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Cuando te vuelva a ver por Emeraude

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Notas del capitulo:

Ya las cosas estan mucho más estables por aquí y creo que podré seguir avanzando con la historia de manera más... ¿continua?


De todos modos: ¡Gracias por pasarte a leer!


 
Parpadeo lentamente, divisando que el lugar donde estaba era algo oscuro. Sus piernas eran las que más le dolían, y no podía casi ni moverlas. Suspiro derrotado, dejándose caer rendido en el fotón. Wait, what? 
 
Giro viendo su entorno curioso, muchas personas dormían a su alrededor. Había una que conocía muy bien y es que se trataba de uno de sus hermanos menores, Kousei. Entonces, ¿Todo había sido un sueño?
 
—¡Oh! Estas despierto —murmuraron detrás del, volteó a ver de quien se trataba, desconociendo la figura femenina—. Soy Riko, Aida Riko.
 
—¿Riko…-san? —estaba incrédulo, la mujer frente a él era completamente distinta a como él conocía a Aida-san.
 
—Mmh… —se quejó Keiji a su izquierda, rápido se giró a ver a su hermano.
 
—Cuidado, no hagas movimientos bruscos —reprendió la castaña, entonces sonrió. Sí, esa chica se parecía a su tía.
 
—¿Izuki-san? —jadeo, llamando a la chica que frunció el ceño.
 
—No, Riko. Riko Aida —el chico no estaba completamente en sus sentidos, pero igual asintió. Toshio sonrió entretenido por como actuaban los dos, pero se vio invadido por la incertidumbre ¿Dónde estaba?
 
—Riko-san… ¿Dónde estamos? 
 
Iba a contestar cuando una pelirroja despierta de golpe—¡Yuji! —grito, Kousei volteo a ver a su hermana y se levantó en contra del pronóstico de Riko. Se acercó a verla y la envolvió entre sus brazos. Era su hermana, al fin y al cabo.
 
—Tranquila Satomi, Yuji está bien… Todos estamos bien —le susurraba en su oído, meciéndola un poco para tratar de calmarla.
 
—Max…? Where's he? —preguntó claramente nerviosa.
 
—…l está bien también, tu solo descansa. Después hablaremos —termino, dejando a la mujer acostada en el futon.
Jadeo de dolor cuando sintió que le tocaban su espalda, la misma castaña de antes lo veía angustiada
 
—¿Puedes levantarte? Sé que lo acabas de hacer, pero ¿Qué hay de una distancia algo más larga? necesito que nos digas vuestros datos y no creo que sea prudente hablar aquí.
Asintió, volteando hacia a su hermano. Cambiando su mirada desde donde estaba Yuji hacia él, ordenándole con la vista que despertara a la chica. Le importaba una mierda que había hecho o como estaba, él y los demás necesitaban respuestas.
 
—Vamos, yo te ayudo —le tomo por debajo de su hombro y lo envolvió con su otro brazo por la cintura; Kousei veía como se llevaban a su hermano y ya para cuando desaparecieron por la puerta, se levantó con un dolor terrible de cabeza. Pero aun así busco entre el tumulto de personas en busca de una pelinegra que conocía bastante.
 
Al final la encontró y salto entre tanto cuerpo hasta la otra punta de la habitación, cayendo encima de la chica.
 
—¡Ay! —chillo por él abrupto dolor que le causó la caída de algo sobre su cuerpo, parpadeó somnolienta girando para ver de qué o quién se trataba. Kousei la veía con el ceño fruncido.
 
—Levanta el culo, tienes que ir a dar explicaciones con Toshio —ahora ella frunció el ceño, hasta que recordó lo que había pasado—. ¡Cuidado! —grito viéndose en él suelo de nuevo por que la chica lo habían lanzado lejos cuando se levantó.
 
—¿Dónde está?
 
—Acaba de irse, no estará muy lejos…-
 
No continuó escuchando porque traspasó de igual manera que Kousei antes y salio de la habitación. 
 
Afuera, estaba todo iluminado. Se parecía a la casa al estilo antiguo de Akashi-san. ¿Les habían llevado para allá? Confusa fue buscando entre los pasillos, despacio y con andar lento por el dolor en todo su cuerpo. Escuchaba ruido por todos lados, pero solo había personas que desconocía, oh dios ¿Dónde los había enviado el vórtice? Trato de calmarse, al menos estaba con todos los que quería… Aunque sus padres no lo estaban, entonces recordó cuan desesperados estaban por que no se la llevara el agujero y sintió una punzada de dolor y culpa en su pecho. Ella había creado eso, pero no lograba entender cómo fue que se había activado.
 
