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There is a light that never goes out por protectmeyou

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Notas del fanfic:

Hola, bueno

Primero debo aclarar algunas cosas antes de que comiencen su lectura.

Este es un AU, eso significa que esta historia no tiene ninguna relación con el anime/manga de Haikyuu, simplemente ocupo a los personajes y sus personalidades para crear este mundo alternativo.

La pareja principal es BokuAka. El resto de las parejas se irán desenvolviendo durante el fic pero de forma un poco más lenta.

No es un Songfic. Ocupo canciones como título y cito frases que aparecen en ellas para acompañar mejor la historia.
El titulo del fic es de una canción de The Smiths.

Sin molestarlos mas, disfruten

Géneros: AU, Romance
Advertencias: Lemmon, parafilias

Notas del capitulo:

El nombre del capitulo es un pedacito de la cancion West Coast de Lana del Rey.

Disclaimer: Todo lo que se encuentra en esta historia es completamente ficticio, solo ocupo a los personajes y el ambiente por entretencion, cualquier parecido con la realidad es simple coincidencia.

"Me dices: "te extrañaré" y te quiero decir: "te extrañaré mucho"
Algo me mantiene realmente tranquila, estoy viva, soy un encanto
Es tu amor, tu amor, tu amor”

Lana del Rey – West Coast

 

Un agotado albino llegaba nuevamente tarde a su trabajo. Últimamente a Bokuto le costaba conciliar el sueño durante las noches, y por ende le costaba despertarse por la mañana, esto había provocado que las últimas semanas no llegara a tiempo a su trabajo, y que su jefe le regañara.  

Pero Bokuto no estaba preocupado por ser regañado, o por si le descontaban de su paga a fin de mes por su retraso, lo que realmente le preocupaba a Bokuto era si había perdido la oportunidad de atender a su cliente favorito.

Al llegar al local se apresuró en ponerse su uniforme de trabajo, y se posiciono rápidamente detrás de la caja registradora, su puesto habitual de trabajo, para su suerte, su jefe no se encontraba.

-Aún no ha llegado, al parecer también viene tarde a trabajar hoy- Le informo de forma burlona su mejor amigo y colega desde la cocina.

-Gracias Kuroo, no sé qué haría si hoy también no lo lograba atender.

Este cliente venia únicamente en la mañana para comprarse un café, era un cliente frecuente, y también un espectáculo diario para el albino. Este chico tenía algo sumamente especial en él, que a Bokuto le atraía de forma extraordinaria. Su amor hacia el rozaba casi la obsesión, de forma que si se perdía al chico en la mañana o lo cambiaban de lugar de trabajo, Bokuto estaba de mal humor por el resto del día. Era casi vital para su día a día.

Pero, para desgracia de él, aparte de atenderlo a veces en la mañana, nunca había intercambiado palabra alguna con él. Le hubiera gustado hacerlo, personalidad para hacerlo le sobraba, pero al verlo llegar, los nervios se apoderaban de él, su cuerpo se volvía torpe y no podía pensar con claridad.

Al intentar investigar algo sobre ese cliente, con solo su nombre como apoyo, consiguió muy poca información acerca de él, pero aun así esa información no dejaba de ser importante.

El chico se llamaba Keiji Akaashi, y trabajaba en una revista bastante conocida, él era modelo. Al intentar indagar un poco más, no consiguió nada, al parecer la agencia protegía muy bien a sus modelos de gente como Bokuto.

Al saber eso Bokuto compraba la revista semanalmente para buscar si salía su preciado cliente modelando, para su dicha él salía muy seguido, en una revista habían por lo menos seis fotos en las que él modelaba, Bokuto sin duda alguna adoraba el aura que el pelinegro tenia.

Pero Bokuto se desanimó al darse cuenta que él no era el único en darse cuenta de la gran distinción del chico. Aun así al albino le gustaba ser positivo, y a pesar de no ser la única persona que se fijaba en la belleza del pelinegro, y que, el hermoso Akaashi, que ocupaba la mayoría de los pensamientos de Bokuto, al parecer no tenía ni idea de su existencia, él, Kōtarō Bokuto, era el único que tenía el privilegio de prepararle su café por las mañanas, y eso le bastaba a Bokuto como para estar lo suficientemente contento con su aporte a la vida de ese ángel.  

El sonido de la puerta abrirse saco completamente a Bokuto de sus reflexiones acerca de su amor imposible.

Ahí estaba él nuevamente, con su aura melancólica entrando al local, se acercó a la caja para pedir lo de siempre, un café, pero hoy había una diferencia, este había pedido un pastelillo de acompañamiento. Bokuto se apresuró en hacer el pedido, y a hacer el café del pelinegro. Mientras Akaashi esperaba la llegada de su pedido posiciono su mirada en Bokuto. El albino al percatarse adapto una forma rígida.

-Ayer no te encontré, así que decidí pasar más tarde hoy, y aquí estas- Dijo tranquilamente el pelinegro.

¿Bokuto había escuchado bien? ¿La atención de Akaashi estaba puesta en él? Su voz era hermosa, era la voz más hermosa que se había dirigido a su persona. Sin duda eso no podía ser una ilusión, y no podía dejar al chico sin una respuesta, el pastelillo al parecer se demoraba, y no habían más clientes al cual atender, no podía desaprovechar esa oportunidad.

-A-ah… S-sí, yo llegue tarde ayer- Bokuto intentaba no tartamudear, era difícil después de todo este tiempo, todo este tiempo imaginando este día.

-Hoy, pase temprano y no estabas, así que, decidí esperarte, y volver más tarde- Sonrió, Akaashi le dedico una leve pero notable sonrisa a Bokuto. Su día no podía comenzar mejor.

