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Suvivor por DubuHunter

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Notas del capitulo:

Este capítulo se ha escrito solo, yo no quería que pasara esto T.T

Aquella vez no se habían sentado en el banco de siempre, habían aprovechado que hacia un buen día para extender una manta sobre el césped, en una zona más alejada de los caminos principales del parque y lo suficientemente limpia como para poder estar a gusto y tener algo más de intimidad.

Quizá fuera a causa de tanta intimidad que Taemin se encontraba sentado a horcajadas sobre el regazo de Jinki, dejando besos húmedos sobre su cuello, sus manos se enredaban en los cabellos del mayor , tirando de estos para poder exponer aquella piel que tanto deseaba marcar, le costaba contenerse, deseaba que todo el mundo las viera, que todos vieran que aquel hombre era suyo y solo suyo, que no debían acercarse, que se permanecían el uno al otro, pero sabía que no podía hacerlo, nadie podía saber aquello, salvo quizá Jonghyun…

Apartó un poco la camisa del mayor para poder morder su hombro con fuerza, notando como su cuerpo se tensaba ante  aquella sensación, la dura  erección reaccionando contra sus glúteos, el calor se extendió por todo su cuerpo. Le encantaba saber que tenía aquel poder sobre su pareja, como reaccionaba con cada caricia, cada roce, deseaba hacerlo suyo de todas las maneras posibles. Aquel ataque se posesividad dejó una notable marca sobre el hombro del mayor, una marca roja y palpitante, que se encargó rápidamente de aliviar con lametones y succiones delicadas.

-Mm, Tae… Tae- la voz de Jinki era pesada y ronca, el placer emanaba de ella, enviando una nueva oleada de placer por su cuerpo. –De… Deberías parar, mmm, aquí no podemos- las manos del mayor apresaron aquellos glúteos, apretándolos, ayudándole a frotarse contra él a pesar de aquellas palabras.

Jinki siempre se había considerado una persona con autocontrol, bastante autocontrol, mantenía la calma en toda situación y siempre respondía con educación sin importar su estado de ánimo. Pero Taemin conseguía sacar otro lado, algo diferente, algo mucho más real, no solo era el deseo, amor o pasión, él conseguía que todo su cuerpo vibrara solo con un roce de labios, una respiración, una caricia. Su sola presencia bastaba para tranquilizarle, agitarle y liberare a la vez. Era agotador y relajante a la vez. No sabía cómo controlarlo, como no dejarse llevar por aquello, sobre todo cuando Taemin se encargaba de hacerle sentir tan, pero tan bien.

Tomando al menor de las caderas, giró con el sobre la manta, apresándole contra esta, el peso de su cuerpo forzándole  a dejar escapar un nuevo gemido ronco, que se unió a la voz del contrario. Necesitaba más y podía ver en su mirada que él también quería más. Y podía dárselo, quería dárselo. Apresó sus labios, tomándolos en un beso lento y profundo, jugando con la lengua traviesa de este.

Las manos de Taemin se encargan del resto, explorándole, tentándole, avivando aquel deseo. Con la diestra desabrochó los pantalones del mayor,  bajando la cremallera y yendo directamente hacia los boxers del mayo, colando la mano en estos y tomando el firme miembro con esta.

Uno de los muchos atractivos de Jinki era la honestidad en él. No solo en sus palabras u acciones, sino también en la respuesta de su cuerpo. Como en aquel momento, el cuerpo tenso, la respiración agitada y la dureza de aquella erección entre sus dedos, no había nada fingido en aquello. Todo era real. Continuaron con aquel beso mientras Taemin se encargaba de masturbarle, Jinki intentaba corresponderle sin llegar demasiado rápido a su liberación, lo que le costaba bastante, ya que el menor no dejaba que le devolviera aquel favor, alejando sus manos cada vez que este intentaba llegar a sus pantalones. Un gruñido de frustración escapó de su garganta. Abriendo los ojos nublados por el placer para reprochárselo.