—Yuji, ven acá —tiraron de su vestido, enviándola de espaldas al suelo de una nueva habitación. Abrió los ojos que tenía cerrados por reflejo, obteniendo una vista sorprendente.
 
Todos… todos sus conocidos estaban frente a ella viéndola como si le hubiese crecido una segunda cabeza, lo más extraño no era eso. Era que todos parecían más jóvenes.
 
Alejó su mirada de sus espectadores y vio a su lado hacia Toshio, quien fruncía el ceño observándola amenazante.
 
—Explícame, con detalle y todo. ¿Qué mierda hacemos en el año 2013? —expandió sus ojos como plato, era una broma ¿Verdad?
 
En la misma habitación de antes, un par de ojos bicolor se abrían asustados. Se levantó envolviendo sus manos en su garganta, la falta de aire la embargaba. No sabía qué hacer, no le había pasado aquello en años, desde que tenía ocho que no tenía un ataque asmático. Unos brazos la envolvieron y la levantaron rápido, sentía como fue movida, pero no podía reaccionar. El aire no llegaba, no podía respirar y la desesperación fue aumentando a grados máximos. 
 
Kousei se había quedado a cargo de todos en la habitación desconocida, observaba atento a todos sus amigos y familiares. Podía ver restos de lágrimas en las mejillas de su hermana mayor, algunas marcas de cómo algunos se habían aferrado a otros y escuchaba los quejidos de dolor que la mayoría soltaba en su sueño. Miraba a su hermana pequeña que estaba acostada como una bolita, aferrada a su hermano mellizo Keiji. 
 
Escucho que alguien despertaba, pero no fue para nada algo que pudiera manejar como lo hizo Toshio con Satomi, Noriko había despertado; con un ataque de asma.
No lo pensó mucho, ningún Akashi más estaba despierto y si no hacía algo la pequeña pelirroja podía hasta morir. Así que la tomo en brazos y salio del cuarto en busca de su hermano o alguien que lo pudiera ayudar.
 
—Bueno, nosotros… No estamos locos. No, no piensen en eso —murmuro nerviosa la muchacha—. Lo que ocurre es que, es que…
 
—¡TOSHIO! ¡YUJI! ¡AYUDA! —gritaron por el pasillo, todos sorprendidos reaccionaron al instante saliendo de la habitación en dirección hacia el pasillo. Donde estaba uno de los chicos que habían salvado con la niña que los ayudo a encontrarlos en sus brazos—. ¡Noriko no puede respirar, tiene un ataque de asma! —exclamo aterrado, Kiyoshi —primero en reaccionar— se acercó a él, tomo a la niña y siguió las direcciones de Takao hacia el cuarto donde ellos estaban, que ahí tenían un inhalador.
 
Toshio le ordeno a Kousei que fuera inmediatamente a despertar a sus hermanos, que si no tenían un inhalador en la habitación donde los llevaba el pelinegro entonces los necesitarían para ayudarles. El pelirrojo asintió y volvió a correr hacia la habitación donde estaban todos. Apenas llego azoto la puerta despertándolos a todos, Satomi al ver a su hermano también reacciono y se levantó para ir a ver qué ocurría, detrás de ella iban Takeru y Emiko, justo detrás de la chica iba Kenji con Kashim. Pero, aunque los mayores de todos habían reaccionado, los hermanos de la niña no lo hacían, o si lo hacían —en el caso de Masashi— estaban muy exhaustos para moverse.
 
Suki, la más cuerda de todos y que se mantenía calma, tomo a Masashi igual como lo había hecho Riko y fue siguió las coordenadas que le había dado Kousei. Kibou y Renzo se mantenían sin despertar, así que cuando llegaron al límite de Saeko, esta misma pidió a uno de los trabajadores que les llevaran agua urgente. Y cuando se la dieron, se la lanzo a los dos adolescentes.
 
Satomi fue la primera en llegar y cuando vio que sí había un inhalador para la pequeña Akashi cayo de rodillas, Furihata y Fukuda la fueron a auxiliar mientras que Emiko y Takeru veían que los demás que llegaran se tranquilizaran antes de pasar uno a uno a ver como estaba.
 
