Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gigoló por pk2solitarios

[Reviews - 81]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Bajo las sombras

Sus miradas se entrecruzaron, era obvio que se vieron con desconfianza. Miraron disimuladamente a los lados y una vez seguros de que nadie los miraba simplemente intercambiaron los papeles y se marcharon cada uno por su lado.

Suigetsu miro el papel en blanco y sonrió. A Sasuke le iba a agradar ver esto.

Sasuke sobre el escritorio del cuarto de su madre miraba el retrato de esta cuestionándose su futuro, más cuando escuchaba el correteo de Himawari que no dejaba de gritar alegre por el nuevo perro que se compró. Sasuke suspiro. Otra cosas más que cuidar. ¿En qué  momento baja la guardia y la mocosa copra cosas? Se cuestionó, miro hacia atrás, hacia el lugar donde guardaba el dinero. Esta vez estaba bajo llave, pero aun así… Quizás, la niña tenía talento en el arte del hurto.

El timbre sonó y Sasuke elevo la cabeza en espera que Suigetsu apareciera por esa puerta. Los gritos de Himawari se elevaron, era claro que era Suigetsu. Entre charlas de los deberes y quien sabe qué película, finalmente la puerta se abrió y detrás de Suigetsu se cerró. Ambos mayores debían hablar sobre el trabajo.  Detrás de puertas Himawari simplemente hizo un puchero por verse ignorada, pero rápidamente se le olvido al ver como su perrito salía de casa corriendo a perseguir una lagartija. Veloz fue tras de su mascota, recordó una de las muchas advertencias de Sasuke referente al perro: si se pierde no tendrás ninguna mascota más por el resto de tu vida.   

-Asi que… Un perro-dijo divertido el peliblanco

-si… Esa niña solo lo compro

-aun roba tu dinero frente tus narices, que divertido- dijo sentándose en una silla frente de Sasuke, para hacer un avión de papel y lanzárselo a Sasuke.

El pelinegro miro de mala gana la acción de Suigetsu, pero que esperaba siempre fue así. Tomo el avión de papel y lo desdoblo para seguidamente sacar una vela de su escritorio y  exponer el papel a su llama. Allí lentamente el mensaje era mostrado y la expresión de Sasuke cambiaba de seria a muy preocupada.

-Wow!-Dijo Suigetsu comprendiendo el mensaje- Jamás creí que tuviera tantas agallas-Dijo mirando el mensaje- Así que te unirás o solo pasaras a ser un simple espectador

-¿Acaso tengo opción?-Replico Sasuke

-Bueno… mirara no suena tan malo

-Todos arderemos en el infierno si falla

-Tienes razón, pero al menos sobreviviremos- Repuso

-Quizás…-Dijo Sasuke agachando la cabeza. Ese hombre tenía un deseo muy peligroso para todos los habitantes de las Islas, pero aun así tenía razón: ¿Qué tenían que perder? 

-Sasuke no estarás pensando seriamente en unirte a ese loco

-¿Y tú que es lo que piensas?

-Obvio: que está loco-dijo con su típica sonrisa. Sasuke asintió. Pero dentro de su cabeza solo analizaba una sola cosa: Sacar a Himawari de las islas.

-¿Ha llegado gente interesante? –Cambio de tema

-Oh, sí. Un reportero. El resto son puros empresarios y…- trato de recordar- creo que un corredor de fórmula uno. Es una lástima que no estuvieras presente, se llevaron a los mejores.

-No importa. No tengo planeado ir a trabajar hoy- La cara de Suigetsu era de asombro, el moreno no planeaba trabajar. Eso no era opción, si Orochimaru se enteraba la pasaría mal. Suigetsu toco su frente.

-¿Estas enfermo?-Interrogo. Más Sasuke solo negó con la cabeza.

-Me estoy preparando para una cliente especial- Dijo divertido. Suigetsu le miro intrigado

-¿Quién?-Interrogo mordaz

-Una vieja clienta que no veía hacia mucho. De hecho llamo ayer y dijo que regresaría a las islas pues su marido había muerto y tenía que celebrar.