-Tae… Esto no es… Mmm- se mordió el labio inferior, al sentir el pulgar del menor jugar con su glande obligándole a dejar caer la cabeza, enterrándola contra el cuello del menor, un nuevo gemido chocando contra su piel. Podía sentir el sudor de este contra los labios, así como podía sentir su excitación. –No es justo…

-Claro que lo es, si dejo que me toques ahora mismo nos acabarán arrestando por escándalo público- susurra al oído del mayor, mordiendo el lóbulo de este y tirando de el- me gusta hace ruido cuando estoy contigo. – Aquello era verdad, nunca había querido ser vocal, siempre había tenido que fingirlo, que exagerar, peor con él podía dejarse llevar sin miedo a nada. –Vamos, hyung, déjate llevar, disfruta. Cuanto antes termines antes podremos seguir comiendo- dice reprimiendo una sonrisa, al sentir la reacción inmediata del miembro del mayor contra su mano.

Siguió con aquello, susurrando maldades al oído del mayor, sus manos estimulándole, borrando todo pensamiento de su mente, dejando solo espacio para el placer. Sin poder aguantar mucho más no tardó demasiado en liberarse en sus manos, su gemido fue acallado por un beso, lento y húmedo, aprovechándose de aquellos momentos para jugar con él, haciendo suyos aquellos labios que tanto tiempo había estado ansiando.

 

 

 

 

 

La comida transcurrió sin problemas tras aquellos acalorados momentos. Solo el sonrojado rostro del mayor y las miradas esquivas y avergonzadas atestiguaban lo sucedido.

Jinki acompañó a Taemin a su hostal. Dejándole en la puerta, se despidieron con un acalorado beso que un para nada sorprendido Jonghyun tuvo que interrumpir para abrirse paso entre ellos en la puerta.

-         Es bueno ser feliz, pero es de mala gente restregárselo en la cara- comentó este tras aclararse la garganta lo más alto que pudo. Una sonrisa amplia apareciendo en sus labios al ver el rostro del mayor y la desaprobación en el rostro del menor. Oh, ese pequeño pillo se vengaría por aquello, lo presentía. – Si me disculpáis, algunos tenemos que trabajar- canturreó antes de alejarse, pasándose una mano por el pelo despreocupadamente.

-         Ignoralé hyung, solo está jugando- dice el menor, acariciando la mejilla del mayor con el dorso de la mano, volviendo a sonreír. - ¿Mañana a la misma hora? – pregunta tomando su mano y enlazando los dedos con él, jugando con aquellos dedos, más pequeños que los suyos, pero tan cálidos y seguros.

-         Si… Mañana llevaré postre, estoy trabajando en una nueva receta.- Responde manteniendo la vista en sus dedos, una sonrisa asomándose en sus labios sin poder contenerse tomó su mano y la llevó hacia los propios labios, dejando un beso en esta antes de soltarle, centrando la vista en sus ojos.- Hasta mañana.

Ahora el turno de Taemin de sonrojarse, algo que no le sucedía a menudo, debía de aprender a controlar aquello, era demasiado peligroso. Amplió la sonrisa, dejando que esta iluminara sus ojos y agitó ambas manos en el aire, despidiéndose del mayor.

Observó la espalda de este mientras se marchaba, perdiéndole de vista entre los árboles antes de subir a paso rápido las escaleras.

 

 

 

 

 

Llevaba un buen rato en su habitación, dormitando en su cama, recordando aquel día  cuando el sonido de gritos y golpes sordos llamaron su atención. Taemin nunca había sido curioso, solía pasar más tiempo en su propio mundo que prestando atención al resto de este. Más que nada por precaución, no era seguro saber en que andaban el resto de inquilinos de aquel hostal. La mayoría no se dedicaban a nada que se pudiera considerar limpio y si había alguien limpio probablemente se debiera a que se había confundido de lugar o no quedaban lugares libres en el pueblo.

