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tra i fiori e pietre por elfasilveriana

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaa, este es el segundo fic que hago de esta pareja, y pues es que no sbaia de que otra mas hacerla :s En fin les traigo el primer capitulo de mi segundo fic, espero y les guste. 

Lamento si ahi un poco de confusion en la narracion en este capitulo, pero no sabia como ordenar mis ideas, aun asi doy mi esfuerzo *9*

McQueen

Nada pareció fuera de lo normal en lo poco que tenía en la Universidad (por supuesto, no hasta ahora), mí día a día era de asistir a las clases y cumplir con lo encargado de estas. Nada con lo que no lograra cumplir.

Aunque, a veces tenía mis descansos con mi ahora mejor amigo, Mate y Sally, con quien ahora nos tratamos bien.

La diferencia de este día no la había notado hasta un accidente ocurrido de camino a mi habitación.

 

Todo empezó con una mañana parecida a cualquiera, ya me había acostumbrado a escuchar los ronquidos de Mate que despertaba del lado opuesto de la cama, no me molestaba en despertarlo puesto que el problema no era que él se quedara dormido, si no, que yo acostumbraba a levantarme demasiado temprano. El cielo aún estaba oscuro y pronto amanecería, entre para darme un baño, con toda calma al igual que al momento de vestirme y dirigirme a las aulas.

El salón estaba vacío, y como siempre yo era el primero en llegar, revise mis cuadernos, procurando que ninguna tarea me faltase

No era así.

Tome un libro que había tomado de la biblioteca el día anterior y comencé a leerlo conforme llegaba cada estudiante.  La gente hablaba un poco más de normal, no acostumbraba a escuchar conversaciones que no tuvieran que ver conmigo, pero había dicho algo sobre un estudiante de intercambio, durante los primeros dos meses habíamos tenido varios de intercambio y ninguno dio de que hablar a nadie, pero casi, por no decir todos, hablaban del nuevo estudiante.

¿Qué habría de tener aquel nuevo?

Las pláticas cesaron en cuanto el profesor entro, los demás comenzaron a sentarte es sus lugares. Durante toda la clase fue normal, demasiado e incluso con las demás, que por un momento llegue a creer que la universidad solo era otra etapa aburrida de estudios.

 

Sally golpeo con la charola llena de comida, la mesa, tenía esa sonrisa en el rostro, esa sonrisa que sabias que contenía un chisme muy bueno.

-Oigan chicos, ¿Ya escucharon del nuevo?- pregunto sentándose a un lado de Mate. Yo observe a Sally con duda.

-Hablas del chico italiano seguramente- dijo Mate con la boca llena de comida.

-aja, ¿A que no es genial?-

-¿Que chico?- pregunte interrumpiendo la sonrisa fantasiosa de Sally.

-Hablo de Francesco Bernoulli, un estudiante de intercambio- agregó Sally arrastrando el nombre del chico como si fuera algo sagrado.-Dicen que es condenadamente sensual, que haría gay a cualquiera-

 Reí sarcástico al recibir la indirecta.

-Pero si McQueen ya es gay- agrego Mate como siempre sin entender las indirectas que Sally  hacia sobre mi orientación sexual.

- No es para tanto-

-Eso dices ahora, pero deberías verlo- finalizo Sally, antes de escuchar varios gritos de chicas que enseguida rodearon a un sujeto, tal vez se trataba de Francesco Bernoulli, pronto la cafetería comenzó a ser un lugar molesto, así que me puse de pie con mis amigos siguiéndome y nos retiramos del lugar.

Después de comer, termine mis últimas clases aburridas. Hasta que el profesor de literatura me encargo que cuidara una caja (una pesada y enorme caja) seguramente llena de libros que repartiría a todos los alumnos mañana, yo, como buen sumiso acepte el llevármela y ahora me arrepentía. A duras penas había conseguido cruzar el enorme campus para llegar al edificio y por fin dejar la caja en mi habitación, el problema fue grande cuando llegue a las escaleras, sentí mis piernas temblar cuando subí el primer escalón con caja en brazos, luego le siguió un tercero y un sexto ¿Por qué me parecían eternas las escaleras ahora? Mis piernas me fallaron y el peso de la caja hizo que empezara a inclinarme hacia atrás.

¡Dios mío esto iba a doler!

Cerré los ojos con fuerza esperando el golpe que haría mi cabeza al caer de espaldas, pero no sucedió, abrí los ojos encontrándome con que alguien me sostenía con la ayuda de su pecho. La caja seguía aun en mis brazos.

-¡Vaya suerte! ¿Estás bien?- Su voz, su extraño acento al hablar y sus ojos chocolate que logre ver al alzar la mirada, ¿Es que acaso estaba muerto?

Asentí sin saber que más hacer.

Me ayudo a inclinarme, volviendo a estar plantado sobre el suelo.

-Déjame ayudarte con eso- me dijo, antes de arrebatarme la caja de los brazos sin esperar alguna aprobación mía.

-N-no hace falta- dije cuando empezó a subir las escaleras sin dificultad junto con la caja. El pasó de mí, y siguió caminando, lo seguí.

Me pregunto cuál era mi habitación, yo solo  logre tartamudear el número y abrirle la puerta para por fin dejarla en el suelo.

-No lo agradezcas, para la próxima no lleves cosas que no puedes cargar- Dijo saliendo del cuarto, lo recién dicho admito que me ofendió un poco pero por alguna razón mi cara ardía, y sabía exactamente por qué. Aquel chico era malditamente sensual, y yo había hecho el ridículo frente a él.

