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Always Together [EXO -KaiSoo] por Dyo_14

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No lograba controlarlo, no podía entenderlo. Era como lava corriendo por sus venas, quemando cada lugar a su paso hasta llegar a su corazón y encenderlo, hacerle arder, sintiendo el hervor bajar hasta su estómago, como si hubiese tragado fuego, acero fundido.


 


Su vista se nublaba y las uñas se le marcaban en la palma de la mano debido a la fuerza con la que apretaba sus puños, deseoso de hundirlos en carne blanda y cascarón duro, deseando escuchar como cierto material crujía bajo el impacto de su mano; no le importaría mancharse de aquella espesa y tibia sustancia, porque eso dictaría  victoria.


 


Ese hermoso chico era suyo, como esculpido por los mismísimos dioses, como tocado por la mano divina de Dios. El chico de gloriosas y finas facciones, sonrisas suaves y movimientos relajados y delicados. Era solo suyo. Su JongIn.


 


No podía comprender porque los demás no lo aceptaban, parecían estar cegados, incluso cuando ya lo había dejado en claro. No podía entender tampoco porque JongIn no decía nada, él se sonrojaba y bajaba la mirada, a veces solo reía. Pero… ah, no podía culparlo o enojarse con él, es que era perfecto y no se daba cuenta de lo que causaba en los demás, era tan suave e inocente, él no quería provocar a los demás, porque él también le repetía al oído que era solo suyo. Solo suyo.


 


Pero aquellas palabras parecían no existir, parecían no tener ni un mínimo de valor cuando el moreno reía, cuando sonrojaba y guiñaba un ojo a quién le coqueteaba descaradamente a medio pasillo. No podía comprenderlo, ¿Por qué, si el muchacho sabía que podía verlo? ¿Por qué entonces no apartaba al usurpador?


 


Le ardían las entrañas de coraje, de rabia, de celos.


 


No pretendía dejarse llevar, no quería sentir aquello, pero una voz en su cabeza y un sonido de alarma le decía que algo ahí no estaba bien. La bilis subiendo por la boca de su estómago hacia su esófago, haciéndole probar  el sabor ácido y a la vez amargo de aquel sentimiento maligno, destructor. No podía permitir aquello, no podía dejar que alguien más mirara lo que era suyo. Debía encontrar medidas, soluciones para aquel mal sabor de boca y ese dolor de pecho que, últimamente, permanecía demasiado tiempo ahí instalado, junto a las señales de alarma en su cabeza.


 


~ * ~


 


El moreno había llegado exactamente 13 minutos con 28 segundos tarde. KyungSoo lo esperaba sentado en aquella sala de estar por la que habían estado ahorrando tanto. JongIn se había enamorado de ella en  cuánto la había visto y los dos concordaron trabajar horas extras para poder costearla.


 


El menor de ambos dejó caer la mochila sobre la alfombra de la sala, mirando con extrañeza a su hyung inusualmente callado y serio sobre el sofá. Caminó hacia KyungSoo, con  las palabras picando en su paladar para preguntarle qué pasaba. El moreno no pudo evitar pensar que algo malo pudo haber pasado con los padres de su novio, o incluso a los suyos  propios. Cuando iba a tomar lugar junto al chico pálido, éste separó sus abultados labios y habló.


 


“¿Por qué has llegado tarde?”


 


La primera reacción de JongIn fue mirar su reloj de muñeca, arqueando las cejas hacia arriba al darse cuenta que solo fueron unos cuantos minutos, hyung.


 


“El bus no pasaba, lo esperé por un momento hasta que decidí tomar el que toma la otra ruta”


 


Le explicó, sentándose a su  lado y acariciando el muslo cubierto por la tela de mezclilla negra de su hyung. El mayor de ambos deslizó los ojos hacia la mano del chico y la cubrió con las suyas  propias.


 


“¿Me amas, JongIn?”


 


El moreno frunció las cejas mientras contestaba con un “Por supuesto que si, hyung, te amo muchísimo”. El bajito tiró de las comisuras de sus labios en una sonrisa que casi ocupaba todo su rostro. JongIn sonrió también, entrelazando sus dedos entre los ajenos.


 


“¿Vas a estar conmigo toda la vida, JongInnie?”


 


JongIn se preocupó un poco, el sonido de la voz de su hyung era diferente, se escuchaba un poco vacío, incluso cuando le había llamado por aquel mote cariñoso. Su  corazón se inquietó cuando KyungSoo posó su mirada firmemente sobre la suya. Sus ojos un poco más dilatados brillaban como cuando KyungSoo tenía un gran plan para contarle.


 


“Por supuesto, hyung”


 


KyungSoo soltó el aire que estaba conteniendo, soltando las manos del moreno para enredar sus brazos alrededor del cuello ajeno y atraerlo a su propio cuerpo, comenzando a acurrucarlo contra su pecho hasta que, en un momento, JongIn comenzó a sentir demasiada presión sobre su espalda.


