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Por tu vida por Ajja

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Notas del capitulo: amm e.e tiempo si tuve pero no Internet jejejeje, por lo menos hice dos capítulos, me.entretuve bastante escribiendo n.n al fin veo la luz okno xD los dejo con el siguiente capítulo
Han pasado un par de semanas, y Afrodita no me habla para nada, se levanta más temprano que yo para no encontrarse conmigo camino al entrenamiento, y se va antes del final del entrenamiento para no encontrarse conmigo en Escorpio cuando llego al coliseo le hace señas a Death mask para ir a otra parte de la arena y estar lejos de mi, cuando voy a pasar por la casa de Piscis para ver al patriarca se esconde como si yo fuera un cobrador, ¡Dios! Puedo sentir como huye corriendo a su cuarto cuando me siente llegar a su templo, esto es absurdo, me ignora ése maldito, me hace sentir que en verdad no existo, y eso se siente muy mal...- Milo se encontraba acostado en su cama mirando al techo, tenía que hacer algo pronto, por alguna razón sentía una sensación de ansiedad, necesitaba algo y no sabía qué, así que se levantó y se vistió con ropa informal, iría a ver a Camus, hace tiempo que no lo visitaba y ya empezaba a ser algo raro, incluso los demás Santos creyeron que se habían peleado y eso no era verdad, después de subir un par de templos y confirmar que Shura se encontraba en Capricornio llegó a Acuario, sabía que Camus estaría solo pues el español estaba en el décimo templo y eso era un alivio para Milo, no era que no quisiera ver al español o que le molestara, solo quería hablar con su mejor amigo a solas como en los viejos tiempos cuando necesitaba consejos.
Al llegar elevó su cosmos y al poco rato la figura de Camus se vio salir de Acuario, mantenía esa seriedad y tranquilidad de siempre pero Milo sabía que por dentro era una persona amable y llena de sentimientos como todos los demás, y daba gracias de conocerlo mejor que nadie.

- Hola...- Habló primero el octavo guardián sonriendole.

- Milo que sorpresa, hace tiempo que no te pasabas por aquí..- Camus tenía una gran sonrisa que le transmitió confianza a Milo, Camus no estaba molesto por que no lo visitaba.

- ¿Que te parece si pasamos adentro? extraño tu templo...- pidió Milo devolviendo la sonrisa al parecer todo está bien.

- Yo al contrario pienso que es mí templo quien te extraña...- Ambos rieron divertidos ante el comentario gracioso de Camus, y así Camus y Milo entraron a Acuario y ambos mantuvieron una charla muy entretenida, pues Milo contaba algunas cosas que le habían pasado últimamente y que Camus no sabía y viceversa, ambos tenían algo que contar, Milo mentiria si dijera que no extrañaba una conversación así con el onceavo guardián, todo era genial pero Milo tenía que contar su pequeño secreto, y no era fácil le había contado todo lo que Afrodita hacía para evitarlo y huir de él.

- Pero ¿Por qué Afrodita huye de ti?...- Finalmente había preguntado Camus curioso...-

- Afrodita está molesto conmigo..- Camus seguía sin entender el motivo.

- ¿A qué se debe la molestia de Afrodita...- Pasaron unos segundos eternos hasta que Milo rompió el.silencio...

- Yo le dije algo prohibido...- Camus frunció el seño extrañado.

- ¿A qué te refieres? ¿Cómo qué algo prohibido?..- Milo tomó aire, lo que diria sabia que asombraria al rey del hielo, pero tenia que decírselo a alguien y el mejor para eso era Camus, suspiró y continuó

- Le dije que lo quiero.........-

- ¿Qué?...- Había escuchado bien, ¿Milo le dijo a Afrodita que lo quería?

- Mi..milo, ustedes son hombres.. Eso no...- No terminó de hablar pues Milo interrumpió...

- Eso no me importa..- Camus lo miraba sorprendido, no podía creer eso de Milo, ¿enamorado? ¿Y de otro hombre?

- Solo se que me gusta, y no se por qué pero tampoco quiero saberlo, solo se que me estoy volviendo loco, hasta me estoy enfermando, tengo insomnio, me roba el sueño el hambre y la energía, y todo el tiempo tengo un deseo constante de hablarle unas ganas inmensas de verlo, y no dejo de pensar en él, pero él siempre huye...- Camus tenía una cara que hasta Shaka abriría los ojos solo para ver aquella expresión de sorpresa en Camus, estaba mudo, luego de un momento se tranquilizó, y se dignó a hablar.

