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¿Pain? -Gravity Falls fic- por Danny Fhenton

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Notas del capitulo:

Je, me enamore de estas parejas y me inspire a escribir un fic sobre ellos... 

Asi que aqui esta.

Aclaraciones:

- El fic tambien esta publicado en Wattpad, asi que no es un plagio.

- La serie no me pertenece, sino que le pertenece a Alex Hirsch.

- En algunos momentos habra yuri, quedan advertidos.

Espero les guste el fic...

El dolor era hilarante, él mismo lo había dicho y no se retractaba.

Pero el dolor era hilarante sólo cuando no era él quien lo sentía, porque hacer sufrir a alguien más y escucharlo implorar por piedad si era divertido. Sonrió al recordar como electrocutaba a Stanford para sacarle información, pero la felicidad no le duro mucho al sentir el dolor por todo el cuerpo.

Sentir en carne propia el dolor no le causaba ninguna gracia.

Haría pagar a Pines por eso, y no le importaba mucho cual de los Pines implicados pagara el precio por hacerlo sufrir. Aún así tenía que admitir que en parte había sido su culpa terminar así pero eso no sucedería jamás de los jamases, si es que acaso la segunda palabra existiera pero hagamos de cuenta que sí.

Aunque sería mejor volver al principio de todo este embrollo, más que nada para que no haya ningún muerto y para poder entenderlo mejor.

Además, no era tan malo ni estaba sufriendo tanto.

Solo tenía hambre, lo habían picado los mosquitos, estaba solo en el bosque, tenía sed y calor.

Pero no era el fin del mundo... Ese había sido hacia una semana.

 

 

 

El Raroarmagedon había terminado hacia dos semanas, habían sido los cuatro días más locos de todos los tiempos y el pueblo entero podía asegurar que estaban muy felices porque ya habían terminado.

Bill estaba muerto y todo en el pueblo había vuelto a la normalidad o al menos lo que se puede considerar normal en un pueblo como Gravity Falls.

Ford miró a su hermano, que estaba poniéndose el suéter que Mabel le había echo para la despedida. Tenía que admitir que estaba contento de haber podido recuperar a su hermano, aunque había otro sentimiento atrás de eso pero no le dio mucha importancia. Sonrió cuando Stan comenzó a quejarse del calor pero no se sacó el suéter sino que se lo arreglo.

Se acerco a él aún sonriendo y lo abrazo por detrás como quien no quiere la cosa.

- ¿Seis dedos?- estaba sorprendido por la acción de su hermano, el reflejo de su cara frente al espejo lo delataba.

- ¿Si?

- Nada- Stan prefirió no darle vueltas al asunto, era bueno que su hermano se le acercara otra vez aunque no se esperaba ese tipo de cercanía.

Ford le dio un beso ligero en el hombro y haciéndose el idiota se fue del cuarto sin mirar a Stan, el cual solo sonreía.

Todo era color de rosa para la familia Pines: habían reparado la Cabaña del misterio, el “dúo dinámico" cumpliría el sueño de Stan de navegar alrededor del mundo y los “gemelos misterio" volverían a casa con el gusto de la victoria por todo su cuerpo.

O al menos era color de rosa para casi todos.

Dipper no podía sacarse de la cabeza a Bill, sus pensamientos no iban dirigidos al demonio en si sino a las razones para querer dominar el mundo que este tenía y a todos los recuerdos que tenía acerca del demonio triangular.

El dolor es hilarante, recordaba haberlo escuchado decir cuando poseyó su cuerpo y era en ese momento donde, quizás, comprendía el significado oculto de esa frase.

Porque no es que fuera hilarante el dolor, sino como se sentía el dolor. Y eso era lo que producía ese sentimiento de euforia.

Solo sentir.

- ¡Dipper, ayúdame con esto!

Y tuvo que dejar ir sus pensamientos acerca de Bill cuando su hermana le pidió ayuda con su maleta para poder meterla al baúl del auto de su Tío Stan.

- ¡Voy!

Cerro su mochila y la dejó en el pórtico de la cabaña para ayudar a su hermana, entre medio de todo eso Wendy dejó una pequeña caja envuelta en papel de regalo dentro de la mochila sin ser vista y decidió llevar la mochila a su dueño para que la guardará. La pelirroja sonrió al imaginar la cara que pondría Dipper al ver el paquete y cuando ella hiciera lo que tenía planeado.

