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Luchando contra el instinto por Kikyo_Takarai

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Will no respondió las llamadas de Hannibal la siguiente semana. Ni sus mensajes. Ni sus invitaciones en redes sociales, ni sus correos, nada. Se sorprendió al darse cuenta que tan profundo había dejado que ese hombre entrará en su vida. Quería verlo. Pero no era bueno, Ahora Hannibal tenía una persona que pretender, y Will tenía novio. Uno que se estaba portando especialmente bien. Fue casi muy fácil rendirse a ese Matt que realmente parecía intentarlo. Aún discutían, un poco, normalmente cuando alguno de los dos quería algo y el otro no, su sincronización no era perfecta en ese sentido, no que Will se sintiera con ganas de rogar muy a menudo. El sexo estaba fuera de discusión, sus problemas fuera de la cama serían más fáciles de resolver sin eso de por medio.

No quería ilusionarse con Matt, no quería rendirse a su personalidad de esa semana y luego verlo ceder cuando su celo llegara ese fin. No quería volver a perder el piso, la estabilidad que finalmente comenzaba a construir. Tenía un horario más definido ahora. Despertaba antes que Matt para hacer el desayuno y su almuerzo, luego lo despedía con un beso y hacía las compras, o el aseo, o pagaba las cuentas. Comía algo ligero y preparaba la cena. Matt comía con mucho más entusiasmo ahora. Will no podía evitar sentirse culpable, por pensar en alguien más.

Cenaban, veían la T.V, el jueves incluso se bañaron juntos, nada especialmente sexual, pero si familiar y confortable, lleno de caricias inocentes y besos húmedos, para cuando estaban en la cama, acurrucados el uno contra el otro, Will prácticamente ronroneaba de felicidad, cosa que no había hecho en meses.

Para Matt era un esfuerzo constante. Cada día tenía que pensar antes de actuar, antes de hablar, antes de decidir levantarse de la cama y empezar con su día. Cuando Will se fue realmente pensó que no volvería y no podía culparlo. No se sentía del todo bien, claro. Ocultaba su inseguridad y su cansancio pero hasta ahora valía la pena. Podía acostumbrarse a este nuevo Will, a la comida casera, a duchas como la de ese día, mierda, esa era una buena vida. Pero estaba agotado. Trabajaba demasiado y no llegaba a ninguna parte. No había tenido tiempo de registrarse para ningún curso de capacitación. Tenía que hacerlo, si ganaba un poco más podría trabajar menos horas, con un poco de suerte esos cursos le ayudarían a buscar trabajo en otro hospital, con un mejor sueldo, para mudarse a un mejor lugar, tal vez empezar a pensar en casarse.

— ¿Cómo has estado, Mathew?

—Supongo que bien. —Le dijo al Dr Lecter, no estaba seguro de sí verlo de vez en cuando le ayudaba o no. Sin duda hacerlo cada dos semanas ayudaba menos, pero no disponía de más tiempo. Tampoco importaba, Hannibal no tenía interés alguno en ayudarle. Si Brown se curaba o no le tenía sin cuidado, lo que le interesaba era su omega, el mismo que no respondía sus llamadas o intentos por contactarlo, tal vez Alana había sobreestimado el interés de Will por él al sugerirle un plan como aquel. Intuición femenina ¿eh? Tonterías.

— ¿Cómo está Will? — Matt sonrió a la mención de su novio y Hannibal quiso golpearlo en la cara.

—Bien, muy bien en realidad. Sonríe más, ha mejorado mucho en la cocina. —Explicó el beta sonriendo. — Creo que ya está listo para casarse. —Bromeó.

—Es un gran paso… —Dijo Hannibal sombrío.

—Es una expresión, pero… lo he pensado, creo que podríamos hacerlo.

— ¿Crees que Will estará de acuerdo en casarse contigo luego de los problemas que han presentado?

—Estamos mucho mejor. —Dijo secamente. Hannibal sonrió. Estaban mejor porque Will se negaba a buscarlo, pero eso no duraría, no sí Matt lo obligaba a sentirse sólo de nuevo, no sí tenía un poco más de tiempo para confundirlo, para alejarlo de él.

—Entiendo, ¿han considerado la oferta de un Alfa de compañía?