 

Sentí miedo de mí mismo, puesto que nunca antes un chico me había llamado tanto la atención como para llevar toda la tarde y toda la mañana recordando su rostro, y es que, eso estaba haciendo desde que el salió de la habitación, pensar en su rostro y su extraño acento ¿Realmente alguien podría ser tan sensual como aquel chico? Pronto me vi a mi mismo interrumpiendo mis pensamientos para darme cuenta que había hecho varios garabatos en el cuaderno de matemáticas, alarmado tome la goma y borre, mis propios nervios al estar pensando en aquel chico me llevo a romper la hoja con la goma.

-¿Estas bien?- Me pregunto Mate apartando la mirada de su cuaderno, él estaba justo en el pupitre de mi lado.

-Oh si estoy perfectamente- mentí, tratando de volver a copiar las operaciones del cuaderno en otra hoja, vaya que era bueno para dejarme en ridículo varias veces, puesto que esta, era la tercera hoja que rompía a causa de mis acosadores pensamientos.

Al salir del aula, Sally se nos unió para caminar de a los casilleros e ir a otra clase, hasta que desde lejos observamos el alboroto que había en el pasillo de los casilleros en la cual Sally se unió sabiendo de quien se trataba, pensé en ese mismo instante si ese tal Francesco superaba la sensualidad que la del chico que supuestamente “conocí” ayer mientras yo mismo me dejaba en ridículo. Pero no podría asegurar nada, no había visto ni siquiera un pelo de aquel tipo nuevo debido a estar rodeado todo el tiempo de chicas, me fui de ahí, por alguna razón no toleraba que centraran tanta atención en un chico solo por ser italiano y por lo tanto, aquel chico presentía que no me simpatizaba.

Me retire a la última clase, mientras Mate se despidió pues iba a otra distinta a la mía.

 

-¿A qué se refiere con un Club?- pregunte tratando de no sonar indignado frente al profesor.

-Lo que he dicho Steve, parece que la poesía no es lo tuyo, y tampoco esta materia- explico, no creí que fuera necesario aprender tantas cosas para literatura. –Si realmente no quieres reprobar, es mejor que vayas a un Club- me dijo tendiéndome una hoja, en ella leía “Club de Teatro”, genial algo más en la que soy un asco.

-¿No habrá algún otro Club? Soy bueno cocinando- aclare, todavía parecía una mentira, jamás creí estar en peligro en una materia. Mi padre tampoco se lo creería si lo viera.

-No Steve, este es el Club que yo elegí para ti, y si realmente quieres aprobar será mejor que te inscribas hoy mismo- Parecía que yo no tenía de otra –Solo tendrás que participar una vez en una obra y si lo haces bien, puedes salirte del Club en cuanto lo hagas- Aquello parecía justo, acepte resignado mientras observaba la hoja y salía del lugar.

Me dirigí al auditorio para de una vez por todas inscribirme e irme a hacer las tareas pendientes, cuando abrí la puerta del auditorio, observe todo iluminado, incluyendo el escenario donde estaba una sola persona que dejo de hablar (lo que sea que estuviera diciendo) en el momento en que entre. Unas cuantas personas que estaban sentadas hasta el frente se pusieron de pie en cuanto me vieron entrar, después una señora se acercó a mí con una sonrisa.

-Tú debes ser nuestro nuevo integrante- dijo aquella señora, vestía de negro, muy delgada, y con aquel cabello rubio desordenado amarrado a una coleta y lentes hacia que pareciera una verdadera directora.

-Creo que sí, vengo por…-

-No hace falta que lo digas, sabemos que no se te da muy bien la poesía- Me interrumpió, vaya que me sentí un poco apenado por que supiera la razón de mi llegada al nuevo club. –Adelante, espero y estés preparado- Dijo caminando y yo la seguí.

-¿Preparado?- pregunte, pero no me dijo más, aquella señora le dio indicaciones a un chico para que me orientara. No sabía qué hacer cuando ella me empujo escaleras arriba para subir al escenario.

-Tranquilo- me dijo aquel chico sonriente, era muy lindo, no superaba al que me ayudo con la caja el día anterior, pero su sonrisa y su voz tranquilizadora me hizo sentir mejor. –Solo tienes que actuar, lo que se te ocurra-

-¿Actuar?- no lograba decir algo más que no fuera preguntas, mis nervios crecieron, no esperaba que me pondrían este tipo de pruebas tan difícil ¿Qué podría decir? ¿Alguna frase cursi y ridícula de una película romántica? ¿Guiones de videojuegos? ¿Frases de libros? Antes de darme cuenta, el chico ya me había dejado solo en aquel enorme espacio, observaba a cuatro personas incluyéndolo a él, observándome fijamente desde sus asientos, parecía que no tenía que esperar ninguna orden para iniciar y tenía que hacerlo por mí mismo.

Quería empezar, justo al momento en que la puerta se abrió, mi cuerpo se congelo por completo, al ver de pie en la entrada, al mismo chico que me ayudo con la caja ayer.

-¡Has llegado justo a tiempo! Ven toma asiento, justo el nuevo iba actuar en este mismo instante- agrego aquella señora, el acepto y camino para tumbarse en uno de los asientos. Parecía que hasta en la forma de sentarse lo hacía verse tremendamente sensual.

Me sonrió, no sabía si me había reconocido, pero solo logre quitar la mirada de él.

Si bien no fue suficiente hacer el ridículo una vez, ahora que sabía que él era del miso club haría el ridículo una segunda vez.

Realmente no sabía que hacer.

Notas finales:

Graciasp por leer ~.~


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