-¡Wow! Damas y caballeros: gigolo Sasuke vuelve a las andadas- Dijo divertido.

Sasuke solo le sonrió. Era bueno tener alguien con quien conversar y sentir que era parte de su familia. Suigetsu podía ser molesto, pero era como un hermano para Sasuke. Y ante los ojos de Himawaria era como su tío buena onda.

Naruto seguía buscando y buscando a alguien que le diera información sobre esa niña. Como era de esperar nadie sabía anda y si era por ese tipo de información nadie te daría nada, pues era poner sus pellejos en riesgos.

-Hey cariño, no quieres pasar a jugar con nosotras un ratito?-Aparecieron unas mujeres de grata apariencia y vestimenta reveladora. Naruto las miro y sonrió

-Lo lamento señoritas… Pero hace mucho que no pago por sexo, aunque si quieres a este galán quizás pueda complacerlas-Dijo probando su suerte

-No te creas la gran cosa rubio. Sin dinero no hay servicio- Dijeron para retirarse molestas. 

Naruto agacho la cabeza. Era la primera vez que era rechazado. Se consoló con saber que el dinero era la razón, lástima que esas tipas no supieran que pese a ya no ser un multimillonario, aún era alguien rico y famoso.

Siguió caminando cuando descubrió que la bella vista de la ciudad cambiaba a una lentamente deprimente.  Allí, lejos de los lujosos edificios y hoteles estaba unas casuchas normales y detrás de estas otras deprimentes, y al fondo vio un segundo puerto. Lentamente siguió caminando. Llevaba cuatro días en la isla. Quizás era hora de visitar otro sitio que no fueran los casinos y hoteles.

-Claro. Ir al bajo mundo- dijo concluyendo que esta zona era la de residencia de esas personas. Rápidamente bajo por las onduladas calles en busca de alguna escuela. Allí por medio de los profesores llegaría a saber de huérfanos y quizás daría con la niña. O por lo menos le darían la dirección de registros del lugar.

Sasuke caminaba  distraído mirando su móvil, Himawari entraría a la escuela y aunque todos le criticaran por la sobre educación que le daba a la niña, a él poco le importaba. Seguía caminando, cuando sin darse cuenta chocaba con el hombro de alguien. Elevo la mirada para pedir perdón. Pero el hombre no se detuvo, ni le miro, solo siguió su camino. Lo único que Sasuke llego a ver del sujeto fue su cabellera dorada.

-Perdón- Escucho, pero simplemente lo ignoro y siguió su camino. Naruto seguía su camino con determinación, un simple choque no lo distraería de sus prioridades. Sasuke solo volvió a concentrarse en su celular. Ambos siguieron su camino. Ambos muy concentrados en lo que hacían.

Naruto cayó sobre la cama de ese hotel. Jamás creería lo que sabía si no lo hubiese averiguado por sí mismo. Un hombre era el dueño de la isla y de todos sus habitantes. Si bien la información no se le fue dada de manera clara, no fue necesario, según pasaron los días noto los tatuajes, según pasaron los días se le acercaron diferentes personas ofreciendo sus servicios y una que otra le ofrecía servicios de personas de clase gema: desde diamantes a hasta cuarzos. Reviso su computador portátil y allí descubrió el resto de la información, tuvo que pagar una gran suma para acceder a la página de las Islas Carmesí, pero bueno. Todo con tal de salir del aprieto en el que se hallaba.

La elegante página era clara y mostraba en el menú la clasificación de las mercancías asignándoles una categoría: desde Diamantes hasta cuarzos. Al inicio creyó que se trataban de simples objetos decorativos, pero al abrir una por una las categorías y seguir pagando para acceder a ellas. Llego hasta la categoría Diamantes.

Dios. Si en la categoría cuarzo había visto fotos de personas normales divididas en tres bloques. El primero era de los que daban favores sexuales, el segundo en donantes de órganos sin restricción. Sicarios principiantes. Todos entre edades de 30 años para adelante.

