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Crónicas de un ángel caido por Lucky13

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Notas del capitulo:

Buenas tardes, antes que nada quiero agradecer por sus hermosos comentarios a: gotentruncks55girlutenasukisasunaru50; Inoo123; kinomoto; monica minando; anle-chanSaya x369; 1827Forever1827

Espero que disfruten de este capítulo donde la relación de Sasuke y Naruto va a fluir mucho, seguro se ríen xD

En fin, es algo larguillo, espero que sea de su disfrute.

Capítulo 2: Ser esclavo no es lo mío.

No puedo creer como he llegado a esta situación. Noto tantas miradas sobre mí. Estoy rodeado de varones, y ninguno me quita la vista de encima. El idiota de Sasuke es el único que me mira a los ojos, mientras sonríe de forma ladina y prepotente. No puedo evitar fulminarlo con la mirada, cosa que hace que se ensanche su sonrisa.

Sasuke, sigo sin entender.- Un chico de cabellos albinos y ojos amatistas se acerca a mi lado y me mira. Por inercia doy un paso a un lado.

No te acerques tanto.- Chisto bravo, odio que invadan mi espacio.

¿Dónde lo encontraste? ¡Es hermoso!- Dice uno con cabellos anaranjados, su rostro me da algo de inquietud. De verdad parecen mafiosos.- ¿Por qué tiemblas guapo?

No tiemblo.- Le digo mirándolo desafiante a los ojos.

Él es Namizake Naruto.- Al fin se digna a hablar este teme.- Y hará lo que le digo…

¿Cualquier cosa?- Pregunta el peli naranja sorprendido por todo. Quiero responderle pero de forma brusca me agarran de los hombros y me giran hacia él. Es el chico albino.

¿Puedo ver tu ropa interior?- Esa sonrisa depravada me da escalofríos, y como buen doncel alzo mi rodilla y le doy en sus partes íntimas. Al momento me suelta y se las agarra con dolor.

Algunos se ríen, entre ellos Sasuke.

No sé quién os habéis creído que soy, pero puedo reventaros con un solo puño, ¡¿Me habéis oído, ttebayo?!- Grito lo último mirando con desprecio al salido albino.

Perdona los modales de Suigetsu, es un poco lento.- Aclara el chico del pelo naranja.- Yo soy Juugo, un placer.

Me extiende la mano en señal de cortesía, dudo si dársela o no, pero no quiero parecer asustado. Se la extiendo y le aprieto la mano de forma firme. De pronto me atrae con fuerza a él, toda la caballerosidad ha desaparecido.

¡¿Qué haces?! ¡¿Quieres acabar igual que tu amigo?!- Le grito pero la verdad que este es más musculoso que el anterior y me agarra con más fuerza.

Déjame sólo darte un beso.- Empieza a acercar su rostro al mío con los ojos abiertos.

No quiero. No quiero besarle. Dejo caer mi peso hacia atrás, pero nada. No me consigo escapar, sólo me queda una salida. Le daré un cabezazo cuando se acerque y le partiré la nariz, ¡Eso será lo mejor!

De pronto, un puñetazo impacta en la cara del robusto chico que lo hace caerse. Por esa pulsera con cadenas puedo imaginarme quién es.

Sasuke me abraza y yo no puedo hacer más que estarme quieto, más que nada porque al abrazarme, me inmoviliza los brazos.

Pervertidos, creo que no lo han entendido.- Chista apoyando su mentón en mi cabeza. Miro de soslayo un poco sonrojado, nunca he estado tan abrazado a un varón. Su olor a menta inunda mi nariz.- Naruto es sólo mío, sólo me obedece a mí.

Bueno al menos no ha intentado besarme, ni me ha pedido ver mi ropa interior. Le pego un empujón en su pecho para obtener distancia, y cuando creo que lo he conseguido, Sasuke me agarra con fuerza de la cara y me atrae a la suya con rapidez.

No me da tiempo a reaccionar, pero ya es tarde.

Nuestras frentes se han unido. Sus cabellos azabaches rozan mi trigueña piel. Al menos no me ha besado, aunque podía haberlo hecho. Estamos a centímetros, sus perlas negras están enfocadas a mis labios.

Eres un teme…- Le susurro con odio, sus ojos no se despegan de su objetivo. Noto como su cercanía hace que tiemble levemente, y como un calor sube a mis mejillas.

Obedéceme, dobe, o revelaré tu carta.- De nuevo su amenaza, que por ahora debo de aceptar. Gaara no se puede enterar de la existencia de esa carta, al menos por ahora.- Dilo.

