Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por tu vida por Ajja

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Siento la demora, desde hace dos días lo quería subir pero hubo un problema, bueno aquí está el capítulo, prometo no demorar en el próximo capítulo, :) En este capítulo Milo sentirá la culpa y muchos sentimientos que no sabe entender, sin más que decir lean el nuevo capitulo.
Un nuevo día empezaba en el santuario, los rayos de luz empezaban a abarcar desde el primer hasta el último templo, y precisamente en el último templo donde se encontraba cierta persona era hacía donde Milo dirigia su Mirada, ese dia se había levantado muy temprano, hacía una semana que Milo había discutido con Afrodita por cosas sin sentido, pero Esto había dejado cabreado a Milo, pues desde ese dia Afrodita lo había ignorado, no le dirigia la palabra, ni se tomaba la molestia de saludarle con un "hola" no lo volteaba a ver ni en los entrenamientos, y pasaba por su casa cómo si nada, sin pedir permiso, tal parecia que Para él Milo era invisible.

- cómo te atreves, Afrodita como te odio, para ti no valgo nada, cómo puedes ser así, cómo puedes fingir que de verdad no existo, incluso me he creído que de verdad soy invisible, haz acabado con mi orgullo..- Milo se dio media vuelta para marcharse, estaba fastidiado, odiaba todo, cuando llegaba al entrenamiento pocos querían entrenar con él pues siempre se terminaba peleando con todos o se pasaba de rudo, incluso Camus se alejaba de él, no sabía que pasaba con el escorpión pero sabía que era mejor alejarse de el cuando se encontraba así.
cuando Milo llegó a la arena, se encontraban Camus, Shura, Afrodita Dm, Kanon y Saga.

- Pero miren quien viene allí, es el bicho..- se expresó Kanon en forma de burla despues de lanzar una carcajada.

- Buenos dias..- esta vez fue Saga quien habló.

- Buenos dias, hoy no estoy de humor quiero acabar rápido el entrenamiento, ¿Quien será mi compañero..

- Huy! Pero que mal humor JAJAJA..- Kanon seguía burlándose y esto terminó por enfurecer al octavo dorado.

- Deja de molestar ¿Quieres?..- la actitud de Milo no era sorpresa, todos habían notado su temperamento últimamente. En eso Milo pudo notar que Afrodita lo estaba mirando con expresión si sentido, pero en vez de alegrarle, lo hizo enfurecer mas. ¿Acaso lo estaba criticando? Milo bufo y le dio la.espalda. Pero Kanon lo detuvo tomando su mano.

- ¿Que pasa? ¿ya te vas? ¿Que tal si me enfrentas esta vez a mi?..- Kanon lo miraba con una risa burlona.

- ¿O prefieres desquitarte con otros que no tienen la culpa y qué no te pondrán en tu lugar.?..- esto hizo enardecer más a Milo, quien safo su brazo y lo Miró con esa mirada de recelo.

- Kanon, acepto tu reto..

Así ambos se dirigieron al centro de la arena, y comenzaron a intercambiar golpes, Milo estaba furioso y esto lo notó Kanon, quien sin pensarlo dos veces lo golpeó con más fuerza de la debida, esto hizo que Milo cayera al suelo, despues reaccionó y abrió los ojos sorprendido.

- ¿Crees que eres el único que puede lanzar golpes fuertes?..- Kanon lo miraba con superioridad, cosa que hizo arder a Milo que parecía tenia un aura de fuego, se levantó y siguió el combate, Milo lanzaba golpes uno tras otro pero el gemelo lo esquivaba, hasta que se pasó y le ganó la espalda tomándolo en una llave. Y lanzándolo al suelo nuevamente.

- Tú pierdes.- Fue lo único que dijo el gemelo marchándose con una sonrisa burlona, Milo quería seguirlo pero se controló,

- Eso es todo por hoy pueden regresar a sus respectivas casas!..- Anunció Saga.