 


KyungSoo le estaba abrazando con demasiada fuerza contra su pecho hasta tal punto que su esternón comenzó a doler y  sus costillas presionaron con fuerza sus órganos internos. Se le hizo difícil poder mantener una respiración adecuada y jadeó en busca de aire y debido al dolor, comenzando a empujar a su hyung mientras intentaba decirle que le estaba aplastando y aquel abrazo no se sentía para nada bien.


 


“H-Hyung… por fa… por favor, no puedo…”


 


Los ojos de JongIn se llenaron de lágrimas cuando KyungSoo le soltó, abriendo la boca para tomar una gran bocanada de aire y mirar a su hyung entre la humedad de sus ojos. No comprendía que era aquello, y no pudo captar hasta que fue demasiado tarde.


 


KyungSoo se había lanzado sobre su cuerpo, haciéndole caer del sofá y golpearse la espalda en el suelo, el mayor de ambos le abrazaba y besaba el rostro con total delicadeza. JongIn rió y enredó sus brazos en la cintura del mayor. Estaba por decirle que los besos le daban cosquillas, cuando sintió los dedos de KyungSoo acariciar su cuello. Cerró los ojos y sonrió, esperando sentir prontamente los labios de su hyung favorito sobre la piel del cuello, pero en cambio, pudo sentir cómo los dedos del adverso se comenzaban a cerrar con fuerza alrededor del mismo, hasta hacerle sentir demasiada presión en su cabeza. Abrió los ojos de par en par, fijándolos en un KyungSoo que ya se había sentado sobre su abdomen y se mordía el labio inferior mientras se concentraba en apretar más fuerte.


 


El corazón de JongIn latía con fuerza sin comprender lo que pasaba. Subió sus manos y las colocó sobre las ajenas, intentando en vano apartarlas. Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo y abrió la boca cientos de veces para tomar aire, como los peces fuera del agua, pero nada pasaba por su garganta.


 


“Kyu-kyungSoo…” tartamudeó con el poco aire que tenía en los pulmones.


 


“No te preocupes JongIn-ah, vamos a estar juntos por siempre, te lo prometo. Ésta es la única forma”


 


JongIn lloraba por la falta de aire y por el terror que invadió su cuerpo. Sus uñas se enterraron en los dorsos de las manos ajenas con fuerza, luego subió los brazos para rasguñar con fuerza a KyungSoo desde su codo hasta sus manos nuevamente, esperando que por el dolor le soltase. Se sentía mareado y sus pulmones ardían, pedían a gritos aquel aire vital.


 


“No puedo dejar que nadie más esté cerca de ti, pero esto es necesario. Te amo, mi cielo, te amo”


 


KyungSoo repetía una y otra vez que esa era la única forma de estar por siempre juntos, que le entendiera. Le decía que le amaba una y otra vez, con una gran sonrisa en el rostro mientras ambos se miraban a los ojos. JongIn perdía sus fuerzas y ahora solo podía boquear con la esperanza de que el mayor le dejase ir. En el corazón de KyungSoo, él sabía que aquello era lo correcto.


 


Con una última lágrima derramada, JongIn exhaló su último aliento, agotó su última fuerza, y, con los ojos fijos en los de su adorado y amado hyung, dejó de luchar, dejó de moverse debajo suyo, dejó de vivir.


 


KyungSoo  le soltó lentamente y ahuecó su rostro entre sus manos mientras le brindaba pequeños besos en los labios separados. Le arrullaba y murmuraba que todo estaba bien ahora, que ahora podrían ser felices juntos  para siempre. El mayor se las había arreglado para conseguir todo lo necesario para embalsamar un cuerpo. Teniendo amigos que trabajan en una funeraria, ellos no habían hecho preguntas cuando les dio una gran suma de dinero por darle y explicarle todo lo necesario para preservar un cuerpo.


 


Aquella noche trabajó duramente por horas, teniendo cuidado de profanar el hermoso cuerpo de su amado mientras se encargaba de dejarlo perfecto para pasar con él resto de sus días. Era la única forma, se repetía una y otra vez mientras miraba los ojos sin vida de su adorado moreno. Era la única forma.


 


Ahora JongIn y él vivirían por siempre juntos. Por siempre.

Notas finales:

*Para los que no saben qué es embalsamar. Es la palabra que se le da a las diferentes acciones que se hacen a un cuerpo para perservarlo. Escuché que primero se le quita la sangre, luego le inyectan una sustancia para que los órganos permanezcan bien, luego con diferentes químicos se cuida la piel para que, pues como se imaginan, no se dañe con el tiempo y quede igual.

 

En pocas palabras, Kyung convirtió a JongIn en algo así como una muñeca, para que permaneciera a su lado siempre….

Quiero aclarar que me dolió en el alma escribir esto, no sé en qué estaba pensando, lloré a mares como por una hora :’c


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