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Rompecabezas por limon18

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Notas del capitulo:

Shura esta dispuesto a olivdarlo, no importa como, mientas Aioros aprende de la peor manera del como trabaja el amor

Debería de odiarlo, de olvidarlo, debería dejar de amarlo pero no puede borrar todos estos años a su lado… esta vez sí está dispuesto a dejar el pasado y seguir adelante, se arreglaba el corbatín mientras se veía al espejo suprimiendo sus lágrimas, se sentía derrotado, pero debía de superarlo y sabía que muy pronto lo haría. Subió al templo del patriarca, donde se derrochaba clase, toda clase de platillos exquisitos,  vinos y exquisitos postres, mira a su alrededor ve a muchos de sus compañeros, pero no ve al arquero por ningun lado y tampoco el maldito de Saga, furioso llega donde se encuentran las guarniciones y bebe una copa de vino. A su lado está el gran Aldebaran de tauro, bebiendo, cuando este grandote lo ve le sonríe…

-          ¿Cómo has estado? Tengo mucho tiempo de no verte a pesar de que vivimos relativamente cerca (pero Shura solo se limita a escucharle y beber otro trago) ¿Dónde está Aioros?  (el español se enoja al escuchar la pregunta, deja la copa de vino y se aleja del toro)

Camina hacia el balcón del salón, sus lágrimas sin anunciarlo comienzan a brotarle de sus ojos, rápidamente las seca con su brazo…  Aldebaran que nota ese cambio brusco del español ante sus palabras, toma la copa de vino y lo alcanza.

-          Olvidaste esto (mientras le sonríe y se coloca justo a un lado)

-          Gracias (toma la copa)

-          Disculpa si fui indiscreto, perdona. (mientras se retira, pero Shura lo detiene del brazo)

-          No fuiste indiscreto, perdona tú, por ser un poco tosco (ambos sonríen)

Mientras platican trivialidades, todo lo que hablan les causa gracia, es como si ambos coincidieran reírse al mismo tiempo, pudieron haber pasado toda la cena allí mismo que no se cansarían de hablar, pero su charla fue interrumpida por un sagitario enfurecido que se acerca sigilosamente y sin pensarlo toma del brazo a Shura para halarlo y llevarlo adentro de aquel lugar. El español se rehúsa y suelta el agarre, el toro queda atónito.

-          ¿Qué sucede contigo Aioros? (dice esto muy molesto)

-          ¿conmigo? Tu estas aquí de resbaloso con el toro, pareciera que te ofrecieras… nos vamos…

-          Te iras tú, yo me quedo, me la estoy pasando bien, además, si mal no recuerdo, tu y yo no somos más nada, ve con Saga, sobre el tienes derecho, conmigo no…

-          ¡vamonos! (grita el moreno, pero es interrumpido por el toro) dijo que te largues, no provoques problemas Aioros, solo vete…

El arquero no quiere hacer un drama en el lugar, pero pareciera que con su mirada aniquilara al toro, entra al salón a beber un trago tras otro, mientras imaginaba que ese maldito toro conquistaba a su español, pero… tal vez no era así, ya que Shura le amaba con locura así como le amaba él. Saga se sienta justo a su lado…

-          Veo que Shura trata de sacar un clavo con otro más grande mi querido Aioros…

-          Que estupidez dices, esta noche haremos el amor y se le olvidara que platico con ese bastardo… (pero solo escucha la risa de su compañero) ¿Qué te causa tanta gracia?

-          No te basta, haberte acostado conmigo un par de horas atrás y ahora quieres ir tras él, vaya que eres desquiciado y por eso no te cambio, en cambió tu a mí sí. (dice esto dándole un sorbo al vaso que llevaba en sus manos)

La cena está por concluir, Shura y Aldebaran que han pasado todo ese tiempo hablando de cualquier cosa, no han notado el tiempo, por lo que se alejan de las miradas y salen de aquel salón, Shura sonríe grandemente por el hecho, se van caminando, hasta llegar al templo de capricornio…

-          ¿te volveré a ver?

