Todo lo que ha comenzado como un simple momento lleno de felicidad y tranquilidad, se va tornando, transformando… yo diría que deformando en algo que ya luego, no podemos ni sabemos dominar. Así me ocurre a mí, que, lo que había comenzado, desde hace mucho como algo sin sentido, como algo “inofensivo” se fue tornando en algo peor, en algo aterrador y en algo… que realmente ni siquiera yo pensaba que podía llegar a ocurrir, claro, solo era un niño, un mocoso que jugaba con algo que no llegaba a comprender bien, ignorando “la realidad” solo para ver y hacer felices a un grupo limitado de personas cercanas a mi…
Pero es cierto… hay un punto donde todo es diversión y donde, si no es detenido a tiempo, esto se transforma y deforma a una pesadilla de la cual no sabremos escapar… ahora que veo el caos y el fuego, humanos peleando contra nuestros espers, es que comprendo todo… que mas allá de los juegos de niños, el mundo no iba a admitir tan fácilmente a seres como nosotros…
Pero me estoy saliendo mucho de la historia… antes de que todo llegara a esto, hubo una historia más que contar…
~Inocentes Juegos~
-¡gatito esponjoso! ¡date prisa o llegamos tarde a clases!- escuchamos desde la casa, yo salte por fin del guardarropa que tenia y baje corriendo encontrando a mi familia, todos tranquilamente yendo de un lado para el otro, yo, por supuesto corriendo, aunque, si notaba mejor, no encontré a una persona que debía de estar, suspire algo molesto y simplemente pregunte
-¿Héctor ya se fue?- mi madre, sin siquiera voltear a verme asintió a mis preguntas dejando por fin mi plato en la mesa, suspire cansado y solo tome una tostada de pan con nutella y salí corriendo sin despedirme de nadie
A la salida de mi casa, casi a punto de tumbar la puerta de la misma lo encontré, a mi mejor amigo de toda la vida, mi alma gemela y mi compañero hasta para la misma existencia, me veía con un ligero puchero pero ignorando esto, ambos comenzamos a correr
-¿tan agotadora fue la noche pasada?- me pregunto con verdadero interés llegando a mi lado, yo lo vi y sonreí de medio lado
-no tienes idea, me demore algo en poder terminar de arreglar al señor zanahoria, lo dejaron muy mal esta vez… ese idiota de Héctor cree que no me canso de arreglar a nuestras creaciones, pero en fin- respondí, mi amigo Dante rio y seguimos corriendo, en pequeñas carreras, claro, compartiendo la tostada para comer algo entre los 2 pues apostaba que Dan “así le digo yo” ni siquiera habría desayunado tampoco
Mi nombre es Jack Kaiser, de 15 años, tengo el cabello negro azabache tocando algunas puntas mi cuello, ondulado, más que nada dividido en gajos, ojos café oscuro y piel morena, soy una persona demasiado común en cuanto a mis facciones, no soy atlético y menos soy el mejor en las clases, aunque por lo menos no repruebo, el chico a mi lado, que corre conmigo y come de la misma comida que yo, es Dante Ushira, de 15 años, cabello pelirrojo como el fuego mismo, tan largo que le llega un poco debajo de sus hombros pero despeinado y lacio, de ojos verde intenso y piel lechosa mucho más delgado que yo y casi enfermizo pero de todos modos a mi lado como siempre, irónicamente algo mas atlético que yo
Dan y yo vivimos en un mundo bastante complicado para ser explicado… nuestro… “mundo” es algo especial y curioso, no es la gran cosa pero, como si se tratase de un mundo de super héroes y villanos... me encuentro con una situación intrigante… aquí, existen los que son conocidos como super humanos… los científicos nos llaman “espers” seres humanos con poderes especiales, algunos “supers” y otros… sin verdadero sentido
-¡corre, corre, corre, corre!- me grita Dan logrando llegar a la escuela, pero no conformes con ello, tratando de poder llegar hasta nuestro salón… corremos, de un milagro logramos llegar, solo para encontrarnos con la sorpresa de que el profesor ya esta, pasamos lo mas callados que podemos y al final nos sentamos cuando él nos mira de ese modo molesto… damos gracias que no dice nada, solo nos ordena sentarnos en silencio
