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Luchando contra el instinto por Kikyo_Takarai

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Notas del capitulo:

Oficialmente estoy escribiendo el último capítulo mientras hablamos. Creo que haré de esto una serie y pondre una pequeá secuela con unos 3 o cuatro capítulos cuando termine, mientras gracias por leer.

Podría buscar a Beverly, quedarse en su casa, pero cuando no respondió el teléfono Will supo que debía estar ocupada, tal vez en una redada. Will tenía planes para el futuro, quería convertirse en investigador de homicidios, unirse al FBI, ahora todo eso estaba destruido. No podía seguir patrullando y jamás pasaría los exámenes psicológicos de la agencia. Podría buscar otro trabajo, quitarse a Matt de encima. ¿Haciendo qué? Sólo conocía la vida de la policía. Podría buscar una escuela de tiro para dar clases, pero eran ambientes hostiles. Casi ninguna industria admitiría a un Omega y Will tuvo suficiente de malos trabajos de medio tiempo cuando estaba en la academia. No quería volver a eso.

No tienes opción. Se dijo sentado en el bar de un hotel. Había tomado un taxi y no tenía dinero para regresar a casa, daba lo mismo pues no quería hacerlo, bebería hasta que Beverly volviera a casa y pudiera pasar por él. Ese era un buen plan. Una hora más tarde Will había apagado su celular, cansado de las llamadas y mensajes de Matt, y casi se había terminado una botella de whisky el solo. Estaba furioso. Esas peleas, esa actitud, todo era tan agotador. Ya no podía soportarlo, esa sensación de que cometía error tras error sin poder evitarlo, de que Matt era cada vez más infeliz y él no podía cambiarlo… Matt lo intentaba, intentaba proveerlos. Pero no manejaba bien la responsabilidad ni el estrés. Tal vez separarse no era mala idea.

El alcohol le recordó una de sus primeras citas, bebiendo a la luz de las estrellas en el techo del viejo coche de Matt, en medio del bosque, en el silencio y la quietud. Habían dormido juntos esa noche, en la misma bolsa de dormir, acurrucados uno contra él otro. ¿Por qué no podían tener eso ahora? Si Will pudiera dormir así no se sentiría solo… Si Matt cerrara la boca y lo abrazara, lo besara, le dijera lo hermoso que era… estaría bien. Podría ignorar todos los problemas, todos los conflictos, eventualmente tenían que resolverse, pero no tenía la fuerza para seguir peleando así hasta ese día.

—Hola, lindura.

Will se giró lentamente. A su derecha había un hombre, alto, apuesto, alfa seguramente. Sí, Will podía oler sus feromonas, pero no le resulto del todo atractivo. Vestía un traje y tenía la camisa abierta de los primeros botones, dejando ve su pecho velludo y firme. Por un segundo deseo pasar sus dedos por él, disfrutando del contacto.

— ¿Puedo ayudarte?

— ¿Qué hace un omega tan hermoso como tú bebiendo sólo en esta bella noche?

— ¿Qué hace un alfa sólo en un bar en esta bella noche? —Replicó Will. No estaba especialmente interesado, pero hace años que no coqueteaba con alguien, quería atención, quería cumplidos, y  a pesar de resistir bien el alcohol ya se sentía privado de inhibiciones.

—Siguiendo al destino, claramente cuando decidí venir a tomar un trago tenía que encontrarme contigo.

—Suenas como una lista de cumplidos bajados de internet. — Dijo Will sonriendo. El alfa se acercó más, sentándose en el banco junto al suyo en la barra, apenas a escasos centímetros.

—Tengo muchos más, podría pasar toda la noche describiéndote, pero preferiría pasarlos mucho más cerca. — Will no quería eso. No, esto era una mala idea. Trató de alejarse pero el hombre tenía una mano en su muslo y otra en su cintura. — Tengo una habitación arriba, podríamos pasarla bien juntos…

—No gracias, no estoy interesado. — Dejó el vaso en la mesa y trató de ponerse de pie, tal vez si había bebido de más.