Los gemelos Pines habían pasado en verano de sus vidas, habían echo amigos y enemigos en el camino pero eso solo lo hizo más emocionante.

Extrañarían todo ese lugar, realmente lo harían. Había escuchado, o leído no lo recordaba, que a veces el lugar donde se nace no es su hogar sino que el hogar es el lugar donde uno se siente realmente en casa.

- Los vamos a extrañar mucho- dijo Mabel, Dipper asintió con una sonrisa algo triste y acomodándose el gorro de Wendy para que le quedara como debía.

- Y nosotros a ustedes.

Se subieron al autobús rumbo a California y dieron por finalizado el verano de sus vidas, dando estas un giro de 360° hacia algo que ninguno de los dos se esperaba.

Bill los miraba escondido detrás de un pino, el demonio sonrió de medio lado al darse cuenta de ese hecho y miró sin muchos ánimos sus propias manos al darse cuenta que los gemelos ya se habían ido.

Se sentía algo extraño e inútil, le costaba acostumbrarse a ese cuerpo nuevo con el que había sido castigado al ser derrotado. Además, de ser un poderoso demonio a ser un adolescente de catorce años... Había mucho que asimilar.

Internamente se preguntaba qué cara pondría Pino al verlo. Inconscientemente abrazo al pino, donde estaba escondido, con un poco de fuerza en parte por estar pensando en Dipper y en parte por el ligero mareo que estaba comenzando a sentir.

O al menos eso fue lo que hizo hasta que cayó inconsciente, porque no comer por unos cuantos días tiene sus consecuencias.

- ¿Y ese niño?

Ford vio a lo lejos una silueta pequeña caer al suelo de forma brusca y a una ardilla subírsele encima para luego morderle la nariz.

- Esta muerto- respondió Stan levantando los hombros y mirando hacia un lado como restándole importancia al asunto- ¿nos vamos a la cabaña?

Agarró a su gemelo del brazo, lo hizo cruzar con él en la calle y se acercaron al chico hasta estar frente a él.

- Em...- hizo una pausa mientras buscaba sus signos vitales, cuando los encontró suspiro con alivio- está vivo.

- ¿Y?

Ambos siguieron discutiendo entre ellos por un rato, olvidándose por un momento del chico. Este despertó y los miró a ambos, delatando su despertar el sonido de su estómago haciendo ruido.

- Oh, revivió- Ford miró mal a Stan, este sólo comenzó a silbar por lo bajo ignorando la mirada reprobatoria de su gemelo.

- ¿Cómo te llamas niño?

Quiso responder “que te importa, seis dedos" pero se mordió la lengua y con su mejor cara de póker respondió:

- Soy Bill, ¿tan distinto me veo que no me reconocen?- su cara demostraba indiferencia pero su tono demostraba cierto odio hacia los hombres delante suyo.

Su voz sonaba casi igual y eso le sorprendió y aterró bastante. Desde que lo habían desterrado, por así decirlo, no había tenido necesidad de hablar para nada y en sus pensamientos su voz era normal así que no hubiera notado la diferencia por sí sólo.

- En definitiva, ser buena persona no es algo bueno.

- Estoy de acuerdo con eso “Stanford"- hizo comillas con los dedos cuando pronunció el “nombre" de Stan.

- ¿Sabes que podemos matarte? Digo, no hay testigos y no me importaría hacerlo.

- Se que no lo harían…- esperaba que no fueran capaces, ya no podía saber lo que pensaban y eso lo inquietaba un poco- además no puedo hacer nada con este ridículo cuerpo.

Ford, que no había entrado en la conversación, miro atento al chico acostado en el suelo: parecía tener apenas catorce años, era rubio, de tez algo bronceada pero no demasiado lo que quizás se debiera a la semana a la intemperie en pleno verano sin protección, de ojos amarillentos oscuros que le recordaban a esa piedra preciosa llamada topacio imperial y la ropa algo sucia seguramente por los días en el bosque.

- Tiene razón, Stanley- levanté los hombros- es un niño.

- De cualquier modo se va a quedar aquí, llamaré a la policía y que ellos vean que hacen con él.

- ¡No! - grito Bill agudizando un poco la voz, al escucharse se acordó de Dipper y sus gritos para nada masculinos, rio internamente por ello.

El rubio se asustó al escuchar a Stan decir eso, no quería pensar en que le haría la policía si lo encontraban. Mentalmente se insulto a sí mismo por sentir emociones humanas y por el dolor en su estómago por no haber comido en días.