—No es perfecto, pero Will se está acostumbrado a pasar el celo a solas. Cerramos bien las puertas y las ventanas, un par de cerraduras adicionales, nadie entra o sale…

— ¿Eso le gusta?

—No, pero es preferible, no podría pagarle a un Alfa aunque quisiera…

—Has presentado conflictos de confianza antes. Y este mes han pasado muchas cosas, una mudanza, cambio de turno por decir lo menos. ¿Cómo te has sentido? ¿No te preocupa la posibilidad de casarte con Will, marcarlo y luego no poder proveer para él?

—Nuestra vida no cambiaría mucho si nos casamos… Si puedo hacerlo ahora, podré hacerlo cuando sea. Usted atesora mucho el concepto de un Omega, lo hace sonar casi aterrador, creo que puedo manejarlo.

—Oh, Mathew no me malentiendas, tener un omega feliz no es tan difícil, mantenerlo así es la parte en la que usted debería interesarse.

—No le entiendo…

—Para empezar, ¿Qué será de Will si usted muriera? ¿Tiene ahorros que pudiera usar para mantenerse? Es claro que no le está dejando ni una propiedad. ¿Qué sucederá cuando Will madure un poco y quiera algo más?

— ¿Algo más?

—Los omega están diseñados para procrear, Mathew, Will eventualmente querrá una familia, si decide marcarlo estará limitando sus opciones a usted o a la adopción, es un proceso costoso por decir lo menos, eso sin siquiera pensar en lo que cuesta criar un hijo hoy en día. Tiene que pensar además que sí usted llegara a faltarle luego de tener hijos, Will no podrá trabajar, mataría a su familia de hambre, Mathew.

—Puedo ganar dinero para mi familia, no se preocupe por eso… —Dijo Matt, pero Hannibal sentía la irritación en su voz. — Tal vez no nací con un nudo, pero no lo necesito para mantenernos… No era lo que quería, pero lo asumo.

—Era mucho más fácil cuando Will ayudaba, es comprensible que te sientas resentido con él.

—No estoy resentido…

—Entiendo, después de todo Will renunció a su trabajo sin pensarlo dos veces, su vida es bastante cómoda ahora. ¿Luce diferente? ¿Hace cosas nuevas? Apuesto que sí… Cosas que usted no comprende. Nidos de cobijas en su sillón favorito, cuida de plantas, adopta animales, es amigable con los niños del vecindario.

— ¿Cómo…?

—Son conductas muy comunes, los Omega las desarrollan mucho antes en su vida, pero Will empezó con un poco de atraso. Probablemente huele mejor también. —Matt se quedó en silencio, meditando. Sí, estaba más confiado, pero Hannibal disfrutaba demasiado picarlo cómo para considerar simplemente llevarse a Will a la fuerza… — Su cabello es más largo, su piel más suave, sus ojos brillan más cuando hace algo por ti… ¿Te has fijado si los Alfa lo desean cuando camina por la calle?

—Will es atractivo, siempre ha sido así, estoy acostumbrado.

—No, no así. Probablemente no sé de cuenta de lo mucho que intenta atraerlos, fíjate en tus amigos y vecinos, sus pupilas se dilatan, huelen el aire como sabuesos, con la nariz en el suelo y la polla muy dura en los pantalones.

—Un sujeto intento seducirlo en un bar. — Recordó Matt en un segundo, mordiéndose el labio. Ah esa gloriosa noche, Hannibal no podía pensar en otra cosa, cuándo pudo saborear lo delicioso que era Will cuando dudaba, cuando se entregaba, casi podía sentir su boca contra la suya en ese momento, daría cualquier cosa por besarlo de nuevo.

— ¿Y eso te viene bien? Los Alfa liberan feromonas para hacer sentir a los Omega seguros, es un reflejo natural. Los Omega no son diferentes, todo en ellos está diseñado para atraer a un Alfa. Cuando un Omega es marcado su aroma cambia, es atractivo pero es una advertencia para aquellos a quienes no les pertenece. Claro que no es algo que una marca beta pueda hacer.  ¿Su aroma te afecta ahora? Cuando está en celo.

