Todos se estaban arreglando en las habitaciones el recinto, una pelirroja observaba como había quedado su vestido y sonreía a su hermano menor y la amiga de este.
— ¿Podrías llamar a Suki por favor, Noriko-chan? —pidió amablemente, volteando a ver a la niña.
—Claro, Satomi-neesan —respondió, levantándose de su asiento y tomando en brazos cual peluche al niño de cuatro años—. ¿Suki-neesan? —Llamo, saliendo de la habitación.
— ¡Noriko! ¡Así que ahí estabas mocosa! —exclamo un moreno de cabellera azulina, ojos idénticos a su cabello y hablar prepotente—. ¿Qué forma de tomar a Kashim es esa? Ven, dámelo.
—No. Él es mío —detuvo, esquiva y fría; alejando al infante de las manos de su congénere, el cual rio entretenido—, ¿Ves? Le gusta, punto. No se discute más —el adolecente frunció el ceño con un tic en el ojo izquierdo— Ahora dime, animal. ¿Dónde está Mura-neesan?
ignorando olímpicamente el insulto de la 'princesa' señalo hacia la izquierda, dirección donde estaba el patio del lugar— Creo haberla visto irse con Ryu para allá.
—Mph… Adolecentes hormonados estos—despotrico, inflando sus mofletes— Vamos Kashim, tenemos que ir a buscar a Suki-neesan.
Fueron caminado tranquilamente, la niña llevaba de su mano al pequeño que observaba todo con sus bellos ojos rubíes, la pelirroja tan solo veía hacia el frente en busca de la chica que le había pedido Satomi-neesan. Ambos buscaban a la susodicha que finalmente no lograron encontrar donde el salvaje del hermano mayor de Kashim les había dicho.
¿Qué quiénes son estos niños tan monos? Pues, hagamos una breve presentación.
Akashi Noriko es la única hija mujer del matrimonio Akashi-Furihata, tiene once años y es hasta ahora. La más parecida a su padre, con hereditaria heterocromía completa. Tiene su ojo derecho de un brillante ámbar y su ojo izquierdo es completamente rojo, su cabellera —Ahora trenzada— es de un claro color rojo, que le llega hasta la cadera y está recortada de forma recta, no tiene flequillo ya que tomo la misma “costumbre” que su progenitor. La acompaña un pequeño infante de no más cuatro años con ojos azules y cabellera fucsia, piel tostada como la de su madre y cejas finas. Este pequeño bebé es: Aomine Kashim, el ultimo hijo del matrimonio Aomine-Kagami.
A quien buscaban era Murasakibara Suki la hija mayor del matrimonio Murasakibara-Himuro, la chica es bastante alta para ser japonesa, pero viendo sus genes no sorprende a nadie, mide casi un metro ochenta, tiene cabellera azabache, que no pasa más allá de sus hombros, hermosos ojos violeta y una aterciopelada tez blanca. Lo que si sorprende a muchos es que no gusta mucho de los dulces como su padre. Ella mantiene una relación secreta con Kuroko Ryunosuke, aunque la mayoría de sus cercanos lo saben, tan solo lo mantienen oculto de sus padres.
Ryu es mucho más parecido a su madre que a su padre, aunque también tiene poca presencia, igual llama la atención gracias a su estatura y alegre carisma. Satsuki siempre dijo que se debía a que mayoritariamente eran sus genes que los de Tetsuya, ya que el chico mide un metro ochenta y cuatro. Tiene tez blanca y cabello rosado, sus ojos se puede decir que es el único parecido que tiene con su progenitor. Además del gusto por la literatura.
Y el salvaje, es uno de los hermanos mayores de Kashim. Es el único con el que Noriko tiene una relación tan tensa, pues con Satomi —La hermana mayor de ambos y primera hija de Taiga-san y Daiki-san— se llevan de maravilla.
Quizá pueda ser porque este salvaje —de nombre Keiji— es quien más parecido tiene con el joven Daiki, ambos son muy maleducados para hablar y tienden a ser bastante desagradables con los niños, o chicas. Noriko siempre le arrebata a Kashim cuando él lo tiene, pues no quiere que SU niño termine contagiado con los desagradables actos de su hermano.
De parte de Keiji tampoco hay mucho cariño por Noriko, pero no puede darle coscorrones porque si no su tío Akashi puede y lo castra.
Oh, y como olvidar a la querida Satomi, y protagonista de la velada.
Satomi fue la primera mujer en nacer dentro de la Kiseki no Sendai, fue mimada por todos sus tíos y sus dos padres. Mientras estaba en Japón cuando su padre —Aomine-san— estaba de vacaciones de la NBA, todos los de la generación milagrosa le enseñaban diferentes cosas. Razón por la que maneja casi todos los estilos de sus tíos, y es la que más parecido tiene en su estilo de juego con el de Aomine y Kagami. Estudio desde pequeña en América y, para disgusto de su padre y encanto de su madre, está a punto de casarse. Satomi heredo mucho de parte de su madre, su cabellera roja y negra, sus ojos rubíes y la… exuberante figura.
