Voces tortuosas.
Decir que no se sentía bien vivir en esa casa era una mentira. De hecho era como el paraíso, un lugar rodeado de gente que era libre de ser quien deseaba ser. Niños que corrían sin miedo, mujeres que trabajaban en lujosas oficinas, hombres que caminaban sin malas intenciones, el sol brillante, la gente en su rutina, y el en esa casa esperando la llegada de Himawari, era cierto que tenía sus malas mañas como le reclamaba Naruto. Seducir a las mujeres para que pagaran sus gastos era una acción prohibida por el mismo Naruto que lo miraba con expresión seria, pero aun así no abandonaba ese tono suave al regañarlo como si fuese un niño. Era extraño… Muy extraño seguir ese modo de vida donde podía ver a Himawari ir tranquila al colegio, tener amigos. A Naruto regresar a casa, darle un beso en la mejilla y durante las noches cobijarlo entre sus manos como si fuera algo preciado para él. Ser gentil… una acción que Sasuke siempre interpreto con las mujeres a las que tomaba, pero jamás sintió a alguien fuera de Suigetsu ser gentil con él. Estaba confundido y le agradaba sentirse confundido en ese mundo tranquilo, ese mundo que le prometía una vida de sueños. Pero…
“Míralo” Dijo Suigetsu sentado en el otro extremo de la cama “no le interesa nada, solo vive en su burbuja e ignorar la nuestra realidad. Mejor dicho pretende que la olvidemos. Que traicionemos a todos los que murieron y los que siguen sufriendo en ese infierno”
-No tendría por qué preocuparse por nuestra realidad- dijo Sasuke contemplando a Naruto. Sinceramente aun le sorprendía que terminara acostándose con un varón… Si le hubieran dicho que lograría superar esos traumas del pasado y lograr acostarse con un varón… no se lo hubiera creído por nada del mundo, pero allí estaba en la cama de uno, uno con el cual horas antes tuvieron sexo.
“No, ¿no?” Interrogo Suigetsu mirándolo asesinamente “te estas encariñando con él. Claro como ya me chamuscaron, tú te fijas en este tío… ¡Si yo hubiera tenido un pene te apuesto que aun estarías llorando mi muerte!”
Sasuke bufo molesto y se levantó para ir al baño, las cosas se salían de control con Suigetsu, pese a que intentaba mantener la normalidad aparente, sentía como lentamente Suigetsu era más fuerte y casi juraba que era tangible. Cosa que no era posible, pues Suigetsu estaba muerto.
-¡Oí! ¡No me ignores chulito colorado...! ¡Yo también tengo sentimientos!- gritaba Suigetsu hinchando sus cachetes como si fuera un niño enfadado. Sasuke solo lo miraba de reojo desde el baño- ¡De verdad Sasuke no te atrevas a seguir ignorándome!
Sasuke abrió el grito esperando ver salir agua, mas esta no salía como si la tubería estuviera tapada, de la anda el agua comenzó a salir en chorros de gran tamaño y moviéndose en diferentes formas hasta comenzar a formar una especie de gusano que lentamente giraba y lo miraba con la cara de Suigetsu-Te digo que no me ignores que me volveré tu peor pesadilla.
-Ok. Ok.-dijo Sasuke de mala gana mirando a Suigetsu sentarse con su forma humana pero en tamaño diminuto sobre un costado del lavamanos canturreando una que otra canción.
“Sorgo rojo mese el viento, en la tarde apagada, sorgo rojo siempre fuiste o así es que te teñiste, sorgo rojo mi esperanza, mi dolor y desespero, sorgo rojo mese el viento aun clamando mil recuerdos. En la cuna me acunabas, en tus brazos susurraba…”
-¿Sasuke?-Llamo Naruto extrañado de oírlo cantar-¿Estas… Cantando?-Repuso con media sonrisa, pues si cantaba era porque estaba feliz… ¿cierto?- ¿y a que se debe tu felicidad?-siguió preguntando, mientras Sasuke terminaba de lavarse la cara y mirarlo fijamente, como si fuera un extranjero que no comprendiera su lenguaje.
