El Chocolate Perfecto
Takaba Akihito movía sus pies en señal de nerviosismo. Estaba sentado en la pequeña banca de un pintoresco parque lleno de árboles. Se escuchaba un melódico canto proveniente de las aves que ahí se encontraban. El sol iluminaba con todo su esplendor. Las tiendas estaban saturadas por personas, en su mayoría chicas jóvenes comprando lo necesario para esa fecha. Las parejas pasaban de la mano sujetando entre sus manos un hermoso globo en forma de corazón. Akihito los veía y en ese mismo instante quería que se lo tragara la tierra. Era el día del Amor y la Amistad, más conocido como San Valentín. El lindo fotógrafo se sentía severamente comprometido a regalar algo ese día. ¿Pero cómo podía regalarle algo a ese hombre tan sádico, cruel, egocentrista, con aires de grandeza? ¡¿Cómo demonios le regalaría algo a Asami Ryuichi?!
Se levantó de la banca y comenzó a vagar por las calles. No había recibido ni una llamada de su amante. Aunque no lo aceptara le dolía en el alma. Pensó que Asami lo citaría en su departamento, pero no lo hizo. Metió las manos adentro de sus bolsillos y siguió caminando, solo que esta vez un poco cabizbajo. –Idiota.- murmuró. De pronto una muchacha paso al lado de él empujándolo haciéndolo caer en el frio y duro pavimento. Él emitió un leve quejido de dolor pero fue demasiado audible para la chica quien regresó y se ofreció a ayudarlo.
-¿Te encuentras bien?- pregunto la joven con un gesto de amabilidad. Le ofreció la mano a Akihito y le ayudo a levantarse. –Perdona… es que tenía un poco de prisa.- dijo y sonrió.
-No te preocupes. No me pasó nada grave.- el de igual manera devolvió la sonrisa. -¿Y se podría saber a dónde vas tan rápido?- la curiosidad invadió a Akihito.
-Voy a comprarle un regalo a mi novio. Le regalaré un chocolate especial, uno que tan solo él pueda probar y sentir sus labios azucarados juntos a los míos.- dijo la chica lanzando varios suspiros. –Y tú, ¿qué le vas a regalar a tu novia?- preguntó la chica con ojos brillantes.
-Ehhh… pues yo…- no podía confesarle que su querida “novia” era un despiadado yakuza. –aún no sé qué regalarle.-
-¡¿Qué?! Hoy es el gran día. Tienes que decidirte de una buena vez. Mira yo te ayudare.- se ofreció la chica.
-Pero ni siquiera nos conocemos.- dijo el rubio.
-Mi nombre es Katsura… ¿y el tuyo?- lanzó una sonrisa.
-Akihito Takaba.- respondió con inseguridad.
-Bueno Akihito, buscaremos el regalo perfecto para esa linda chica.- y sujetó de la mano a Takaba arrastrándolo por las calles más transitadas en ese momento.
-No puedo confesarle que mi linda novia es alguien llamado Asami que me tortura sexualmente todos los días cuando entró a su departamento. Eso haría que Katsura se asustara y mucho.- pensaba Akihito mientras trataba de seguirle el paso a la dulce chica.
-Llegamos.- dijo Katsura mientras se detenían en una gran dulcería adornada con globos en forma de corazón de todos los colores. –Aquí encontraremos el chocolate perfecto para las personas que ocupan un lugar especial en nuestro corazón.- las sonrisas que mostraba Katsura hacían sentir bien a Akihito. Nunca antes había conocido a una chica tan simpática como ella. Tenía esa aura de bondad.
-Vamos Akihito que ese chocolate no se va a escoger solo.- dijo Katsura.
-¿Y cómo sabré que chocolate regalarle a Asa… digo, a mi novia?- por poco decía su nombre.
-El chocolate muchas veces refleja el amor que sientes por él. Puede ser amargo, dulce, inclusive una extraña combinación de los dos.- dijo Katsura.
-¿Y cómo es tu amor?- preguntó Akihito mientras entraban a la tienda.
-Mi amor.- pensó y suspiró. –Nuestro amor es algo demasiado dulce que a veces empalaga a los demás pero para nosotros nunca es suficiente. Siempre queremos darnos más y más. No nos cansamos de estar juntos.- Katsura se notaba que en verdad estaba muy enamorada de su novio. Hablaba de él como si fuera el mejor hombre del mundo… y pues claro, para ella lo era. -¿Y tu amor Akihito, cómo es?- devolvió la pregunta Katsura.
