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Prisión. por BEEP

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Notas del capitulo:

Sé que he tardado muchísimo, no tengo perdón. Pero es que estuve viajando y no tuve tiempo de escribir. Pero se los he recompensado haciendo este capítulo un poco más largo. Espero que disfruten leyendo tanto como yo disfruté escribiéndolo. Gracias por la comprensión~

Tic tac, tic tac, el tiempo pasaba y Gon esperaba a que Killua abriera de una vez los ojos para que pudieran seguir su camino. Hizo mil cosas para matar el tiempo, se duchó, limpió la habitación, recogió sus cosas, se cambió de ropa, pero el maldito seguía en el quinto sueño.

-Gon: Killua. - Le habló desde cualquier parte de la habitación.

-Gon: Killuaa. - Se sentó en la cama para que le escuchara mejor.

-Gon: Killua. - Esta vez se acercó a su oído.

En un abrir y cerrar de ojos el supuestamente dormirdo Killua lo agarró de la cintura y lo dejó debajo suyo, tenía expresión desafiante. En cuanto se dio cuenta de que se trataba de Gon se apartó de encima, se acostó boca arriba en la cama y suspiró. Definitivamente tenía que aprender a controlar sus impulsos.

(Me gustaría volver a soltaros todo el rollo de lo que hicieron esa mañana, pero eso sería extremadamente aburrido, así que vamos a lo interesante de verdad.)

El viaje ya llegaba a su fin, era la recta final, Gon jamás lo notaría pero Killua empezaba a ponerse nervioso, hacía años que no pisaba esa mansión, ¿y si hicieron reformas? ¿Y si aumentaron la seguridad? ¿Y si ya no era capaz de abrir la puerta? ¿Y si...

Mientras el chico seguía haciendo suposiciones en su cabeza, Gon simplemente se mantenía con determinación y dispuesto a cumplir el desafío que se les presentaba ahora. Confiando plenamente en el conocimiento que tenía su compañero sobre la estancia en la que iban a colarse.

Por fin, estaban frente a la montaña en la que se había criado, la que le había convertido en un asesino, pero estaba junto a la persona que le había arrastrado fuera de cualquier pensamiento negativo, Gon.

Ni siquiera comprendía aún por qué le producía esa sensación tan extraña tener cerca a ese muchacho, no tenía ninguna cualidad especial, es más, podría decirse que era un simplón. No es el tipo de persona que te invita a un café sino que te propone ir a comprar helado al parque, tan infantil e impulsivo. Pero joder, fue la única persona que no lo juzgó por su pasado, si no por el presente, la única que le sonreía sin obligación, la única que... Le quería.

Se frotó las manos y se dispuso a abrir la puerta, en cuanto posó sus dedos sobre la fría piedra una mano le tocó el hombro.

-Gon: Killua... Quiero que sepas que si nos pasa algo hoy, si llegamos incluso a morir, que sepas que para mí habrá merecido la pena. Sobretodo por haberte conocido. - Lo miraba con ternura y su voz desbordaba sinceridad.

-Killua: Maldita sea Gon. - Sus ojos estaban al borde del llanto, agarró al moreno y lo abrazó con fuerza. - Te quiero. - Le susurró tembloroso.

-Gon: Te quiero Killua. - Hundió la cabeza en su cuello y le agarró suave del pelo.

-Killua: No pasará nada, lo prometo, vamos a salir de aquí con Alluka sanos y salvos. - Se separó del abrazo y se limpió los restos de lágrimas que mojaban sus mejillas.

-Gon: Pues vamos allá. - Realmente se sentía preparado.

Volvió a la posición anterior, sus manos ya estaban apoyadas en la puerta. Una... Dos... ¡Tres! Empujó con todas sus fuerzas y consiguió abrir la puerta sin problemas, después de todo no había perdido su forma.

Habían conseguido la primera parte, entrar. Pero esto era lo fácil, lo difícil venía ahora, sortear cualquier mayordomo o persona de la casa, y eso solo para llegar a la mansión.

Sus pasos eran cuanto más cautelosos, su maldito hermano era capaz de aparecer de la nada en cualquier momento, era como un centinela. Siempre alerta, siempre en guardia. Esta vez no, ahora tenía a una persona a su cuidado, confiando en sus conocimientos y en sus habilidades. No pensaba defraudarle por nada del mundo.