Es… extraño este mundo en el que vivimos, aquí, es tan natural que hayan super héroes y super villanos malvados pero… en esta ciudad tan aburrida en la que vivimos mi querido amigo y yo, no hay nada de ello tan interesante… bueno, casi no…
-¿no ya es hora de que empiecen los juegos?- pregunta Dan en un suave susurro, lo miro y sonrió de medio lado
-¿tanto detestas la clase de español?- le pregunto divertido, notando un leve puchero y luego una mirada de cachorro perdido que siempre me ha matado, sonrió divertido y extiendo mi mano para que el la tome, reímos macabramente ambos, aun comiendo nuestro almuerzo, después de todo, nos encontramos en el receso entre las clases
-… ¿Qué deberíamos de hacer esta vez?- le pregunto al verlo tan centrado, nos vemos y pensamos otro poco mas…
-hamm… ¡¿Qué te parece atacar el centro comercial?!- me pregunta con esa maliciosa sonrisa que por momentos se torna tan inocente como la mía, lo observo con emoción
-¡qué buena idea! Hace tiempo que no vamos para allá- dicho esto, y estando ambos de acuerdo con la idea cerramos nuestros ojos, concentrándonos, el tiempo pasa, de un momento a otro los gritos y el terror comienzan, abrimos nuestros ojos, las sirenas comienzan a sonar, se nos obliga a salir de la escuela he ir a un refugio, mientras corremos, mi amigo Dan y yo aun tomados de la mano, podemos ver como a lo lejos se encuentran un grupo de 4 personas reunidas a lo lejos y moviéndose a una increíble velocidad…
Si, en este mundo todo es demasiado “aburrido y normal” exceptuando un detalle…
Mis padres no son tan normales como yo…
-lo mejor será acercarnos- respondo en murmullos para Dan quien me mira y asiente, ahora es él quien parece que jala conmigo, corremos entre ambos para poder llegar al centro comercial que comienza a mostrarse destruido, nos mantenemos ocultos en un buen lugar para no ser vistos, a lo lejos podemos verlo… un hombre moreno, muy moreno de tal vez poco mas de 36 años, de ojos café oscuro casi negros y cabello negro bastante grueso aunque con corte en casquete corto, solo pocos saben el verdadero nombre de aquel hombre que porta un traje de super héroe…
-¡corre!- escucho el comentario de Dan, antes de poder decir algo siento como soy jalado por su mano y llevado hasta escondernos detrás de los baños, nos vemos a los ojos y el suspira aliviado
-otro poco y nos veía tu madre- aquel comentario hace que ría un poco por lo cómico que puede llegar a sonar y le agradezco
Regresamos lentamente hasta las afueras del edificio donde nos encontramos, revolviéndonos con la gente para pasar inadvertidos, podemos observar como aquel hombre, aquel al que conoce el mundo como “El grande” y valla que tiene sentido, su cuerpo es fornido, musculoso y bien delineado aun para su edad, además de tener una voz gruesa y autoritaria… lo sé, la conozco de toda mi vida…
A los pocos segundos vemos llegar a una mujer que vuela, de cabellos castaños color al chocolate, de cuerpo delgado pero bien dotado, con capa y antifaz típico de los super héroes, una mujer de piel algo mas cremosa y de ojos chocolate, de 34 años y con un carácter tal vez más rudo que el de “el grande”… una hermosa mujer mejor conocida como “lady viento”
Aparece entre los cielos, ayudando a El grande a poder derrotar a lo que parece ser un gigantesco conejo con cuerpo humanoide y con astas en vez de orejas, eso sí, escupe fuego y con mirada carmesí y esponjoso cuerpo blanco gruñe como un león, aferro mas la mano de Dan a la mía mientras observo a aquella criatura y posteriormente, aquel ser da un gigantesco salto hasta poder llegar al otro lado de donde se encuentran todos los espectadores, entre ellos, estamos nosotros