Cuando llego Suki y Masashi, Emiko se hizo cargo del chico y dejo a Suki para que descansara del peso casi muerto. Cuando soltó la broma el Akashi no hizo más que lanzarle una mirada mordaz y asesina. Callándola al instante.
 
—Disculpen —interrumpió—, es mi hermana. Permiso —pidió, caminando a pasos lentos hacia la niña que sonreía adormilada a su hermano—. Princesa… no, nos asustes de esa manera —susurro, envolviendo entre sus brazos a la chica que se mantuvo quietecita.
 
—¿Ki-nii? —jadeo, intentando hablar correctamente. De prisa una figura imponente entro a la habitación sorprendiendo a la mayoría por el parecido que tenía con alguien que conocían.
 
—Noriko —llamó, sin casi ni una pisca de algún sentimiento —según Kogaine, quien se ganó una golpiza de parte de Hyuuga.
 
—Kibou, está bien. Le encontraron un inhalador —respondió en su lugar la azabache, sentada al lado de Masashi y Noriko—. ¿Satomi-san? —pregunto, viendo que ahora los Akashi se reunían en silencio.
 
—Estoy bien —sonríe, sostenida aun por Fukuda, pues a Furihata le ordenaron alejarse de la chica ya que no querían problemas con cierta persona y sus celos incontrolables—. Noriko-chan está bien, todos estáis bien ahora, así que estoy más tranquila —murmuro, tomando la mano de Yuji que sonrió nerviosa.
 
—No deberías agitarte mucho Aomine-chan, sabes ya porque —susurro a su lado Takeru. Extendiéndole un vaso de agua que un empleado le había facilitado.
 
—¿Aomine? —Cuestiono Kagami viendo a la chica—. ¿Tienes algún parentesco con Daiki? —Pregunto acomodándose al lado de la chica para que pudieran hablar más tranquilos sin que ella tuviera que levantar la voz innecesariamente.
 
—¿Mmh? —Alzo la vista topándose con una visión demasiado joven de su madre—. Oh god...
 
Suki se dio cuenta que la pelirroja iba a reaccionar de muy mala manera así que la detuvo al instante— Calma Satomi-san, Yuji estará explicando a todos nosotros que ocurrió cuando Noriko-chan se recupere o este estable.
 
—Ya lo está —interrumpió Kibou viendo a su hermana en los brazos de Masashi—. Llama ahora a la chica, exijo una explicación ahora —ordeno molesto, en aquellos momentos sus aires eran aún más parecidos a los de su padre.
 
—A-aquí estoy... —levantó su mano llamando la atención de los presentes futuristas, Satomi la miraba expectante, mientras que en la mirada de Kibou se percibía una molestia y furia extrema. Carraspeó antes de tomar la palabra y levantarse para quedar en vista de todos.
 
—Lo que ocurrió fue que alguien me habría robado el reloj que intercepta agujeros negros, los estuve estudiando hace más de tres años y les agarre el gusto, descubrí que podrían servir para demostrar si es que hay acaso nuevos universos o dimensiones alternativas, además de… ejem, viajes en el tiempo. Me había basado en la teoría de Einstein y Hawking, aunque de todos modos no creí mucho en las paradojas ya que tendría ya conocimiento de la vida de mi antepasado, pero a lo que iba… Me robaron el reloj prototipo que tenía y aquello hizo una brecha en la fiesta para que el agujero se infiltrara.
 
—¿Es por eso que era tan poderoso? No era uno cercano a la tierra de nosotros eso es obvio, pero, ¿Cómo pudo ser tan potente como para traspasarnos al pasado? —cuestiono Emiko incrédula.
 
—Eso tendría que seguir estudiándolo, sé que estamos en el año 2013. Lo que me complicara más las cosas porque aún no se han descubierto cosas que por el 2037 ya están más que estudiadas y desarrolladas —suspiro—, necesitare ayuda de Emiko-neechan, Takeru-san, Kenji-kun y Satomi-neechan. Ustedes son los más adultos y cuando se hicieron estos descubrimientos estaban mucho más conscientes que nosotros sobre ellos.
 
