“Cariño, puedes ser tan implacable,
puedes ser tan falta de amor, puede ser un mal entendido
pero no sé cómo sentirme sin tu amor.
Así que dime qué hacer.
Es una noche preciosa, con la luna en el cielo
Es una noche preciosa, con esa mirada en tus ojos”
The Drums - Me And The Moon
Nuevamente Bokuto estaba en una especie de trance, Akaashi realmente no quería distraerlo de lo que fuera que el albino estuviera pensando, pero sinceramente quería aprovechar la noche junto a él, y esta no era la forma indicada de comenzar su velada.
-Ehm ¿Bokuto-san?- Eso basto para sacarlo completamente de su trance.
-Oh, Keiji Akaashi, que hermoso nombre- Dijo sonriendo como si nada, estaba consiente que ya era segunda vez que se veía como un completo lunático frente al pelinegro. Quedándose pensando embobado en el ángel que tenía justo en frente de él, era absurdo pero le era completamente inevitable, por el momento, decidió no darle muchas vueltas, estaba decidido, esta noche impresionaría al pelinegro.
Akaashi como respuesta le dedico una dulce sonrisa, a pesar del extraño comportamiento del albino a Akaashi no le molestaba, en lo absoluto, le divertía.
Los dos se dirigieron a la salida, una vez afuera del edificio Bokuto pudo apreciar lo hermoso que se veía Akaashi bajo la luz de la luna. Evito decir un cumplido, no quería incomodar al pelinegro.
-Akaashi ¿A dónde se supone que iremos?- Ciertamente, no sabía a donde se dirigían, Akaashi le había invitado y no se negaría a donde él quisiera ir, pero la duda no lo dejaba tranquilo.
-Uhm, había pensado en salir a… - El celular de Akaashi había empezado a sonar, interrumpiendo sus palabras, le pidió permiso a Bokuto con la mirada y contesto.
Akaashi estaba conversando bastante desanimado, de vez en cuando miraba levemente a Bokuto, y este interpreto esa mirada como una forma silenciosa de pedir ayuda. El pelinegro estaba molesto, no le gustaban las invitaciones a eventos, mucho menos cuando ya había hecho planes. Como siempre iba a rechazar la invitación.
Bokuto no quería ser un entrometido, pero no era necesario concentrarse mucho para escuchar lo que la persona de otro lado del teléfono decía, era bastante animado, y estaba invitando de forma persistente a Akaashi a alguna especie de evento. Bokuto pensó “cosas de modelos”, pero verdaderamente sentía que el pelinegro no era de ese tipo, no parecía ser de fiestas y esas cosas, parecía ser mucho más recatado y solitario.
Akaashi finalizo la llamada- Perdóname, era un compañero de trabajo y… bueno- Era obvio que Bokuto lo había escuchado todo.
-No me molestaría acompañarte a lo que sea que te hayan invitado –Dijo sonriendo, quería conocer a Akaashi y para eso necesitaba un entorno tranquilo, el cual no conseguiría la ir a un evento de “cosas de modelos”. Pero, si compartía con sus compañeros de trabajo tal vez lo terminaría conociendo mucho mejor, además, no quería que el pelinegro rechazara ese tipo de eventos, tal vez le ayudarían en su trabajo como modelo al conocer gente, y todo por culpa de él.
-No es necesario, de verdad- Akaashi ciertamente no se animaba mucho a ir, realmente nunca iba a esa clase de eventos, no le interesaban, no era la primera vez que rechazaba una de esas invitaciones.
-Pero… no le veo el problema, será divertido- Bokuto le sonrió dulcemente al pelinegro y eso basto para que le hiciera ceder inmediatamente.
-Si insistes, queda algo lejos pero… podemos tomar un taxi.
Caminaron un par de cuadras y lograron hacer para un taxi, ya en el vehículo, Bokuto hablo todo el camino, a Akaashi no le molestaba, al contrario le agradaba y lo disfrutaba. Sentía que aun que no fuera de la manera indicada, Akaashi cada vez conocía más a aquel chico que le preparaba su café matutino, el chico el cual captaba su atención de forma inigualable, las razones aún no las sabia, pero estaba ansioso por conocerlas.
Tal vez ninguno de los dos podía percibir cuanto se aceptaban y atraían mutuamente, aun sin conocerse del todo. Evidentemente eran uno para el otro.
