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Prisión. por BEEP

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Notas del fanfic:

Se me borró el primero y tuve que volver a hacerlo. Este empieza por el capítulo 2.

Notas del capitulo:

Aquí aparece nuestro querido albino. Disfruten leyendo tanto como yo disfruté escribiéndolo. 

El guardia abrió la puerta de la celda y esta respondió chirriando con un sonido oxidado y agudo. El sujeto de la litera apenas movió la cabeza para ver quién venía a molestarle. Era un chico delgado pero bien esculpido, parecía de su misma edad, pelo blanco y ojos azules profundos y atrapantes. Con la misma rapidez con la que había dedicado una mirada al moreno había vuelto a desviar su atención al techo, con los brazos detrás de la cabeza. Miel y zafiro se encontraron por un momento. Gon se le quedó mirando más de lo que debería, asombrado por esos ojos que escondían tanto belleza como oscuridad y se dispuso a entrar en la estancia, observándola. El gris claro del hormigón ahora era un gris oscuro, sucio; tenía una litera de dos camas con colchones tan finos como hojas de papel y unas mantas aún más finas; un váter en una esquina que no parecía para nada higiénico, lleno de mugre; y una estantería que amenazaba con romperse en cualquier momento, sustentado cuatro libros polvorientos.
Gon dio un último vistazo a la celda y se acomodó en la litera de abajo ya que el albino estaba en la de arriba. El guardia parecía tener prisa por salir de allí así que cerró la puerta rápidamente y desapareció.

Ninguno de los dos dijo nada durante un buen rato, hasta que Gon habló.

-Gon: Mmm... Y... ¿Cómo te llamas?

-... : *Silencio*

-Gon: ¿Por qué estás aquí?

-... : *Silencio*

-Gon: ¿Edad?

-... : *Silencio*

El moreno supo que no sacaría nada de información sobre ese chico, así que se recostó en la cama y entornó los ojos.

-... : Killua.

-Gon: ¿Cómo?

-Killua: Me llamo Killua.

Gon se incorporó y asomó la cabeza por la litera de arriba.

-Gon: Yo soy Gon.

Le extendió la mano, estuvo así un rato, hasta que por fin Killua estiró la suya y se la estrechó sin si quiera mirarlo.

No hablaron más en toda la mañana hasta que el guardia anunció la hora del desayuno. Gon fue el primero en salir de la celda, incorporándose a la fila de presos que se encontraban frente a la puerta, Killua hizo lo mismo.

Al llegar al comedor el albino recogió su bandeja y se sentó en una mesa al azar, solo. La sala era más o menos grande, llena de mesas de madera con banquetas a los lados, una barra donde los presos se acercaban a por su ración del día y un par de guaridas vigilando. Gon pensó que sería buena idea relacionarse con su compañero de celda, así que cogió su comida y se encaminó hacia la mesa.

Mientras se acercaba vio cómo un hombre alto, musculoso, con cara de pocos amigos se tropezaba y derramaba todo el contenido de su bandeja sobre Killua, que sólo miraba impasible la escena. El hombre se cabreó y estuvo maldiciendo por lo bajo hasta que vio a quién había ensuciado, trató de recogerlo todo como pudo a la vez que pedía disculpas infinitas veces, parecía realmente arrepentido. El peliblanco se levantó de golpe y apartó al hombre de su camino de un empujón para ir a limpiarse, el tipo terminó de recoger y salió corriendo a sentarse bien lejos de allí.

Gon vio la mesa sola y fue a esperar a Killua allí. Cuando el mencionado llegó tenía puesta una camiseta nueva y una expresión enfadada en el rostro. Fijó su vista en la mesa y luego en Gon, cambiando su cara a una de sorpresa cuando miel y zafiro volvieron a reunirse. Apartó la mirada en seguida y se volvió a sentar como si nada, ignorándolo. Mientras Killua comía el moreno se decidió a entablar conversación, o al menos a intentarlo.

