-Go...onn...
-Hnnn...
-G...Gon…
-Hnnnnnn... Cinco minutos ms…
-Gon!
-WAH!
Gon se despert en el suelo, el albino lo haba tirado de la cama.
-Gon: Agh, no haca falta hacer eso. - Dijo sobndose la parte posterior de la cabeza.
-Killua: Claro que haca falta, no te despertabas y es la hora de comer.
-Gon: Waaaaah... Okay... - Dijo bostezando.
Salieron de la celda incorporndose a la fila rumbo al comedor cuando Gon divis a un rubio y sali corriendo hacia l. Killua solo buf y lo mir molesto.
-Gon: Kurapika!
-Kurapika: Ah, buenas Gon.
-Gon: Sabes? Estoy leyendo un libro muy interesante, quiz lo conozcas.
-Kurapika: Bueno, dime cmo se llama.
-Gon: "El perfume", lo conoces?
-Kurapika: Hmm... No la verdad, no me suena. Podras dejrmelo para que lo leyera y yo podra prestarte alguno de mis libros.
-Gon: Suena genial! Pero... El libro no es mo, es de...
Gon ech la vista atrs buscando a Killua en la fila.
-Gon: Ese chico de ah. - Dijo sealndolo.
Kurapika mir en la direccin en la sealaba Gon y en cuanto vio al chico devolvi la mirada al moreno.
-Kurapika: Gon, sabes quin es ese chico verdad?
-Gon: Claro! Es Killua.
-Kurapika: Y sabes lo que ha hecho, verdad?
-Gon: La verdad es que no, no quiso decrmelo.
-Kurapika: Deberas mantenerte alejado de l, no es buena influencia.
-Gon: Pero Kurapika, eso va a ser difcil, compartimos celda.
-Kurapika: De verdad? Lo siento por ti entonces.
-Gon: Por qu...
Cuando Kurapika volvi a mirar, Gon ya no estaba.
No pudo terminar de formular la pregunta pues una mano lo haba agarrado del hombro y lo haba arrastrado a las duchas. Cuando abri los ojos y quiso darse cuenta, tena a Killua delante agarrndole de los hombros y presionndolo contra la pared.
-Killua: Pero qu estabas hablando con el rubio ese? - Dijo con los dientes apretados.
-Gon: Yo, eh, yo vers, es que...
Gon no era capaz de formar una frase coherente con la mirada de Killua posada con furia sobre la suya.
-Killua: Y bien? - Insisti.
-Gon: Es que todos te tienen miedo y yo an no s por qu.
Killua suaviz el agarre un poco al ver que el moreno haca muecas de dolor, pero no lo solt.
-Killua: No quiero que sepas cosas de mi que no te haya contado yo.
-Gon: Est bien, lo siento, es que no entenda. - Dijo agachando la mirada.
El albino lo cogi del mentn y le levant la cabeza para que lo mirara.
-Killua: Esta noche hablamos.
Sin ms solt a Gon y se encamin a la puerta.
-Killua: Te piensas quedar ah pasmado?
-Gon: Ah, eh, voy! - Dijo saliendo detrs del albino hacia el comedor.
Cuando llegaron todos los presos ya haban cogido asiento, as que tendran que compartir mesa s o s. Gon en seguida encontr a Kurapika sentado en una mesa solo.
-Gon: Mira Killua! - Dijo sealando la mesa del rubio.
-Killua: Ni de broma.
-Gon: Pero Killuaaaa... - Dijo con un puchero.
-Killua: Dijo que no era buena influencia. - Se cruz de brazos y apart la mirada molesto.
-Gon: Pero eso es porque an no te conoceeee... - Dijo exagerando ms el puchero.
-Killua: Ms razn para no querer acercarme, me juzga sin conocerme.
-Gon: Venga por fi Killua, por fi por fi...
-Killua: Aaaah... Dios, est bien, vamos. - Dijo poniendo los ojos en blanco.
-Gon: S! - Dijo con cara triunfante y sonriente.
Los dos chicos recogieron su comida y se acercaron a la mesa del rubio. En cuanto ste se dio cuenta alz la mirada y la puso sobre Killua, un poco sorprendido. Gon salud a Kurapika y se sent con una sonrisa a su lado y el albino se sent en frente, observndolos. Realmente no estaba escuchando lo que decan, solo los miraba.
.
.
.
-Gon: Verdad Killua?
-Killua: ...
-Gon: Killua?
-Killua: ...
-Gon: Killua!
-Killua: EH? Qu, qu pasa?
Gon mir a Killua con un poco de molestia al darse cuenta de que no lo estaba escuchando.
-Gon: Le deca a Kurapika que...
En cuanto escuch el nombre se puso a divagar en sus pensamientos.
-Killua: *Hmm, as que se llama Kurapika, quiz tenga que darle una leccin por tocar algo que es mo. Podra cortarlo en cachitos o quiz haga una visita por la noche o...
-Gon: KILLUA!
-Killua: AH, perdn, perdn. *Espera... Yo pidiendo perdn...?*
-Gon: Le dejas tu libro a Kurapika verdad?
-Killua: Qu libro?
Gon se frot el puente de la nariz frustrado.
-Gon: "El perfume".
-Killua: Mi libro!? - Dijo levantando la voz.
-Kurapika: No tienes que hacerlo si no quieres. - Dijo sonrindole tiernamente.
-Killua: La verdad es que no quiero.
-Kurapika: En ese caso no te preocupes, no pasa...
-Killua: No sin algo a cambio, otro libro, el que yo elija. - Dijo cortando la frase de Kurapika.