-Himawari debe despertarse rápido o llegara tarde- fue lo único que dijo Sasuke antes de salir del baño y dejar a Naruto solo y contrariado. Cada que sentía que avanzaba con Sasuke se daba cuenta que de daba tres pasos y retrocedían siete. Suspiro, supuso que las relaciones siempre eran así de complejas.
-Paciencia…-Repuso comenzando a asearse la cara.
Himawari seguía con sueño caminando perezosamente a la mesa del comedor para sentarse y tomar su desayuno. Alzo la mirada y miro a Sasuke acercándole el plato de avena y unas tostadas.
-Desayuna debes de ir a la escuela- dijo con su expresión neutra
-Hi, hi- repuso Himawari mirando el palto de avena y comenzando a degustarlo para notar que su sabor era idéntico al de Suigetsu cuando preparaba el desayuno. Miro de reojo a Sasuke, es decir cuando Sasuke preparaba el desayuno por lo general este era amargo, no tenía mucha azúcar o sal, dependiendo lo que hiciera, él siempre decía que esas cosas eran dañinas en exceso, más Suigetsu siempre le echaba un poco más resaltando el sabor de la comida ya sea haciendo más dulces o saladas, pero tampoco exageraba, siempre sabia como llegar al punto exacto de hacer éxtasis en su paladar. De la nada la carita de Himawari se entristeció y sus ojos albergaron lágrimas que deseaban salir recordando a ese ser querido… Era doloroso recordar que Suigetsu estaba muerto, que no regresaría, nunca volvería.
-¿Himawari?-Llamo Naruto al verla llorar en silencio y embutirse el desayuno como si no hubiera un mañana, mientras Sasuke prácticamente al ignoraba y contemplaba su plato de avena sin mucho entusiasmo en comer, maldecir el exceso de azúcar que presentaba. Cuando Naruto lo probo se percató que no era más que una simple avena común y corriente. Prefirió callar para evitar discusiones tontas, después de todo ese día partiría durante toda una semana por una competencia. Sin mencionar que como todo buen varón que jamás tuvo una familia propia y se dedicó a los vicios después de un desengaño amoroso… simplemente prefirió ignorar lo que ocurría, pero el ignorar los previos avisos no era la solución y Naruto lo comprendió cuando despertó una noche y vio como Sasuke lo miraba fijamente a un costado de su cama, lo ignoro y volvió a dormir, pero al cabo de un rato volvió a abrir los ojos y Sasuke seguía en la misma posición mirándolo fijamente con una expresión seria y perturbadora.
-¿Sasuke?-Llamo, pero este simplemente lo ignoro-¿Sasuke?-Volvió a llamarlo y Sasuke cerro los ojos como si durmiera y no lo escuchara-¡¿Aaaah?!- dijo Naruto decidiendo molesto, pero pese a sus esfuerzos Sasuke no despertaba, así que nuevamente opto por ignorar lo ocurrido.
Después de una semana de ausencia Naruto se apresuró a llegar temprano a su morada, tuvo que dedicarse a la competencia y le resulto más sencillo que esos días donde se dedicaba a disfrutar de fiestas alocadas, de orgias y vicios que lo desgataban. No ahora solo era entrenar y dormir, pensar como ganar y regresar a casa para estar con esas personas. Con esos dos seres que pese a no ser idóneos, y de presentar algunos problemas llenaban su vida con algo que creía no volver a sentir: calor familiar. Extraño y complejo calor familiar.
Sin darse cuenta Naruto simplemente corría por las calles como si no hubiera un mañana, corría velozmente deseoso de aprisionar entre sus brazos a Sasuke y Himawari, como si no los hubiera visto en años, y era en parte cierto, a la niña que era su hija no la vio en años y a Sasuke… bueno de cierta forma tampoco lo vio en años, aunque a él no lo esperaba volver a ver nunca más… después de todo quien quiere ver al amante de su prometida… Supuso que el mundo daba muchas vueltas.