—Oh vamos, lindura, te vas a divertir.

—No gracias… Suéltame…

Will sintió muchas ganas de dispararle, gracias a dios no tenía su arma. O tal vez eso era algo malo, el sujeto se rio ante su negativa, llevando su mano a su entrepierna. ¡eso era todo! Will iba a darle una paliza hasta dejarlo irreconocible, pero no pudo hacerlo. Alguien, un olor tan familiar,  ya había empujado al alfa con un firme brazo y Will lo siguió hasta unirse con Hannibal, estaba rígido como una amenaza y sus ojos centelleaban con furia.

—Claramente no entiendes el significado de “No”.

—Y a ti ¿Qué mierda te importa? Esto es entre él y yo.

—Tienes 5 segundos para largarte. —Gruño Hannibal, estirándose cuan alto era y mirándolo fijamente. El hombre gruño también, pero no era idiota. Se dio la vuelta de inmediato para alejarse.

—Si no quieres gente jugueteando con lo que es tuyo deberías ponerle tu nombre.

—Sigue caminando. —Rugió Hannibal, Will lo miró sorprendido.

— ¿Hannibal?

— ¿Estás bien? — Will asintió. — ¿Qué haces a media noche tu solo en un bar Will? Es muy peligroso que un omega salga a beber así, te llevaré a casa.

—No quiero ir a casa. — Replicó el menor, luego miró a Hannibal con interés. — ¿Qué haces en este lugar?

—Tengo una vida, Will, y a veces mis amistades me invitan a beber, tienes suerte de que estuviera aquí o estarías en cama con ese sujeto. — Tomó a Will del brazo y este se puso de pie muy a su pesar. Hannibal dejó un par de billetes en la mesa y comenzó a caminar.

—Mi whisky…

—Creo que ya bebiste suficiente, Will. Te llevaré a casa.

—No. —Dijo soltándose de su agarre, Hannibal lo miró en silencio. — No quiero volver…

—Es sobre Matt. —Era una afirmación, Will asintió por pura cortesía. — ¿Te hizo daño?

—Discutimos sólo eso… Me gritó, yo le grité, me empujó así que me fui. — Hannibal sintió su sangre arder un poco. ¿Qué mierda creía Brown que hacía empujando y gritándole a esa hermosa criatura? — Dije cosas que no debí decir, no quiero regresar…

—Sube al auto, Will, conduciremos un rato mientras dejas salir todo ese alcohol.

—Me siento mejor ahora…

—Estabas con ese sujeto, ¿Por qué?

—Me dijo cosas lindas. —Susurró Will avergonzado. El estacionamiento estaba frío y solitario, cuando suspiro su aliento se elevó en forma de vapor hasta las estrellas. — Me hizo sentir bien…

—Will.

—Matt ya nunca me dice nada así… un cumplido o algo… —Admitió más para sí mismo, recargándose en la puerta del auto de Hannibal cuando estuvieron frente a él. — No quería llegar a nada con él, sólo quería escucharlo de nuevo, tal vez hasta creer que era cierto.

—Eres hermoso. — Dijo Hannibal, Will lo miró sonrojado, no había duda ni malicia en su voz y Will supo que era honesto. — Tu belleza hace palidecer a las estrellas del cielo, le arrancaría suspiros de amor al monstruo más sanguinario.

—Hannibal…

—No quieres un pretendiente, lo sé, te lo digo como amigo. Eres inteligente, divertido, incluso cuando eres frágil y obstinado. Deberían decírtelo cada día, para que nunca dudes de que este mundo es mucho más interesante contigo en él…

Hannibal se había acercado mucho, casi susurrándole en la trémula luz del estacionamiento, Will apenas podía escuchar sus palabras por sobre los latidos de su corazón desbocado, el pecho le dolía con cada uno. Abrió la boca para hablar pero no pudo decir nada. Hannibal atravesaba su ser con su mirada, fija y honesta, sentía sus ojos taladrando su alma, su aroma tan real como el calor agradable y conocido de su cuerpo. Hannibal retrocedió, dispuesto a entrar a su auto, pero Will no lo permitió. Fue un acto totalmente impulsivo, instantáneo, que los tomó a ambos por sorpresa. Se aferró a la fina chaqueta del traje de Hannibal antes de atrapar sus labios en un beso.