-          Claro que sí, hay entrenamientos siempre

-          No… quiero decir, si algún día podre platicar contigo nuevamente como lo hicimos (mientras esconde su mirada agachando su cabeza)

-          Por supuesto, cuando desees amigo mío  (se adentra a su templo)

El toro no sabe qué le pasa, pero esa charla tan amena lo hizo muy feliz, jamás había platicado con Shura de esa manera, muy sonriente baja hasta su templo, pero al pasar por geminis, esta Saga y Aioros… pareciera que lo están esperando, pero el pasa como si no estuviesen…

-          Parece que juegas con fuego amigo (dice el arquero acercándose)

-          No se dé que hablas, yo no me meto en tus asuntos, tu no deberías de meterte en los míos caballero.

-          Hablo de Shura, no seas animal, él es mío, tenemos muchos años de estar juntos, no te le acerques más…

-          El toro ríe… como puedes decir que están juntos, cuando todo el santuario sabe que le eres infiel con Saga, no es nuevo lo de ustedes, lo que sí es nuevo es que ya no sean nada, con tu permiso, pero ya es tarde y debo de regresar a mi puesto.

 

El arquero nunca ha hecho un solo escándalo y no lo hará ahora, se sienta en uno de los sofás del templo de geminis mientras su mirada se pierde en el techo…

-          ¿Cómo hago Saga? Para que Shura regresa conmigo… ya no sé qué hare, no sé ni lo que siento… no lo sé…

Saga lo mira detenidamente, siempre lo hace suyo, pero nunca completamente, le tiene envidia al maldito español, siempre espera a que se canse de él, que lo olvide cuando está en su cama, logrando su cometido por algunas horas, para luego escuchar el lamento del arquero arrepintiéndose siempre, regresando a sus brazos siempre, aunque no lo parezca él también está dolido, pero ahora su suerte está cambiando, el toro metiendo sus narices y si Shura se hace la fácil, será muy fácil tener a su arquero… 

Lo ve allí sentado lamentándose, se le acerca y lo levanta de la camisa asustando al arquero, lo toma y lo somata contra la pared, pero Aioros molesto lo aleja de su cuerpo, pero es muy tarde, la boca de Saga devora su cuello, mientras sus manos lo toman de la cintura y una de sus piernas entra en ambas del arquero. Saga sufre de una obsesión hacia el cuerpo de sagitario, como si fuese adicto o algo así. Escucha algunos quejidos suaves de su amante, esos quejidos que lo vuelven loco, le rompe los botones de la camisa, para devorarlo con lujuria, para luego besar sus labios, degustándolos como le gusta, caminan hacia el sofá más grande y mientras el arquero se sienta, Saga se quita la playera y el pantalón, ´pero en la posición en que esta, el arquero le baja su bóxer, para tomar su miembro, sus dedos se deslizan desde la punta hasta la base, haciendo estremecer peliazul. Con pequeños besos toma la punta, la lame una y otra vez, para luego meterlo por completo a su boca, con su lengua juguetear, con sus dientes rasgar. La cabeza de Saga se mueve de un lado para el otro como para encontrar un respiro, pero es imposible, Aioros sabe cómo complacerlo y llevarlo al éxtasis total…

-          Así es bebe… sigue…. Vamos… (mientras lo toma del pelo y marca la velocidad, para luego quitarlo de golpe)

Lo recuesta boca abajo, para ponerlo en cuatro y mientras lame sus dedos comienza la profanación de su entrada, mete su miembro sin aviso haciendo gritar al arquero. Saga toma el miembro para masturbarle al ritmo del vaivén mientras muerde su espalda, erizando la piel de sagitario mientras no puede parar de gemir, ya no ve nada, su mirada esta nublada de tantas sensaciones que lo pierden entre todo lo que está viviendo, en ese momento no piensa en nada, solo disfruta… solo se contagia de placer…

-          Ahhhhhh…. Ahhhh…SSSS….aaagggaaaa….

El geminiano para pero no sale del cuerpo del arquero, desea ver su rostro, le da vuelta y lo recuesta sobre el sofá, verle de esa manera hacia que lo amara más de lo debido, vuelve a penetrarlo con fuerza, mientras besa su pecho, muerde duro, su vaivén es más violento…

-          Vamos Saga…. Vamosss….

