguía con su relación con el hermoso cachorro pronto iba a despertar en Atemu el odio al igual que en el antiguo Egipto donde ambos primos enamorados perdidamente del hermoso rubio habían comenzado una lucha Milenaria luego de la muerte del dulce general... pero eso no debía volver a suceder...

La secretaria entró y vio a su jefe tan débil e indefenso como nunca lo había visto y sus ojos se empañaron sin poder evitarlo.

Bakura la miró y le sonrió tristemente.

— Buen trabajo... ¿Se fue?– la chica asintió con tristeza.

— Estaba llorando... mucho...

— Eso es obvio... el joven Jouno ama a Seth, pero no puede morir, no lo merece, no de nuevo...- negó con la cabeza mientras el ojiazul abría sus ojos y miraba fijamente hacia el cielo que se veía a través de los ventanales de su oficina.

— Por lo menos sé feliz, mi cachorro...– murmuró antes de caer en la inconciencia del sueño.

POV JOEY 

Me dolía tanto... el corazón me apretaba, sentía que pronto iba a estallar...

Nunca fui muy feliz... mi madre al separarse de papá se había llevado a mi única luz, mi adorada Serenity... me dejó a la merced de mi padre, el cual siempre me echó la culpa de haber perdido a mi madre, golpeándome en sus estados de embriaguez...

Me vi obligado a trabajar desde muy pequeño para poder mantenerme a mi y a mi padre y así viví, aprendiendo a vivir y a defenderme en las calles, apenas y pudiendo pasar los cursos con un “suficiente”...

Conocí a Tristan, mi amigo, mi compañero... me alegró mucho tener un verdadero amigo, siempre me apoyó, me ayudó y sin pedir nada más que me amistad... poco después conocí a Yugi... era demasiado débil como para caerme bien, debo decir que le tenía envidia... él no tenía que luchar por sobrevivir, él había mantenido su inocencia intacta hasta ese entonces cuando yo la había perdido cuando tenía apenas 10 años, cuando tuve que comenzar a mantenerme... él no tenía más preocupaciones que su tonto rompecabezas y sus estúpidas cartas, cuando yo tenía que levantarme temprano para trabajar, ir a la escuela a duras penas, volver a trabajar por las tardes y luego llegar a mi casa a lidiar con un borracho agresivo que se hacía llamar mi “padre” que de padre solo tenía el nombre.

Si, le tenía envidia, eso fue lo que me llevó a molestarle, a quitarle aquella pieza de su rompecabezas y tirarla...

Pero el dulce Yugi me perdonó y me dio su amistad, algo que nunca voy a terminar de agradecer... con su amistad, me llegó la de Tea, niña tonta y gritona, pero al fin y al cabo una buena amiga... aprendí a quererla y también a Yugi...

Me enseñaron a jugar Duel Monster, y aunque no me convertí en un gran jugador, por lo menos entendía el juego...

Ah, y claro, Kaiba... ¿cómo no conocerlo? Él maldito ególatra, dueño de medio Domino City, si no es que completo...

Disfrutando llamarme perro, me enfrenté a él por primera vez en la Isla de Pegasus... me humilló y me hizo desear ser aún más fuerte que él...  y así... poder ganarme su corazón...

Y creí lograrlo, luego de muchas peleas, salvadas de mundo, y etcéteras... pero... creo que me equivoqué...

Solo era un juguete para él, alguien para pasar el rato... pero entonces ¿por qué me ilusionó? ¿por qué cuando hacíamos el amor me gritaba que me amaba, que no podía vivir sin mí? ¿Acaso era parte de su retorcida manera de divertirse?

Corrí… corrí sin mirar atrás ni detenerme por lo que me pareció eran siglos… calles y locales me vieron pasar, sintieron mis pasos y escucharon mi llanto… Si, lloraba mientras corría.

No veía nada, corría sin mirar atrás dije, pero tampoco miraba adelante… simplemente corría tratando de ocultar con mi cansancio mis ganas de morir… no las pude evitar y al cruzar una calle concurrida vi como un auto se abalanzaba contra mí…

Cerré los ojos y di gracias a los dioses… aquellos que jamás me dieron su bendición en la vida ahora me brindaban el mayor de los regalos… la muerte.

Seto miraba seriamente a Bakura mientras que este le miraba con tristeza explicándole lo que debían hacer. Marlen estaba allí y asentía despacio a las palabras del peliblanco cuando el castaño se levantó y tomó su gabardina dispuesto a salir.

— ¡Seto!– gritó sorprendido Bakura– ¿Qué sucede?– El castaño clavó sus zafiros en los rojizos del otro.