-Kurapika: Claro, el que t quieras.
-Gon: Perfecto entonces! Pero Kurapika vas a tener que esperar a que acabe yo de leerlo, jejeje.
-Kurapika: Por supuesto, no hay prisa.
Terminaron de comer y los enviaron al patio para un descanso. Como la otra vez, Gon y Kurapika se sentaron en las gradas, pero Killua se qued de pie frente a ellos.
-Killua: Tengo que resolver un asunto, ahora vuelvo.
-Gon: Okay! Te esperamos aqu Killua. - Dijo para volverse a hablar con el rubio.
Killua le ech un ltimo vistazo a los dos y se fue de all dejndolos con su conversacin, que casualmente siempre era de libros.
Busco con la mirada al pelirrojo. Lo encontr hablando con un par de tipos, uno delgaducho con coleta y otro ms grande que un armario. Nobunaga y... Frankenstein? No, no era as, pero la verdad es que el tipo se le pareca mucho. Le hizo una sea a Lion para que se acercara. Cuanto estuvieron suficientemente alejados habl.
-Killua: Necesito mercanca.
-Lion: Qu es esta vez?
-Killua: Pastillita azul. - Dijo poniendo una sonrisa ladeada que esconda de todo menos bondad.
.
.
.
-Gon Ese suena bien! Me gustara leer ese!
-Kurapika: Genial, pues en cuanto te acabes el que ests leyendo te lo presto.
-Gon: Guay! Ah Killua, ya ests de vuelta Conseguiste solucionar el asunto? - Dijo viendo como se acercaba el albino.
-Killua: Est en proceso de resolverse, queda poco. Y nos estn llamando, es hora de volver. - Dijo lanzndole una fugaz mirada al rubio.
Ya por la noche Killua y Gon se encontraban cada uno en sus respectivas camas. Gon segua leyendo el libro que tanto le enganch mientras que Killua miraba al techo como de costumbre, maquinando algo seguramente.
Cuando ya estaba bien entrada la noche, Gon dej el libro en la estantera y se volvi a acostar.
-Gon: Oye Killua.
-Killua: S?
-Gon: Me lo puedes contar ya?
-Killua: Aaaah... - Suspir. - Est bien.
El albino se baj de su cama y se sent en el borde de la de Gon, sin mirarle.
-Killua: Prometes no odiarme ni tenerme miedo como los dems?
-Gon: Claro que no Killua! Somos amigos.
Se sobresalt al or esa palabra. Amigo... Su primer amigo.
Suspir y empez a hablar.
-Killua: Vers, yo pertenezco a una familia de asesinos, los Zoldyck. Hemos salido en peridicos, televisiones, redes... Somos famosos en todo el mundo. Ninguno nunca a pisado la crcel, excepto ahora claro, porque las autoridades tiemblan solo con or nuestro apellido. Soy el tercero de cinco hermanos, el supuesto heredero por mis capacidades. Desde pequeo he estado sufriendo torturas, trabajos forzosos y he presenciado ms asesinatos de los que recuerdo. A los seis aos ya estaba combatiendo en La Arena del Cielo, obligado a llegar hasta el piso 200, o no poda regresar a casa. En mi estancia all, estuve vigilado las 24 horas del da. Me he vuelto inmune a algunas cosas, como el veneno, que fue parte de mi entrenamiento. Nunca he salido de mi mansin para algo que no fuera trabajo, por lo tanto no he tenido contacto con ninguna otra persona de mi edad, y menos un amigo, mis padres pensaban que sera una distraccin, un punto dbil en mi vida. Un da decid romper los esquemas que tenan mis padres para mi futuro, toda mi vida estaba planeada ya. Yo no quera eso, no quera seguir ms rdenes, no quera seguir asesinando. Me escap de casa a los 18, huyendo de mi hermano Illumi, el mayor de los cinco, y de mi familia, hasta que decidieron dejarme en paz, cosa que agradezco todos los das. Me arrepiento en gran parte por haber dejado a mi pequea hermana Alluka con esos monstruos, la nica de mis hermanos que me quiso y me ayud cuando ms lo necesitaba, algn da la sacar de all, lo prometo. Como mi familia ya no me reconoca como su hijo, en cuanto fue anunciada la noticia oficialmente me arrestaron por asesinato. Llevo dos aos aqu ya, en realidad, estoy condenado a cadena perpetua. No quera que te lo contase ninguna otra persona porque solo saben lo que han contado en las noticias, y ah solo cuentan lo que quieren y les conviene, por fuera todo se ve distinto, pero cuando lo vives es otra historia. Y bueno, eso es todo.
En cuanto acab sinti unos brazos rodendole por la cintura y una cabeza apoyada en su espalda. Podra jurar que sinti una lgrima secarse en ella.
-Killua: Que no me has odo? Soy un asesino, no me desprecias?
-Gon: Killua, todo fue en contra de tu voluntad, fuiste muy fuerte enfrentndose as a tu familia y saliendo de esa vida. De verdad siento todo lo que tuviste que pasar. - Sonaba triste, con la voz rota y temblorosa.
Hizo ms fuerte el agarre, sus palabras se amortiguaban en la espalda del albino.
-Killua: Tranquilo, ya lo he asumido. - Dijo tratando de calmar al moreno.
-Gon: Prometo estar siempre a tu lado Killua.
Killua saba que eso no era verdad, que Gon saldra de all y l se quedara, pero esas palabras le hicieron sentirse... querido por una vez en su vida por alguien que no fuera su adorada hermanita.
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