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Escape por MrVanDeKamp2

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Perdonen la tardanza pero ya empezaron las vacaciones y entre visitas de amigos y mandados familiares me distraigo mucho, cambié la fecha de actualización a los lunes por que es cuando menos ajetreado ando.

Como siempre, la dedicatoria va para mi bella Athair, Aranel, Ray, Scarlet_Rose y Rossy, peeero alguien muy especial se agrega a esta lista: Anne102, nena, mil gracias por tu apoyo, espero que disfruten todos, los dedicados y además también ustedes queridos lectores.

Cof cof cof... ellemonseacerca cof cof cof...

¡Mil gracias a todos!

px

Llegaron a la torre, Pepper llevaba la cabeza del chico en su regazo, acariciando sus cabellos.


-Todo estará bien, no se preocupe – lo hacía con cariño, le había dado tanta lástima verlo en ese estado.


Sin embargo, el chico comenzaba a respirar con dificultad y sudaba en frío. Comenzó a hacer muecas y sonidos de dolor.


-¡Rápido, contacta a un doctor!


-Ya lo hice señorita Potts. Nos están esperando en la sala médica, ahí vienen con la camilla.


Los enfermeros subieron al muchacho a la camilla y lo llevaron de urgencia a la sala médica, donde los doctores trataron las heridas, la hemorragia interna y la fuerte infección que el paciente tenía.


-Dios mío, Dios mío, debo decírselo a Tony – se dirigió a tomar el celular de su bolso pero paró en seco – no, no es buena idea, no se como reaccionará, y no llegará hasta dentro de dos días. Piensa Virginia, piensa – y luego se le iluminaron los ojos: había encontrado la solución perfecta. 


Al día siguiente llegaron Natasha y Steve, que había viajado desde Rumania hasta Boston para dar el informe, después de una severa reprimenda, ambos llegaron cansados y con un muy mal humor.


Se dirigían a la sala de reuniones de la torre sin hablar. Steve entró primero, encontrando a Pepper sentada, con un gesto de preocupación.


-Señorita Potts, buenas tardes – saludó cortésmente el capitán, extendiéndole la mano.


-Hola capitán, que bueno que han llegado – se levantó del sillón – necesito hablar con… - interrumpió su dicho al ver que Natasha había entrado – con usted, es sobre la nueva locura de Tony sobre rastrear a Ultrón. 


            Natasha se quedó seria ante el gesto, pero decidió ignorarlo y dirigirse a saludar a Pepper.


-Seguro que si señorita, solo permítame ponerme más presentable y en seguida estoy con usted.


-Steve… - titubeó la tímida pelirroja – puedes llamarme Pepper.


El rubio sonrió – claro que sí – con permiso – y se dirigió a su habitación.


-Parece que fue un largo viaje desde Hong Kong – la rusa se dirigió a la americana.


-Si, si, lo fue – desvió la mirada – Había escuchado que fueron tras Klaw.


-Sí así fue, pero no salió como esperábamos. Voy a tomar un baño, nos veremos luego. 


Virginia solo asintió con nerviosismo.


Steve salió ya cambiado, con ropa de vestir y el cabello perfectamente arreglado. Pepper estaba distraída viendo la ciudad desde la terraza y no escuchó al capitán acercarse.


 -Señorit… Pepper, estoy a tus órdenes.


La pelirroja se sobresaltó por la sorpresa, se le notaba muy nerviosa – Steve, Steve que bueno que estamos solos – lo tomó de los brazos.


-¿Te encuentras bien? – al rubio le extrañaba la actitud de la chica, jamás habían tenido mucho contacto. Pero le inquietaba que algo le estuviera pasando.


-Steve, es muy importante que me acompañes a un lugar, a mi departamento, es necesario que… - lo tomó de las fuertes manos


-¿Pepper que pasa? – apretó las finas entre las suyas, como intentando calmarla.


-Solo necesito que vayas conmigo.


            Al subir al auto, Pepper seguía nerviosa. Pensaba en la forma en la que le diría la noticia, pero no encontraba el modo. Steve era todo un caballero y no la presionaría a hablar.


-Steve, yo… no sé como decirte esto, pero es necesario que veas… Y por favor, que me ayudes con Tony… No es, mejor no decírselo. Si Steve, por favor, no le podemos decir a nadie esto, prométemelo – la chica titubeaba al hablar.


-Pepper, no entiendo de que estás hablando. Estoy comenzando a preocuparme. ¿Estás en problemas? ¿Alguien de nosotros lo está?


-No, no nada de eso es solo que… Dios necesito un trago.


            El rubio sirvió una copa de champaña y se la ofreció a la pelirroja. Él mismo se sirvió otra.