-Pues… creo que nuestro amor…- Akihito se detuvo a pensar algunos instantes. El amor solo provenía de parte de él ya que Asami no le había demostrado nunca su amor con palabras. Él necesitaba oírlo decir un “Te Amo”. –Creo que es demasiado masoquista.- Katsura arqueó una ceja. No entendía lo que Akihito le quería dar a entender. –Nuestro amor es algo raro pero creo que sería una mezcla de todos los sabores del chocolate del mundo.-
-Entonces ya sé cuál será su chocolate.- dijo Katsura y sujetó de la mano a Akihito llevándolo a un enorme pasillo. Este tenía cajas doradas de todos los sabores y combinaciones extrañas. Pero en medio de todas esas se encontraba una en especial, la cual tenía un moño rojo sujetado al inferior. El paquete tenía ocho barras de diferentes sabores de chocolate.
-No creo que pueda pagar un regalo así.- dijo Akihito al revisar el precio.
-Dicen que este día está lleno de consumismo pero puede ser que no sea así. Si lo regalas con todo tu corazón no tiene por qué saber a dinero… ¿o sí?- Katsura sonrió a Akihito.
-Tienes razón.- tomó la caja y juntos fueron a pagar. Él llevaba de todos los sabores porque el amor que tenía por Asami era extremadamente cambiante; podía ser dulce, amargo, inclusive blanco u otras veces con relleno cremoso. Katsura llevaba uno demasiado dulce.
Los dos amigos salieron de la tienda. Cada uno llevaba una envoltura dorada con corazones a su alrededor. Al principio Akihito se había resistido porque estaba seguro que a Asami no le agradaba demasiado lo dulce (lo sabía de sobra, por eso tenía pensado regalarle otra cosa, pero el Día del Amor & la Amistad solo era una vez al año, debía aprovechar) y podía apostar que no le iba a agradar su regalo.
-¿Sabes qué Akihito? Tú me agradas mucho.- dijo Katsura mientras lo abrazaba. –Siento como si fueras mi hermano mayor.
-Tú también me agradas Katsura.- y correspondió a su abrazo en medio de la calle. Fue entonces cuando el sol lo vislumbro por el reflejo de un auto. Se cubrió el rostro pero sintió como perdía el aliento cuando vio que era una limusina negra y en ella iba Asami. La cara del mayor se notaba que era de sorpresa. Akihito estaba en medio de la calle abrazando a una chica y ambos tenían regalos en las manos. Takaba se apartó rápidamente de Katsura, sujetó su mano e hizo que los dos corrieran a esconderse de la furia de la mirada de Asami. Volteo y se dio cuenta de que la limusina se había dado la vuelta y ahora se dirigía hacia ellos.
-¿Akihito, qué pasa?- preguntó Katsura asustada y con la respiración agitada después de tanto correr.
-Falta poco.- jadeó el rubio metiéndose a un callejón con la chica. Había un gran muro que impediría el paso del automóvil pero para eso tenían que saltarlo. -¡Vamos Katsura! Tienes que saltar para el otro lado.- ordenó el chico.
-¿De quién huimos?-
-Tú solo salta.-
Katsura obedeció y saltó con dificultad. Akihito fue tras de ella no sin antes ver que la limusina ya se encontraba atrás de él. Asami estaba a punto de bajar cuando el rubio se escabulló con Katsura rumbo hacia al parque. Se detuvieron cerca de un cerezo a tomar aire.
-¡Akihito te exijo una explicación!- demandó Katsura.
-Te la daré. Resulta que yo no tengo novia.- sus mejillas se sonrojaron un poco. –Tengo una pareja que es hombre y nuestra relación es sumamente extraña. Él es un mafioso y para mi mala o buena suerte siempre me anda vigilando. Ahora intuyo que él piensa que le acabo de ser infiel contigo y no descansará hasta tenerme bajo su cama.- dijo Akihito mientras tenía sus manos posicionadas en sus rodillas para recuperar la respiración. Katsura no mostraba expresión alguna. Estaba en shock. Pero en un imprevisto abrazó a Akihito.
-¡Wow! Jamás pensé que alguien tuviera ese tipo de relación aquí pero solo puedo decir algo: es súper romántico.-
-Nunca entenderé a las mujeres. ¿Cómo les puede parecer romántica una relación como la mía?- preguntó confundido Akihito.
-Tú lo dijiste, somos mujeres.- sonrió. –Aunque siento haberte causado problemas con tu lindo mafioso.- rio.
-¡Asami no tiene nada de lindo! Es como un gato en celo.- dijo con algo de indignación colocando sus brazos cruzados.