Milo llegó a su casa frustrado y se quedó a medio Templo, con la vista clavada en el piso, y los puños cerrados.

- Esto es lo que debió sentir Afrodita vada vez que perdía..- Hablaba consigo mismo con cierta Vergüenza..- Soy un estúpido ahora se lo que se siente perder y que te humillen mientras te dicen que eres un perdedor, no debi decirle nada de eso a..

No terminó de hablar por que se escucharon unos pasos cerca de él sin saber quién era volteó bruscamente encontrándose con la figura de Afrodita acercándose, Milo quedó petrificado, pues justo estaba pensando en él en ese momento. Cuándo reaccionó Afrodita ya lo había pasado, sin decirle absolutamente nada, sin siquiera mirarlo. Milo después de un rato recobró la cordura, sintiéndose angustiado, No lo pensó dos veces, debía ir a la casa de Piscis y hablar con el último guardián tenía que hacerlo, se sentía muy culpable por haberle dicho aquellas cosas, asi que solo se metió a la bañera para después alistarse y encaminarse a casa de Piscis, cuando iba pasando por Acuario se topó con Shura y Camus.

- Oye Milo ¿No te gustaría tomar un poco de vino con nosotros?..- invitó el dueño de la casa..

- Ahora no. Llevo Prisa, lo siento..- Se excusó Milo de manera rápida pasando a paso veloz.

- ¿Vas con el patriarca?..- Esta vez fue Shura quien preguntó..

- Si, es urgente..- Mintió Milo..

Así de ese modo Milo subió a la Casa de piscis, por fin. Estaba frente a la entrada del lugar, justo cuando iba a elevar su cosmos recordó lo sucedido la vez pasada.

- ¿Y si las Rosas se me vuelven a lanzar?..- Pensó Milo, por lo que tuvo que tomar una decisión, entraría sin avisar, sabía que no era la mejor idea, pues hasta imaginaba que el doceavo guardián se le lanzaría a golpes, (cómo quiera ambas cosas eran peligrosas). Milo no encontraba a Afrodita dentro del templo así que trató de sentir su cosmos, y cuando por fin lo sintió empezó a dirigirse al lugar, terminó llegando al gran jardín, Milo estaba asombrado por la belleza de ese lugar, pero no se quedó parado y siguió buscandolo, hasta que lo pudo ver sentado en unos pequeños escalones, el estaba de espaldas así que no podía ver sus ojos, se animó a acercarse lo suficiente, pero sintió que algo estaba mal, Afrodita estaba temblando, por lo que se preocupó, ¿Acaso se sentía mal o tenía frío?

- ¡Afrodita!..- La voz de Milo exaltó al mencionado, por lo que se giro bruscamente.
Milo no podía creer lo que estaba viendo se quedó perplejo, justo en el momento que Afrodita se volteó a el, varias gotas cayeron al piso, estaba llorando, y no solo eran unas pequeñas lágrimas, era todo un mar, todo parecía en cámara lenta.

- Afrodita..Yo... Lo sie..-

- ¡¡¿Que haces aquí?!!..- Interrumpió Afrodita mirándolo directamente, estaba avergonzado y en su rostro se podía ver el enojo y la indignación que sentía.

- Es que si yo elevaba mi cosmos..

- ¡Nada! Tú no tienes respeto ni educación, cómo se te ocurre entrar de esa manera hasta acá. ¡Largo!..- Volvió a interrumpir Afrodita, esta vez con furia.

- No Afrodita, vine a disculparme, yo solo quiero hablar contigo, no quiero qué me odies, y ya no te subestimare..- Afrodita se puso de pie acercándose aún con lágrimas en los ojos, mirándolo fijamente, haciendo que Milo sintiera un miedo que pocas veces había sentido.

- Disculpa aceptada..- fue lo único que dijo el Santo de Piscis..

