Steve leía el periódico bastante concentrado y Bucky lo sorprendió con un beso en la mejilla.
- Hola – le sonrió el rubio abiertamente con las mejillas encendidas.
- Hola – Bucky pegó su frente a la de Steve – la cena está lista, ve a lavarte – los pies descalzos de Bucky se escuchaban por la duela del piso.
- Está bien – alzó las cejas y dejó el periódico sobre la mesa de centro
Bucky sirvió el estofado y comenzaron a cenar tranquilamente.
- Me siento algo extrañado – Steve bebió el té helado – no hemos tenido noticias de Tony…
- Steve… - el semblante del castaño cambió – hemos sido cuidadosos… tal vez se olvidó del asunto – se encogió de hombros y miró el plato.
- Buck, tu sabes que eres lo principal en mi vida, y jamás voy a arrepentirme de nada, porque tú eres mi vida… es sólo que siento culpa por él…
- No puedes dejar de ser tú – Bucky le sonrió sin ánimos – eres un hombre maravilloso y te amo por eso, y no pediría que jamás cambiaras. Pero no quiero volver al pasado Steve… Me he sentido un fantasma desde hace mucho tiempo. Quiero volver a sentirme una persona…
- Te prometo que todo se va a solucionar amor…
En ese momento el timbre sonó, les extrañó a ambos por la hora, Steve se levantó y le señaló con la mano a Bucky que se quedara donde estaba. Se dirigió a la puerta ya que el comedor estaba en seguida del vestíbulo, y conectaba también con la cocina, en completo silencio y con mucha agilidad. Se pegó a la puerta sigilosamente y echó un vistazo por la mirilla. La visita al otro lado lo sorprendió bastante. Pero abrió la puerta con calma.
- ¿Nat? ¿Clint? – frunció el seño.
- Vaya – Natasha examinó lo que alcanzó a ver desde la puerta – mírate nada más, todo un esposo suburbano – al tiempo que abrazó a Steve fraternalmente
- ¿Steve? – Bucky se asomó desde el cuando donde se suponía iría el comedor y se intranquilizó al observar a Natasha.
- Pasen, pasen por favor – Steve correspondió el abrazo y abrió más la puerta permitiéndole el paso a los espías – Buck – se giró y lo miró en el umbral del comedor.
- Sentimos la hora Cap – Clint se disculpó y le extendió la mano – pero dadas las circunstancias pensamos que es mejor movernos con sigilo.
- Si, entiendo.
- Buenas noches – Natasha se dirigió a Buck.
- Agente Romanov, Agente Barton – respondió el castaño con reserva.
- Tomen asiento por favor – Steve les extendió el brazo señalando la sala - ¿un trago? – apenas se iba a girar cuando lo interrumpió Bucky.
- Siéntate con ellos, yo lo traeré – Bucky se dirigió al comedor y sacó una botella de bourbon de la única caja que había en la habitación, no era habitual que bebieran, pero una de las vecinas se los había regalado como “gesto de bienvenida” en un día en el que Bucky se descuidó y dejó la puerta abierta – lamento lo de los vasos y el hielo, pero no hemos comprado aún…
- No te preocupes – Natasha se levantó y tomó el trago de Clint y el suyo – en realidad no pensábamos interrumpirlos mucho.
- Entonces… - el castaño le sirvió un trago a Steve y se sirvió uno - ¿a que han venido? – lo soltó de golpe.
- Bueno – Clint le sonrió a Natasha – el gobierno te debe favores Steve, uno de ellos es salvar al mundo del Cráneo Rojo, y ahora que lo pienso, el resto del mundo también te debe favores.
- A veces el tío Sam se porta bien – Natasha sacó de su bolso un paquete envuelto en papel de cartón – me supongo que eso lo pueden abrir en privacidad. Como veterano de Guerra, también han accedido a darte una pensión.
- ¿Y alguna otra noticia? – Alzo las cejas el Capitán.
- La gente en el pentágono está preocupada por tu desaparición, y pues Stark…
- Al parecer está bien – interrumpió Clint – no hemos sabido mucho de él mas que se la pasa encerrado en su torre.
- Ya veo… - Steve sintió la mano de Bucky en su hombro - ¿De verdad todo está en orden?
- No estás presente y el mundo sigue igual Cap, si hubiese una emergencia, serías al primero al que llamaríamos – le respondió Clint entre bromista y sereno.
- Relájate Steve, y tu también Bucky – el castaño miró a la espía, sorprendido por el tono tan familiar y despreocupado – disfruten la vida suburbana – Natasha miró alrededor – y compren unos muebles por el amor de dios.