-Los gatos son lindos.-
-¡Pero no en celo!-
-¡Se nota que lo amas Akihito! No importa que sea mafioso… T-U L-O A-M-A-S.-
Akihito bajó la mirada. Sentía que sus mejillas estaban ardiendo y no se equivocaba. Estaban más rojas que un jitomate.
-Tal vez… pero yo no sé lo que él sienta por mi.-
-Personas como él son difíciles de expresar sus sentimientos. Recuerda que su trabajo lo obligó a apartarse de todos ellos pero por lo que me dijiste se nota que te ama, a su manera claro.- dijo Katsura dándole palmaditas en su espalda.
-A veces ya no sé qué pensar. Me siento utilizado. Como si fuera más un juguete que su pareja.- esto último lo dijo sollozando.
-Mira Akihito, las cosas cambiarán, tenlo por seguro.- y le dio un beso en su frente. –No creas que las cosas con mi novio fueron fáciles al principio. Hubo varios “peros” en el camino pero juntos logramos superarlos. Tú también harás lo mismo con Asami. Lo superarán. Y tienes que admitirlo, el masoquismo es una parte excitante de la relación.- dijo Katsura haciendo reír a Akihito con esto último.
-Tienes razón. Haré que Asami caiga a mis pies esta noche.- y siguió riendo. –Pero tengo miedo, presiento que recibiré un castigo cuando llegué al departamento.-
-Pues Asami también recibirá un castigo cuando llegues a casa. Te tienes que resistir al principio hahahaha.- las carcajadas de Katsura era audibles por todo el parque.
-¡Claro Katsura!- y los siguieron riendo. Se había vuelto muy buenos amigos en tan pocas horas. No cabía duda de que era el Día del Amor pero también de la Amistad.
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Akihito subió las escaleras con algo de temor. Estaba en frente de la puerta del departamento. Su mano temblaba cuando introdujo la llave. La giró lentamente abriendo la puerta por completo. Asami estaba en casa. Se podía notar el olor a cigarrillo en el ambiente. Escondió en su chamarra el regalo y lo dejó en un sillón que estaba cerca. Entonces pudo observarlo sujetado al barandal de la terraza, dejando escapar el humo del cigarrillo.
-Ya llegué.- dijo Akihito con un fino tono de voz. Pero Asami no contestó. Era obvio que estaba enojado. Su actitud fría lo revelaba todo. Estaba a unos cuantos metros de él. Cinco o seis aproximadamente. Esa pequeña distancia los separaba. Akihito comprendió que Asami no deseaba hablar por el momento. Se iba a retirar cuando lo escuchó decir -¿Te divertiste?-
Su rostro palideció. –Por supuesto.- respondió tratando de fingir calma.
-¿Cómo se llama?- volvió a preguntar.
-Katsura.- dijo Akihito.
-¿Le gustaron los chocolates?- ahora Akihito sabía adonde quería llegar Asami. Él pensaba que le había sido infiel con Katsura pero estaba en un grave error.
-Asami, déjame explicarte…-
-¿Y qué me vas a explicar? ¿El cómo se abrazaron? No soy un imbécil.- dijo Asami lleno de furia. Se le notaba en los ojos. Podía parecer sereno pero traía a una fiera en su interior.
-¿Pues sabes qué? Si le encantaron los chocolates y me lo agradeció de todas las maneras.- dijo Akihito en un arranque de enojo. Le molestaba que Asami dudara de él. –Pero no sé de qué te asombras si tú eres igual o incluso peor que yo. Siempre con las mujeres y el alcohol. ¿Crees que soy estúpido?- las lágrimas recorrían las mejillas de Akihito.
-No sé qué en concepto me tengas pero con él único que he estado desde que te conocí eres tu.- Akihito al oír esto no pudo evitar sonreír.
-Yo jamás he estado con nadie al menos que no seas tú.- dijo de igual manera Akihito. Fue rápidamente por su chamarra y dejo el regalo al descubierto. –Katsura es solo una buena amiga que me acompañó a comprarte esto. Además ella también le fue a comprar algo a su novio así que no sorprendas ni mucho menos te pongas celoso.- y rio. Le entregó el regalo y continuó hablando –Si decides no comértelos por mi está bien. Sé que no te gusta ese tipo de cosas pero creo que por más que me trates mal te lo mereces.- Asami no sabía que decir. Para nada era el tipo romántico pero fue a su habitación y volvió con un ramo de rosas rojas. Además traía un envoltorio.
-Kirishima insistió en que te debía de dar algo detallista.- se podía percibir la pena en él. –Espero que te guste.-
Akihito abrió el regalo y vio que eran unos chocolates junto a una cámara fotográfica. Se sentía la persona más feliz en la vida.