…
-¡Sasuke!- llamaba Suigetsu sonriéndole de oreja a oreja- ya casi es hora… Ya casi es hora- le anunciaba. Después de todo el tiempo se cumplía, y según la última carta recibida de la reina blanca estaba decidido su regreso a las islas carmesí, para poner en marcha nuevamente la revuelta, aunque sabían perfectamente que primero padecerían en las manos de Orochimaru pues el siniestro estaba enfadado por su huida, mas no lo consideraba uno de los traidores. De hecho había mandado a algunos de sus lacayos a buscarlo, no tardarían mucho en dar con él y llevarlo a la fuerza. Siempre se supo que sería de esa forma. Por lo que Sasuke durante todo ese tiempo solo se dedicó a esperar y esperar-¡Qué emoción!- chillaba Suigetsu escuchando sonido insistente del timbre- ¡deben ser ellos! ¡De seguro son ellos!- concluía corriendo antes que Sasuke hacia la puerta esperando que Sasuke la abriera.
Lentamente Sasuke abría la puerta esperando algún acto violento como respuesta, pero lo que obtuvo fue inesperado.
De la nada Naruto lo empujaba contra la pared y lo besaba apasionado por volverlo a ver.
-¡¿Qué ocurre?!-Interrogo Sasuke mirándolo extrañado
-Como que ¿qué ocurre?. Nada, solo que me alegra volverte a ver- repuso feliz-¿Himawari aún no llega?- cuestiono mostrando un regalo que luego depositaba sobre la meza.
-¿Eh?-Se quejó Sasuke extrañado- pero si acabamos de vernos esta mañana- Naruto arqueo las cejas. Ahora si el Uchiha daba un síntoma claro para preocuparse.
-Sasuke…-Dijo Naruto acercándose a Sasuke y sujetando su mentón para verlo a los ojos- me fui hace una semana por una competencia…
Sasuke miro a Naruto sin comprenderlo, simplemente agacho la cabeza y giro, más la mano de Naruto lo detuvo
-Sasuke
-…- No respondió nada, solo jalo su brazo para entrar dentro de la habitación, mientras Naruto lo seguía molesto. Debían aclara estas cosas. Jamás creyó ser una persona alarmista, pero tenía miedo. Naruto tenía miedo por esas extrañas conductas. No era que Sasuke fuera un loco, pero tenía un pasado muy turbio para no presentar problemas mentales. Es decir: Era un gigolo, fue violado reiteradas veces a los ocho años, y siempre estuvo inmerso en ese mundo de prostitución. ¿Podría alguien salir ileso de aquel estilo de vida? Negó con la cabeza cuando sintió a Sasuke arrojarse sobre su humanidad y besarlos vorazmente, comenzar a desvestirlo con sus manos, y acariciar cada parte de su cuerpo, mientras Naruto trataba de sujetar sus muñecas y calmarlo, debían hablar. Peor hablar no era lo que Sasuke exigía. Era como si tratase de socapar lo ocurrido con sexo, como siempre estaba acostumbrado a hacer.
-¡Sasuke!-Exclamo Naruto tomándolo de los hombros para separarse levemente de él y mirarlo fijamente a los ojos- Sasuke solo mírame- suplico- mírame y escúchame un segundo
-¿No quieres hacerlo?- contradijo Sasuke con expresión molesta -Himawari está en la escuela. No hay moros en la costa- Naruto trago saliva, claro que deseaba hacerlo, hacerlo era lo más excitante de este mundo, pero, pero… El amor no solo es sexo ahora lo comprendía, al verlo y ver como sus ser no pedía revolcarse con Sasuke, sino saber que iba mal con él.
-Solo… solo escúchame un momento. Hablemos- suplico Naruto, mas Sasuke arqueaba las cejas comenzaba a ponerse de mal humor
“Hablar “Rio Suigetsu “No hay nada de qué hablar” repuso comenzando a dibujar bigotes en el rostro de Naruto “!Sasuke!” dijo Suigetsu terminando de ponerle cuernitos en la frente de Naruto “Comienza a ser un fastidio… recuerda que tenemos una misión… y todo el que interfiera con la misión…” se puso detrás de Naruto y le apunto con el dedo “!Ban!” imito el ruido de un disparo “Debe desaparecer…”
Sasuke deseaba contradecir a Suigetsu, pero comprendía que no podía, Suigetsu era solo una ilusión de su mente, lo sabía, lo comprendía y debía aparentar ignorarla, pero cada día que pasaba… cada acción del peliblanco se volvía tan real, tan… imposible de ignorar
“Sasuke. Sasuke. Sasuke. Sasuke” seguía llamando Suigetsu, mientras Sasuke cerraba los ojos tratando de controlar ese dolor de cabeza que comenzaba a aflorar y volverse tan potente como si se tratase de un taladro en el cerebro “Sasuke, Sasuke, Sasuke, Sasuke…”
-¿Sasuke?-Llamo Naruto preocupado al ver su expresión dolida-Sasu…
-¡DEJA DE GRITAR MI NOMBRE!- estallo Sasuke golpeándolo con todas sus fuerzas, votando a Naruto al suelo que antes de caer se golpeaba con una cómoda y caía algo aturdido para segundos después perder la conciencia.