No.- Me niego rotundamente.

Dilo o les contaré porque me obedeces, y entonces no podré evitar que seas su esclavo. – Hijo de la gran….- Me imagino que te hará Juugo, pero Suigetsu está tan loco, que ni pensar de las cosas que te puede hacer.

Soy….- Me cuesta decirlo.- soy tu…

¿Qué eres para mí, Naruto?- ¿Un juguete más? Posiblemente…

Tú sirviente.- Me niego a decir esclavo, suena demasiado morboso y denigrante.

Entonces me suelta, y sin pensármelo mucho decido salir de allí corriendo. No puedo estar ni un segundo más a su lado.

 

Estoy en la cafetería más concurrida de la universidad, mientras le cuento a Hinata y Sai todo lo que me ha ocurrido con pelos y señales. Lo que quiero hacer ahora es irme a mi casa y contarle todo a mi madre. Pero no puedo.

No puedo saltarme las clases, ni preocuparla más.

Está totalmente loco.- dice Sai aún pensado un poco que les estoy gastando una broma sin sentido.

Pero no le temo.- Rujo y en parte es verdad.

Nunca he temido a ningún hombre, sé defenderme. Por algo soy el doncel más fuerte de toda la universidad, pero lo que me da algo de pavor es… Mi mente. Me he bloqueado cuando me ha agarrado la cara, podría haberle dado un buen rodillazo como a Suigetsu, pero no lo hice.

No lo hice porque estaba más concentrado en sus ojos.

Sacudo la cabeza. Odio a ese teme.

He oído, que su banda, Taka son muy crueles. Son la banda más peligrosa del grupo de los rebeldes.- Algo bueno que tiene le grupo de los frikis es que se enteran de todo. Saben cualquier dato de lo que sea, incluido de los grupos de la universidad.

Hinata no me das ánimos.- Le digo y ella ríe un poco de forma jovial, hoy la noto diferente. Cuando soluciones mis problemas me enteraré que le ha pasado.

Deja de decir eso, mejor saberlo que no.- Sai siempre dice la verdad, por lo que casi siempre dice cosas que nadie quiere escuchar. Pero tiene razón, asiento un poco.

Escuché que la preparatoria, cuando tenían a una chica o doncel en el blanco, los acosaban hasta límites insospechados.- Joder, ¿Sasuke sería capaz de eso? Con ese cabello azabache y esos ojos negros, de verdad pensé al principio que es tan hermoso como un ángel, pero parece más bien un ángel caído.

¿Por qué a mí?- Lleve mis manos a mi rostro frotándomelo para meterlo en calor.

¡Porque debes plantarle cara, Naruto!- Me grita Sai, dando un golpe en la mesa.- Yo hablaré con ese abusón.

Separo mis manos de mi rostro y lo miro a sus ojos. Una enorme sonrisa aflora de mis labios. Me encantan mis amigos. Sin poder evitarlo me lanzo a abrazarle.

Gracias, Sai.- Le digo sin soltarlo.

No te preocupes por eso, mientras yo esté aquí, nadie te molestará.- Me dice seguro, me siento siempre tan seguro a su lado.

La amistad puede ser dura, rara, difícil, alegre, triste… Pero por eso es amistad porque si nunca se rinde, yo tampoco debo hacerlo.

Por un segundo, me siento la persona más afortunada del mundo al tenerles a mi lado.

Entonces la puerta de la cafetería se abre, ahí está él. De nuevo. Con su mirada prepotente busca de rostro en rostro a alguien. Sus ojos negros, como su alma, se paran en mí.

Me tenso al ver como se acerca, un chillido de una chica se escucha. Miro alrededor y veo como todos lo miran, a la expectativa de lo que fuese a hacer. Él ni si quiera se para a mirar su entorno, ni a mis amigos. Sus ojos sólo me ven a mí.

Vamos, dobe.- Me ordena con voz demandante, le doy un codazo a Sai. Quiero que diga algo, no quiero ir con él. Quiero acabarme mi café.

Deberías preguntarle primero si quiere ir contigo, ¿No crees?- Mi salvador, Sai, se levanta de la mesa y lo desafía.

Por primera vez, despega sus ojos de mí y lo mira. Sasuke se queda en silencio mirándolo fijamente, pero Sai no es capaz de mantenérsela mucho más tiempo y acaba por apartarla.

No creas que todos te temen, teme.- Le bufo, orgulloso de Sai.