Hannibal parecía sorprendido al principio, pero no lo rechazó, paso una de sus manos por su cintura y la otra en su nuca, abriendo su boca como una invitación para Will. Nublado aún por el alcohol Will profundizó ese beso, acariciando sus labios con su lengua antes de entrar de lleno, reconociéndola y aventurándose a bailar con la que lo esperaba ahí. Sintió un choque eléctrico cuando Hannibal lo empujó contra el auto, gimiendo dentro de su boca cuando el lituano comenzó a besarle también. Podía sentir su rostro arder y un cosquilleo en su entrepierna.

Hannibal acaricio suavemente su cintura y puso una pierna entre las suyas, rozando su miembro semi erecto mientras continuaba el asalto a su boca. ¿Qué mierda estaba haciendo? Volvió en sí de pronto, empujado al rubio lo suficiente para respirar, Hannibal no lucía decepcionado, si acaso un poco agitado.

—Lo siento tanto… no sé qué sucedió.

—No me importa Will, querías sentirte cercano a alguien, así que me besaste.

—No está bien… —Susurró Will, súbitamente sobrio. — ¿Peleo con Matt y mi respuesta es salir a besarme con su psiquiatra? No, Hannibal lo siento mucho yo...

—Will, respira. — Sus manos parecían frías contra las mejillas ardientes de Will que comenzaba a ceder ante el pánico. — No sucede nada, fue un beso, entre amigos si prefieres, y bajo la influencia del alcohol, no le diré a nadie…

—No… ¿No estás enojado?

—Me han hecho peores cosas. —Dijo con una sonrisa. — Un beso así… lo acepto cualquier día. Sube al auto, te llevaré a casa.

No dijo ni una palabra en el camino, Will no tenía idea que  decir, Hannibal no parecía molesto ni afectado, le hablaba como hacía siempre y lo convenció de que eso no significaba nada, que lo entendía, que no interfería con su amistad. Will parecía agitado y cuando llegó al departamento corrió a lavarse los dientes. Matt estaba dormido, se recostó suavemente a su lado, pero sin atreverse a tocarlo. Se sentía horriblemente sucio y culpable. Matt estaba actuando como un tonto, pero nunca haría algo así…

No durmió bien esa noche, sus sueños tampoco parecían decidir entre besos a media luz con Hannibal o la vida que podría tener con Matt.

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Incluso a pesar de su escapada nocturna Will despertó antes que Matt a la mañana siguiente, sin nada mejor que hacer, además de torturarse a sí mismo, le hizo el desayuno e incluso un almuerzo para el trabajo.  ¿En qué pensaba besando a Hannibal? No importa, no sucedió, no sucedería otra vez.

—Will…

—Buenos días…

— ¿A qué hora volviste ayer? — Parecía preocupado, no molesto. Pero Will fue cauteloso.

—A eso de la una, necesitaba aclarar mi mente, pero no debí irme así… lo siento.

—Yo lo siento…—Dijo Matt a su vez, suspirando. — Actué como un perfecto imbécil, te hice daño y te provoque para que me hicieras daño también.

—Yo… — ¿Daño? Matt no podía saber sobre Hannibal… ¿O sí?

—Está bien, tienes razón, actué como lo que soy, un beta frustrado y resentido…

—Oh… —Will no esperaba eso, se sereno pensando en que aquello no había sucedido, nunca lo hablarían y sería como una pesadilla, una ardiente y deliciosa. — No debí llamarte así, estaba enojado.