—No realmente… —Admitió Matt, frustrado. Cuando se fue no notó la sonrisa triunfal de su médico.

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Luego de observarlo todo el viernes Matt se dio cuenta de que todo lo que decía Hannibal era cierto hasta cierto punto. Will si lucía diferente, y mucho. Su cabello era más largo, sus rizos más pronunciados, sus pestañas más espesas. Tenía un puñado de flores en el alféizar de la ventana y saludaba animadamente a una vecina que tenía un niño pequeño. El niño lucía tan cómodo a su alrededor como Will, y eso lo perturbaba un poco.

Y los Alfa, mierda, tenía razón. Lo miraban como si fuera un pedazo de carne. Matt estaba acostumbrado a su aroma, incluso al nuevo que era delicioso y dulce. Pero al salir veía el verdadero efecto.  Mientras cerraba las ventanas se preguntó si algún loco treparía 4 pisos para entrar a su departamento desde afuera sólo por Will. Seguro estaría mejor con un Alfa… alguien fuerte, que pudiera marcarlo y protegerlo de otros, alguien que no tuviera que cerrar las ventanas porque sabía que podía quedarse y follarlo hasta perder la razón, hasta quitarle ese horrible calor que lo hacía soltar los más horribles gemidos de dolor, lo último que él escuchaba antes de irse durante casi 3 días.

Era una tortura… No podían pagar un hotel ahora, así que Matt pasaba las noches en el hospital o con Barney, arrancándose el cabello, tal vez ahora alguien había logrado abrir la puerta, tal vez Will ya tenía una marca en el cuello y el vientre lleno de los cachorros de alguien más.

—Matt, relájate o te va a dar un derrame cerebral. — Le dijo Barney mientras le daba otra cerveza. Era la sexta y no podía relajarse, se la bebió casi de un trago. — Sé que te preocupa Will, pero no le sirves de nada ahí.

—Podría darle agua, podría… alejar a la gente de la puerta... No puedo vivir así.

—Va a ser así cada mes por el resto de tu vida, hermano, este disco ya me suena muy gastado.

— ¿Qué mierda se supone que significa eso?

—Significa que si yo estoy cansado de oírte, Will está muy cerca. ¿Quieres estar con él? Bien, siéntate aquí y aguanta. Si no puedes hacer eso entonces búscate un nuevo novio, Brown, un beta que te haga la vida más sencilla…

— ¿No crees que debería estar con él?

—Mira, sé que lo amas y todo ese teatro pero, a veces el amor no es suficiente, hermano, a veces hay que poner de nuestra parte o simplemente dejar de nadar.

Matt no quería dejar de nadar, mierda por Will nadaría hasta quedarse sin energía y ahogarse, tal vez estaba acercándose peligrosamente a ese punto en el que los miembros se te entumen y no puedes hacer nada más que descansar, flotando en la inmensidad del océano, podía seguir nadando después o dejarse morir. ¿Pero era sensato dejarse morir? Tal vez dejar a Will sería como volver a la playa, empezar de cero. Pero no quería, lo amaba.

Cuando el celo paso volvió a casa, el olor era fuerte, lo dejó mareado por un momento. Will solía estar ya aseado cuando el volvía a casa, pero no está vez. Lo encontró en cama, profundamente dormido entre sabanas  endurecidas por la humedad de los últimos días, el sudor y fluidos varios.  Tenía el cabello revuelto, enmarañado, ojeras y la piel enrojecida, rasguñada. Nada que ver con la dulce imagen de sonrosada satisfacción que el Dr. Lecter dejó cuando lo invitaron antes.  Pero eso era todo lo que podía ofrecerle.

—Will, cariño, arriba, te daré una ducha.

—No creo que me pueda mover… tengo hambre, Matt. —Susurró Will, acurrucándose contra él y soltando un doloroso suspiro que le penetró el alma como un cuchillo. Estaba así por su culpa, porque era necio, pobre y un simple beta… Podía amar a Will, podía jugar a la casa feliz todos los días, pero esto era algo que no podría superar nunca, ni con terapia de electrochoque.