O te quitas de mi camino o haré que cualquiera de mis amigos te haga la vida imposible, copia barata.- Con esa simple frase hizo que toda la cafetería guardara silencio. Sai se sentó y me miro de soslayo con cara de sentirse avergonzado.

Mierda.

Lo odio.

Por favor, no le hagas daño.- Murmura Hinata, sé que Sasuke la ha escuchado pero no la ha mirado. Simplemente me agarra del brazo y me obliga a levantarme.

Agarro con mi otra mano mi mochila y me dejo arrastrar cual saco de patatas.

¿Tienes que montarme este escándalo aquí?- Le refuto intentando soltarme pero él no cede.

No olvides tu posición.- Me responde y así se queda tan tranquilo, el tío. Que ganas tengo de golpearlo, pero no puedo hasta que tenga mi carta, al menos.

Cruzamos medio campus, muchas personas nos ven extrañados. Rezo porque Gaara no me vea. Y es que parecemos una pareja, vamos caminando juntos mientras me agarra de la muñeca.

Entramos en la facultad de artes, en la cual nunca he entrado. Me llama la atención la fachada del edificio, casi puedo jurar que cada ladrillo es de un color diferente al resto. Es hermoso.

Por el camino, sólo he podido pensar en que le quemaré a Sai su bloc de dibujo y a Hinata uno de sus libros. Me han dejado sólo ante el peligro.

Me siento un zorro indefenso cazado por un hambriento lobo que lo lleva a su guarida.

Me guía por los pasillos, hasta que se gira y entra en una clase.

Al momento me sonrojo, todos nos miran. Este teme ha interrumpido una clase, el que parece ser el maestro nos mira sorprendido. Sasuke no dice nada, sólo sigue caminando hasta sentarse al lado del que creo recordar que se llama Suigetsu.

A su lado hay un sitio libre, donde me hace sentarme. Al menos al otro lado tengo la ventana, por si tengo que huir rápido. Saca de su mochila una libreta verde y un bolígrafo. Me los pone encima de la mesa, y luego cierra los ojos mientras apoya su cabeza en la mesa.

Sin poder evitarlo, se me coge un tic en la ceja.

¿Sólo me quiere para que le copie apuntes? Maldito teme, condenado… y yo pensando en…

Mejor prestar atención a la clase.

El profesor se me queda mirando seriamente.

Señor, usted no es de esta clase.- Me dice y casi veo el cielo abierto, menos mal que el maestro se ha dado cuenta.- No quiero oyentes en mis clases, retírese.

Sí, ahora mismo.- Me levanto pero Sasuke ya ha abierto los ojos y me ha agarrado la mano. Mientras que, con su otra mano, da un golpe en la mesa.

Está conmigo.- Maldito idiota, con esa frase dio a entender otra cosa.

No hay excepciones, para nadie.- Le rechista el hombre.- Dile a su novio que salga.

¡No somos novios!- Aclaro totalmente sonrojado e intentando soltarme la mano, hasta que lo conseguí. Sasuke me miró de forma fría.- Será mejor que me retire.

Un aplauso se escucha.

Tiene valor, maestro.- Juugo se ríe mientras lo dice.

Me gusta este maestro, Sasuke. Mejor démosle otra oportunidad.- Dice Suigetsu desde su lado, para acto seguido beber agua.

Bueno, profesor Kisame, yo, Uchiha Sasuke, traje a este doncel aquí para que tome mis apuntes.- Miro socorridamente al maestro.

Por favor, no cedas…

Sasuke no puede tener tanto poder, ¿Verdad?

¿Alguien como por ti, también?- Le pregunta, yo sonrío de forma victoriosa. Lo sabía, Sasuke no puede imponer su voluntad sobre los maestros.- ¿Quién te crees que eres?

¡Uchiha Sasuke!- Esto ni el maestro ni yo lo esperábamos.

Toda la clase había gritado su nombre. Y es que ahora que me fijo, casi todo el primer año de arte está lleno de gente rebelde, y problemática. No respetar las reglas, no significa ser rebelde.

Lo que lo hace el hijo del director, idiota.- Grita Suigetsu al maestro. El maestro lo mira por un segundo cabreado, seguramente por el insulto.

Un silencio se forma, parece que el maestro se piensa que hacer. Tengo que hacer algo rápido.

