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Marioneta por electroyusei

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-¡Dipper!- se escucha ese grito de la nada.-¿Qué pasó? ¡Has estado murmurando cosas toda la noche!


Esa voz... Sonaba tan lejana. Apenas si podía escucharla.


Y abrió los ojos. Inmediatamente después las palabras de Bill vinieron a su mente. ¿A qué se refería con que todo cambiaría? Volvió a cerrar los ojos y negó. No quería llenarse la cabeza de cosas raras, ya tuvo mucha rareza en sus sueños. Cerró los ojos con la esperanza de poder dormir otro poco.


Malditos sean sus presentimientos.


De repente sintió una mirada sobre si y abrió los ojos, tal vez, un poco más de la cuenta. Se volteó rápidamente hacia donde sentía aquella mirada.


Mabel.


Una punzada de miedo lo atravesó. Ahora que había tenido aquel sueño, no quería ver a Mabel antes de resolver las cosas en su cabeza. Se levantó un poco y trató de articular palabra. Pero nada salió de su boca.


-¿Dipper? ¿Dipper qué pasa con tu ojos?-Preguntó Mabel acercándose a su hermano y tomándole de las mejillas.-Has... ¿Has estado llorando?


-Y... Yo...-Trató de decir Dipper, pero su mente seguía siendo un completo enredo.


-¿Tuviste una pesadilla?- preguntó la chica. El otro solo la miró y volteó la mirada, su semblante se oscureció un poco. -¿Dipper?


-No... Yo no...-tomó aire y lo liberó.- Yo no lo recuerdo...-dijo por fin. Mabel lo observó, pero sonrío casi al instante.


-¡No te preocupes Dipper! ¡Eso ya pasó! ¡Ahora es momento de tomar el desayuno! ¡Haré un Jugo de Mabel para que te llenes de energía!-dijo sonriente. Dipper la miró y asintió.


Momentos después Mabel se había ido a bañar y a desayunar mientras Dipper solo se quedaba en la cama pensando en cosas.


Sintió por un momento como si su pecho se agrietara y por esas grietas el dolor aflorara. Sus ojos dolieron un poco.sus manos temblaron un poco. Estaba listo para llorar. Todo sus cuerpo se lo decía. Todo su ser anhelaba poder liberarse de aquella carga. Su corazón no aguantaría más aquella presión.


Como deseaba que Mabel pudiera siquiera disculparse. Le había traicionado. Le había lastimado. Y a pesar de que fuera para bien, no lo soportaba. ¿Cómo era posible que ella pudiera confiar más en alguien que no conocían bien? ¡Les mintió todo el verano! ¡Ni siquiera conocían su verdadero nombre hace 24 horas! No culpaba al tío Stan, el solo lo hizo con buenas intenciones, quizo reunir una familia dividida por el mismo, ¡quizo remendar su error sin importar lo que le costará! Y sacrificó todo, hasta su propia identidad, por lograrlo. Comprendía las razones del tío Stan, las compartiría si estuviera en su situación.


Las que no comprendía eran las de Mabel. ¡¿Acaso ella era consiente de todo lo que estaba de fondo?! ¡¿Sabía por qué el Tío Stan había estado mintiendo?! ¡No! ¡No lo sabía! Y así como el Tío Stan estaba diciendo la verdad, ¡también pudo haber mentido! ¡Pudo hacer causado la destrucción global! ¡El Apocalipsis! ¡El fin de los tiempos! ¡¿Y si hubiera sido así?! ¿Y si hubiera sido así? ¿Y si hubiera sido... así? ¿Tampoco se disculparía?


La primera lágrima estaba ya formada. Están lista para salir. Caerse. Y estrellarse contra el suelo. Solo un par de segundos. Solo eso, y nada...


-¡¡Dipper!! ¡Baja a desayunar!-Gritó su hermana desde abajo. Esto saco de sus pensamientos al joven Pines. Este rápidamente trato de secarse los ojos pero la lagrima calló de todos modos al suelo. Con sus dedos se sobó los ojos para evitar que se vieran dilatados o rojos. -¿Dipper?-volvió a preguntar Mabel desde el primer piso.