- Espera Afrodita, eso no es todo lo qué tengo que decir, yo en verdad estoy arrepentido por decirte eso, soy un mal compañero, y se qué no me crees pero..

- Te creo!..- Volvió a interrumpir..- Pero no quiero que estes aquí, no ahora, en otra ocasión puedes disculparte pero ahora quiero estar solo.

- Afrodita!..

- No quiero oir mas o si no me enojare contigo, ya escuché parte de tú disculpa ahora Déjame solo, y no te preocupes, ya no estoy molesto..- Milo endureció la mirada recuperando la seriedad y se acercó dos pasos..

- Está bien.. Te dejare solo, pero prométeme que me escucharas, y que también me diras por qué llorabas.

- ¡Milo!..

- Vamos Afrodita necesitó saberlo, así que prométeme que me lo diras en cuánto puedas..- Afrodita había cesado sus lágrimas, y lo miraba con expresión difícil de predecir, pasaron uno o dos minutos hasta qué se animó a hablar.

- Está bien te lo prometo..- Fue la respuesta del mayor..

Milo sonrió, y sin decir más se dio media vuelta para salir del lugar, mientras bajaba solo pensaba en lo que acababa de ver, aunque ya lo había visto llorar aquella vez en Asgard cuándo todos lloraron por los pétalos que Athena había enviado y se conmovieron. Pero está vez era diferente, Afrodita estaba llorando por algo personal y necesitaba saber que era, sabía que la curiosidad lo estaría matando, incluso sabía que había una posibilidad extremadamente alta de que Afrodita no le confesará nada, pero era muy temprano para ponerse a pensar en esas cosas, cuándo iba llegando a acuario se encontró con Shura y Camus de nuevo, ambos sentados en un sillón.

- ¿Que pasó? Camus no demoraste casi nada..- Preguntó Camus con curiosidad.

- Al final no era tan importante solo era una tonteria, hasta luego..- Milo se fue dejando a Shura y Camus extrañados, quienes se miraban compartiendo la duda.

Ya en su templo se sentía aliviado, pero no dejaba de pensar en Afrodita, trataba de distraerse haciendo cualquier cosa, se puso a jugar un juego de mesa en solitario, pero no se concentraba, además era aburrido jugarlo solo, después se puso a limpiar el templo pero lo dejó a medias, incluso por increíble que parezca se puso a leer un libro, uno que camus mencionaba a cada rato y que aveces le hastiaba escuchar el nombre del dichoso libro, pero ahora estaba allí, tratando de distraerse pero no podía, terminó por arrojar el.libro a un lado.

- ¡Bah! No está tan mal leer, pero no puedo concetrarme..-Bufó Milo recostándose en el sillón, cerró los ojos pero de repente la imagen de Afrodita apareció haciendo que los volviera a abrir rápidamente.

¡Maldita sea! Por que me siento así, me siento cómo incompleto, como que quiero algo y no se que es..- Milo sentía angustia, y la única explicación que tenía era que se sentía culpable, por eso pensaba tanto en Afrodita.

- Si eso debe ser, tal vez, siento culpa, o lástima por él.
No, no debo tener lástima por él, a él no le gustaría, de echo a mí tampoco me gustaría que me tuvieran lástima..

Pasaron las horas hasta que llegó la noche, Milo se tranquilizo un poco, pues sabía que después de todo en la mañana vería a Afrodita, así que ya no faltaba mucho, solo dormiría y despertaría, asi que el tiempo se iría volando, ya hasta había decidido que haría todo lo posible por hablar con él, así que ideo un Plan, se despertaría lo más temprano posible, así que lo esperaría, por fuerzas tenía que pasar por su casa, no era cómo Mu, que se podía tele transportar, así que cuándo llegara a su templo lo iba a interceptar, y si o si iba a hablar con él todo durante el camino o por lo menos hasta que llegaran a Cáncer pues allí lo más seguro es que Afrodita lo ignorara para hablar con Death, y además él no quería hablarle cuándo el cuarto guardián estuviera presente. Con ese plan y una sonrisa en su rostro se decidió a dormir, se percató de la sonrisa estúpida que se dibujaba en su rostro y se maldijo por lo bajo.