-Gon: Todavía no me has dicho por qué estás aquí.

El albino soltó el cubierto dejándolo caer bruscamente en la bandeja y lo miró fijamente. Gon solo se limitó a observar los distintos tonos de azul que se alojaban en el iris de su compañero, deleitándose por su belleza, esperando una respuesta.

-Killua: ¿Por qué debería hacerlo?

-Gon: Bueno, ya que vamos a compartir suite de lujo durante un tiempo pensé que estaría bien conocernos un poco. - Dijo sonriendo.

Killua le dedicó una sonrisa ladeada por el comentario.

-Killua: Maté a un tipo porque me miró mal.

Vio como a Gon se le ensanchaban los ojos y ponía una expresión de horror y sorpresa en el rostro. Killua se rió, cuánto tiempo sin saborear las carcajadas en su garganta. Al ver que lo tomaba en serio tuvo que aclararle.

-Killua: Es broma, idiota.

Gon soltó el aire que estaba reteniendo en un largo suspiro de alivio.

-Gon: ¿Entonces?

-Killua: ¿Entonces qué?

-Gon: ¿Por qué te encerraron?

Hizo caso omiso a la pregunta y siguió comiendo. Gon en seguida entendió y empezó a comer también.

Una vez acabada la hora del desayuno llevaban a los presos al patio para una sesión de ejercicio matutino. El patio era grande, con gradas en algunas partes para sentarse y verjas electrificadas que rodeaban el recinto. Podían diferenciarse un par de torres desde las que unos francotiradores observaban a los presos, preparados para disparar si era necesario.

Gon se colocó al lado de Killua para empezar a dar vueltas al patio al paso que marcaba el entrenador. Esta vez no habló, ni siquiera miró a Killua, solo corrió.

-Killua: Estás muy callado.

Gon miró al chico a su lado con algo de asombro. Era la primera vez desde que se conocieron que Killua empezaba la conversación.

-Gon: Ah, no, nada, solo es que estaba pensado. - Dijo sonriendo con nerviosismo y rascándose la parte posterior de la cabeza.

-Killua: Ahora entiendo ese humo que te sale de las orejas. - Dijo burlón.

-Gon: Jajaja ja ja... Espera ¿qué?

Killua volvió a reír, ese chico le parecía gracioso e ingenuo, podría aprovecharlo. Los que iban detrás de ellos corriendo se quedaron boquiabiertos, ¿Killua riendo?

Una vez acabada la sesión de gimnasia se fueron a las duchas para asearse un poco y de nuevo a las celdas. Al llegar ambos se apostaron en las camas a descansar.

-Gon: Vi lo que pasó en el comedor. Ese tipo parecía asustado cuando te vio.

-Killua: Para que no te molesten te tienes que labrar una reputación, ¿sabes? A mi no me costó mucho.

-Gon: ¿Qué tuviste que hacer?

-Killua: Mejor no quieras saberlo.

-Gon: Está bien... Y, ¿cuántos años tienes?

-Killua: 20, ¿tú?

-Gon: También yo. Supongo que estaremos un rato aquí antes de salir al patio, ¿qué te apetece hacer?

-Killua: Estoy acostumbrado a no hacer nada durante mucho tiempo. No sé, tú haz lo quieras.

-Gon: Mmm... Okay.

El moreno se levantó de su cama y saltó a la de Killua posicionándose sobre él y empezó a hacerle cosquillas.

-Killua: ¿¡EH!? ¿¡Pero qué narices haces!?

-Gon: ¡Dijiste que podía hacer lo que quisiera! - Dijo riéndose de lo rojo que estaba el albino.

Killua al no poder más apartó a Gon de encima e intercambiaron posiciones, ahora él estaba arriba. Le agarró de las muñecas, las puso por encima de su cabeza y se acercó a su oído.

-Killua: ¿Quieres saber cómo me labré mi reputación? - Dijo susurrando, aún jadeante por la sesión de cosquillas.