Iban ya a mitad de montaña cuando se toparon con la casa de los mayordomos, sería relativamente fácil pasarlos pues él tenía mucha más preparación que cualquiera de esos aspirantes. Excepto Gotoh, rezaba una y otra vez porque estuviera en la mansión a estas horas. Estaba anocheciendo, así que no tenían mucho tiempo antes de que volviera a la estancia de los mayordomos. Se deslizaron como sombras por los árboles y lograron evadirlos. Cuando ya divisaban la mansión vieron a alguien salir por la puerta, un hombre alto y delgado, con traje y gafas, pelo corto y piel pálida. Mierda, Gotoh. Pensó Killua para sus adentros, esto podría ser un gran problema, tenían que esconderse y rápido.

Treparon a un árbol lo más sigilosos posible, se quedaron completamente en silencio, hasta aguantando la respiración cuando el hombre pasó por su lado. Se detuvo justo en frente de ellos, impasible, sin expresión alguna. Ambos chicos tenían las pulsaciones a mil por hora, ¿habían sido descubiertos? Gracias al cielo Gotoh siguió su camino hacia la casa de los mayordomos y respiraron tranquilos.

-Gotoh: Señorito Killua, sabe que no puede estar aquí. - Decía mientras seguía su camino, como si no le importara.

Se quedaron pálidos, sabía que estaban ahí, aún así Killua no contestó, simplemente se limitó a observar los movimientos del mayordomo que no daba señales de querer atraparlos ni de dar parte a la mansión sobre ello. Decidieron seguir la misión y confiar en que aquel hombre no diría nada sobre su presencia, al parecer Killua tenía confianza con él en el pasado. Aún quedaron restos de esa confianza a pesar de los años.

Cuando por fin perdieron de vista a Gotoh, después de verlo andar con ese paso tan lento y firme, bajaron del árbol y llegaron a la puerta de la casa, obviamente no pensaban entrar por ahí pero tenían que analizar en edificio par poder colarse. Killua no dejaba de preguntarse lo extraño que era no haberse topado aún con su hermano mayor.

Divisó una ventana abierta en el tercer piso, por suerte había una rama de árbol lo suficiente cerca de ella como para poder alcanzarla si trepaban. Una vez dentro Killua dio un vistazo a la sala para ubicarse, estaban en la que fue la habitación de su hermana Alluka cuando aún no pensaban que era un monstruo. Todo seguía igual, todavía mandaban a alguien para limpiar esa abandonada y sola habitación. Recordó que el despacho de su hermano mayor estaba justo debajo de esa sala.

-Killua: Gon, detrás de mí y sin hacer ruido. - Habló lo más bajo que pudo para que el otro pudiera escucharlo.

Gon asintió con la cabeza.

La sala de seguridad en la que tenían a su hermana estaba en el sótano. Lentamente el albino giró el pomo de la puerta que chirrió un poco. Con pasos fantasmales se dirigieron a la zona de las escaleras, al bajar al segundo piso encontraron a su otro hermano mayor, Milluki, arrasando la nevera. Vaya suerte, nunca sale de la cueva que tiene por cuarto y justo ahora tenía que salir a zampar. Estaba tan ofuscado en comer que ni se percató de como los dos muchachos se deslizaron por las escaleras hasta el hall. Una vez allí divisaron un pasillo especial para bajar al sótano, pero había que atravesar todo el maldito salón para llegar. Pegados completamente a la pared trataron de llegar al pasillo lo antes posible. Cuando parecía que iban a alcanzarlo se escucharon pasos bajando las escaleras y rápidamente se metieron en un armario, aparentemente de limpieza y muy pequeño. Los pasos llegaron hasta la sala haciendo eco, eran fuertes e imponentes. El sitio era tan estrecho que tuvieron que ponerse uno delante del otro, demasiado pegados, tan pegados que Gon podía sentir la respiración de Killua en su nuca y este el trasero de su amigo pegado a su pelvis, la situación era muy tensa pero la postura aún más, empezaron a sudar. Gon se removió un poco para observar por la cerradura por lo que tuvo que agacharse y presionar aún más esa zona tan sensible. Killua tuvo que taparse la boca para no hacer sonidos extraños, más bien para no hacer ni un sonido.

Cuando se asomó por la cerradura pudo distinguir una figura alta y musculosa, pelo rubio y ojos azules, definitivamente ese debía ser el padre de Killua. Volvió a ponerse derecho y echó un vistazo a su amigo, tenía la boca tapada con ambas manos, la cara roja y los ojos cerrados fuertemente. Le dio un pequeño codazo para llamar su atención y le puso cara de que estaban en peligro. Killua en seguida entendió y se debatió entre si era su hermano o su padre, ya que solo tenía como referencia la seña de Gon. Los pasos se alejaban cada vez más, eso era buena señal, parecía que iba a hacer algún trabajo nocturno ya que se oyó la puerta abrir. Cuando ya no hubo rastro de sonido salieron del armario y llegaron al pasillo.