Bokuto estaba algo preocupado por lo que pensara Akaashi acerca de él, tal vez pensaba que era un entrometido, ya que a pesar de que el pelinegro rechazo la invitación de ir al evento de forma tajante, el insistió en que fueran.
Y existían dos razones por la cual Bokuto se arrepentía de haber insistido.
En primer lugar, irían a un lugar en el cual él no encajaría, y en segundo por su egoísta obsesión de conocer más acerca de aquel chico, Bokuto sabía que esa costumbre le jugaría en contra en algún momento.
Sin duda sus acciones decían mucho, Bokuto pensaba que en ese preciso instante Akaashi podría estar muy arrepentido de haberle hablado e invitado a salir. Bokuto no podía estar más equivocado.
El albino durante el viaje hablo acerca de su antigua escuela, de sus antiguos amigos y de un deporte en específico que le gustaba mucho. También hablo de su comida favorita, de cómo odiaba vivir solo, y por sobre todo, lo mucho que le gustaban los búhos. Akaashi memorizaba cada palabra que decía el albino, a pesar de no demostrarlo, estaba muy feliz, cada vez conocía más a ese peculiar chico el cual captaba su especial atención, Akaashi generalmente no se interesaba en nada, por eso quería conocer a este chico, realmente le atraía.
-A mí también me gustan los búhos, son lindos- Esas palabras le provocaron a Bokuto una gran euforia, euforia que causo que le dedicara una gran charla de búhos por el resto del trayecto.
Sin duda el lugar estaba muy alejado de la ciudad, parecía estar en un bosque, ya no se veian las luces de la gran ciudad, afuera del coche estaba completamente oscuro. Bokuto se extrañó, nunca pensó que ese tipo de personas hicieran eventos junto a la naturaleza.
-Akaashi ¿Qué tipo de evento es este?- Pregunto Bokuto mirando por la ventana.
-Oh, es un cumpleaños de un amigo, bueno, la mayoría trabajamos en lo mismo… así que es más un compañero de trabajo.
-¿Eh? ¿Pensabas faltar a la celebración del cumpleaños de un amigo?- Bokuto no entendía la frialdad con la que trataba Akaashi al resto.
-N-no es eso, es solo que… no me gustan este tipo de cosas- El taxi se detuvo, habían llegado, Akaashi le pago al chofer y los dos salieron del vehículo. Bokuto se sentía un completo inútil, se había propuesto impresionar al pelinegro durante la noche, pero no había hecho nada realmente significativo por él aparte de molestarlo para ir a ese evento, que al final, Akaashi no disfrutaría.
Al ingresar al patio de la casa, Bokuto pudo observar como varias personas los miraban con curiosidad.
-¿Akaashi? ¿De verdad eres tú? Vaya, jamás pensé que vendrías- Se acercaba un chico de casi dos metros, al parecer no era japonés, junto a él venía un chico rubio y bajo, casi de la misa estatura de Akaashi.
-Feliz cumpleaños Lev- Dijo Akaashi con su voz neutra, Lev parecía estar muy contento por su presencia.
-Oh, ¿Y que tenemos aquí? ¿Sera este chico el causante de este milagro?- Dijo Lev mirando detalladamente a Bokuto.
-Soy Kōtarō Bokuto, un gusto- Akaashi observaba la situación algo divertido.
-No, no. El gusto es mío, realmente Akaashi nunca viene a este tipo de cosas, pero ya veo porque hoy hizo la diferencia. Soy Lev Haiba y él es mi novio, Kenma Kozume- El otro chico saludo a Bokuto con la mano, parecía callado.
A Bokuto le pareció reconocer su nombre “Kenma Kozume”, sabía que lo había escuchado en alguna parte, pero no lograba recordarlo, decidió ignorar ese presentimiento, después de todo no era de extrañarse, al parecer todos los de ahí tenían algo de fama.
-¿El mismo Bokuto-san de la cafetería?- Dijo el rubio casi en un susurro, pero lo suficientemente fuerte como para hacer sonrojar a Akaashi y provocar que Lev le hiciera una avalancha de preguntas a Bokuto.