Pero en aquella discusión pudo escuchar el nombre de Jonghyun y aquello llamó automáticamente su atención. Se acercó a la puerta, intentando escuchar mejor sin demasiado éxito, por lo que abrió la puerta despacio, e chirriante sonido de la madera resonando en las escaleras quedó oculto bajo aquellos gritos femeninos, en gran parte de la dueña de aquel hostal. Al estar medio sorda, era la única forma que tenía de escucharse a sí misma.

-¡¿Ve esto?! Es un ojo morado, ¡morado! No puedo tener un ojo morado. ¡Exijo que ese hombre sea expulsado de aquí! La violencia no debe tener cabida en este pueblo. ¡Los de su género no deberían estar aquí! ¡Sólo arruinan familias y vidas!-  Aquel rostro le resultaba conocido, rasgos finos, figura esbelta, ojos afilados… - Quiero verle ahora mismo y ser yo mismo el que le eche a patadas de aquí. – El hombre gesticulaba exageradamente delante de la dueña, que le observaba con desgana, una ceja alzada preparándose para dejarse los pulmones cuando este dejara de hablar.

Pero Taemin no pensaba dejar tiempo, nadie iba a echar a Jonghyun de allí, de eso estaba seguro. Nadie iba a alejarle de él.

-¿Qué problema tienes con los de mi clase?- preguntó, alzando la voz y descendiendo por aquellas escaleras con fluidez, plantándose delante de él. - ¿Quién eres tú para pedir que nos echen de aquí? ¿Gritar y echar a patadas a alguien no es otra forma de violencia? Quizá el que deba largarse eres tú- alzó la cabeza, no pensaba dejarse amedrentar por él.

-Esto no tiene nada que ver contigo, es ese Jong… Lo que sea, quien debe marcharse, lo único que hace es meterse donde no debe y con quien no debe… - Empezó de nuevo, alzando cada vez más la voz, el enfado emanando de cada uno de sus poros.

-Nosotros vamos donde somos llamados. No depende de nosotros. Vivimos de esto, comemos de esto, intentamos sobrevivir con esto. Tú no eres quien para juzgarnos. – Alzó la voz sin llegar a gritar, manteniéndole la mirada en todo momento, metiéndose entre él y la mujer. Haciéndose cargo de la situación.

El rostro de Kibum mostrando su disgusto y frustración, no deseaba meter a Taemin en aquello, solo quería librarse de Jonghyun, que dejara a su hermana en paz. No quería problemas con Jinki.

-Mira, Taemin. Esto no tiene que ver contigo. Tiene que ver con el otro. Si él no se aleja de mi hermana solo lo empeorará todo. Lo necesito lejos de ella. – El disgusto cambiando a preocupación en el delicado rostro.- No puedo estar siempre pendiente de que no lo cuele en casa, no puedo pelear con él cada vez que me toque echarle. No puedo dejar más escándalos circular en este maldito pueblo- susurró lo último más bajo, para que aquella mujer no le escuchara. No había nadie más allí, solo los tres. Todo el mundo sabía que no debían meterse en los asuntos de los demás. – Solo eso, por favor, díselo, que la deje, que no se acerca. No puedo ayudarla si él no se aleja. Ella se obsesionará con él y eso será malo para todos, no sé si lo ha hecho ya… - Estaba diciendo demasiado, pero no podía evitarlo, debía hacerlo. Debía hacer lo necesario para proteger a su hermana y a su familia.

Taemin podía notar la sinceridad en aquellas palabras, le entendía, pero que hablara así de su amigo le seguía molestando. Él mismo se a sentía ofendido por las palabras del contrario hace solo unos momentos.

-         Ese ojo morado… ¿Ha sido él? – preguntó centrando la vista en la oscurecida piel, aquel tono contrastando en exceso con la palidez de su rostro.

-         De nuevo, estaba allí, hacían demasiado ruido. Los empleados se reían, estaba cuchicheando. Solo quería que se fuera, ella se puso en medio y acabamos peleando- murmuró algo avergonzado. Bajando la mirada. Kibum no era violento, no lo era, pero aquel hombre no hacía más que sacar un lado oscuro, violento que no le gustaba nada. No le gustaba sentirse así, fuera de sí.