La visita de los espías fue rápida, así, en medio de la noche desaparecieron con discreción. Aunque eso no evitaba que alguno que otro vecino curioso se asomara por alguna ventana. Los nuevos vecinos eran enigmáticos para los demás colonos, no salían nunca de su casa, no tenían auto, aunque al parecer, una ama de casa se había fijado en ellos – la que les había regalado la botella – y los describió como “sumamente ardientes” y “raramente familiares”.
Steve y Buck abrieron el paquete y casi se les cayó la mandíbula: 118,000 dólares habían contado, mas lo que había en la tarjeta de la “pensión”, a lo cuál había bromeado Bucky con que ahora si se sentía con sus 100 años de edad. Ambos rieron y pusieron a salvo el dinero. Decidieron no utilizar esa tarjeta a menos que fuese completamente necesario, en especial porque podía ser un acceso para Stark hacia ellos.
- Creo que debemos escuchar a Natasha – Bucky secaba su cabello con una toalla – no me molesta el agua fría pero…
- Entiendo amor – Steve lo abrazó por la espalda – tenemos la oportunidad, esto es lo que siempre quisimos – Steve recargó su cara en el cuello del castaño.
- Ste… - un sonrojo abordó al castaño al sentir la erección del rubio rozar contra su desnudo derrière.
- Hueles bien… - hundió más su cara, aspirando el suave aroma que su chico tenía.
Nueva York…
- ¿Tony? ¡Tony! ¿Dónde diablos te has metido?… ¡Dios mío! – Rodey miró a Tony convulsionando en el suelo.
Fairview…
La televisión estaba encendida, era una retransmisión de Hechizada, cuando se interrumpió de golpe el programa.
“Noticia de último momento, el multimillonario Tony Stark ha sido encontrado sin vida dentro de la Torre Stark. Más detalles en unos momentos”.
Bucky quien tenía recargada su cabeza en el pecho de Steve sintió como el corazón del rubio saltó y lo miró con preocupación.
- Lo siento mucho Steve… - fueron las tímidas palabras de Bucky.
- Hasta cierto punto, no es algo tan malo Buck… - su mirada se ensombreció momentáneamente.
Volaron hasta Nueva York, todo se había resuelto, aunque no de la manera que habían pensando. Tras una rueda de prensa propuesta por María Hill, se llevó a cabo el entierro de Tony. Muchos súper héroes asistieron, y los medios por increíble que pareciera, respetaron la privacidad que se les había pedido.
Nadie se asombró de ver a la pareja en el sepelio, saludaron a algunos viejos amigos, como Natasha y Bruce Banner. Inclusive Peter Parker fue a presentar sus respetos a Steve.
- Cap… Leí la carta que usted le escribió a Tony. No fue con intención, pero aún así debo decirle que fue algo increíble de su parte.
- Lo siento mucho hijo… - Steve puso su mano sobre el hombro, mientras el otro asentaba con la cabeza y se retiraba.
De regreso al centro de la ciudad, Steve iba muy pensativo, pero Bucky no quería molestarlo.
- Me sorprendió no ver a Virginia en el funeral – el rubio rompió el silencio.
- Pues… Después de aquello que pasó… no creo que estuviera con muchos ánimos de venir…
- Tienes razón, pobre Tony, en el fondo, hasta siento lástima por él. Nadie lo pudo salvar de él mismo.
- Por que él no quería ser salvado Steve – el tono de Bucky parecía irritado – Yo tuve que ver en cuanto a arruinarle la vida, pero ¿sabes? A mi me jodieron también, y también a ti te han jodido… Creo que es hora de que Stark descanse en paz, y de que podamos descansar todos…
Steve lo miró serio y asintió, lo tomó de las manos, besándolas y siguieron caminando hasta tomar un taxi.
5 años después
Bucky, desde el árbol de ciruelos que habían plantado cuando recién se mudaron, admiraba las rosas justo a la entrada de la cerca blanca, alzó la mirada y notó que dos de sus vecinas platicaban animadamente en el porche de la casa amarilla cruzando la calle.
Su cabello ahora era algo más corto, no demasiado, la barba se había ido por el lavabo y su complexión ahora era un poco menos musculosa.
Miró también como un Cadillac azul pasaba por enfrente cuando sintió un pequeño jalón en su pierna.
- ¡Papi! ¡papi! – un precioso pequeño con el cabello acaramelado y ojos verdes lo sacó del pequeño trance.
- ¿Sí príncipe? – miró hacia abajo y observó al pequeño.
- ¡Papi Steve está de vuelta! – señaló a Steve quien abría la puerta del sedán.
- ¡Hey! – El capitán los saludaba con su irresistible sonrisa.
- ¡Papi! – corrió el niño a abrazar a Steve, mientras éste recogía al pequeño Adam. Bucky se acercó y besó a su ahora esposo en los labios.
Fin.