Durante el transcurso de la noche Bokuto conoció a mucha gente, todos muy cercanos a Akaashi al parecer. Lev le conto que estaba realmente sorprendido por su presencia, ya que Akaashi nunca había salido, ni invitado a nadie a menos a que fuera por obligación. También le conto que hace unas semanas se veía algo extraño cada vez que iba por su café matutino. Sin duda Lev intentaba que el amor entre esos dos floreciera, y por lo menos con Bokuto era bastante efectivo, este estaba completamente ilusionado.
En la fiesta asistían todo tipo de profesionales, todos de la revista en la que trabajaba Akaashi. Camarógrafos, modelos, ilustradores, diseñadores, periodistas. Bokuto se sentía un completo fracasado.
-¿Quién es él?- Pregunto Bokuto señalando a un chico de lentes, se veía bastante solitario y deprimido a pesar del ambiente.
-Ah, él es Tsukishima Kei, te recomiendo que no lo molestes, termino hace poco con su novio, y aun que no quiera aceptarlo esta devastado- Dijo en tono burlón un castaño, Oikawa al parecer, a Bokuto le costaba memorizar tantos nombres en una sola noche.
Después de esa respuesta Bokuto se percató que no estaba junto a Akaashi, miro a su alrededor y no se encontraba. Al preguntar, varios le dijeron que no tenían ni idea, y que a lo mejor se había ido.
Bokuto decidió ir a buscarlo por su cuenta, había un sendero que lo guiaba al bosque, algo le decía que Akaashi estaba ahí. Era imposible que lo abandonara en una fiesta, no lo conocía mucho, presentía que no era ese tipo de persona.
El sendero parecía infinito, pero siguió su camino hasta llegar a una especie de risco, ahí se encontraba Akaashi, sentado en el pastizal, tenía la mirada perdida en el paisaje, sin duda era una vista hermosa, pero para Bokuto nada se podía comparar a lo que miraban sus ojos en esos momentos, Akaashi, se veía completamente hermoso, natural, la luz de la luna le hacía resaltar su aura melancólica, esa aura que volvía loco a Bokuto.
Bokuto lo observaba de lejos, intento no hacer mucho ruido al acercarse, no quería desconcentrar al menor. Se sentó a su lado y lo siguió observando, el pelinegro aun no notaba su presencia, pero eso a Bokuto no le importaba. Akaashi pestañeo un par de veces y miro en dirección hacia Bokuto, le dedico ña misma mirada de siempre.
-Bokuto-san, perdón.
-¿Por qué te disculpas?
-Te deje solo haya, con mis amigos, en realidad, parecías muy entretenido, yo pensé que no notarias si me escapaba un poco. Perdón por haberte hecho venir hasta aquí a buscarme- Akaashi volvió su mirada a cielo nocturno, y ahora se acostaba delicadamente en el pastizal, ahora podía perder su mirada en el cielo cuanto el quisiera.
Bokuto se acostó al lado de Akaashi, admiraba el perfil de este, sin duda era hermoso.
-¿No crees que es una vista preciosa Bokuto-san?- Akaashi no parecía estar dirigiéndose a él a pesar de nombrarlo, estaba completamente encantado por el espectáculo nocturno- Dime Bokuto-san, ¿Te divertiste?- Akaashi ahora lo miraba, al parecer ahora si se refería a él.
-Uhm, sí, pero yo en realidad quería estar contigo- Bokuto estaba algo sonrojado por sus palabras.
-Hoy conocí mucho acerca de ti Bokuto-san, yo… estoy muy feliz por eso- Le sonreía, le había dedicado una dulce y cálida sonrisa.
Bokuto estaba completamente sonrojado, a pesar de que al fin de esa noche solo Akaashi había terminado conociendo al albino, este había terminado conociendo muchas facetas del pelinegro que tal vez, solo él conocía.
Bokuto entrelazo la mano de Akaashi con la suya, el pelinegro estaba helado. Eso inquieto un poco al mayor, no se perdonaría si Akaashi pescaba un resfriado por su culpa.
-Akaashi, estas helado, te puedes enfermar- Bokuto se enderezo y se sacó su chaqueta, cubrió a Akaashi con ella. Una vez terminada su labor volvió a entrelazar sus manos. Ya estaba algo más tranquilo.
-Gracias Bokuto-san -Akaashi se acurruco en el hombro de Bokuto, y él disfrutaba el cielo nocturno.
No podría haber sido una mejor noche. Quizás Bokuto si le había dejado una buena impresión de él a Akaashi.