-Tan solo lo diré por hoy Asami así que grábalo bien en tú mente… te amo.- y se abalanzó contra Asami. Él no era el tipo de chico en hacer esos actos con su pareja pero por hoy lo dejaría pasar- Asami de igual manera correspondió al beso pero poco a poco se fue tornando apasionado. Cargó a Akihito como si de una princesa se tratara y lo llevó hasta la habitación. Con delicadez lo tumbó sobre la cama besándole el cuello. No tardaron en sonar los gemidos de Akihito, esos que se volvía música para los oídos de Asami. Lentamente comenzó a desnudarlo. Para Akihito esto llevó una eternidad. Deseaba tenerlo dentro de una buena vez pero parecía que quería hacerlo sufrir un poco.
-Por favor, date prisa.- gimió de nueva cuenta.
-Ese es tu castigo por hacerme enojar.- rio.
-No es mi culpa que te pusieras celoso por tus ideas tontas Asami, así que apúrate.-
-Jamás te había visto más ansioso.- dijo burlándose de la expresión del menor. Lentamente comenzó a introducir un dedo en su entrada arrancándole un gemido.
-Otro por… favor… ahh ahh.- imploraba el rubio ya con lágrimas en sus ojos.
-Por primera vez hare lo que me ordenes.- e introdujo el segundo.
Akihito sentía que su cuerpo no podría aguantar más. Necesitaba que Asami estuviera dentro suyo y no solo por placer sino también por amor. Separó sus piernas y se acomodó para que el miembro de Asami entrara por completo en él. Pausadamente lo fue colocando dentro suyo mientras Akihito arañaba su espalda. De todas las veces que habían hecho el amor esta estaba siendo la más placentera para ambos. Una vez que estuvo adentro comenzó a embestirlo y Akihito rogaba por más. Lo que le daba no era suficiente.
-Más… argh.- gritó eufórico. Y Asami lo obedeció. Aumentó la velocidad de sus embestidas mientras masturbaba a Akihito.
-¡Te amo!- gritó cuando alcanzó su orgasmo. Asami lo hizo pocos segundos después dentro de él.
Después de esto salió de Akihito y se recostó junto a él colocándose un cigarrillo en la boca.
-Dos veces.- pronunció Asami.
-¿Ehh?- Akihito no sabía a lo que se refería Asami.
-Dijiste que solo una vez me lo dirías pero fueron dos veces.- Akihito al comprender de lo que se trataba se puso colorado y quiso que se lo tragara la Tierra en ese mismo instante.
-Me... deje llevar por el momento… no te lo tomes tan a pecho.- dijo mientras se ocultaba entre las sabanas. Entonces sintió como Asami lo abrazaba. Takaba no lo apartó. Quería sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Y así, en esa posición, juntos conciliaron el sueño.
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Asami estaba siendo arrastrado a la fuerza a ese lugar. Katsura había citado a Akihito en una cafetería para que conocieran a los respectivos novios de los dos.
-¡Ya Asami!- gritaba Akihito desesperado. –Tan solo va a ser una pequeña reunión.-
Y de mala manera entró a la cafetería ubicando rápidamente a Katsura y a su novio.
-Hola.- saludó Akihito.
-Buenos días.- dijo Asami más formal.
-¡Hola Akihito, hola Asami!- gritó emocionada. –Les presentó a mi novio Ryan, él no es originario de Japón sino de Estados Unidos así que habla los dos idiomas.- Ryan se veía joven y tenía puesto un traje de gala haciéndolo parecer extremadamente rico. Tenía esos aires de grandes y abrazaba fuertemente a Katsura. Entonces Asami de igual forma abrazó con gran fuerza a Akihito.
-Creo que son muy posesivos.- dijeron el unísono Katsura y Akihito. Los grandes solo se vieron con complicidad y emitieron una sonrisa. Bueno, al menos ya tenían algo en común los amigos.
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Iban caminando de regreso al departamento. Asami iba muy pensativo. Takaba nunca lo había visto así.
-¿Qué sucede?- preguntó el chico preocupado.
Asami lanzó un suspiro y luego dijo –Yo también.- y siguieron caminado.
Una vez que estaban dentro del departamento Asami se fue a dar una ducha mientras Akihito prendía la tele. Entonces reflexionó las palabras del mayor “Yo también” y fue entonces cuando comprendió lo que él trataba de decirle: él también lo amaba.
Akihito se puso muy feliz y unas cuantas lágrimas se les resbalaron de los ojos.
-Gracias por haber llegado a mi vida.- dijo Akihito para sí yendo a la habitación para dormir. O quien sabe, tal vez tendrían una ronda más de salvajismo.