Creo que los idiotas sois ustedes.-  Digo y de pronto todas las miradas se centran en mí. La de Sasuke incluida.- No deben hablarle así al profesor.- Me levanto de nuevo.- Lo siento, señor Kisame.- Mientras lo digo hago una reverencia, para disculparme.- Me iré de inmediato.

Pensaba que Sasuke me intentaría retener pero me mira sonriente. No entiendo de qué se ríe, no se ha salido con la suya, ni mucho menos.

Estudiante…- Me dice el maestro mirándome.- Por favor, siéntese y tómele unos buenos apuntes al chico Uchiha.

Ha reculado, de nuevo el poder cambia de opinión a las masas. Me siento en silencio, no me digno a mirar a Sasuke, pero sé que él no aparta su mirada de mí.

De pronto siento que se apega mucho a mí con su silla, y su boca se acerca a mi oreja. Estoy nervioso, Sasuke con solo decir su apellido ha sido capaz de cambiar la opinión de un profesor.

Es inútil, dobe.- Me susurra con una voz que hace que un escalofrío recorra mi espina dorsal.- Si quiero hacer algo, nadie puede detenerme.

Sé que me sonríe, pero sigo sin querer mirarlo. Jamás me he encontrado en la vida un hombre como él, caprichoso y ambicioso.

Y…- Dudo en preguntar, pero necesito saberlo.- ¿Qué es lo que quieres, Sasuke?

Nada, es sólo que…- Parece dudar, aunque creo que se está haciendo el interesante.- Me gusta verte frustrado, Naruto.

Aprieto los puños, y me giro hacia él. No puedo pegarle delante de toda una clase, pero lo miro con el mayor desprecio que puedo tener.

Por primera vez, creo que tengo un enemigo. Al que quiero fulminar.

 

 

Corro hacia un local de comida rápida.

Ha sido dos horas horribles, me duele la mano de tanto apuntar teoremas de antiguos pintores, mientras Sasuke dormía o me miraba, todo dependía del minuto.

Nada más acabar la clase le tire a la cara sus apuntes y me fui corriendo, sin si quiera mirarlo.

Pero Juugo me esperaba en la puerta para no dejarme salir.

Los muy malditos me han mandado a comprarles comida rápida, para los tres. Y como no, no puedo negarme. Tiene la dichosa carta. Quiero gritar, pegar, vapulear y matar a alguien. Bueno, a alguien no, a Sasuke.

Compro todo con extra de picante. Y es que me ha pedido de todo.

Cerveza, ramen, pizza, natillas, fruta, y Coca-Cola. Son tantas cosas que se me acabaron cayendo, sin querer. Yo no querría que su Coca-Cola estuviese tan movida que le explotara en la cara.

Le recojo todo aunque meneándolo un poco, y lo llevo de vuelta.

¿A caso así voy a a estar el resto de mi vida? Aguantando a este… ¡Teme! Pero, ¿qué puedo hacer? ¿Cómo deshacerme de este ángel caído?

De pronto me choco con alguien, haciendo que todo se cayera al suelo. Pero es más, la persona me empuja sin esperármelo y me tira sobre la comida. Pobres natillas.

Y pobre mi culo, que dolor.

¿Quién demonios eres?- Me pregunta una voz chirriante.

Frente a mí, una chica de cabellos rojizos, casi como los de mi madre, y con gafas me mira con superioridad. No me suena de haberla visto antes.

Me levanto de un salto.

Acaso, ¿Quieres que te rompa las gafas, niña?- Le pregunto irritado, puedo aguantar a Sasuke, pero no pienso aguantar a nadie más.

Menuda chusma, ¿Quién permitió que una cucaracha como tú este cerca de mi príncipe?- Me he perdido, desde luego no sé de qué habla esta idiota.

No sé de qué hablas, pero te voy informando que los príncipes, querida, no existen.- Le digo con sinceridad.

Me refiero a Sasuke.- Una carcajada me salió desde mi interior con una fuerza arrolladora. Ella frunce el ceño cruzándose de brazos.

¡¿Príncipe?! Dirás, teme. Qué tontería, ttebayo.- No puedo evitar seguir riéndome. – No te enamores de una fantasía, chica.

No me puedo imaginar a Sasuke encima de un caballo blanco, intentando rescatar a alguien. Los príncipes sólo existen en los cuentos de hadas. De pronto, le da una patada al Ramen, esto ya se ha vuelto personal. Con mi Ramen nadie.

¡Cierra la boca!- Me grita histérica, parece una loca.- Aunque quieras ser el nuevo juguete de mi príncipe, no vales nada.