Como Taiga tenía una gran altura, sus hijos heredaron lo mismo. Satomi al momento de comenzar a desarrollarse, adquirió otra cualidad. Su gran busto.
Daiki estaba orgulloso de su bebé, en serio. Lo malo era cuando ella quería salir sola o como cuando se quiso ir a América sola, ¿Quién la iba cuidar de todos los mirones? Nadie, por supuesto. Así que siempre manipulaba a sus hijos menores para que protegieran a su hermana. Toshio siente que fallo en la misión porque en uno de sus descuidos fue que conoció a Max, su actual prometido.
—Lo que Toshio no recuerda, es que ellos se conocían desde pequeños (Max y Satomi tenían como 5 y 7 años). Max es hijo de la entrenadora de Kagami y Himuro, Alex—
Pero dejando eso de lado, y volviendo con los pequeños que seguían en busca de la azabache, en un pequeño desliz de Noriko. Kashim logró escaparse y desaparecer de la vista de la chica en tan solo segundos.
—¿Kashim? ¿¡Kashim!? —exclamo asustada, viendo que no se encontraba por ningún lado, comenzó a buscarlo rápidamente— Aomine Kashim, ¡te ordeno que aparezcas en este instante!
Pasaron solo cinco minutos y la cordura de Noriko se iba como se había ido Kashim, rápido y sin que se diera cuenta.
Pero de la nada, sintió que le tironeaban su vestido. Molesta por ser interrumpida por algún desconocido; volteo a ver de quien se trataba con su ojo ámbar más brillante que nunca.
—¿Quién—? —silencio— ¡Kashim! —tomo entre sus brazos al infante que rio y se ocultó en el cuello de la pelirroja—. Pedazo de tonto, no vuelvas a desobedecerme ¿Oyes? No siempre seré así de gentil contigo —murmuro, bajo el rostro y vio que entre sus manos el pequeño peli fucsia traía algo—. ¿Qué tienes ahí?
Un pequeño aparato, parecido a un reloj muñequera, pero este tenía varias cosas distintas a uno de esos. Curiosa volteo a ver al infante— Yuji-chan —respondió simple, fue que entendió porque la diferencia a cualquier cosa que ella conocía. Este aparato debía ser algún invento de Midorima-neesan. Se encogió de hombros, luego le devolvería la cosa esa a Midorima, ya era algo tarde y la hora de la cena se acercaba.
Todos estaban sentados en diferentes mesas, Noriko estaba con su padre a un lado y su madre al otro, no podía estar con Kashim porque a él lo tenía Taiga-san en brazos en la mesa donde estaba la pareja principal, hasta parecía que Midorima-san y Kise-san tenían algunas lágrimas de emoción desde donde ella estaba.
Suspiró aburrida, quería a Kashim ahora. Era con el único con el que no se aburría en las reuniones familiares, especialmente si no estaba Satomi-neesan para jugar con ella.
—¿Noriko? ¿Qué pasa cariño? —preguntó su madre algo preocupado, volteo a verle y negó sin mucho interés—. Oh ya veo, quieres a Kashi-chan —susurro sonriente, la pelirroja volteó a verle rápidamente—. Espera un poco y podrás irte a jugar con él, solo queda que demos el brindis de los novios.
De pronto, Yuji se levantó de golpe. Kazunari la siguió rápido, Satomi y Max vieron la escena preocupados, pero Shintaro les dijo que continuaran que ellos les dirían que ocurrió más tarde. La pelirroja estaba algo reacia a continuar sin saber algo de la chica, pero de todos modos Midorima logró convérsela.
Noriko, que veía toda la escena atenta. Recordó a quien pertenecía el aparato que Kashim le había entregado, ¿sería qué Yuji se dio cuenta de la falta de aquel objeto y por eso reacciono así? Observo aún más curiosa el “reloj” y sin que sus padres se fijaran comenzó a jugar con él por debajo de la mesa. Presionando un botón se dio cuenta que en realidad funcionaba como cualquier otro que su padre a veces utilizaba, frunció el ceño. Sintiéndose estafada, lanzo el maldito reloj, pero lo siguiente nadie se lo vio venir.
Un gran circulo se formó en el mismo aire del lugar, hizo volar la mesa donde estaba ella y su familia. Todos quedaron sorprendidos y más cuando el agujero comenzaba a absorber todo. Noriko se abrazó más a su madre que se aferraba con su vida a un poste del salón. Vio a lo lejos como Suki se aferraba a Ryo y a su madre, los tres estaban aferrados a un macetero que se iba balanceado mostrando cuan inestable era.