Sasuke simplemente comenzó a arrastrarlo hasta a la habitación donde lo subió a la cama y cubrió. Para luego ir a la cocina y ponerse a preparar algo de comer para Himawari.
“Sasuke, Sasuke…” replicaba Suigetsu divertido “Sasuke, no me ignores, sé que me escuchas Sasuke… Saaaa Suuu Keeee” resoplaba Suigetsu en el oído del moreno “No dejes que el siga metiendo sus narices donde no debe. Sabes…” se sentó sobre la mesa del comedor “Pese a todo me cae bien. Cuidara de Himawari, pero si sigue metiéndose en nuestro camino tendrá que desaparecer… lo sabes” dijo Suigetsu “Debemos terminar lo que comenzamos… debemos matar a joker… fuimos creados para eso, existimos solo para eso. Si no matamos a Joker no merecemos vivir. Si no lo matamos jamás descansaremos en paz y pronto seremos más y más lo que vendremos a vivir a este departamento…” repuso Suigetsu acercándose a Sasuke y acariciando su sedosos cabellos “Incluso tu madre está deseosa de verte otra vez…”
Sasuke abrió los ojos a más no poder. Esto se salía de su control. No podía seguir en ese lugar, no después de lastimar a Naruto, no ahora que sabía que lo estaban buscando. Soltó el cucharon y lo dejo caer sobre la olla y la apago, para luego simplemente salir del departamento. Su cabeza comenzó a dolerle tanto. Y dentro de él nacía la necesidad urgente de regresar a las islas carmesí.
“No pertenecemos a este lugar. No pertenecemos a esta realidad. Lo sabes, lo se… Nos esperan en casa, nuestra verdadera casa. Donde nacimos, donde crecimos, donde aún esta la razón de nuestra existencia… recuerdas… recuerdas… recuerdas… Lo prometimos, lo prometimos… Sasuke. No puedes simplemente escapar de tus promesas, no puedes simplemente darnos la espalda por esta mentira. Los sabes, lo sé. Esta no es tu realidad, este no es tu mundo. Es el mundo de Himawari y el de Naruto, nunca fue el tuyo. Tu mundo siempre fueron las islas carmesí. Tu mundo siempre fue tortuoso, siempre será así hasta que lo mates debes hacerlo, debes matar a Joker. Solo así podrás ser feliz… solo así podrás ser libre de tu herencia maldita. Crees que no lo sé, ¿crees que nadie lo sabe?: eres su hijo… esa bestia es tu padre… es tu responsabilidad liberar el alma tormentosa de tu madre de este infierno donde aun estamos por su culpa. Acaso nos has olvidado, ¿acaso planeas escaparte de nosotros?” Reclamaba Suigetsu mientras Sasuke seguía corriendo sin rumbo por las calles, corriendo como si ni existiera un mañana. De la anda simplemente miro la playa y el mar, cerca de ese lugar un puerto de pescadores y al otro costado una casa vieja y abandonada. Camino en dirección de esa casa, supuso que podría usarla como refugio hasta que pudiera comiscarse con la reina Blanca o hasta que los hombres de Orochimaru dieran con él.
Sasuke se sentó sobre ese sofá destrozado por algunos vándalos y el paso del tiempo. Miro el atardecer y finalmente se percató que su cuerpo realmente estaba cansado de huir toda la tarde. De huir sin rumbo. No supo porque, pero en esa casona abandonada, se sintió tranquilo, por primera vez Suigetsu también parecía tranquilo y guardaba silencio, dejándolo dormir en paz, sin reclamarle nada, sin recordarle nada, sin murmurar nada.