— No pienso seguir ningún plan.

— ¡Kaiba! Creí que habíamos quedado de acuerdo...

— No me importa si me tengo que enfrentar a nuestros destinos, a tus dioses, al mundo o al universo entero... incluso si me tengo que enfrentar a Yami... jamás voy a permitir que nada me separe de mi cachorro.

Salí de mi Corporación y comencé a caminar hacia la Universidad mientras una media sonrisa arrogante aparecía en mis labios.

Lo que le dije a Bakura es cierto... nada me separara de mi cachorro... lo amo y él me ama, nada más necesito para saber que debo hacer.

Doblé una esquina y pude ver como mi adorado rubio venía corriendo a todo lo que podía y como se sorprendía de verme.

Abrí mis brazos levemente y su rostro se iluminó por una amplísima sonrisa para luego tirarse hacia mí y abrazarme mientras yo le imitaba y le besaba los cabellos mientras él se apoyaba en mi pecho.

— ¡Seto! ¿Viniste a encontrarme? ¿Cómo supiste que había salido más temprano?– me preguntó con sus hermosos ojos mieles brillando.

Le acaricié con dulzura la barbilla y sonreí levemente.

— Simplemente lo supe...– le besé los labios sin importarme quien nos pudiera ver. En este momento no me interesa nada más que demostrarle que le amo, que lo adoro, que no sé vivir sin él.– ¿Te he dicho cuanto te amo, cachorro?

— Nones...- me respondió juguetón mientras yo le apretaba por la cintura y le daba un beso en la nariz.

— Pues te amo más de lo que puedas imaginar...

— ¿Si?

— ¿Acaso no me crees? Bueno, tendremos que remediar eso, ¿no crees?

— Yo creo que si...- asintió mi rubio poniéndose en puntillas y soplándome el oído haciendo que me dé un escalofrío- ¿vamos a pasear?- me preguntó tomándome de la mano.

Yo solo asentí y me dejé guiar por mi amado amante... mientras abría levemente mi gabardina y miraba el Cetro del Milenio... está bien que no crea en estas cosas... pero a veces sirven...

Me ayudaron a conservar a mi cachorro... creo que tendré que hacerles un altar...

~Owari~

Nota de Yakumo:  Bueno, como expliqué antes, lo que sale en el prólogo es algo que había escrito como hace dos años... y hoy lo leí y se me ocurrió esto, aunque debo decir que en verdad mi idea era muuuuy diferente XD... al comienzo era en serio que Bakura y Seto lo hacían o.o... y bueno, Joey se iba corriendo y moría XD... también se me ocurrió que no muriera pero perdiera la memoria y se fuera lejos pero me pareció demasiado “Perso e Trovaty” o “Vermillion”, para que vean que amo demasiado estos fics *_*
Kurama: Al comienzo se suponía que Seto correría detrás de Joey, pero luego pensamos “Seto no lo haría... ¬¬U” después se nos ocurrió mezclarlo con “Land of Inmortal” y “El Amor Después” y quedó eso del Antiguo Egipto O_o...
Yakumo: también pensé que Ishizu le estuviera diciendo que mejor no siguieran el plan de Bakura con el collar, pero luego se me ocurrió que Ishizu no debía salir ¬¬ me cae mal... por lo que lo dejé como el Cetro del Milenio, aunque sé que el Cetro no hace nada de eso ^^U...
Kurama: También al final íbamos a dejar que Joey se muriera y que Seto quedara con Bakura...
Yakumo: ^_^ también iba a dejar que Joey se quedara con un extraño simulando que había perdido la memoria y que Seto se sintiera celoso y quisiera recuperarlo...
Kurama: O que Joey no muriera y se quedara con Yami mientras que Kaiba se quedaba solo... pero Yaku pensó que era demasiado cruel para su Seto ¬¬
Yakumo: Y sabía que si mataba a Joey iban a estar todas las autoras persiguiéndome con pistolas, escopetas, flechas, revólveres, venenos en las comidas, etc, y mis amigas no me dejarían en paz en el MSN retándome u.u por lo que decidí dejarlo más dulce y que todo acabara bien ^_^U ¿quedó bien?
Kurama: ¬¬ Más les vale... miren que nos esforzamos mucho... para que vean lo que nos cuesta hacer un tonto fic de 7 páginas...
Yakumo: XD, See… bueno… ya me voy, espero les guste y espero vuestros reviews, muchos besitos a todas! Bye-Bye Nanoda!!!

Pichilemu, Chile. 16 de julio del 2006. (¡Salí de vagaciones ayer! XD)