Se despertó con unos brazos en su cintura, en una cama que no era la suya, de madrugada. Cuando se dio cuenta de la situación se soltó del agarre lo más sigilosamente que pudo y se subió a la parte de arriba de la litera.
-Gon: Killua...
Se podía escuchar a Gon hablar en sueños cuando el albino se fue de su cama.
-Gon: No te vayas Killua... - Decía tanteando la cama y apretando los puños en la manta.
Killua trató de volver a dormirse e ignorar al chico que repetía su nombre.
-Gon: Killua, por favor... - Sonaba como un sollozo.
Eso era demasiado, estaba teniendo una pesadilla por su culpa. Se bajó de la litera y se agachó para observar la cara de Gon, estaba sudando con los ojos y los dientes apretados. Killua trató de despertarle zarandeándolo un poco, pero nada.
-Killua: Hey, Gon. Gon, despierta.
-Gon: Killua, no... No vayas con ellos...
Al ver que no despertaba le agarró la mano y Gon respondió con una sonrisa de alivio que hizo estremecer a Killua. *¿Esto es por mi?*
-Gon: Sabía que volverías...
El albino sabía que si volvía a soltar la mano de Gon, volvería a tener pesadillas y no lo dejaría dormir en toda la noche, así que como pudo se hizo un hueco en la cama y se acomodó al lado de Gon. Ya pensaría como explicarle mañana por qué estaban así.
Por la mañana fue Gon el primero en despertarse, al abrir los ojos lo primero que vio fue la cara del albino muy cerca de la suya, estaba durmiendo plácidamente. Se preguntó cómo es que Killua estaba en su cama, pero en ese momento no le importó mucho, era reconfortante ver al albino inhalar suavemente y expulsar el aire con la misma intensidad. Se quedó observándolo un poco, hasta que al fin despertó. Abrió lentamente los ojos y se topó con unos color miel que lo miraban con ternura. Recordó dónde estaba y se levantó de golpe. Lo hizo tan rápido y con tanta fuerza que se dio con los barrotes de hierro de la cama de arriba, tenía la cabeza y la nariz rojas del golpe. Se llevó las manos a las zonas afectadas quejándose de dolor por lo bajo.
-Killua: Aaaaaaaagh... Duele...
-Gon: ¿¡Pero qué haces Killua!? ¿¡Estás bien!?
-Killua: ¡Claro Gon! ¡Es que me gusta besar la cama al despertarme, ¿¡sabes!? - Dijo con voz sarcástica.
-Gon: Vale, vale, vamos a la enfermería, eso no tiene buena pinta. - Decía mientras le apartaba las manos al albino de la cara.
-Killua: Déjalo, estoy bien. - Se volvió a cubrir rápidamente.
-Gon: Killua te estoy viendo la sangre entre los dedos, vamos a ir a la enfermería.
-Killua: Te he dicho que estoy bi-
-Gon: No Killua, vamos.
El albino suspiró profundamente ante la insistencia de Gon y finalmente aceptó. Ese chico podía ser realmente cabezón cuando quería.
Gon convenció al guardia para que los dejarán ir a la enfermería, al ver cómo estaba Killua finalmente cedió y los dejó ir.
-Guardia: Módulo C, planta baja.
-Gon: Gracias.
Gon cogió a Killua de la mano y echó a correr.
-Killua: ¡Gon espera, ni siquiera sabes dónde es! - Hablaba con dificultad ya que tenía la nariz hecha un poema.
-Gon: ¡Ve indicándome el camino! - Decía sin dejar de correr.
Killua hizo caso y fue indicándole el camino, era imposible razonar con ese chico. Iban sorteando los pasillos y los presos se les quedaban mirando. Cuando llegaron al sitio fueron mirando por las puertas.
-Gon: ¡Aquí Killua! Consulta del doctor... Leorio Pala... Paladrin... Paladintrain.
-Killua: Pone Leorio Paladiknight. Baka.
-Gon: Eso eso, bueno vamos dentro. - Dijo un poco avergonzado.
El moreno tocó la puerta un par de veces antes de entrar.
-Gon: ¿Se puede? - Dijo mientras abría la puerta.
- ... : Claro pasa.
Los dos chicos entraron en la consulta, era blanca entera, nada más entrar podía verse una camilla a la derecha, pegada a la pared, un escritorio con un ordenador y varios papeles encima justo en frente de la puerta, una vitrina de cristal con toda clase de medicamentos y aparatos médicos a la izquierda, y dos sillas para recibir a los pacientes al otro lado del escritorio.
- ... : Siéntense por favor. Soy el Dr. Leorio Paladiknight, ¿en qué puedo ayudarles?
Ambos cogieron asiento.
-Gon: Buenas doctor, yo soy Gon. Verá, es que mi amigo Killua se ha dado un golpe muy fuerte en la cabeza y necesita revisión.
-Leorio: Muy bien joven, siéntese en la camilla. - Hablaba ahora con Killua.
El albino se levantó de la silla y fue a la camilla, el doctor también se levantó y se posicionó en frente.
-Leorio: Si no apartas las manos no puedo examinarte.
Lentamente fue apartando las manos y cuando terminó podía verse toda su nariz roja, hinchada y llena de sangre, aparte de un chichón increíble en la frente.
-Leorio: Vaya chico, te has dado fuerte, ¿eh?
Se oyó una risita desde atrás por parte del moreno y el albino lo miró fulminándolo con la mirada.
-Leorio: No te preocupes, esto con un par de vendas, pomada y un sedante para el dolor se curará en seguida.