Gon se sonrojó, no pudo ni siquiera contestar, solo apartó la mirada y trató de zafarse del agarre removiéndose debajo del albino. Mala idea.

El albino se acercó aún más a su oído, respirándole en el cuello.

-Killua: ¿No? - Dijo casi en un suspiro.

-Gon: N-No, quítate de encima po-por favor Killua.

-Killua: Pues entonces no vuelvas a hacer eso.

El albino se quitó de encima y echó al moreno de su cama casi a patadas. Gon se acostó en su cama, todavía sonrojado intentado calmarse. Cerró los ojos y trató de relajar su respiración.

Lo despertó un sonido de barrotes, era el guardia anunciando la hora de salir al patio. Se levantó y no vio al albino en su cama, supuso que ya habría salido así que decidió ir al patio a buscarlo.

Cuando llegó buscó con la mirada a Killua entre la muchedumbre y lo encontró hablando con un pelirrojo más alto que él. No quiso interrumpir la conversación así que fue a sentarse en las gradas. Parecía que Killua no tenía intenciones dejar de conversar por lo que decidió buscar a alguien con quien hablar.

Miró por las gradas y encontró a un rubio leyendo, solo. Parecía totalmente fuera de lugar en ese sitio de mala muerte. Se acercó y se sentó a su lado.

-Gon: Hola, soy Gon. - Dijo con su característica sonrisa en el rostro y extendiéndole la mano.

El rubio levantó la mirada del libro y miró a Gon.

-... : Kurapika, encantado. - Dijo estrechando la mano del moreno.

Empezaron a hablar y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, como que ambos estaban encerrados por tratar de defender lo que más querían. Gon a su familia y Kurapika a su clan.

Killua desvió un momento la mirada y encontró a Gon hablando con un rubio delgaducho. Cuando volvió a su conversación tenía una expresión irritada.

-... : ¿Qué pasa Killua? Parece que hayas visto a tu hermano. - Dijo burlándose un poco de él.

-Killua: No me hables de ese bastardo, Lion.

-Lion: ¿Entonces por qué llevas esa cara de repente?

-Killua: Déjalo, nos llaman para volver.

Gon y Killua se encontraron en la puerta de la celda, el peliblanco no miró al moreno, simplemente entró y se tiró en la cama con los brazos detrás de la cabeza. Parecía molesto.

-Gon: ¿Te pasa algo Killua?

-Killua: ¿Qué te importa? - Dijo cortante.

-Gon: Me importa más de lo que crees.

No obtuvo respuesta y en seguida entendió que cuando Killua no quería hablar no había manera de sacarle una palabra. Cogió un libro de la estantería para leer y pasar el rato, el libro se llamaba; "El perfume". Llevaba un buen tiempo leyendo cuando sintió un peso a su lado, era Killua sentándose en su cama. Lo miró algo extrañado.

-Killua: Te estuve esperando, no apareciste, estuviste hablando con el rubio ese.

-Gon: No quería molestaros a tu amigo y a ti.

-Killua: No es mi amigo y tú no me molestas.

-Gon: ¿Por eso estabas enfadado?

-Killua: No estaba enfadado. - Dijo desviando la mirada.

-Gon: Bueno, lo siento de todas formas.

-Killua: Bah, es igual, ¿qué lees?

-Gon: Lo cogí de la estantería, se llama "El perfume", es muy interesante, la verdad.

-Killua: Es mi libro favorito, es una de las pocas cosas que nos dejaron meter en este zulo.

-Gon: ¡Tienes muy buen gusto Killua!

-Killua: No digas esas cosas tan vergonzosas. - Dijo sonrojándose.

-Gon: Pero es verdad. - Contestó haciendo un puchero.

Sin más palabras Killua se subió a su cama y Gon siguió con el libro leyendo las anotaciones que tenía el albino en algunas de sus páginas, sonriendo con alguna de ellas.
Notas finales:

Gracias por leer y dejen sus reviews con su opinión :) 


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