Bajando al sótano encontraron su primer obstáculo, una maldita puerta de acero bloqueada con un panel de seguridad. Killua no era estúpido y aprendió un par de cosas de su seboso hermano informático, hackeó el panel sin hacer saltar ninguna alarma. La puerta se quedó abierta, les venía de perlas, pues tendrían que salir por patas en cuanto rescataran a su hermana.

Ahora lo único que les separaba de su objetivo era la enorme puerta de la sala donde se encontraba Alluka. Killua la observó y trató de hackear otra vez el sistema, esta vez fue bastante más costoso y se llevó un par de calambrazos. Cuando al fin consiguió desbloquear el panel la puerta empezó a abrirse lentamente.

-Killua: ¡Alluka!

-Alluka: ¿Eh? Ki... ¿Killua? ¡KILLUA!

La pequeña chiquilla corrió a abrazar a su hermano mayor, a Gon se le encogió el alma, fue un reencuentro precioso. La imagen de los hermanos abrazándose es una de esas cosas que no olvidas en la vida.

La escena no duró mucho, la puerta se estaba cerrando, tenían que correr o quedarían encerrados allí.

-Killua: ¡Corred! - Gritó mientras agarraba la mano de su hermana y la arrastraba hacia la puerta.

Killua y Alluka fueron los primeros en salir, la puerta ya estaba casi al límite para que entrara una persona, Gon se deslizó en el último momento por debajo de la puerta pero un trozo de la manga de su camiseta se quedó enganchado. Tuvieron que seguir corriendo, la otra puerta también se estaba cerrando, salieron sin problemas de esta, pero había que escapar de la mansión.

La puerta estaba justo en frente de ellos, sería relativamente fácil salir, así que corrieron y corrieron, consiguiendo llegar al bosque que rodeaban aquella enorme casa. Una vez fuera se adentraron entre los árboles, todos seguían a Killua. Seguro que alguien había escuchado los pasos acelerados en la mansión y habrían alertado a los mayordomos, todo de complicó aún más. Los subordinados se dispersaron por el bosque para buscar a los intrusos, lo que no sabían es que ya habían logrado llegar a la puerta. Lo habían conseguido, realmente lo habían conseguido.

En cuanto salieron por la puerta una figura esbelta los esperaba, no se distinguía su rostro, estaba todo demasiado oscuro.

-... : Vaya chico, volvemos a encontrarnos.

Killua se puso delante de su hermana como signo de protección.

-... : Tranquilo, ella no me interesa. - Su voz era siniestra.

-Killua: Quién eres y qué quieres, tenemos prisa.

-... : A ti.

Gon tragó fuerte, ese tipo parecía peligroso y por nada del mundo dejaría que a su amigo le pasara algo.

-Killua: Pues lo siento por ti.

-... : Je je je... ¿Creías que podrías escapar de mí?

-Killua: Ya te he dicho que no sé quién eres.

El hombre misterioso empezó a avanzar hacia ellos.

-... : ¿Seguro? Porque yo me acuerdo perfectamente de ti.

Estaba cada vez más cerca y Gon se puso muy nervioso, a su lado había un barranco que acababa en un lago, tuvo una idea.

-Killua: No te acerques más.

El hombre hizo caso omiso a las palabras de Killua y seguía acercándose. Gon puso en marcha su plan y agarró a los dos hermanos saltando al vacío. En un vistazo rápido Killua miró hacia arriba y pudo ver la mitad de la cara de aquel hombre, indentificándolo. Quedó impactado y observaba aquella figura que los veía caer aparentemente despreocupado. Pudo leer en sus labios 'te encontraré'.

Alluka gritaba descontroladamene mientras caían, Gon al parecer estaba muy concentrado en caer bien en el agua, una mala postura y podría ser fatal. Impactaron contra el lago produciendo una gran fuente. Al parecer ninguno había sufrido daños, nadaron rápidamente hasta la orilla. Cuando llegaron Gon miró a Killua.

-Gon: Tenemos que hablar.
Notas finales:

Muchas gracias por leer espero que no me guarden rencor ^^U. Dejen sus reviews!! 


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