Se apresuró a esconder la taza del rubio debajo del sillón y abrió la puerta.
-Mmm – el barbado se apresuró sobre ella, rodeándola con sus brazos – te he extrañado.
-Yo también – lo besó en los labios - ¿Esas flores son para mí?
-No me digas que eres alérgica a las rosas también? Por eso no traje fresas…
-No claro que no tontito – rozó su nariz contra la del hombre de acero.
-¿Tontito? ¿El genio más poderoso sobre la tierra?
-Yo también te extrañé Tony – le sonrió.
-¿Qué te parece si ordenamos Shawarma y tenemos una velada romántica aquí?
-¿Aquí? – Pepper sonrió nerviosa – llevo todo el día relajándome aquí. Qué te parece si vamos en este instante a cenar y me llevas a bailar… - le hizo una cara seductora.
-Pero acabo de volar… - Tony hizo un puchero – además ¿desde cuando te gusta ir a comer afuera?
-Desde que nunca me llevas a cenar fuera… Vamos.
-¿Segura?
-Segurísima. Luego podemos ir a la torre, quiero saludar al Capitán y a la señorita Romanoff.
-Yo aún no quiero verlos… - comenzó a besar su cuello.
-Entonces nos daremos una escapada a un hotel romántico.
-¿A un hotel? ¿Quién eres tú y que le hiciste a mi novia?
-Tony, ¿no te aburre siempre lo mismo? Comemos en la torre, estamos juntos en la torre o aquí.. Creo que necesitamos romper la rutina de vez en cuando.
-Bien, entonces vámonos de aquí, porque tengo muchas formas divertidas de romper la rutina contigo – le hizo un guiño coqueto y salieron del apartamento.
-¿No piensas cerrar?
-¿Tan poco confiable es la tecnología Stark de auto aseguramiento? ¿Quieres discutir con su CEO?
Cuando Steve escuchó que se fueron pudo respirar tranquilo. Acercó un sillón reclinable al lado de la cama donde se encontraba Bucky. Puso su palma bajo la de piel del castaño y sintió el calor del chico. Apretó un poco sus dedos, no quería ni moverlo, parecía que estaba muy lastimado. Así estuvo toda la tarde observándolo. No sentía hambre ni aburrimiento, solo con ver a su castaño y sentirlo tan cerca le era más que suficiente.
Cayó la noche y un mensaje de texto de la pelirroja lo sacó de sus pensamientos: “Estás en tu casa, ponte cómodo. Te he enviado comida y pijamas para que pases la noche. Mañana me le escapo a Tony para ver si algo se te ofrece. Buenas noches. Virginia.”
Hoggan llegó con el encargo de la pelirroja y se lo entregó al capitán.
-Si necesita algo más, no dude en llamarme, aquí está el número, la señorita Potts le manda decir que se sienta en completa libertad.
-Muchas gracias. Le agradeceré su discreción.
-No se preocupe capitán.
Steve cenó el filete mignon, sin descuidar ni un momento a Bucky, se quitó las botas, se dirigió al baño donde terminó de desvestirse y tomar una ducha. Ya con el pijama puesto, tomó una manta y se sentó a cuidar al castaño, siempre con su mano bajo la del soldado del invierno.
Habían sido días cargados de demasiadas emociones, aún con la enorme alegría de tener a Bucky a su lado y tomado de la mano, el capitán estaba exhausto mentalmente. El observar al castaño durmiendo tranquilamente, lo relajó tanto que cayó profundamente dormido.