Llegaron al vecindario de SoHo en unos minutos. Subieron al elevador del lujoso edificio. Steve en un intento de calmar a la pelirroja que casi temblaba, comenzó a hacerle una charla casual. 


-Nunca creí que entraría a un edificio de este barrio. Si hasta el Hudson separaba a mi antiguo vecindario. Buck… Bucky y yo solíamos pasar de vez en cuando, pero solo podíamos ver – la mirada del rubio se ensombreció.


Pero los ojos de la pelirroja se iluminaron – Tal vez puedas venir más seguido al vecindario. 


            El elevador se abrió y se dirigieron al pent house del edificio. Pepper sacó su llave electrónica y desactivó las alarmas y demás métodos de seguridad que Stark había instalado.


Steve le cedió el paso y cerró la puerta tras de sí.


-¿Y bien? ¿Qué hacemos aquí? – Steve miró a su alrededor, el departamento era minimalista, pero con un gusto exquisito, con paredes moradas, cortinas azul eléctrico y muebles blancos. Como si fuese una casa de muñecas.


-Ven – lo tomó de la mano y se dirigió hacia un pasillo, y un la última puerta, la abrió despacio.


            Lo que Steve vio no podía describirlo en una sola emoción o palabra. Sus ojos retomaron el brillo perdido hacía mucho tiempo, una sonrisa de oreja a oreja se creó en su rostro y como un chiquillo en navidad, se dirigió corriendo al regalo que le había hecho Pepper.


-¡Bucky! ¡Bucky! – tomó la mano de metal en la que el soldado del invierno no tenía la manguera del suero. Lo miró con ilusión y una mirada llena de amor y esperanza. Lo observó bien, estaba algo flaco, y tenía marcadas ojeras ¿Qué tanto debió haber sufrido el pobre chico?


            Pepper no quiso interrumpir al capitán, le ordenó con un gesto a la enfermera que salieran de la habitación, cerrando suavemente la puerta tras de ella.


Steve no podía creerlo, tenía a Bucky frente a él, a su Bucky, ya nada importaba a partir de ahora, sólo se dedicaría a él como el castaño lo había hecho.


No se cansaba de observarlo, estaba limpio ahora, recién afeitado. Pasó su mano por la suave mejilla, acarició su cabello. Acercó su frente a la del chico y comenzó a sollozar. Tantas noches de pesadillas y pensamientos atroces que surcaban su mente habían desaparecido.


No, jamás se alejaría de él de nuevo, nada ni nadie se interpondría, ya no. 


            La pelirroja había preparado té, sabía que el rubio saldría en cualquier momento y pensó que sería mejor explicarle todo calmadamente.


-Pepper… - El capitán se dirigió a la sala donde lo esperaba la chica, se sentó a su lado y tomó las finas manos con un gesto de agradecimiento infinito en el rostro.


-Él estará bien, lo atendieron inmediatamente – le sonrió con dulzura.


-¿Pero... y como fue que…?


-¿Una taza de té? – le indicó sonriente la ejecutiva.


Asintió sonriendo, la pelirroja comenzó a servir las galletas y la bebida y le contó toda la historia.


-Es muy importante que no anunciemos nada aún, no sabemos como vayan a reaccionar los demás, ni siquiera sabemos como fue que escapó. Solo sabía que tenía que avisarte a ti.


-No encuentro las palabras para decirte todo lo agradecido que estoy, y por supuesto, que será solo entre nosotros – miró de reojo la habitación.


-Steve – sacó de su bolso las llaves y tarjetas electrónicas del departamento y se las entregó al rubio – será mejor que tu cuides de él, solo en lo que Tony regrese a California, ya pensaremos luego en como se los explicaremos.


-Muchas gracias de nuevo… No hay forma de pagarte tanta bondad.


-Solo sean felices – la sonrisa de Pepper era sincera. La intuición de una mujer nunca falla, y menos cuando sabe que existe un lazo de amor tan fuerte entre dos personas.


            El timbre del departamento sonó, lo que hizo sobresaltarse a los cómplices.


-¿Quién es? – se apresuró a la puerta Pepper.


-¿Quién más puede ser? – era Tony, con un enorme ramo de rosas.


-¡Tony amor! – la chica miró al rubio sorprendida y le indicó que se fuera a la habitación con la mirada - ¡Un segundo!


-¡No me hagas esperar demasiado! ¡Estaba apunto de ponerme la armadura e ir a raptarte a China!

Notas finales:

Bien, ya veremos que pasará con nuestros héroes el próximo lunes.


No me canso de darles las gracias por pasar a leer, de verdad, ese marcador de cuantas visitas tiene tu fic, y esos reviews son mágicos, solo me alientan a seguir dando lo mejor.


px


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