El pastelillo del chico había llegado, Bokuto presintió que esa inusual tardanza había sido plan de Kuroo, pero en realidad estaba feliz por eso.

El pelinegro tomo su pedido y se fue sentar a una de las mesas de la cafetería, Bokuto sin duda no podía desaprovechar esa oportunidad, se quitó su delantal de trabajo, y ya que no habían más clientes, dejo su puesto de trabajo.

Junto todo su valor y se sentó al lado del pelinegro. Como respuesta este le dedico un breve vistazo, al parecer estaba muy concentrado en disfrutar su café.

-Y-yo… creo que eres muy bello- Bokuto no tenía tiempo para arrepentirse, en su cabeza todo estaba pasando de forma más rápida de lo que sucedía en realidad, su cabeza está completamente fuera de control.

-Bueno, a mi me gusta tu cabello, y el café que preparas- Dijo en respuesta Akaashi, era cuidadoso pero decía lo que pensaba, de forma completamente natural, estaba un poco avergonzado por lo que le había dicho Bokuto, pero decidió pasarlo por alto.

Esa respuesta basto para terminar de acabar la salud mental del albino, este había distinguido un tono juguetón en sus palabras. Nuevamente la idea de que únicamente él era el privilegiado en encontrar a esa belleza exótica le perseguía. Según Bokuto solamente él podía entenderlo, apreciarlo, cuidarlo y mimarlo, como este se merecía.

Akaashi comía tranquilamente, los espasmos que tenía de vez en cuando su actual acompañante no le molestaba en absoluto, al parecer Bokuto estaba planeando algo de suma importancia, decidió no interferir en su labor. Después de un tiempo terminó su desayuno, y el albino aún seguía en su mundo, se tenía que ir a trabajar, hoy estaría hasta altas horas de la noche en el estudio. Prefería no perder el tiempo.

Al incorporarse el pelinegro de su asiento el chico de ojos dorados se paró de un tirón, inquieto. Se dio cuenta de lo estúpido que se había visto delante del pelinegro al ponerse a pensar coas completamente innecesarias, había perdido su oportunidad de conocerlo.

-A mi… me gustaría volver a conversar contigo, si me lo permites- Tal vez esas eran sus ultiman palabras de valentía, ya había comenzado todo eso, tenía que acabarlo bien, aún tenía una pequeña esperanza para volver todas sus fantasías en realidad.

Bokuto al pensar bien sus palabras se dio cuenta que la interacción que tuvieron minutos atrás, en realidad no podía ser llamada conversación. Si aceptaba su petición, se esforzaría más en conversarle, e intentaría no perderse en sus pensamientos acerca del pelinegro.

-Hoy salgo tarde del trabajo, y con eso me refiero a que salgo a las diez de la noche, si tienes tiempo podríamos salir después de eso- El pelinegro le entrego una tarjeta a Bokuto y se retiró del local.

Bokuto estaba estático en su lugar, le costó unos cuantos minutos asimilar todo lo que había pasado, él, Keiji Akaashi, había invitado a Kōtarō Bokuto a salir después del trabajo, todo eso no era más que un sueño para el cajero.  

El día pasó bastante lento, a diferencia de lo que había vivido en la mañana. Esto causo un quiebre en la forma de trabajar de Bokuto durante el transcurso del día, estaba más disperso de lo normal, evidentemente estaba ansioso por que llegara el anochecer, pero por lo lento que avanzaba el día provocaba que el albino perdiera los estribos. Bokuto se retiraba a las ocho y media de su trabajo, obviamente iba a salir con el pelinegro.

En la tarjeta que le había entregado salía el nombre de la revista y su dirección, se encontraba a unas cuantas cuadras de la cafetería, no le sería difícil llegar.

Al cerrar la cafetería su amigo le deseo suerte, sabia lo mucho que le gustaba ese chico. Bokuto se encamino al estudio en donde lo esperaba su preciado ángel, al llegar, la recepcionista le indico que tenía que esperar hasta que terminara la sesión, la cual terminaría en una hora más. Bokuto obedientemente espero a Akaashi sentado en un sofá que se encontraba en recepción.  

El tiempo transcurrió rápido. Bokuto sintió como alguien posaba su mano en su hombro y lo sacudía suavemente, se había quedado dormido, y la persona que lo estaba sacando de sus sueños era su soñado y adorado Akaashi, no podía haber mejor forma de despertar que esa.

-Perdón si te hice esperar, debes estar agotado- Dijo preocupado, pensaba que había sido una muy mala idea invitar a salir a Bokuto a esas horas de la noche, su trabajo debía ser más que agotador.

-N-no te preocupes, estoy bien, ¿Vamos?- Dijo bastante animado, había despertado por completo.
-Claro Bokuto-san

Bokuto nuevamente perdió la compostura, la dulce voz de Akaashi había pronunciado su nombre.

-Yo no recuerdo haberme presentado- Estaba nervioso, tal vez Akaashi también había investigado sobre él.

-Oh, perdón. Siempre veo tu nombre cuando voy a comprar café- Era cierto, los trabajadores del local tenían un broche con su nombre- Soy Akaashi Keiji, un gusto Bokuto-san.

Todo esto no podía ser más que un hermoso sueño.

 

Notas finales:

Seria muy lindo que me dejaran review, y asi me animan un poco a seguir escribiendo :(

Me encantaria leer sugerencias para el fic, criticas constructivas y demas. Me ayudarian mucho

Saludos y abrazos a todos los que leyeron este primer capitulo.


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