—Y con razón… No te he apoyado, no he sido justo contigo ni con lo que quieres…Si quieres… quedarte en casa a cocinar y limpiar para mí, está bien, es un trabajo duro. —Dijo suavemente, besándole la mejilla y tomando el plato de huevos que le ofrecía. — No quiero discutir así, estoy cansado… cansado del trabajo, cansado de mi jefe… Pero no estoy cansado de ti, Will, nunca podría…

—Matt… yo. No sé si esto sea una buena idea.

—Hey, hemos pasado muchas cosas, saldremos adelante.

Will quería creerle, pero era casi imposible, le devolvió la sonrisa pero no fue 100% honesta. Tal vez una oportunidad más. Sólo una… Se la debía, lo hizo tan feliz durante 4 años, seguro podría hacerlo de nuevo.

—Sí… creo que tienes razón.

—Fui un perfecto imbécil, déjame compensarte…—Sintió sus manos entre las suyas y un beso en la cien, ese era el Mathew que quería. — El viernes puedo salir un poco antes de trabajar, tal vez podríamos ir al cine, ya ha pasado un tiempo.

—Suena bien… suena muy bien. —Admitió sonriéndole, Matt le beso los labios con ternura, Will pensaba en el beso con Hannibal, eso estaba muy mal. Debería decírselo a Matt.

—Sabes… anoche fui a un bar.

—Will…— Oh no, ahí estaba ese  Matt molesto de las últimas semanas. —

—Fue sólo para calmarme… regresé en taxi y no me sucedió nada…

—Will, no puedes hacer eso… es peligroso.

—Lo sé, lo siento, es decir un alfa intento coquetear conmigo, pero no le deje ni decirme su nombre. — Eso sacudió un poco más a su novio, lo vio bajar la vista, preocupado. — ¿Matt?

—Eres muy coqueteable, eres muy atractivo. —Algo oscuro guardaba ese cumplido detrás, lo veía en sus ojos. — No vuelvas a salir así, no les des oportunidad de acercarse a ti… he sido un imbécil, pero te amo… Puedo cambiar, puedo intentarlo…

—Matt… vale… te creo. — Dijo sonriéndole, está vez honestamente. — No pasa nada, estaremos bien, nos acostumbraremos al horario y al nuevo departamento.

—Y el viernes tendremos una cita. —Le dijo mientras agarraba sus cosas para irse. Will recibió otro beso en la mejilla antes de irse. — Te amo.

—Te amo…

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—Bese a otro hombre…

Alana lo miró sorprendida, casi tirando sus notas cuando Will abrió la boca por vez primera en su cita de los jueves.

—Wow… ¿cómo te sientes?

—Horrible… No sé en qué estaba pensando… fue algo espontaneo, de pronto yo estaba ahí y él estaba ahí hablando de mi belleza y las estrellas y boom.

—Ya veo… ¿Te gusto?

— ¡No! No lo sé… Un poco, sí…

—Will, ¿estás pensando en tener una aventura? No puedo ayudarte si ese es el caso.

—No, es decir se lo que parece, pero sólo fue un beso… No, yo tengo a Matt, y lo amo. Estos días ha estado mucho mejor, no hemos peleado ni discutido sobre nada. Mañana tendremos una cita ¡iremos al cine de ese nuevo centro comercial!

—Pelean mucho últimamente.

—Sí, bueno somos personas difíciles, estamos pasando un mal momento…

—Supongo que por eso estás buscando compañía de otra fuente.

—Sólo somos amigos, —Se defendió Will, pero sabía que Alana no se tragaría ese cuento.  ¿Qué sentía por Hannibal? No era amor, eso seguro. Era algo más básico, más joven. Hannibal lo atraía, tanto que en un momento de debilidad se había atrevido a besarlo. Pero Matt, Matt era otra cosa, era su alma, su novio… No estaba bien.

Quiso rechazar al mayor cuando lo invitó a tomar café esa tarde, pero Hannibal había demostrado que ese beso no significaba nada. ¿A Will lo dejaba sin dormir y para él era nada? No sabía que era peor, haber besado a Hannibal o estar molesto porque ese beso fuera “nada” para él otro. Se esforzó en recordar que eran amigos. ¿Qué importa lo que eso signifique para Hannibal?