Leorio se acercó a la vitrina y sacó un par de vendas, un paño que mojó en agua, un par de guantes de látex, la pomada y una jeringuilla que inyectó en un bote para introducir un poco de líquido, que sería el sedante, dentro de la jeringuilla. Se volvió a acercar al albino, se puso los guantes y comenzó a curarlo. Primero le limpió la sangre con el paño, le echó pomada, después le inyectó el sedante y finalmente le vendó la nariz y la cabeza.
-Leorio: Ya está, como nuevo.
-Gon: Muchas gracias doctor. Ya nos vamos.
-Leorio: Oiga, ya que ha venido hasta aquí, ¿por qué no se hace un chequeo? Nunca está de más. - Decía mirando a Gon.
-Gon: Oh, está bien.
-Leorio: Muy bien. Killua por favor, bájese de la camilla y Gon, quítate la camiseta y siéntate.
Killua tragó duro. *Gon sin... ¿Camiseta?*
Se bajó de la camilla, y observaba cómo Gon se desvestía mientras el doctor cogía aparatejos para el chequeo.
Seguía mirando a Gon, sus músculos bien definidos y formados, las líneas que formaban sus abdominales y como caía esa V en su cadera desvaneciéndose en sus pantalones. No se dio cuenta de que miraba demasiado hasta que Gon le habló.
-Gon: ¿Te sientes mejor Killua?
-Killua: Mejor que nunca... Digo, e-esto, mejor mejor. - Todavía hablaba raro ya que tenía la nariz taponada.
-Gon: ¡Genial!
No pudieron seguir hablando ya que el doctor había vuelto a la camilla para examinar a Gon. Le hacía todo tipo de pruebas, pero Killua no se molestaba lo más mínimo en ver que hacía el doctor, solo podía centrarse en el cuerpo de Gon y en todos los movimientos que hacía. Cómo se expandían y contraían los músculos con su respiración. Cómo se tensaban con algunas pruebas. Se sonrojó por sus pensamientos y rápidamente se dio la vuelta para disimularlo.
-Leorio: Muy bien, parece que está todo en orden, pueden marcharse. Y cuídate ese golpe chico, que no se te olvide ponerte la pomada todas las noches.
-Gon: Gracias doctor, hasta otra.
Killua ni si quiera se despidió y los dos salieron al patio para el ejercicio matutino, ya habían perdido el tiempo del desayuno.
Mientras corrían el albino se puso a pensar. *Joder, Zoldyck, ¿qué leches te pasa? Te dan un poquito de amor y ya caes como un tonto, no conoces a este chico ni tres días. Maldita sea, tengo que parar esto pero ya.*
-Gon: Hey Killua, ¿estás bien? Estás poniendo caras muy raras.
-Killua: Sí Gon, déjame.
-Gon: Eh... Vale. - Dijo un poco confundido.
Killua estaba realmente frustrado, ¿cómo podía querer estar tan cerca de Gon y a la vez tan lejos? Su debate mental le estaba produciendo dolor de cabeza por el golpe. Cuando acabaron la sesión salió corriendo a las duchas para acabar el primero y descansar, la verdad es que tampoco estaba en condiciones de ver a Gon solo con una toalla en la cintura. Gon no entendía nada.
El moreno terminó de ducharse y entró en la celda encontrándose a Killua acostado.
-Gon: ¿Te duele?
-Killua: Quiero descansar. - Sonó tan cortante que Gon no se atrevió a responder.
Se pensaba que estaba enfadado con él, pero realmente no entendía por qué, ¿acaso había hecho algo malo? No lo sabía, pero quería averiguarlo, de momento dejaría descansar al albino, hoy no parecía tener ganas de hablar.
La hora de comer y Killua seguía acostado sin querer levantarse. Por mucho que Gon insistió en que comiera algo este se negó a mover un músculo. Primera vez que no persuadía al albino. Decidió finalmente salir el solo a comer.
Cuando llegó al sitio encontró a Kurapika y se sentaron juntos. Empezaron a hablar y el rubio se dio cuenta de que a Gon le pasaba algo, estaba muy desanimado para ser él.
-Kurapika: ¿Que ha pasado Gon?
-Gon: ¿Eh? N-nada.
-Kurapika: No tienes por qué mentirme.
-Gon: Uf, es que Killua esta muy raro, no quiere hablar conmigo.
-Kurapika: ¿Dónde está? Tampoco los he visto en el desayuno.
-Gon: Está acostado, esta mañana se ha dado un golpe muy fuerte al levantarse de mi ca... Al levantarse, jejeje, y hemos tenido que ir a la enfermería.
-Kurapika: Ya veo. No te preocupes estará cansado.
-Gon: Tienes razón, gracias Kurapika.
Comieron tranquilamente conversando sobre cosas triviales hasta que se hizo la hora de volver. Se levantaron rumbo a la puerta de salida cuando Gon sin querer tropezó y empujó a un hombre que tenía delante.
-Tipo: ¿¡Pero qué cojones!? - El hombre se dio la vuelta enfadado. - ¡Anda pero si es la perrita del Zoldyck! ¿Dónde te has dejado al amo? ¿No te da lo tuyo y vas buscando por ahí?
-Gon: No soy un perro y no se de qué estás hablando.
-Tipo: ¡Pero si habla! Jajajaja, ¡qué bien te ha enseñado el canoso!
-Gon: ¡No hables así de Killua!
-Tipo: ¿Y si no me da la gana?
-Kurapika: Vámonos Gon, no merece la pena.
-Tipo: Já, eso, hazle caso a tu amiguita y largaos de aquí antes de que me enfade.
Se marcharon de allí, Gon maldiciendo por lo bajo, sabía que podía haberle dado una lección, pero no quería buscar problemas y Kurapika molesto porque le trataron como una chica, pero sabía que era mejor no hacer enemigos ahí.
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