Hoseok nunca pensó que estaría viendo a Taehyung acostado en la cama de un hospital, manos enganchadas en tubos, ojos cerrados y su pecho moviéndose lentamente al ritmo de su respiración.
Alguien lloraba a su lado. Pensó que él estaba llorando también, aunque no estaba seguro.
Hoseok se sintió entumecido. Entumecido frente a todo alrededor suyo.
Todo lo que podía ver era Taehyung. Este Taehyung no estaba sonriendo con su usual sonrisa. Este Taehyung no estaba haciendo bromas divertidas. Este Taehyung no estaba peleando contra las cosas más estupidas, después de haber estado interesado en ellas.
Este Taehyung estaba aún acostado en la cama. Este Taehyung estaba serio. Este Taehyung estaba en silencio. Este Taehyung no estaba despierto.
Hoseok se sintió culpable. Él sabía que la condición de Taehyung en parte era su culpa. Había notado un leve cambio en el chico la semana anterior. Sabía que ese cambio era en parte su culpa.
Lo sabía y aún así no hizo nada.
Hoseok no supo que se metió en él. Tal vez fue el constante apego del menor o la necesidad de hablar cada segundo que pasaba. Quizás fueron los juegos infantiles o la voz quejumbrosa.
Quizás notó como todos los demás comenzaban a cansarse de Taehyung. Como terminó siendo el único que reía con él y el único que no trataba de sacárselo de encima.
Hoseok notó como después de que los otros comenzaran a ignorar a Taehyung, como creaban sus propios grupos donde hablar sin dejar a Taehyung unirse a ellos, Taehyung comenzó a desesperarse. Él era tres veces más apegado, tres veces más hablador, buscando tres veces más atención.
Eso era porque Taehyung estaba asustado, estaba asustado de que Hoseok pudiera dejarlo también. Asustado de que pudiera estar solo.
Y Hoseok no ayudó, sólo se dio la vuelta como los demás. Comenzó a ignorar al menor, a hablar con los otros, sin dejar a Taehyung unirse a sus conversaciones. Pensaba que el menor podría arruinarlo.
Hoseok creyó que los demás estarían teniendo pensamientos similares.
Esperaba que los otros vieran lo que habían hecho. Esperaba que vieran lo que le habían hecho a Taehyung.
Jungkook fue el primero en encontrar a Taehyung gritando, llorando, hiperventilándose, agarrando su cabeza como si estuviera adolorido. Hoseok sabía que lo estaba, y era su culpa.
Jungkook intentó sacarlo de aquello, pero no fue útil. Entonces llamó a los demás a entrar al cuarto.
La vista era desgarradora. Hoseok no tenía idea de que hacer entonces. Namjoon fue el único que instantáneamente se acercó a Taehyung y comenzó a antenderlo. Llamó a la ambulancia mientras los otros miraban sin esperanza a su lado.
De repente la rabia creció dentro de Hoseok y sus manos se cerraron en puños. Se odió a sí mismo. Se odió a sí mismo por hacerle eso a Taehyung, su mejor amigo, él que más amaba.
Odió a los demás. Los odió por comenzar el cambio en Taehyung.
"Espero que se den cuenta exactamente de lo que hicieron"
"¿Qué?" Escuchó a Jin preguntar.
"¡Espero que se den la maldita cuenta de lo que hicieron! Mírenlo, está en un maldito hospital por su culpa" Gritó Hoseok. Lágrimas haciendo su vista borrosa. Lágrimas de rabia, desesperación y tristeza.
"Hoseok, cálmate" Comezó Namjoon. Jimin lloraba a lágrima viva. Jin lo consolaba. Jungkook se mantenía de pie, llorando en silencio y mirando a Taehyung, probablemente perdido en sus propios pensamientos. Yoongi sentado en una silla, con la cabeza entre las manos.
"Es su culpa. ¡Es nuestra culpa que Taehyung esté en el hospital! Nuestra culpa. ¿No vieron que lo estaban hiriendo? ¿Por qué lo dejaron solo, por qué?" Gritó Hoseok, lágrimas cayendo como una cascada, sollozos partiendo de su pecho.
Hoseok se sintió mal. Se sintió tan estupido. Sintió como si todo el peso del mundo se encontraba en sus hombros.
Hoseok se sintió arrepentido. Se sintió tan arrepentido por dejar que eso pasara. Él nunca quizo herir a Taehyung, debió haber dicho algo.
Entonces recordó, que hace exactamente una semana atrás, él sí había dicho algo. Algo muy malo.
"Hyung, ¡Ven a jugar conmigo!" Dijo Taehyung emocionado, con esa amplia sonrisa suya. Hoseok suspiró. Estaba cansado de los interminable juegos que el menor quería jugar. Estaba fastidiado de Taehyung pegándose a él.
"No quiero jugar a tus juegos, Taehyung."
"Hagamos otra cosa entonces, hyung, ¿Ok?" La sonrisa de Taehyung casi desvaneció, y tiraba gentilmente de la manga de Hoseok.
"¿No puedes estar solo incluso por un minuto? Taehyung, en serio, quiero estar solo por algún tiempo y no puedo hacerlo contigo pegándote a mí como un niño pequeño. Madura." La mirada en los ojos de Taehyung gritaban su quiebre. Lucía como un cachorro abandonado. Parecía como si en cualquier momento él comenzaría a llorar.
Hoseok pensó que era molesto. ¿En serio Taehyung no podía estar sin él por incluso un segundo? ¿No podía dejarlo solo, para que así él pudiera hablar con los demás o disfrutar su música?
"Venga, hablamos luego" Dijo Hoseok y dejó la habitación.
Hoseok apenas ahora se daba cuenta de lo que había hecho.
Sus piernas no dieron más y terminó sentado en el suelo del hospital. Sollozando como nunca antes. Estaba sufriendo.
¿Cómo pudieron ellos hacerle eso a Taehyung? Su Taehyung, su feliz Taehyung que siempre estaba tonteando alrededor, haciéndolos reír, sonreír y bromear con él.
Eran tan egoístas. ¿Cómo podían sólo abandonar a su mejor amigo porque se "hartaron" de él? Lo dejaron a un lado como a un usado juguete cuando se está demasiado grande para jugar con él.
Eso simplemente no era lo que hacías por tu mejor amigo. No al que querías más. No al que más amabas en el mundo entero. El que siempre lograba sacarte una sonrisa. El que hacía tu corazón latir un poco más rápido cuando te tocaba, o te sonreía de una manera muy especial.
Hoseok enterró su cabeza en sus manos. Sintió a alguien colocar su brazo alrededor de sus hombros como un acto de consuelo.
Aunque él no se sintió para nada consolado. Lo único que podría lograr reconfortarlo sería que Taehyung despertara, y parecía que eso no sucedería pronto.