- Pues a la cabaña no vas a ir, demonio.

- ¡No te lo pedí!

- ¡Ni te lo estaba ofreciendo, mocoso!

- ¡Ni lo quería, vejete!

Stan iba a volver a gritar al escuchar el “vejete”, pero un sonido proveniente del estómago de Bill lo interrumpió y le dio pie a Ford de interrumpir al otro adulto para hablar.

-  Llamaremos luego a la policía y no te harán nada Bill...- el científico apoyo una mano en el hombro del estafador, tranquilizando al otro- pero primero vallamos a comer algo que muero de hambre y sospecho que no soy el único ¿cierto, Bill?

Y así empezaba la extraña pero pintoresca vida de Bill Cipher como un adolescente: mirando sospechosamente a los hombres sentados en frente de él en el automóvil y recibiendo miradas serias de Stanford desde el espejito. Se arrepentiría luego de haber subido auto, no cabía duda, pero al sentir más dolor de estomago no dijo nada.

-          ¿Ustedes son pareja o algo?..- ante la mirada de ambos hombres, solo sonrió dirigiendo la mirada hacia la ventana del auto- no los juzgare, es solo curiosidad.

-          No te interesa.

Levantó los hombros aun sonriendo, puede ser que no leyera mentes pero aun así no era idiota y esa respuesta defensiva de Stan le había respondido más que cualquier respuesta afirmativa de parte de ambos.

 

 

Le habían ofrecido quedarse en la cabaña hasta que… bueno, no había existido el final de esa frase en realidad. Si le habían dicho que quedaría a cargo de Signo de Pregunta al menos hasta que ambos gemelos mayores regresaran de su viaje de investigación, a Bill no podía darle más igual.

Se sentía como típico hijo adolescente rebelde al que no le interesaba nada acerca de lo que sus padres le decían. Se preguntaba quién sería la mamá en ese asunto, seguro seria Ford porque una madre decente no tendría ganas de tirarlo por el pozo sin fondo como presentía que Stan quería hacer.

Habían llamado a la policía unas horas antes, tuvo que inventar una buena historia y agradecía que esos dos idiotas le hubiesen creído la tontería de que no recordaba quien era más allá de su nombre y que tampoco recordaba de donde venia, así que ellos se ocuparían de buscar su información en algún lado. También agradecía que no lo hubieran reconocido ni cuando les dijo su nombre.

Bill sabía que no encontrarían nada, y no porque fueran incompetentes sino porque en realidad no existía documento alguno sobre él.

Y ahora estaba acostado en la cama que Dipper había usado todo el verano mirando al techo sin nada que hacer, tenia sueño pero no podía dormir mas porque no sabía bien cómo hacerlo que porque no quisiera dormir.

Levantó las manos y se las miro, le eran extrañas. En realidad, todo su cuerpo le era extraño y desconocido.

Bajo las manos hacia su pecho y lo acaricio por encima de la remera, luego metió una de las manos dentro para sentirlo mejor. Luego la bajo despacio hasta llegar a donde iniciaban sus pantalones y metió una mano dentro, le causaba curiosidad esto de sentir las sensaciones  que su mano le causaba a su miembro, que ya estaba duro. Era gratificante y le causaba un cosquilleo extraño pero que no se sentía nada mal.

Atrapo su miembro entre sus manos y comenzó un vaivén lento solo para sentirse. En un momento dado sintió un placer indescriptible y una especie de líquido algo denso salir de su miembro que estaba volviendo a la normalidad.

-          Así que… ¿qué tal eso?

Pego un salto en la cama, acomodándose los pantalones y la remera de forma algo brusca, ante el susto que le había dado Stan. Este se rio estruendosamente ante la cara asustada del chico ex demonio.

-          Creo que alguien va a necesitar una pequeña charla.

Oh, que dulce era la venganza.

Era una venganza algo dura, pero de igual modo la disfruto al ver la cara de trauma que Bill ponía al escucharlo y comprender lo que había echo además de lo que le pasaría gracias a su edad biológica.

 La próxima vez, Bill cerraría la puerta con seguro. Maldito cuerpo humano, malditos humanos y maldita adolescencia.

El dolor es hilarante, o al menos su dolor psicológico lo era para Stan… en definitiva, debió destruirlo cuando tuvo la oportunidad.

Notas finales:

Well, espero que les haya gustado este fic...

Actualizare una vez por semana, asi que nos estaremos viendo el proximo viernes muchachas/os 

 


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