Al otro dia Milo se despertó, y empezó a alistarse lo más rápido posible, no quería que el último guardián se le pasara, (Así cómo cuándo el autobús te deja) comió a la carrera y se tomó un café aún caliente que le hizo arder la lengua..-si Camus estuviera aquí le diria que lo enfríe un poco..- pensó divertido.
Ya había acabado, solo había que esperar, pasaron los minutos, pero nada, no llegaba, se le iba a hacer tarde, ¿acaso tan perezoso es? Pensaba Milo fastidiado, cuándo de pronto vio una silueta, por un momento se ilusionó, pero después cambió su semblante a uno de decepción..

- ¿Que sucede? ¿Por qué esa cara?

- No es nada Camus, ¿Nos vamos?...-Milo no tenía de otra, no podía llegar tarde al entrenamiento, por lo que decidió avanzar con Camus, además de que no hubiera podido darle un pretexto convincente para decirle que no podían irse juntos al entrenamiento...- Maldito Afrodita..-maldecía en su mente el octavo guardián...

Una vez en la arena todos estaban presentes, excepto el último guardián. Y era extraño que no llegara, pues Death ya estaba allí, Death se veía algo somnoliento y cansado, como si hubiera trasnochado, no lo pensó dos vece se acercó a Death mask y sin dudarlo empezó a hacerle plática, el cangrejo era muy muy gracioso, pero se notaba algo ausente por momentos, como si estuviese pensando en algo que le preocupaba.
Luego de un momento Milo se animó a hacerle cierta pregunta por la cual había decidido acercarse al cangrejo.

- ¿Y Afrodita? No lo veo por aquí, siempre está contigo..- Decía Mirando hacía otro lado intentando parecer lo más casual posible, como si no le interesara mucho pero por dentro tenía la mayor curiosidad por la repuesta.

- Afrodita está de viaje se fue anoche..- Milo se tensó, no podía creerlo, Afrodita se había ido, ¿pero cómo?

- ¿Qué? ¿Se fue? Pero si ayer estaba en su templo, ¿en que momento pasó por mi templo? Yo jamás lo vi pasar...- Milo había mandado al carajo la discreción, estaba preocupado como nunca antes..

- Pues Shion patriarca lo mandó a llamar en la noche, y le dijo que tenía que ir a una misión, así que cuando pasó por tu casa quizá estabas dormido...- Milo lo pensó y tenía mucho sentido...

- ¿Y cómo es que sabes todo eso?..

- Anoche Afrodita pasó a despedirse de mí, estuvimos platicando hasta tarde y por eso no dormí mucho, luego se fue, decía que era una misión importante y que debía partir antes del amanecer, ¿Estas bien?..- preguntó al final Death, al ver la cara del otro..

- Si, lo que pasa, es que no me lo esperaba, ¿Que tiempo estará fuera del santuario?..- Milo trataba de normalizar su actitud, por fortuna el cuarto guardián no se percató de sus angustiantes emociones.

-Al parecer 3 meses..- Esa noticia hizo que su mundo se derrumbara, sin saber por qué, sentía toda clase de desilusión, fue como un balde de agua fria, no. Peor, fue cómo un polvo de diamantes por la espalda.

- Afrodita..- es lo único que pudo decir, para después seguir caminado, definitivamente sería un dia largo. Y los siguientes 3 meses, serían una eternidad. Una eternidad que no podría soportar.
Notas finales: Bueno eso es todo gracias por leer, nos vemos pronto, haber que tal le va a Milo con sus angustiantes pensamientos. :) disculpen latardanza, el capítulo siguiente prometo no demorarlo, cuidense, hasta luego.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).