El menor controló la expresión en su rostro, intentando no mostrar la sorpresa. Eso no era algo que Jonghyun haría, nunca le había visto pelear con nadie. Él siempre había repudiado la violencia, por miedo a convertirse en su padre.

-Hablaré con él- fue lo único que pudo decir antes de señalar la puerta.- No prometo nada, pero hablaré con él.  Ahora vete, llamas demasiado la atención. Solo traerás más rumores que no convienen a nadie aquí.

 

 

 

 

Kibum se marchó de aquel lugar, con la respiración agitada y sintiendo una gran pesadez en el pecho. Se sentía mal. No quería armar un escándalo, no quería discutir con Taemin, sabía que ella era amiga de Jinki… Pero tras pelear con ese hombre no pudo controlarse y se dejó llevar por la rabia, detestaba no ser capaz de controlar aquella situación. A paso rápido  fue hasta su coche, montándose en ese y poniendo rumbo a casa. Esperando que aquel trayecto le ayudara a calmarse aunque sea un poco.

 

 

 

 

Ya había entrado la noche cuando Jonghyun regresó al hostal. Pasos lentos y mal calculados, mezclados con el olor a alcohol, mostraban que no había sido una buena tarde. Taemin le había estado esperando sentado en las escaleras. Como una madre preocupada cuando su hijo sale de fiesta. El reproche mostrándose en su rostro, la nariz arrugada al sentir aquel olor.

-         No eres un buen ejemplo para mí- dijo acercándose y pasando un brazo por la cintura de este, ayudándole a subir las escaleras y guiándole hacia su habitación. –Me han contado lo que ha pasado. Sabes que no es bueno…

-         Necesito el dinero- le cortó este, librándose de aquel agarre, apoyándose contra la pared, intentando abrir la puerta con el llavero, voz pesada y ronca.- Paga muy bien, lo necesito.

-         ¿Para gastarlo en alcohol?- preguntó el menor, quitándole las llaves y abriendo la puerta sin problemas. Guiando nuevamente a este hasta la cama, obligándole a sentarse en esta.- Su hermano ha venido aquí. Parece buena gente, no hagas esto. No es bueno, no es bueno para ti. No es bueno para ellos.

-         No puedo elegir, ¿crees que si pudiera elegir seguiría haciendo esto? – las palabras eran difíciles de entender, lentas y bajas, llenas de emoción mal disimulada. – Yo no quiero hacer esto tampoco, pero tengo que hacerlo, tú mejor que nadie lo sabes.

El menor calló, porque esa era su realidad, ellos no podían elegir. No hacían aquello porque quisieran, lo hacían para poder sobrevivir. Bajó la mirada y tomó el rostro de su amigo con ambas manos, acariciando las mejillas húmedas de este.

-         Eres demasiado sensible para este mundo, no sé cómo has aguantado tanto- susurra inclinándose sobre él para poder dejar un beso sobre sus labios antes de abrazarle. Sólo podía consolarle así. Mostrando cariño, el contacto físico era lo único que lograba calmarle. Las palabras no significaban nada para Jonghyun si no se acompañaban de una acción que las corroboraran. – Estoy contigo, me tienes, siempre estaré. Yo te protegeré. – Susurró a su oído, acomodando al mayor en la cama, recostándose con él sin siquiera quitarle los zapatos.

-         Pienso contarle que me has besado a tu novio- fue lo único que dijo el mayor, correspondiendo aquel abrazo con fuerza, rodeando la delgada cintura del menor, hundiendo el rostro contra su hombro, para cubrir sus lágrimas.

Taemin se rió, dejando otro beso sobre la frente del mayor, pasando los dedos por sus cabellos. Jonghyun le había cuidado y consolado cuando empezó, en sus momentos más duros, ya era hora de que pudiera devolverle todo aquello, creía que aquellos pequeños momentos era lo único que podía hacer. Pero no sabía que el contenido del pequeño paquete olvidado en un rincón de su habitación, haría mucho más de lo que podía imaginar.

 

Notas finales:

Tras un largo hiatus, espero continuar con esta historia. 


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