Querida, no te confundas, que donde yo escupo, personas como tú lamen.- Se descruza los brazos mientras una expresión de ira inunda su rostro.

Se cansará de ti muy pronto, quizás cuando te meta en sus sábanas.- Me da la impresión que la que realmente quiere meterse en sus sábanas es ella, y con desesperación.- Te lo advierto, aléjate de él.

Si pudiera lo haría, cuando tenga mi carta, por mí como si no vuelvo a verlo jamás.- Le espeto mientras con mi dedo índice le doy en el hombro.

¿Carta?- Me pregunta ahora más curiosa que irritada.

Ey, ¿Qué pasa?- Una voz masculina llama mi atención. No puede ser él…

Gaara está detrás de mí, mirándome directamente. La chica se va sin decir nada, aun cuando bajó las escaleras, escucho el sonido de sus tacones.

No pasa nada, ttebayo.- Digo mientras me agacho para recoger la comida que ya está más destruida que antes.

¿Estás bien?- Me pregunta, y asiento al momento. No es lo mío dar pena.- Me ha llegado rumores de los compañeros, que dicen que…- ¿Me gustas? Por favor, Kami, que no sea eso.-  Un varón de primer año te obliga a hacer mandados para él.

No es eso…- No sé cómo explicarlo, no quiero parecer patético. Malditos cotillas.- Hay una razón detrás de todo esto.

Guardo silencio, no puedo explicárselo. Y creo que capta el significado de mi silencio.

Aunque no sepa la razón, Naruto, si no quieres hacerlo, solo dile que no.- Ojalá fuese tan fácil. Ojalá fuese tan fácil decir que me gustas y mandarlo todo a paseo. Mandar a la mierda a Suigetsu, Juugo, la chica pelirroja y a Sasuke.

Pero me siento aliviado y un poco feliz. Se preocupa por mí. Gaara se agacha y me ayuda a recoger lo poco que me queda. Lo guarda todo en la bolsa con cuidado. Creo que es verdad lo que dice Sai. Debo confesarle mis sentimientos cuanto antes.

Si le digo como me siento, entonces no tendré nada que temer nunca más.

 

Me encamino con las bolsas, seguro de mi decisión. Sasuke está sentado en una mesa de madera, mientras los otros están en las bancas de su alrededor. Entre las diferentes facultades, hay un parque enorme lleno de árboles y mesas así para que almorcemos allí los días de buen tiempo.

Me planto frente a Sasuke y dejo caer las bolsas al suelo. Aún no sé cómo no se ha partido la cerveza.

He decidido contárselo, así que ya no puedes seguir chantajeándome.- Le espeto delante de todos, Sasuke apoya su codo en la rodilla y su mentón en la palma de su mano. Está serio y me mira de una forma inescrutable.

¿Vas a confesarle tu amor al capitán del equipo de baloncesto?- Remarca su estatus en la universidad, pero no significa nada para mí. No todos los del grupo de populares se acaban enamorando de chicas y donceles del grupo de animadoras y animadores.- ¿Estás seguro de poder hacerlo?

¡Claro, ttebayo! Se acabó el chantaje.- Le digo plantándole cara. Soy capaz de declararme y soy capaz de aceptar su respuesta. Se positiva o negativa. No puedo acobardarme, no me lo puedo permitir.

Suigetsu se acercó a la bolsa de comida y vio que casi toda está machacada en su totalidad.

¡No!- Grita el albino.

Me has arruinado la merienda, dobe. Y eso tiene un precio.- Retrocedo un par de pasos, no se me olvida que son personas muy agresivas. Aunque yo también lo sea.

¡No me importa!- Le grito, y Suigetsu me mira como si estuviese loco.- ¡No dejaré que me vuelvas a ordenar que hacer!

Tienes mucha confianza, Namizake.- Me giro para irme, pero me detengo al oír esas palabras de Suigetsu. Esperaba otra respuesta de Sasuke, pero está quieto mirándome.

Espero nunca más cruzarme en vuestro camino.- Tras decir eso escupo al suelo en señal de asco.

Camino alejándome de ellos, y de esta mala experiencia que he vivido hoy a su lado. Cada paso que doy escucho menos la risa escandalosa de Suigetsu. Pero escucho una voz que me hace girarme.

Es la chica pelirroja, le está dando a Sasuke una bolsa de galletas hechas a mano. Pobre idiota, no sabe que su príncipe es un sapo. Suigetsu se acerca a ella, pero esta parece pasar. Por como la han llamado, parece ser que se llama Karin.