Ese era el detonante que hacía que Saga entrara  y saliera de su cuerpo con brutalidad, con rapidez, olvidándose de todo, este sexo lo quemaba, lo consumía como una maldita droga…  el peliazul termina dentro del arquero, dando un fuerte gemido, pero Aioros aún no termina,  el geminiano muy agitado sale del cuerpo del arquero para tomar su miembro con la boca y con las pocas fuerzas succiona suavemente, como si lo hiciera delicadamente, pero luego recobra fuerzas y vuelve a succionar, a lamer, a mordisquear sin dañarlo, para que su arquero se venga, logrando su cometido… ambos se quedan con las respiraciones al mil…

El geminiano se levanta  si dirige a la cama seguido del arquero, que está un poco adolorido, se deja caer por completo, mientras Saga lo toma del mentón besándolo con locura, devorándolo nuevamente, para luego abrazarlo, pegándolo a su pecho…

-          ¿crees que Shura se enamore de ese toro infeliz?

-          A quien le importan esos dos, a mí solo me importas tu (mientras besa su frente)

-          Pero… yo amo a Shura, no puedo dejar de pensar en el…

Estas últimas palabras terminan con la paciencia del geminiano… levantándose mientras se viste

-          Estoy harto de escuchar siempre lo mismo, lo tuyo con ese pobre diablo ya término, y término porque tú lo quisiste así Aioros… tú escoges revolcarte conmigo y pretendes quedarte con Shura. Ni siquiera sabes que haces o a quien amas, tienes lo quieres… mi amor tu eres el ganador… como vez…

Termina esta frase yéndose de su propio templo, dejando con grandes dudas al arquero… ¿Qué es lo quiere? ¿Qué es lo que necesita? Su mente esta desordenada, casi que aniquilada… pero tuvo buen sexo, así que descansara.

Con el paso de los días no ve a Saga, es muy extraño, porque el pasa todo el tiempo acosándolo, pero poco le importa ahora, que ve muy seguido al toro junto al español y no solo durante el entrenamiento, los puede ver por todos lados y ya se hartó, ver como alguien más le quita al hombre que ama, espera a que el toro se aleje para el acercarse…

-          Hola Shura… (le dice esto dibujando una sonrisa en su rostro, pero Shura ni siquiera lo mira) aun no puedo resignarme a estar sin ti y menos puedo verte con ese maldito

-          Ssshhhhhhh….. (coloca un dedo sobre sus labios) no le digas así, el no tiene la culpa de hacerme sentir bien cuando más te necesite, a ese que le llamas de tal manera es el que me ha apoyado en estos momentos tan difíciles

-          No te das cuenta que me siento incompleto sin ti… vamos Shura, volvamos hacer lo que fuimos (toma su mano para besarla, pero el español la retira)

-          No me toques, eso no pasara, porque tú y yo ya no somos los mismos de antes,  por eso mismo jamás podremos volver, vuelve tú con Saga. (mientras enciende un cigarro y le da la primera calada)

-          Que terco eres, yo no amo a Saga, te amo a ti… seguramente ese maldito toro infeliz ya se revolcó contigo (al terminar de decirlo siente una bofetada que lo hace ver estrellas por algunos segundos)

-          No seas estúpido, no todos piensan en sexo (se aleja dejando perplejo a sagitario)

Se toma la mejilla, se muerde el labio mientras se pierde entre sus pensamientos, maldito toro, maldito Saga, se maldice el mismo… sale corriendo tras Shura, tomándolo por detrás de la cintura, colocando su barbilla sobre el hombro del pelinegro…

-          Yo te amo Shura, perdóname… sé que soy culpable, soy yo el problema, pero solo tú me haces regresar a la realidad, si aún me amas, déjame redimirme… (el pelinegro se aleja del agarre para estar de frente al arquero)

-          Yo… ya no te amo más. Perdóname ( tira el cigarro, lo aplasta con el zapato y se aleja nuevamente)

El arquero no quiere creer eso, en qué momento se le escapo todo de sus manos, en que momento lo dejo ir a los brazos de ese maldito toro, lo ve alejarse, ve como se reúne con el toro, quebrantando su corazón. Es estupidez pensar que Shura nunca lo iba a dejar de amar, que solo del estaría enamorado… ahora está solo, odia a Saga, pero odia más al toro…