-¡Si, si! ¡Ya voy!-respondió a la par que salía de su habitación compartida.


Algo curioso que no notó el curioso y observador joven Pines fue la forma en la que la lágrima se transformó. Un pequeño pero identificable Pino.


-.-.-.-


Los deliciosos huevos fritos con panqueques y tocino eran apenas tocados por el tenedor que manipulaba el más joven de la familia. Pana se había tomado un bocado. Miró a su alrededor. Ford y Stan estaban comiendo con ritmo cada uno en su mundo. Mabel comía amenamente mientras trataba de hablar con su tío Stanley. Pero este último apenas contestaba con monosílabos, había ido hasta el supermercado por unas bombillas que no sirvieron para nada por lo cual estaba de aparente mal humor.


Ese ambiente se sentía pesado, pero no para todos, solo para el único chico joven del comedor. Se sintió muy pero muy mal. Quizás, por eso no quería hablar siquiera. Era de hecho irónico, ayer estaba tan feliz porque el autor había vuelto, y ahora... Solo existía confusión y dolor en él.


-¿No tienes apetito... Eh... Dipper?-preguntó con dificultades el Tío Ford. El aludido lo miró, solo negó un poco. No quería a hablar. Le sería un poco incómodo, además tenía mucho en que pensar.-Debes de comer, esta es la comida más importante del día, no puedes perdértela.


-Lo que dice el Tío Ford es verdad, Dipper, ¡no puedes aprovechar el día sin energías!-gritó Mabel. El aludido solo los miró para después observar su plato y por último al Tío Stan en busca de ayuda. Quizás podría ayudarle un p...


-Estoy de acuerdo con estos dos, Dipper debes de comer, ayer ni tocaste tu cena-dijo el Tío Stan con cierto paternalismo, a pesar de tener cierto tono de enojo en su voz.


-Yo... No tengo hambre...-dijo en un hilo de voz el del signo Pino, pero fue tan teñir el sonido, que apenas lo logró escuchar Mabel.


-Pero aún así....-empezó Mabel pero calló al ver el repentino levantamiento por parte de su gemelo.


-Solo... Quiero ir a caminar un rato... Tal vez así tenga más apetito más tarde.-dijo mientras corría su silla a la mesa dejándola medianamente organizada.


-Pero Dipper...-Empezó Mabel.


-Lo... Lo siento, pero de verdad lo tengo apetito...-Y casi como si estuviera corriendo, se fue.


-¡Dipper!-gritó Mabel al tiempo en que se levantaba y se disponía a seguir a su hermano. Pero uña manos la detuvo.


-Déjalo Mabel, creo que está algo alterado por todo. Dale tiempo, así se acostumbrará a la situación.-Dijo el Tío Stan tranquilo.


-Pero...


-Mabel... Forzar las casa no es bueno, a veces es mejor dejar que las cosas pasen...-Dijo el tío Ford algo inseguro.-Además no todos los días hay un fallo en la gravedad y aparece un familiar del que no sabías nada jajaja...-río nerviosamente Ford. Mabel miró preocupada a la puerta por la que salió Dipper y suspiro, solo lo tenía que dejar ir esta vez, ¿verdad?


-.-.-.-


Se había alejado un poco de todo. Ahora estaba en el bosque, justo en el árbol que había comenzado todo. Suspiró para después sonreír.


-Es increíble que tú hayas logrado que todo mi verano cambiara...-murmuró.-Gracias, Gravity Falls es más divertido gracias a que te encontré...


-¿Dipper?-sonó entre todo el sonido Silvestre. El joven Pines se sobresaltó de sobre manera. Que... Que... ¡¿Qué había sido aquello?!


Un incesante movimiento de unos arbustos lo alertó. Tembló por completo, estaba aterrado. El movimiento y el ruido era cada vez más fuerte, el miedo del joven estaba muy pálido a este punto. El pavor estaba en aumento, tanto que calló de sentimientos al piso sin poder reaccionar para correr.


Y de repente, salió.


Que... Que... ¡¿Qué demonios hacía un chico de cabello rubio en un lugar como este?!


-Dipper, ¿cuál es mi nombre?-preguntó.


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