—Podría ayudarte yo, Yuji. Haizaki-kun y Haizaki-san estaban en el internado. Y Satomi-chan estaba en Florida o Chicago por aquellos años.
 
—Chicago, papá estaba entrenando en la NBA —respondió orgullosa, las chicas rieron entretenidas.
 
—Disculpen, pero. No creerán que en serio creamos eso, ¿verdad? —interrumpió Riko medio molesta con las chicas esas que ni siquiera se dignaban a hablarles a ellos
 
—Ya les expliqué la razón por la que terminamos aquí —respondió tosca la muchacha, sorprendiendo a varios por el cambio de ánimo tan rápido—, si ustedes no nos quieren creer pues es su problema. No sé si puedo o no decirles quienes somos por que puede peligrar el espacio tiempo. ¿Nunca has visto películas de ciencia ficción? Joder, no sé qué vio mi tío en usted —murmuro entre dientes alejándose, Satomi solo la vio y sonrió de lado junto a Emiko. 
 
—No importa cuánto se queje y reniegue al tío Shin, es idéntica a él en lo Tsundere —susurró cubriendo su boca para que no se escuchara tan alto. Suspiró tratando de ignorar las miradas de todos—. ¿Alguien sabe sobre mis demás hermanos? Solo vi a Toshio cuando llegué y no vi a Kashim detrás de Noriko y me preocupa.
 
—¡Estamos por aquí! —gritaron desde la puerta un grupo de chicos que sostenían a un bebé, el cual cuando vio a Kagami sonrió y quiso ir donde él.
 
—¡Oh dios mío! ¡Un mini-Aomine y un mini-Kagami! —exclamó alguien en la habitación, fue entonces que toda paz se desbordo. 
 
Los supuestos mini-Aomine y mini-Kagami atrajeron demasiada atención de lo que sus parejas lo hubieran querido y cuando uno de ellos ya estuvo arto, termino por lanzar una almohada al rostro de alguien, pero le llego a Kashim y el bebé empezó a llorar y entonces Noriko despertó y grito porque quien había hecho llorar a su cachorro, Kousei y Keiji no sabían cómo callar a Kashim y a Noriko intentaban calmarla sus hermanos mayores. Obviamente el llanto de dos niños pequeños llamo la atención de varios y entonces más jugadores de Basquetbol entraron a la habitación y cuando los dos Aomine y los dos Kagami se juntaron todo pidieron más explicaciones. Kashim se escabulló hacia Kagami quien lo atrapo y lo calmo al poco tiempo que estuvo en sus brazos. Takeru estaba molesto por todo el ruido y Kenji también así que salieron a la terraza a fumar un rato, Emiko. Escapando de la mirada sorprendida de Sakurai fue también con los chicos a fumar. A la llegada de Aomine vino la de Momoi, y de nuevo vino un revuelo porque Ryo hizo su aparición y ver una mezcla perfecta entre Satsuki y Tetsuya no es algo que se ve todos los días. Obviamente los encargados del hostal estaban hartos del griterío y llegaron para advertir que se callaran todos o lo echaban ahora mismo.
 
—¿Os calmasteis? —cuestiono un molesto Toshio cruzado de brazos junto a Kibou y Takeru que veía todo desde atrás calando de su cigarrillo.
 
—Haizaki-chan, no fumes dentro. Recuerda que me hará mal —dijo la pelirroja llamando la atención femenina del pasado, quienes al instante la analizaron y contuvieron un gritillo. 
 
—Oh si, disculpa. Se me había olvidado. Hotaru-kun ¿Podrías pasarnos el cenicero de ahí? —pidió al rubio de ojos azules que asintió y estiro su brazo para tomar el objeto y después tendérselo a los más adultos—. Gracias. Emiko, Takeru, ya se calmaron —Avisó dejando el cenicero en un masetero que estaba afuera.
 
—¿Podríais presentaros… pero-Mmh, completamente? —pidió Kiyoshi tratando de ignorar a la pequeña -no tan pequeña- niña que estaba sentada a un costado de la pelirroja.
 Todos los futuristas voltearon a ver a la peliverde que simplemente bufo y asintió molesta
 
—Que sea rápido, quiero irme.
 
Se pudieron en grupos, tríos, parejas o hasta solos. Entonces comenzaron de un extremo a otro con las presentaciones.
 
