-Sera mejor...llevarnoslo- dijo una mujer pelirroja con lágrimas en los ojos mientras la suave brisa movia sus cabellos.
-Creo que es lo mejor- concordo un pelirrojo mientras le abrazaba por los hombros.
¿Cómo había ocurrido?
Simple, solo hay que retroceder un poco el tiempo, el día de la batalla final en Hogwarts, a ese preciso momento en que Severus Snape le entrego a Harry sus recuerdos, la verdad de toda esa farsa en la que había estado viviendo durante años. Fue ese día en que Harry Potter sintió más deseos de terminar con el malvado ser que había arruinado su vida.
-Mirame- le dijo Snape, Harry obedeció- tienes los ojos de tu madre.
Harry se sintió mal al escuchar aquello pero no pensaba dejar que eso le afectara, sintió con la mano de Severus se colocaba sobre la suya acariciandola suavemente.
-Pero no eres ella- menciono- que tengas sus ojos no significa que seas ella, simplemente eres tú.
-Profesor...- murmuro el muchacho.
-Es Severus, Harry- le corrigió mientas sus ojos se iban cerrando lentamente.
-Le quiero- termino de decir el chico.
-Siempre lo supe- sonrió Severus- lo lamento.
Harry sintió grandes deseos de llorar y romper cosas, pero no podía sus amigos le esperaban afuera, la batalla aún no había terminado. Se aferro al frasquito que contenía las lágrimas que el oscuro profesor le había otorgado, dolido le dio un suave beso en la mejilla antes de acostarlo en el suelo.
-Vencere, lo prometo- dijo antes de salir de la casa.
Tal y como dijo, venció.
Derroto al Lord oscuro gracias a su fuerte deseo de verlo desaparecer, por un momento se sintió mal por haber quitado una vida pero... pero lo había prometido y una promesa nunca se rompe ya que es lo peor que le puedes hacer a una persona.
Sus amigos le abrazaron aliviados de que todo terminase y le invitaron a quedarse con ellos en la Madriguera, el chico acepto no muy animado, aún le dolía la perdida de ese hombre al que había admirado y querido tanto por bastante tiempo. le había tomado cariño...cariño que oculto bajo el interminable odio que decía tenerle...
Los días pasaron como agua entre los dedos llegando convertirse en largas semanas que pasaron a ser interminables meses, Severus fue absuelto de todos los cargos e incluso se le otorgo la Primera Orden de Merlín...
¿Pero de que servía eso?
Estaba muerto y ya no le sería de utilidad.
Con el pasar del tiempo el semblante de Harry cambió, se le veía más triste y apagado, su piel estaba pálida casi amarillenta, sus ojos no tenían ese brillo con el que lo habían conocido ni su cuerpo las fueras para seguir, simplemente para él todo carecía de sentido.
-Harry, tienes que comer llevas semanas o meses sin hacerlo- dijo su mejor amiga.
-No tengo hambre- dijo sin ni siquiera mirarla.
-Pero...
-¡Dije que no tengo hambre ahora largate!-grito.
La chica le miro sorprendida pero poco despues se recupero del susto y le enfrento. Los residentes de la casa subieron a ver que ocurría, la pelea entre ambos amigos era fuerte al punto de decir palabras demasiado hirientes.
-¡Estoy cansada de esto Harry, estas haciendote daño!- exclamo ella.
-¡Tu no lo entenderías, sangre sucia!
-¡No le digas de esa manera!- intervino Ron furiosos.
-¡Tu callate comadreja inutil!
Los señores Weasley los separaron de inmediato antes de que esto fuera más lejos, sacaron a Hermione y Ron de la habitación dejando solo a Harry, quien no evito el echarse a llorar mientras que en su mano derecha tenía el frasquito de aquel terrible día.
-¿Qué es lo que le pasa?- preguntaba Hermione mientras caminaba de un lado a otro desesperada.
-Debe ser algún efecto a causa de la batalla- dijo Molly- vio a muchos amigos perecer ahí- mencino recordando a su adorado Fred.
-¡Peor fue hace casi medio año!
-No es tan fácil para él querida.
Hermione se rindió y se cruzo de brazos mientras tomaba asiento junto a su novió que la consolaba mientras le abrazaba dejando pequeños besos en su mejilla.
-Se recuperara, ya lo veran- decía la señora Weasley- solo hay que darle tiempo.
Pero entre más pasaba el tiempo peor se ponía Harry, tenían que obligarlo a comer la mayor parte del tiempo su delgadez era realmente preocupante, a que saliera a tomar un poco de aire a causa de su palidez y a dormir por culpa de las enormes ojeras bajo sus ojos.
El tiempo no ayudo a Harry para nada, al contrario lo empeoro.