Pasaban los días y Aioros no podía dejar de ahogarse entre sus mentiras, intrigas y engaños que lo hicieron perder todo, entrena como si fuese el último día, repartiendo golpizas a quien se lo ponga enfrente, incluyendo a su hermanito…

-          ¡basta ya Aioros! Es suficiente (dice el león dorado)

-          Pareces niñita… levántate y sigue entrenando

-          Creo que te hace falta Saga (dice esto levantándose y sacudiendo el polvo en su ropa, pero solo siente otro golpe en el rostro, haciéndolo caer al suelo otra vez)

-          No seas insensato, no digas tonterías, pues tus comentarios fuera de lugar harán que aprecies tu vida hermano (lo deja tirado y sale de la arena de pelea)

Pero su hermano tiene razón después de todo si le hace falta ese maldito geminiano… sube las escaleras hacia su templo, pero al subir hacia tauro escucha unas voces que provienen de la entrada al templo del toro, no escucha bien y no ve de quien se trata, sube más para ver de quien se trata. Lo que ve lo asusta, lo desploma, lo mata… es Shura, su Shura con ese toro, pareciera que se fueran a besar, asi que apresura el paso hasta llegar a la entrada…

-          Buenas tardes caballeros (dice esto con una voz altanera)

El pelinegro sonríe mientras el toro le contestas, esperan a que se aleje, sien notar que esta tras una de las grandes columnas.

-          Me voy a mi templo, pasa buen día Alde (pero el toro lo toma de la mano y la besa delicadamente)

-          Te extrañare cada segundo, hasta que te vuelva a ver (se le acerca, sus miradas se cruzan, Shura está nervioso, espera con ansias a que el toro lo bese, pero no pasa, solo se queda allí, así que él lo hace, lo toma del rostro y lo besa, un beso muy pequeño.)

El toro lo toma de la cintura, enredando sus brazos para pegarlo a su cuerpo, besando nuevamente su boca, con movimientos finos, dándole un sabor diferente aquel placer que Shura disfruta.

El arquero no puede creerlo, su mirada se baja al suelo, no puede engañarse, no puede dejar de amarlo y lo que ve lo mata… ahora sabe lo que el pelinegro sentía… sin hacer el más mínimo ruido se aleja, sale corriendo las escaleras, sube y sube… no puede creerlo,  Shura ya lo olvido, lo dejo amar y el sigue con ese estúpido sentimiento aun y ahora ni siquiera Saga esta, para apaciguar su vida…

Entra al templo de capricornio, toca las paredes con sus dedos, deslizándolos mientras camina, entra a la habitación, acostándose de un solo en la cama, tomando las sabanas sintiendo el aroma que despiden, quedándose dormido entre esas sabanas, mientras sus ojos derraman lágrimas que jamás había derramado.

El pelinegro entra a su templo, minutos después, su felicidad se podría ver a kilómetros, su sonrisa nuevamente vuelve, su vida ya no es la misma, entra a su habitación y lo ve allí, se recuesta sobre el vano de la puerta.

-          ¡Aioros! (grita desde donde está, el arquero se levanta de golpe, pero al verlo suspira y se sienta en la orilla de la cama)

-          No quise importunarte, pero aprovecho para decirte lo cuanto te extraño y lo cuanto…. (pero es interrumpido por Shura)

-          Ssssshhhhh…. No digas tonterías (mientras se sienta frente a él) ya no es necesario que me sigas diciendo esas palabras, pero yo lo supere, hay alguien en mi vida,  que ha cambiado mi perspectiva mientras tú te divertías con Saga, ve a su lado, porque acá no hay espacio para ti… (lo abraza fuertemente, se levanta) ahora vete.

Aioros no dice nada, lo mira fijamente, para luego irse, baja las escaleras y sin poder terminarlas, la lluvia comienza a empaparlo, no puede caminar más, pues no solo su corazón está herido, su alma tiene dolor…  lo bueno de la lluvia es que disfraza su llanto. 

Notas finales:

espero les haya gustado 


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