—Nosotros somos la familia: Aomine-Kagami —sonrió cálidamente—. Soy Aomine Satomi, mi hermano, Toshio —el chico asintió para que lo reconocieran—, los mellizos Kousei y Keiji, respectivamente; Kousei es el mini Aomine y Keiji es el mini… —titubeo—. Kagami, lo siento es algo difícil decirle así a mi madre —rio entre dientes cuando vio cómo se desfiguro el rostro del pelirrojo—. La pequeña Shimizu y este precioso —mordisqueo el moflete del bebé entre sus brazos que llego a ellos cuando Shimizu fue a buscarlo para que se presentaran—. Es Kashim.
 
—Bueno, seguido de mis primos venimos nosotros —rieron los dos— Soy Suki Murasakibara, la mayor. Hija de Atsushi y Tatsuya.
 
—Y yo Yoshiro Murasakibara, el menor. Obviamente, también hijo de Atsushi y Tatsuya—sonrío.
 
—Pronto Akashi.
 
—¡Cállate Kibou!
 
Masashi sonrió más que entretenido con la pareja de su hermano—. Mucho gusto, Soy Akashi Masashi, el hermano del medio de la familia —se inclinó un poco y volvió a hablar—, este es mi hermano mayor: Akashi Kibou —el nombrado asintió—, y los menores: Akashi Renzo y Noriko —la pareja más pequeña también se inclinó. Aunque Noriko no lo hizo mucho porque era sostenida por sus dos hermanos mayores—, descendientes de Akashi Seijuro y Furihata Kouki.
 
—Joder, siempre son tan serios —jadeo Kousei, ganándose una mirada asesina de parte de todos los Akashi.
 
—Sí, y siempre dan miedo también —secundo su hermano mellizo.
 
Akashi, uno de los recién llegados hace poco se llenó de orgullo.
 
—Está bien —bufó media molesta—, Takao Yuji —se señaló—. Takao Saeko, Midorima y Takao. Listo.
 
—que simpática y agradable niña —murmuro el pelirosa a su lado.
 
—Cállate titán.
 
—Auch —gimió falsamente adolorido—, bueno. No importa. Kuroko Ryosuke ¡Mamá no saltes encima de papá! ¡Por favor!
 
Junto al chico de cabellos color chicles estaba un trio muy peculiar y reconocible al instante.
 
—¡Hola! ¡los Kise-Kasamatsu! ¡Somos Kise Mio! —se presentó uno— ¡Kise Hotaru! —siguió el otro— ¡Y…!
 
—Kise Rei.
 
—¡Reicchi! ¡Siempre haces lo mismo! —se quejó uno—. ¡Eres la oveja negra de la familia! ¡Por eso tu color de cabello! —chillo el otro.
 
—No imbéciles, se llama genética. Mamá y yo somos casi idénticos.
 
Nadie hizo objeción alguna ante aquello.
 
—Eh… okey —prosiguió un chico bastante alto de gafas—, sigamos rápido. 
 
—U-un gusto —llamo la atención la misma niña a la que Kiyoshi no le quitaba la vista antes—, somos: K-Kiyoshi-Hyuuga —completo—, Hiroshi —los dos menores rieron entre dientes a su hermano quien los golpeo a cada uno, la chica rio divertida ya sin muchos nervios—, Akemi y Masao —finalizo alegre con las mejillas sonrosadas.
 
—¿Y tu cariño? —pregunto Riko viéndola enternecida, la nena era la viva imagen de Kiyoshi, pero era tan jodidamente tímida como Hyuuga podía llegar a ser a veces.
 
—¡Oh!
 
—Airi ¿No? —pregunto Kiyoshi antes que la niña respondiera, la cual quedo en silencio viendo sorprendida a su progenitor—. Eso me dice que sí, lo suponía —dijo casi emocionado el castaño, volviendo a su lugar junto al megane que lo quedo viendo con una ceja arqueada y un tanto preocupado. …l tan solo negó, como diciendo: “Después te diré
 
—Airi, oh Airi —iba a comenzar a hablar, pero Riko lo detuvo.
 
—No cállate, ya sé de quién eres tú y créeme. No quiero asumirlo.
 
Madre, eso duele.
 
—¡Dije que no quería asumirlo!
 
Notas finales:

Jamás habia escrito algo tan extenso, pero creo que consuela un poco por todo el tiempo que habia estado afuera.

 


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