Mark. A shy me is when you give me a glance in the morning.
Y la vergüenza se despinta de tus mejillas a medida que mis manos dibujan tu desnudez en la obscuridad, pero llega tan pronto en cuanto te miro y poso mis ojos en la bella imagen que me ofreces en ese instante debajo de mí.
Jinyoung, no lo sabes, pero te amo.
O tal vez tienes una idea vaga de esto que siento por ti. Que no sólo vengo en las noches a tu cuarto para pasar un rato más, porque, sinceramente, ese rato quiero que sea contigo; no sólo vengo a tu cuarto a recordar cómo es tu cuerpo, no vengo a recordar cómo es tu voz, no vengo a recordar cómo es tu rostro; la verdad es que vengo a recordar quién soy yo gracias a ti.
Y ahora que yaces bocabajo, con los sentidos adormilados, dibujo constelaciones uniendo los lunares de tu espalda que no son muchos pero imagino que el universo está en ti. Estoy centrado en ti, en tu sonrisa…
Tu sonrisa.
Aquella que siempre se desvanece cuando la noche nos alcanza, aquella que se convierte en una mueca de disgusto cuando te ves atrapado en tus pensamientos. ¿Es sobre mí? ¿Yo hago eso con mi presencia? ¿Debería entonces dejar de hacerlo, venir por las noches y aclarar que te quiero para mí solamente y que yo ya soy tuyo de muchas maneras distintas?
Recuerdo el día en que nuestras manos encajaron perfectas, parecía un juego, era un juego del cual sólo nosotros dos éramos y somos partícipes; las palabras caricias, besos, abrazos, tomaron un papel importante al pasar los días y se materializaron ante nuestros ojos. La primera vez que dejé besos en tu cuello, conocí la temperatura alta que emanas y con la cual me cubres; mis manos se aferraron a tu cintura y me di cuenta de lo pequeña que es ésta; y mis brazos cubriendo tu cuerpo… quiero creer que son la protección que siempre buscaste.
Pero no quiero que pienses que sólo se trata de nuestros cuerpos uniéndose como cualquier otra noche. ¿Y si es esa la razón por la que lágrimas salen de tus ojos cada mañana? Crees que no lo noto, pero no podría perderme cualquier acción que venga de ti, porque tú eres mi espectáculo preferido a cualquier hora del día.
Mi mano se posa en tu cabello y es tan suave como tu piel, al parecer todo de ti parece ser así, sin embargo, la delicada figura que posees está resguardada bajo una dura coraza hecha de emociones contradictorias: un día pareces quererme y otros te olvidas que mi existencia está a base de tu atención sobre mí.
Finges estar bien, pero no es cierto. Engañarás a Jackson o a Jaebum, pero cuando encuentro tus ojos de entre los demás noto que ese brillo se desvanece tan pronto te percatas de aquello y tus acciones se detienen en el tiempo. Entenderé lo que te preocupa sólo si intercambiamos papeles.
Esta mañana despierto y te descubro observándome, el bochorno en mi rostro es evidente porque ríes y picas mi mejilla como si no me afectara, y nos damos cuenta de que es la primera vez que haces aquello por eso nos quedamos viéndonos un poco más, no hay palabras de por medio.
Es el pequeño vistazo que me envías mientras nos acomodamos bien la ropa el que me dice que esta historia ya se había escrito mucho antes de que tu mirada se posara en la mía, se había escrito antes de que yo, gracias a eso, desviara mi rostro a cualquier parte de tu habitación, ya estaba escrita antes de que sonrieras sólo como tú sabes hacerlo. Tú y yo ya estábamos de protagonistas, y si no, que lo dudo, entonces forzamos al mundo para sólo conocernos y terminar accediendo a la voluntad del otro.
Pero sé qué quieres a pesar de que tú ya tengas una idea de todo esto.
Quieres un título a esto que tenemos. Un honorario que resuma lo que pasa entre nosotros.
No, Jinyoung, entiende…
Yo no podría ser sólo tu novio si tú ya eres el amor de mi vida.