¿Cuánto podrían vivir así? ¿Se haría más fácil con los años? Will regresó a la normalidad luego de unas horas, sonriente y amable de nuevo. Esta vez Matt no se enfureció cuando se encerró en su pequeño refugio en el sillón. Deseo poder pagar 400 dólares en una de esas mantas para omega, darle un gusto, pero tenía otros planes para sus pocos ahorros. 

No había muchas opciones ya. Volvieron rápidamente a la rutina, trabajo para Matt hasta caer rendido, y aburrimiento para Will, sin Hannibal rara vez salía de casa. Pero estaba comenzando a sentirse como un tonto. Podían ser amigos, esa era la idea desde el principio. Pero Will no quería ser su amigo. Quería besos como él del estacionamiento, quería su compañía… Pero también quería a Matt. Hannibal era un ideal imposible, Will no era lo suficientemente bueno. Matt era su roca, su estabilidad y por ahora su único sustento, tal vez el amor se había vuelto una peligrosa mezcla de costumbre y codependencia desde que lo apuñalaran. Tal vez quería a Matt porque no tenía otras opciones. Bueno eso era cierto, pero no tenía por qué sufrir al respecto.

—Will, estás evitándome…

Hannibal lo abordó junto al elevador una vez más. Will evitó su mirada, balbuceando excusas cuando entró a la caja, Hannibal lo miró irritado entrando tras él.

—No sé de qué hablas, he estado ocupado… y ya sabes en celo, igual creo que deberíamos dejar de vernos…

—Will, creí que éramos amigos. Los amigos salen a pasear, charlan…

—No deberías ir por ahí con un omega sin marcar… podría verse mal y… Olvídalo…

—No lo haré. —Cerró el puño alrededor del botón de emergencia y el elevador se detuvo violentamente, Will lo miró sorprendido y a la defensiva. — ¿Qué sucede contigo?

— ¿Qué sucede contigo? ¿Consigues una novia hermosa pero sigues molestándome?  —Chilló, Hannibal lo miró confundido. — Ella luce bien contigo, es bonita, deja de hacernos perder el tiempo Hannibal. Deja de confundirme…

—Will yo no tengo novia.

—No me mientas, la vi. En el centro comercial… Ya sabes, rubia, 1.70, con vestido de flores.

—Will, por todos los cielos… —Hannibal soltó una carcajada canina y el moreno lo despreció un poco, se burlaba de él, de sus emociones, eran ridículas, pero genuinas. — ¿Por eso actúas así? ¿Qué más da si tengo novia?

—Nada, puedes salir con quien quieras… —Will se recargó en el muro y Hannibal se puso encima de él de inmediato. Pero el menor quería soltarse, quería alejarse, no quería mirarle a los ojos o sentir su calor, era embriagante, no podía pensar así, no quería pensar así, todo era incorrecto. Hannibal susurró en su oído con voz gruesa:

—No deberías sentir celos de mi hermana Will, desde la primera vez que te vi sólo pienso en ti.

Eso era un sueño, tenía que serlo, era demasiado bueno. Sintió los ojos llenársele de lágrimas, pero antes de responder fue Hannibal quien inició un beso. Al principio casto y dulce y luego apasionado y ardiente, Will jadeó cuando se separaron, pero lo rodeo con sus manos, enterrando sus dedos en la perfecta cabellera cuando Hannibal lo besó de nuevo.

La situación parecía sacada de una película de romance, una muy mala. Esto estaba mal, pero se sentía perfecto, prohibido. Afuera alguien habló sobre abrir las puertas y dejarlos salir. Will regresó a la realidad rápidamente-

—Esto no es correcto…—Susurró entre besos.

—No pienses en eso…

—Tengo…

—No hables de él…—Murmuró Hannibal, la moral de Will estaba probando ser más que nada terquedad, quería que se olvidara de Matt de una vez.

—Hannibal... Van a abrir la puerta.

—Quiero que vuelvas a aceptar mis llamadas, quiero que si te sientes sólo me llames, me invites a salir, iré a dónde quieras. Yo lo arreglaré todo…

No esperó una respuesta, cuando las puertas se abrieron salió rápidamente del elevador y se perdió en la multitud de curiosos. Will se quedó ahí, confundido y agitado. Sintiéndose culpable y feli. Ese era un juego muy peligroso, que no estaba seguro de querer jugar.


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