Sasuke se levanta, aun mirándome. Se acerca a la bolsa de comida que el traje y cogió las notillas destrozadas. Volvió a la mesa y comenzó a comérselas. Ignorando a Karin y sus galletitas.

Enfermo.

Decido irme corriendo de allí, no vaya a ser que prefiera devolvérmela.

 

 

Otro día comienza, parece mentira que solo haya pasado unos días desde mi declaración errónea. Y que ayer le plantara cara a Sasuke.

Hoy me he puesto lo más hermoso posible. Un chaleco azul cielo a juego con mis ojos azules, y unos pantalones rotos, además de unas cadenas en mi pantalón y unas pulseras de cadenas.

Kami, por favor, haz que mi confesión sea todo un éxito. Es que de solo imaginar que me vuelva a declarar por error a un idiota como Sasuke… Mejor no pensar mucho en Sasuke nunca más.

O que me diga que no le gusto.

Me como otro chicle de fresa, nada puede salir mal. Y más si me corresponde y me quiere besar.

De pronto, sale del gimnasio solo con una sudadera negra que hace destacar sus pelirrojos cabellos.

¡Gaara!- Lo llamo, este para de caminar y se gira a mirarme. Voy hacia él con una gran sonrisa.

¿Qué pasa, Naruto?- Me pregunta mirándome extrañado.

Gaara tiene la altura de Sasuke ahora que me fijo, y eso que Sasuke es un año menor.

¿Por qué me acuerdo ahora de ese teme? Da igual, él me mira muy fijamente esperando una respuesta. No puedo fallar otra vez.

Yo…- La voz me tiembla.- ¡Me gustas desde hace tiempo, ttebayo!

Gaara abre de más sus ojos aguamarina, completamente sorprendido. Mi madre me dijo hace tiempo que el hombre que siente mucho, habla poco. Y espero que eso es lo que esté pasando ahora.

El silencio nos acompaña, y aunque me he declarado hace segundos, se me están haciendo minutos. Parece que duda, mira a otro lado y se rasca la nuca incómodo.

Me va a decir que no.

Naruto…- Empieza a decir, mis manos tiemblan.- También me gustas.

Un alivio enorme recorre todo mi cuerpo, casi me siento flotando en una nube, casi no puedo creérmelo. Soy correspondido, y soy la persona más feliz por ello.

Él sonríe levemente, no es mucho de sonreír, eso lo sé. Pero me da igual.

Caminamos en silencio hacia nuestra universidad. Ninguno dice nada, sólo nos deleitamos con la compañía del otro. Lo que no sé es si esto quiere decir que va a ser mi novio.

Al llegar, vemos un gran jaleo en el tablón de noticias, por un segundo pienso que es alguna nota. Pero todas las personas se giran a vernos y comienzan a reírse. Un chico, amigo de Gaara, lo saluda.

Luego nos vemos en clase, y enhorabuena por el noviazgo.- Dice mientras se ríe.

No entiendo cómo pueden saber lo que ha pasado hace sólo dos minutos. Me acerco deprisa al tablón de anuncios, seguido por Gaara.

Me hago paso empujando a todo el mundo, porque soy bajito pero puedo hacerme hueco fácilmente. Cuando estoy frente por frente, entiendo todo.

Mi carta.

Mi maldita carta está pegada por todos lados del tablón de anuncios.

Gaara se lanza hacia el tablón de anuncios y empieza a arrancar todas las copias de mi carta. No puedo evitar sentirme agradecido, pero la ira ya está recorriendo todo mi cuerpo.

Esto ha roto mi momento feliz, algo que debería pasar al recuerdo toda mi vida. Maldito sea, él y toda su banda de inútiles.

Sasuke no podía dejarme ser feliz, no. Él quiere destrozarme la vida. Siento unas inmensas ganas de partirle la cara.

¡Es horrible!

Echo a correr, sin si quiera darle explicaciones a Gaara, luego hablaré con él. Necesito verlo, y hablar antes con él.

¿Por qué tenía que pasar esto?

Si quiero hacer algo, nadie puede detenerme. Esa frase resuena en mi mente una y otra vez.

¡Nunca lo perdonaré!

¡Nunca!

Mientras corro esquivo a varios estudiantes, pero choco contra uno pero sigo corriendo. Mir la persona y al ver que es Sai me preocupo al ver que lo he tirado al suelo. Pero alguien lo ayuda a levantarse, parece que Gaara me viene siguiendo.