Cuando llego a la categoría rubí sus temores comenzaron a ser fundamentados: en la fila de servicios sexuales comenzaba a aparecer chiquillos de diez años para adelante. Los sicarios sin importar su edad eran de clasificación b: es decir con una eficiencia de 70% y los donantes d erogarnos eran de características especiales: sangre negativa y grupos sanguíneos raros. Y entonces aparecían los transportadores, es decir gente especializada en el transporte de droga de grandes cantidades que garantizaba un 90% de éxito en sus misiones.

Negó con la cabeza. Dios esto era el nido de una mafia organizada con una fachada tan apetitosa que engañaría a muchos. Tuvo miedo de seguir y su miedo se intensifico al comprender la facilidad de acceso a esa página si tenías dinero claro.

-Todos lo saben…- Se dijo cambiando su perspectiva del mundo. Dios, esa página ni si quiera estaba en la Deep web. Bueno sus pestañas sí, pero el página en sí. Miro con más detalle la página principal. Esta no Salía del prototipo de una simple página promocional de hoteles de lujo con áreas de diversión para adultos. Salones de fiesta, parques temáticos… etc. –Todos lo saben y a nadie le importa…-concluyo. Antes de animarse a entrar a la clasificación Diamante negros. Allí diviso a personas sumamente hermosas, Niños que iban desde los dos años hasta jóvenes de 25. Dios eran tan hermosas personas que aprecian modelos famosos y sus precios rozaban lo absurdo: una noche con ellos equivalía 10,000 dólares si eran mayores de 18. Si eran menores era equivalente a 50,000 y si eran niños 100,000 dólares. Como clausula especial indicaba que ese monto te daba derecho de hacer con ellos lo que se les diera la gana siempre y cuando no dañaran sus rostros, no dejaran cicatrices profundas y no los mataran. Igualmente indicaban que la filmación de material pornográfico era 100% con derechos reservados. Es Decir que ellos eran los dueños del material y eran quienes lo vendían, el rostro de las personas comprometidas en el acto eran simplemente distorsionados para garantizar su anonimato. Bajo de la página se veía la opción de videos. Cada clic tenía un costo, uno debía ser cuidadoso y especifico en su elección, los videos se clasificaban según la categoría de la mercancía. Obviamente los videos de los diamantes eran los más caros e increíblemente los de mayor demanda.

-Carlita: Mi primera vez a los cinco con dos penes de 20cm- Leyó y sus palabras lo aterraron, tanto que cerro el computador de golpe y trago saliva. No pagaría para ver eso.

Llamo a servicio a la habitación y solicito un litro de te verde. Algo que calmara sus nervios. Pues pese a ser un hombre que disfrutaba de orgias, sadomasoquismo, adrenalina y drogas. Tenía sus límites y eso eran los niños. Cualquier cosas sucia con adultos, pero niños… sintió su estomago revolcarse. 

Mientras esperaba la llegada de su pedido, comenzó a suponer donde podría dar con la niña. Claro… en los videos pedófilos. Su cuerpo tembló… tendría que buscar entre todos esos videos de mierda. No solo gastaría una fortuna en ver esos videos, sino también en servicio a la habitación para aliviar sus malestares estomacales.

Miro su computador como si se tratara de un objeto maldito. Le aterraba abrirlo, le aterraba siquiera presionar el clic en alguno de esos videos.

Respiro profundo y se animó a hacerlo, su vida estaba en juego, de no hallar a esa niña su tía lo mataría. Abrió el computador ya con el mate en mano comenzó a mirar las fotos de la categoría diamante negro “Claro, los niños presentaba un costo más alto”. Miro fijamente cada una de esas fotografías. Busco y busco y sus ojos se posaron en una foto en específico: El chiquillo de cabellera negra que se cogió a su prometida. Quiso abrir su pestaña y saber más del desdichado, le valió un carajo el dinero que se gastaría esa noche, deseaba ver el maldito video. Saber cuánto pagaron sus padres para arruinarle la vida. Por más que trato no logró entrar. Según indicaba la página este estaba fuera de servicio. No obstantes sus videos seguían en línea.