- Cr..Creo que eso o tiene nada de malo...... so..solo que nunca se a visto eso en el santuario si los demás se enteran no sabemos como lo tomaran..... si algún dia tú y Afrodita llegaran a ser..... pa..pareja quien sabe que dirá el Patriarca, pero Milo dime ¿Estas seguro de lo que estás diciendo?...- Milo asintió ante la pregunta.

- Si no es amar no se que es...- finalmente Milo se encargó de darle todos los detalles, todo lo ocurrido y todo lo vívido con el pez, sabía que si Afrodita se enteraba de que le había contado a Camus sobre la escenita de Afrodita llorando lo mataría tal como lo había jurado el pez. Camus al principio parecía asustado pero al final parecía entenderlo, no juzgaría a su mejor amigo.

- ¿Que piensas hacer Milo?...- El mencionado permaneció callado por unos segundos.

- No lo se, tan solo quisiera saber en que está pensando...

EN LA CASA DE PISCIS.

- ¿Que diablos le pasa? es un estúpido, cómo es posible que me dijera algo tan tonto, de solo imaginármelo, ¡Ahh! Me da escalofríos, si Milo se hubiera guardado su secreto no tendría que estarme escondiendo...- Afrodita se encontraba en su sillón recostado con los pies arriba, después de todo era su sillón no le importaba ensuciarlo en ese momento, mantenía los ojos cerrados, suspiró, aún no podía creer lo que había sucedido, Milo le había confesado sus sentimientos y por alguna razón Afrodita no se sentía a gusto con eso, sentía miedo, no sabía por qué pero le aterraba la idea de que alguien lo quisiera, ¿Alguien amándolo?, podría imaginar a alguien admirando su belleza pero jamás a alguien intentando conquistarlo, de solo pensar que Milo imaginaba escenitas románticas con él, o peor, escenas eróticas, eso hacía que se avergonzara aún más, ¿Que es lo que tenía que hacer para remediar esto? Algún dia tendrá que encarar al escorpión, ya sea en el entrenamiento si es que le tocaba de pareja, en una misión juntos o en una reunión de Caballeros dorados donde se tenían que saludar, tan solo imaginar el día en que tuviera que encararlo lo llenaba de estrés.

- Estúpido bicho, por que tenias que clavar el aguijón...- Se puso de pie y caminó hasta refrigerador, tomó una lata de cerveza y la abrió, necesita pensar, ¿Qué hacer ante esta situación? Solo tenía una idea, ignorarlo.

- Por ahora no puedo hacer otra cosa más que esconderme como un cobarde...- Afrodita sabía que no estaba cumpliendo con su promesa, él le había prometido a Milo que hablarían y que le diría por qué lloraba pero en lugar de eso lo corrió de su casa y había omitido las preguntas de Milo, ¿pero cómo no hacerlo? si Milo sacó aquel tema.

Pasaron los días y Milo extrañaba a Afrodita, quería verlo, no soportaba que el tiempo pasara y no supiera en que pensaba Afrodita, si seguía molesto o ya no, y tampoco tenía claro si Afrodita le tenía miedo o asco, no sabía como interpretar aquella reacción, pero ya lo estaba fastidiando, el que lo ignorara ya lo tenía arto, aveces tenía ganas de ir a la casa de Piscis y obligarlo a que le dijera por qué actuaba así.

- Ya no soporto más esta vez no huiras...- Milo se levantó de la cama, era temprano y sabía que Afrodita tenía que pasar por la casa de Escorpio, esta vez Milo se había levantado una hora antes de lo acostumbrado pues sabía que el pez se levantaba antes para pasar por la casa de Escorpio cuando Milo aún seguía dormido, pero está vez no se saldría con la suya, tremenda sorpresa se llevaría al ver a Milo parado en medio templo esperandolo.
Apenas pasaron 10 Minutos cuando se asomó aquella figura esbelta que caminaba con gracia, Afrodita estaba tan confiado en que Milo aún roncaba que ni cuenta se dio de la presencia de Milo.