— ¿Tienes planes para el fin de semana? — Preguntó Hannibal mientras se despedían, Will asintió.

—Matt va a llevarme en una cita mañana… —Susurró como si fuera cualquier cosa, Hannibal sonrió, enigmático como siempre.

—Eso suena muy bien.

— ¿Tú?

—Tengo un compromiso con una dama especial.

Will logró embotellar su asombro, después de todo era maravilloso si Hannibal encontraba a alguien para salir… ¿no?

—Sí, Will tienes que alejarte de ese hombre… —Le dijo Beverly más tarde al teléfono.

—Sólo somos amigos…

— ¡Lo besaste, en un estacionamiento oscuro a espaldas de tu novio!

—Suena mucho peor cuando tú lo dices… Estaba ebrio, sólo somos amigos…Si lo digo muchas veces hasta yo me lo creo.

—Sé que Matt puede ser un tonto, pero no hagas cosas que puedan sacarse de contexto, no eres un hombre soltero.

—Tampoco estoy casado…mira olvídalo si, no va a volver a suceder.

Claro que no, eso era cosa de una vez, un desliz, una tontería. Will iba a disfrutar su tarde. Dejó que Matt decidiera sobre la comida y la película porque la verdad no podía importarle menos. Escuchaba su conversación con apenas suficiente interés para responderle, pero sólo podía pensar en Hannibal y en lo que estaría haciendo esa noche… ¿y con quién? Casi gritó cuando Matt lo empujo suavemente detrás de una columna para robarle un beso, dulce, cariñoso. No, no necesitaba a Hannibal, tenía a Matt que estaba intentando por él… Correspondió el beso con entusiasmo, dejando a su novio sonrojado y jadeante, extrañamente satisfecho.

—Anda, vamos a casa. —Susurró en su oído, tomándole la mano rumbo al estacionamiento. Will se dejó guiar mientras veían escaparates y tiendas llenas de cosas que ninguno quería, sabían muy bien que no podrían pagarlas. Mientras cruzaban el último set de tiendas antes de la puerta Will vio una figura familiar a su lado. Volteó casi al mismo tiempo que Matt, y su comentario sólo atinó a darle a Will una horrible sensación que no tenía desde la preparatoria:

—Wow, ¿No es ese el Doctor Lecter? — Will se asomó sobre su hombro, claro que lo era. Todo él le era familiar a Will, su cabello rubio cenizo, su ropa perfectamente cortada, sus hombros anchos, sus facciones angulosas. Lo único que no le era familiar era la hermosa, y más joven, mujer que le tomaba del brazo. Se reían y charlaban en una atmosfera familiar y amena, Will no sabía que Hannibal podía estar así cerca de la gente. La muchacha era preciosa, rubia, delgada y con excelente gusto para vestir, igual que él. — Bueno, no era normal que estuviera soltero, ¿viste a esa chica?

Matt soltó un silbido y Will lo miró con reproche. Claro que la había visto… ¿Cómo no verla? Era hermosa en una forma extraña, exótica, igual que Hannibal. Sintió una punzada de… ¿Celos? No.

—Hey, no pasa nada, cariño sólo tengo ojos para ti. Ven aquí.

Will se dejó abrazar, no porque estuviera especialmente deseoso de compañía o porque le molestara que Matt disfrutara revisando mujeres hermosas, no. En realidad sólo quería quitarse de encima el dolor que sintió en el pecho. Había sido estúpido pensar que alguien como Hannibal pudiera sentir algo por un Omega como él, de clase baja, en una relación y emocionalmente inestable. Sintió los brazos de Matt rodeándole con fuerza, Matt lo amaba aunque fuera un perfecto idiota en momentos. Enterró el rostro en la curvatura de su cuello, curando con sus caricias ese corazón que no tenía por qué romperse.


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