El chico ya no era el mismo, sus ojos eran similares a los de un pez muerto...ahora él era simplemente un muerto obligado a caminar entre los vivos.
-.-.-.-.-.-.-.-.
Una tarde, a once meses de la batalla, la señora Molly preparaba la masa para empezar a realizar un delicioso pastel que seguramente levantaría el animo de Harry. Hermione y Ron estaban en el callejon Diagon con los demas Weasley comprando algunas cosas... y como no hacerlo si esa era una fecha realmente hermosa.
San Valentín o bien el día del amor y la amistad.
Harry se había quedado en la Madriguera, pero estaba fuera no quería estar con Molly. Miro al cielo, que comenzaba a nublarse lentamente, ver eso simplemente le recordo esa noche dentro de la casa de los gritos, las palabras de Severus... todo.
-¿Por qué?- pregunto- ¿realmente sabías que era lo que sentía por ti?
Cansado de estar así se levanto y fue al único lugar en donde tendría respuesta a sus dudas.
-Adios- se despidió mirando la vivienda por última vez antes de desaparecer.
La lluvía comenzo dentro de muy poco, casi parecía tormenta, los Weasley llegaron a la Madriguera algo mojado, afuera el viento azotaba con fuerza, casi parecía que quería arrancar los arboles de la tierra, algunos truenos asustaron a la familia que tomaba el té frente a la chimenea.
-El pastel esta listo, ire por Harry- dijo la señora Weasley.
Los demás se reunieron alrededor de la mesa diciendo algunas bromas para pasar el rato. Molly bajo las escaleras totalmente asustado.
-Harry no esta- fue lo que logro decir en ese momento.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
-Ese día me dijiste que los sabías, que conocías lo que sentía por tí y aun así te fuiste sin decirme que me correspondías... ¿sabes lo doloroso que ha sido?, eres relamente un idiota si pensaste que tu muerte haría que todo terminase pero te equivocaste, tu muerte solo hizo que lo que sentía por ti se intensificara y comenzara a matarme lentamente con el pasar del tiempo; me dolía estar vivo, en cada lugar que posara mi vista te veía, veía tus ojos, tu rostro, tu sonrisa sarcastica...incluso escuchaba tu voz llamandome, gritandome por lo incumplido que era, ese día te disculpaste... ¿por que?, dime la razón por la cual lo hiciste... te fuiste y me dejaste sin respuestas, realmente eres cruel al pensar solamente en ti y no en los demas... y aún así...aún así ¡no puedo odiarte!, lo he intentado tantas veces que he perdido la cueta, pero siempre fallo y no es facil odiarte, simplemente no lo és, me enamore por completo de tí y mira lo que paso, estoy frente a tí completamente destrozado sin ganas de vivir y todo por tu culpa...todo es tu culpa...te amo.
-Harry...
-¿Severus?
-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Esa noche nadie durmió, Molly estaba preocupada, la tormenta no parecía ceder, pasadas de la medianoche algunos estaban de que se caían de sueño pero se negaban a dejarse a vencer.
-Lo buscaremos mañana- dijo Arthur- por ahora descansen, es peligroso salir ahora.
Molly miro por la ventana una última vez pensando en lo desprotegido que estaba Harry con este clima.
"Solo espero que estes bien"
A primera hora de la mañana, los Weasley informaron a todos los conocidos sobre la desaparición de Harry, para medio día, casi medio mundo mágico estaba buscando al salvador pero era como si la tierra se lo hubiese tragado.
-¿Acaso escapo?- pregunto Ronald.
-No lo creo- menciono Arthur- las opciones se agotan.
-¡Oigan!- exclamo Hermione- ¡Hay un lugar que no hemos revisado!
Y asi fue como terminaron en el cementerió, encontrando el cuerpo sin vida Harry sobre la lapida de Severus Snape, el chico sostenía el tallo de una rosa que se había destrozado por la tormenta. Molly se abrazo a su esposo mirando a su muchacho, al moverlo se dieron cuenta de algo...estaba sonriendo.
Harry tenía una sonrisa en su frió rostro y en su mano tenía el frasquito en el que había guardado los recuerdos de Severus.
-Creo que esta era la respuesta- dijo Hermione.
-¿Vamos a llevarnoslo?- pregunto Ronald.
-Creo que tengo una mejor idea- dijo ella.
Para esa tarde, el cuerpo de Harry era enterrado junto al de Severus.
-Buena suerte- dijo Hermione mirando al cielo mientras una lágrima caía por su rostro.
-.-.-.-.-.-.-.
-¿Me esperaste todo este tiempo?- pregunto un muchacho de ojos verdes.
-Siempre- respondió el hombre de ojos verles.
Ambos se tomaron de la mano para caminar hacía la nada mientras que sentían un gran alivió por estar juntos.