- ¡Afrodita!...- Lo llamó pero aquel al darse cuenta de quien se trataba apresuro el paso con la intención de huir pero Milo al darse cuenta corrio detrás de el, Afrodita estaba a punto de salir del templo pues había corrido lo más rápido posible, pero apenas había asomado la cara al exterior unas manos le taparon la boca haciendo que ahogara un grito y lo devolvieran al interior de templo.
Afrodita lanzaba maldiciones e insultos que Milo no entendía afortunadamente le estaba tapando la boca, pues esos insultos de seguro era muy vulgares ya todos sabían que cuando Afrodita se enojaba podía decir cosas muy obscenas.

- Suéltame estúpido hijo de mmmghh...-No pudo completar aquel insulto pues Milo le volvió a tapar la boca.

- Quiero que me digas todo, ¿Por que huyes de mí...

- ¡Eso no te importa suéltame!...- Afrodita no se mantenía quieto por lo que Milo lo aferró más a su cuerpo, Sintiendo el cuerpo de Afrodita con más intensidad, y a su vez Afrodita podía sentir la respiración de Milo en su cuello y su piernas detrás de las suyas haciéndolo sobresaltar y ponerse muy nervioso, Milo lo apretaba con más fuerza.

- Me estás lastimando Milo suéltame.

- No lo haré, eres como los peces, si ven una oportunidad escapan y ya estoy arto de eso, dime... ¿Por que no te gusto.....- Aquella pregunta hizo que Afrodita abriera los ojos sorprendido y ala vez asustado esto hizo que en un intento por soltarse mordiera a Milo y este lo soltara.

- ¡Haaa! ¡Maldito! Así deberías moder otras cosas...- Afrodita se había safado pero Milo era demasiado veloz y lo derribó de una tacleada haciendo que ambos calleran al suelo, Afrodita boca abajo con Milo arriba de él.

- ¿Por que te cuesta tanto Afrodita? ¿Por que no me quieres? ¿No ves que me estoy muriendo y ya no se que hacer?...- Afrodita estaba en shock, Milo estaba llorando, podía sentir las lágrima resbalar y caerle en el cuello, jamás imaginó ver a Milo así, el hombre orgulloso y que aveces parecía fanfarrón y muy creído estaba allí llorando por él, ¿En verdad tanto lo amaba?

- Milo, quiero que me digas algo.. ¿Estás seguro de lo que dices?..- Milo al escuchar aquellas palabras lo fue soltando de a poco..

- Sí, estoy seguro Te amo ya no puedo evitarlo no lo puedo esconder, Afrodita me gustas como nadie me ha gustado jamás....- Milo se acercaba peligrosamente a Afrodita y este pudo notarlo.

- ¡No! Esto esta mal...- Afrodita intentaba huir pero nuevamente Milo lo estaba sujetando.

- Suéltame, somos hombres eso no está bien, te lo suplico por favor, suéltame..- Milo estaba atónito, Afrodita estaba suplicando, en su rostro se reflejaba miedo parecía un niño pequeño, Milo solo atinó a soltarlo.

- Afrodita, lo siento yo no quería obligarte yo sólo...

- ¡Cállate!...- Milo fue interrumpido por Afrodita, quien ya estaba de pie mirándolo desafiante con una mirada que retenía lágrimas a punto de salir.

- ¡Milo de Escorpio, te odio!..- Milo no podía creer lo que escuchaba.

- Espera Afrodita..

- Cállate me voy y no te quiero cerca de mí nunca más yo no soy una mujer, soy un Caballero dorado...- Afrodita escapó lo más rápido posible dejando a Milo solo, una vez más solo, no iría tras de el...

Afrodita llegó a Libra, no había nadie, tan solo llegó se recargó de uno de los pilares.

- ¿Por qué Tengo miedo?..... No debí decirle algo así, pero es que aún no se si siento algo o no por él, eso está Mal, ¿Que debo hacer?...- Afrodita derramó lágrimas, esperaba que nadie pasara por allí y lo viera en ese estado, sería vergonzoso pero tenía que desahogarse, ¿acaso no estaba preparado para amar? ¿A qué le tenía miedo? ¿A ser amado? Pero a la vez se sentía humillado, ¿acaso no era un Caballero dorado? Los Caballeros dorados no deben llorar y tampoco podía permitir que otro hombre se metiera con él...-

-Tengo que ir a entrenar..- Afrodita secó sus lágrimas y continuó su descenso, ya pensaría en todo lo sucedido y lo que tendría que hacer...
Notas finales: Bueno a subir el otro capítulo, notese mi broma de Afrodita llegando a la casa de Libra donde llora, en esa casa suceden cosas muy locas jejeje

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