-Sasuke Uchiha- dijo y se fue directo a la lista suponiendo que quizás existía un video de ese tedioso día. Un video de Hinata y el mocoso. Abrió la lista y allí le salió una lista larga de videos relacionados con Sasuke.  Pues valla que tenía experiencia el condenado.

-Perdiendo la inocencia…- Leyó y supuso que ese no era de Hinata, pues inocente no era. Y aunque cerro los ojos resignado a apagar el computador, las ganas de pillar ese el video de Hinata se impusieron, y siguió buscando en los títulos- Culito colorado…¿Quién demonios escribe estos títulos…?- se cuestionó con la cara roja, no quiso ni imaginar de que iba el video.

Siguió leyendo los títulos y allí dio con uno que quizás era el correcto: La inocente Tetona…

Sintió las venitas sobre su frente. Dios… comenzaba a perder la paciencia y se sentía tan pervertido que su sangre se aceleraba. Negó con la cabeza. Esto no le podía estar gustando… ¿o sí?.

Abrió el video que comenzó a reproducirse después de confirmar que el número de acceso a su tarjeta de crédito era el correcto y que contaba con los fondos necesarios para ver el video.  

Sin saberlo, pero termino masturbándose toda la jodida noche. Sin duda el mundo de la pornografía era aterrador, y eso que el ya no era un chamaquito inexperto. Pero aun así… Los malditos actores del video eran… Sexis. Y el maldito video era en calidad HD, y mostraba diferentes posiciones y cada expresión era verídica, no fingida como el los típicos videos porno que veía de joven.

Sasuke se sentó bajo el muelle ante la vista de los vigilantes que lentamente se acostumbraban a verlo pescar a esas horas y lentamente lo pasaban por alto, mientras cumpliera con su trabajo de vendedor, hiciera un par de citas furtivas con alguna mujer rica, mientras no intentara huir. Les valía un carajo lo que le chico hiciera con su tiempo libre. Además conocían su situación, debía alimentarse a sí mismo y ala mocosa y ultima mente sus ingresos iban en picada. Pronto seria bajado de categoría de la de Diamante a la de rubí, pero eso no significaba que su deuda bajara. Pues uno mantenía su deuda eternamente.

Sasuke fijo sus ojos en la lata de refresco y ágilmente lanzo su caña de pescar en dirección de la Lata, fingió molestia al ver como esta lata se enganchaba con su anzuelo y rápidamente iba a liberarlo. Tomo la lata y ágilmente saco el contenido. Una hoja en blanco. Se quedó una hora más y harto de ver que ese día no pesco nada simplemente se retiró.

Era de madrugada cuando sintió a alguien besar sus labios y dejar sobre su frente en carne congelada. Abrió sus ojos y miro a Suigetsu que como siempre le gustaba hacerle jugarretas. Suspiro, era tan típico de él que ya ni le importaba.

En la carne congelada miro otra hoja de papel en blanco. Se acercó a la cocina y comenzó a preparar el desayuno mientras Suigetsu despertaba a Himawari.

Expuestos al fuego los papeles unidos revelaban un mensaje en clave. Comprendido el mensaje ambos papeles fueron quemados y la rutina siguió como si nada pasara. Después de todo estaban en el bajo mundo. No era de extrañarse de nada que algún osado intentara un golpe de estado y buscara reclutas para dar ejecución a sus planes.

Suigetsu que jugaba con Himawari, miro a Sasuke que con el mismo divertido extendiéndole una caja de bombones, era 14 de febrero. Sasuke tomo la caja y le dio un coscorrón en la cabeza. Desayunaron y Himawari se marchó al colegio con Suigetsu mientras Sasuke lavaba los paltos para luego abrir la caja de bombones y allí encontrar un arma y tres cartuchos de balas. Lentamente comenzaba el equipamiento de las tropas. Sasuke miro el calendario frente a su cocina. Tenía exactamente tres meses para mejorar su puntería, mejorar sus habilidades en lucha y lo más importante: Tres meses para sacar a Himawari de las islas.  

 

 

 

 

    

 

 

Notas finales:

Mil gracias por leer. Gracias por lso Reviews. 

Bye!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).