No tengo tiempo a ver nada más, tengo que encontrarlo.

Cuando ya estoy frente por frente del tan colorido edificio, decido entrar, me da igual si me llaman la atención por correr como un loco por los pasillos.

Busco su clase con ahínco, y ahí está él. Sentado en su mesa tranquilamente.

Sus ojos me miran con algo de sorpresa, quizás no pensaba que viniera a pedirle explicaciones. Sin poder evitar mis impulsos me lanzo sobre él tirándolo al suelo y poniéndome encima.

¿Qué demonios te pasa, dobe?- Me pregunta sorprendido e intentando quitarme de encima.

Alzo mi puño e intento darle, pero lo esquiva. Se incorpora quedando sentado y me agarra los puños inmovilizándome.

¡Suéltame basura!- Le grito intentando soltarme como la vida me fuera en ello.

Sasuke intentaba mantenerme quieto, pero aproveche la oportunidad cuando se acercó le di un cabezazo en plena frente. Él se echa atrás instintivamente. Levanto mi puño y le golpeo en l mejilla.

Él no se defiende, se queda quieto tras mi puñetazo.

Juugo y Suigetsu estaban con la boca abierta al fondo del aula mirándonos.

¿Estás ya más tranquilo, dobe?-  Pues sí, pero no me gusta que no se defienda. O que no me devuelva un golpe. Yo también soy un hombre, aunque con matices.

¿Por qué exhibiste mi carta?- Le pregunto mirándolo con odio a sus ojos, que me miran de una forma que no sé identificar. – Burlarte de mí te hace feliz, ¿Verdad?- Ahora estoy sentado sobre él, mientras él está respaldado en la pared. Nuestros rostros están a centímetros, todo me parece tan surreal.- La verdad es que es triste y lamentable, porque…- Sus ojos nos e separan de los míos. Negro y azul.- Nunca has querido a nadie de verdad, así que no te importan los sentimientos de las personas. – Tomo una bocanada de aire.- Las emociones de las personas no se pueden manipular.

De pronto, me agarra de las caderas y me levanta, como si yo para él no pesara nada. Me pone a su lado y se levanta. Yo lo imito.

Él no me mira ya.

Viniste aquí, ¿Sólo para hablar de esa tontería?- Me pregunta tan frío como un témpano de hielo. De pronto, se acerca a mí, yo retrocedo por inercia, acabando pegado a la pared. Él pone un brazo a cada lado de mi cabeza y se acerca a mí. Demasiado.- Escucha, cuando quiero algo, lo obtengo.

Tras decir eso agarra mi nuca con una de sus manos, en señal de posesividad. Sus ojos se pasea desde mi chaleco azul, hasta mis ojos del mismo color.

De pronto, me besa. En la mejilla, de forma suave y delicada. Algo que no me esperaba desde luego, y más habiéndole dado un puñetazo. Noto algo raro en mi interior. Como pena, pena de ese beso.

Por un segundo, pensé que lo haría en los labios.

No soy algo que puedas tener, teme.- Le digo una vez separado de mí, pero no me aparto de él. Las piernas me tiemblan, es algo tan raro. Con Gaara nunca me ha pasado.

Acéptalo, dobe.- Me sonríe de medio lado.

Le pego un empujón alejándome de él, y me voy de la clase con paso seguro. Pero no estoy tan seguro.

Cuando salgo camino un par de pasillos, ya alejado lo suficiente me apoyo contra una pared, cierro los  ojos. Necesito calmar mi corazón, respiro con inquietud. Inhalo y exhalo.

 

De pronto, mi teléfono suena. Es un Whatsapp de Sai.

Sai: Estamos en la biblioteca, ¡Ven! Es urgente.

Se la debo, así que iré, al menos en territorio de frikis y no me encontraré a nadie popular o rebelde.

 

En la biblioteca no están, por lo que subo a la azotea que normalmente está vacía. Pero me sorprendo al verlo allí.

El aire mueve sus cabellos de una forma casi mágica. Me encanta el pelo de Gaara, es de un color tan hermoso. Pero, ¿Por qué está aquí?

No sé si irme o quedarme. No quiero que se ría de mí.

Naruto.- Me llama, y no entiendo como sabe que estoy aquí.

Camino hacia él y me apoyo en la barandilla junto a él. El aire me da en la cara de golpe, haciendo que llene mis pulmones de este aire más puros.

Él se gira a mirarme apoyado en la barandilla, su mano acaricia mi cabello rubio. No soy capaz de mirarlo a los ojos.