—Oh no —oyó que gritaba Yuji desde la entrada del salón, pero rápidamente se vio derrumbada por la fuerza de succión del agujero que se la llevaba rápidamente—. ¡PAPÁ! ¡Ayuda!
—¡Satomi no! —y ahí iba la pelirroja a intentar ayudar a la pelinegra, que tomo su mano con todas las fuerzas que tuvo, pero no fueron suficientes pues ambas se vieron arrastradas por el agujero y cayeron en él—. ¡SATOMI! ¡YUJI! —gritaron todos, Toshio desato su corbatín y se lanzó también, detrás de él iban Hotaru y Mio.
Yoshiro observaba aterrado la imagen, e infortunadamente se vio siendo víctima del agujero como su hermana y Ryu— ¡MAMÁ! ¡PAPÁ! —grito desesperado, Atsushi esturo su brazo para tratar de tomarle, pero no alcanzo y vio cómo su hijo desaparecía en un abismo negro.
Varios se vieron afectados por como los jóvenes eran quienes caían en aquel aberrante ser, de la nada. Los brazos de la madre de Noriko no pudieron con su propio peso.
—Mami… —susurro viendo como lagrimas comenzaban a asomarse en sus ojos.
—Tranquila cariño estaremos bien, confía en mi —respondió, la pelirroja observo aún más asustada cuando escucho el grito desgarrador de su madre, volteo a ver a su padre que sostenía a sus hermanos. De repente Masashi se soltó y mientras era arrastrado presionaba su hombro, clara forma de ver que se lo había herido— ¡MASASHI! —grito con aun más lagrimas desdeñando por sus mejillas, Noriko vio que su padre se mantenía estático, sin mover ni un musculo, igual que sus otros dos hermanos. Tenía que hacer algo, tenía que ir a ver dónde paraba su hermano.
Se soltó de los brazos adoloridos de su amada madre y cayó en el agujero también, viendo como todos sus conocidos gritaban desgarradoramente cuando veían que sus hijos, sobrinos y amigos desaparecían.
Ella se encargaría de arreglar eso.
Se sintió adolorida, todos sus músculos pesaban. Y eso que no eran muchos. Batió lentamente sus parpados, fijando su mirada en nada en específico; giro su rostro cuando sintió como el fuerte sol azotaba en su rostro. Un gran bulto a su lado le evito que pudiera ver donde se encontraba, con la vista algo más despierta. Alzo la mirada viendo que se trataba de su hermano, su querido hermano estaba a su lado, pero se aferraba a su hombro. Oh no, le seguía doliendo.
—Masashi… —susurro, se garganta dolía. Estaba seca y no había nada que la ayudara—. Ma-Masashi…—trato de volver a hablar, pero nuevamente sus cuerdas vocales no se lo permitían. Era obvio que su hermano estaba inconsciente en esos momentos, pero seguía tratando de llamarle; se rindió cuando iba a llamarlo por décima vez y prefirió pedir ayuda— A-ayuda…
Riko hacía sonar el silbato una y otra vez, estaban ahora entre unos bosques corriendo. Este año iban con todo por el interhigh. Para más ironía, los seguían Tōō y Shutoku. También algunos jugadores de Yosen y Rakuzan, nadie entendía muy bien porque o como era que habían coincidido en aquello, pero de todos modos tenían que seguir practicando.
Kuroko de repente se detuvo y más adelante cuando se dio cuenta de la falta de su sombra, Kagami.
El peli celeste volteo a ver hacia fuera del camino por donde todos los jugadores corrían, curioso por como escuchaba unos jadeos lastimeros y preocupado por saber que eran. Ignoro las advertencias de Kagami y siguió el sonido.
Takao iba corriendo cuando en su mirada se topó con el dúo raro de Seirin adentrarse al bosque, por su mente paso: un escape, y sonrió. Tomó por su brazo al chico peli verde que estaba a su lado corriendo y lo tironeo para que lo siguiera, ignorando los griteríos que le daba.
Varios atraídos por los gritos de Midorima y viendo que no eran los únicos los siguieron, incluso Riko. Que estaba más molesta que nunca.
Kuroko viendo que no estaba loco y que sí escuchaba una voz, corrió hacia ella, pero casi tropieza cuando choco con aquella vista.
Montones de cuerpos estaban esparcidos por el pequeño lugar, a su lado Kagami también quedó pasmado cuando logro ver lo que ocurría. Takao que venía riendo y sonriente detrás de ellos también se detuvo abruptamente por la imagen.
Riko fue casi la última en llegar y lanzo un grito de espanto. Izuki llego a su lado y trato de calmarla, pero entonces escucharon una pequeña voz.
—A-ayuda… por favor.