No quería involucrarte en esto, lo siento.- Murmuro quedamente, sus dedos juegan con mi cabello rubio.- Ni causarte problemas.- Unas inmensas ganas de llorar me entran pero no lo haré. No puedo permitirme llorar, por muy humillante que sea.

No me molesta la carta, pero no llores.- Me dice serio, sus ojos aguamarina buscan los míos.- Cuando una persona que me importa llora, no sé qué hacer.

No lloraré…- Susurro y me fuerzo a mí mismo a ser fuerte y sonreírle.

Y por un segundo, me pregunto que hubiese hecho Sasuke. Pero no quiero volver a pensar en él, y más con esos motivos tan egoístas que lo han llevado a pegar esas malditas cartas.

Hay gente en este mundo que tratará de lastimarte, pero también hay personas que sufren porque tú estás sufriendo.- Me dice tan seguro de sus palabras que me da miedo que mis amigos me despierten si es un sueño. Pero el tacto de su mano en mi rostro parece tan real.

Quiero que me bese.

Y parece que es lo que  va a hacer. Se acerca a mí con cuidado, yo cierro los ojos por inercia. Noto como poco a poco su olor a canela se intensifica, y como su respiración choca en mi rostro.

Me gusta.

Me gusta demasiado.

Estoy tan ansioso por besarlo, mi primer beso. Pero no me tiemblan las piernas, ni me sudan las manos. Odio estos pensamientos confusos, es como una sensación de vacío. De ausencia.

Cuando nuestros labios comienzan a rozarse, el sonido de una alarma hace que nos separemos. Ya han acabado las clases, por lo tanto la alarma avisa que sólo falta unas horas para cerrar todo.

Gaara me sonríe, mostrándome sus perfectos dientes. A la mierda, hoy me quedo sin beso.

Tengo que ir a clases de baloncesto.- Me dice un poco nervioso alejándose de la baranda y de mí. Me quedo mirando a la nada oyendo sus pasos de eco.- ¡Naruto!

Me giro a mirarle, y veo como algo vuela hacia mí. Lo agarro gracias a mis reflejos. Es un pañuelo, color arena. Él ya se ha ido corriendo.

Una sonrisa enorme aflora de mi interior. De ahora en adelante, haré lo que sea para deshacerme de ese ángel caído.

No dejaré que arruine mi vida, ni mucho menos lo que tengo con Gaara. Es todo de masiado bonito.

Me siento tan feliz que casi siento que vuelo.

 

Mi madre y yo estamos comiendo ramen, mientras Rin acaba de cerrar. Mi madre hoy se ve extremadamente feliz, pero me parece genial. Hoy yo también estoy muy feliz.

Y Rin pensando que estabas deprimida.- Río un poco con sorna, ella siempre es tan extremista.

No puedo evitarlo.- Dice haciendo un mohín demasiado gracioso.- Estoy en un punto decisivo.

Te entiendo…- Suspiro un poco. Me siento tan feliz que es como tener una hélice en mi cabeza que me permita volar entre las nubes.

Sí, nunca pensé que lo haría tan pronto.- Me dice ella mirando a la nada con una sonrisa tonta.

Mi sonrisa se borra, ¿Mi madre me acaba de insinuar que a…?

¿Hacer qué?- Ella se sonroja y niega deprisa.

Tengo que contarte algo…- Me dice con un sonrojo.

Yo también…- Necesito contarle a mi madre lo de Gaara, necesito contárselo y saber que piensa.

Cojo aire, y empiezo a contar.

3…

2…

1.

¡Me voy a casar!

¡Estoy saliendo con alguien!

Los dos lo hemos gritado a la vez, pero los dos nos hemos sorprendido de la afirmación del contrario.

¿Qué dijiste?- Preguntamos a la vez.

Notas finales:

Voy a hacer una serie de preguntas por si alguno le apetece responderme:

1. ¿Qué os ha parecido la actitud de Naruto cuando estaba siendo chantajeado por Sasuke?

2. ¿Qué creen que busca Sasuke de Naruto?

3. ¿Qué piensan del apoyo que le da Sai a Naruto sobre Gaara? ¿Piensan que es sincero?

4. ¿Qué piensan de la relación de Gaara y Naruto?

5. ¿Piensan que fue Sasuke el que colgo las cartas en el tablón de anuncios?

 

Acabó el round de preguntas, esprro que os haya agradado, y nos veremos pronto.


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