-creo que fue una mala idea venir- susurra Dan, asiento al notar que aquellos super héroes nos han visto a ambos y comenzamos a correr para tratar de volver a la escuela, por suerte o desgracia aparece aquel gran conejo atacando y de un momento a otro frente nuestro, al parecer el super héroe lo ha golpeado con tanta fuerza que ha caído su cuerpo frente nuestro, otro poco y nos aplasta, no es para menos, su gran tamaño demuestra ser de tal vez poco mas de 3 metros, tragamos duro mi amigo y yo observándonos, a los pocos segundos una gruesa capa de hielo encierra a la criatura mostrando su rostro congelado, al ver a un costado podemos ver a un último joven, aparenta nuestra edad pero es más joven…
De cabellos negros cortos, casi en un corte mohicano que desea hacerse pero no le dejan, su corte es más un casquete corto, cabellos negros azabache aunque con toques rojizos, de ojos chocolate y piel cremosa, de mirada fiera y con el poder del fuego y del hielo en perfecta armonía… por supuesto, igual que los otros 3 héroes, con un traje de super héroe y antifaz que cubre su verdadera identidad… este chico, de tan solo 14 años me mira fieramente y antes de decir algo se marcha junto a la pareja de héroes…
-creo… que estamos en serios problemas gatito esponjoso- escucho tiempo más tarde la voz de Dan, al verlo, suspiro derrotado
-algo peor que eso conejito esponjoso de azúcar- menciono, al final, nos soltamos las manos y comenzamos a caminar lentamente de regreso a la escuela… lo más seguro es que no habrá nadie pero tenemos que volver por nuestros útiles escolares o estaremos aun peor que a como estaremos en un par de horas…
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-¡¿Qué diablos hacías en la zona de conflictos Jack?!- me grita mi padre molesto, yo solo desvió la mirada incomodo… les había dicho que mis padres eran diferentes a mi… pues he aquí la razón…
-solo quería ver como acababan con el enemigo… papá- respondo por lo bajo, ya sabiendo que haría enfadar aun mas a mis padres
-pudiste haber muerto cuando el monstruo casi les cae encima a tu amigo gay y a ti- menciona molesto Héctor, me freno unos momentos y giro a verlo, tomado lo primero que tengo en la mano, solo un plato que le lanzo directo a la cara, sin embargo, como algo muy común, Héctor lo ha congelado… si… Héctor es el héroe que la ciudad conoce como “Dual”, mi madre, es “lady viento” y mi padre… “El grande”… así es… soy el hijo mayor de las grandes personalidades que salvan día con día nuestra ciudad… y yo… soy el imbécil que no tiene poderes… pero no me iba a quedar callado solo porque si
-¿a ti que más te da que Dan y yo seamos homosexuales? ¿te afecta? ¿te daña? ¿te da que estas interesado en Dan? Pues te digo que no eres su tipo en todo caso maldito mocoso- respondo molesto, si… peleas como estas son muy comunes entre nosotros diario…
-suficiente ustedes dos- ordena mi madre, la observo molesto y desvió la mirada
-claro, soy parte de la culpa pero a Héctor no le dicen nada por ser el “hijo prodigio”- Héctor me mira superior mientras tengo deseos de ir a partirle la cara, tomo otro plato, sintiendo como mi padre sujeta mi muñeca esta vez, trato de liberarme sin éxito alguno, viendo como el otro me mira superior pero molesto
-no es mi culpa que tu no tengas poderes Jack y tampoco tengo intereses en tu amiguito cobarde y menos en ti- bien, aquel plato que aun sostengo lo tomo con la otra mano y lo lanzo, esta vez aunque Héctor ocupa su fuego para lanzarlo a mí, termina lastimándolo, escucho el grito de mis padres, a Héctor lo regañan y a mí me mandan a mi habitación sin cenar… gruño molesto, pero al final hago lo que me mandan mientras mis padres se quedan regañando a Héctor
Al entrar en mi habitación me encierro con llave, no tengo deseos de ver a nadie, saco de debajo de mi cama una caja de madera barnizada y sin adornos, ya algo vieja y rota de las partes metálicas pero aun útil, al abrirla puedo ver hilos de varios colores, agujas de diferentes tamaños, telas cortadas y en especial, algo que nadie más puede ver, solo yo… se trata de un grupo de pequeños peluches cosidos en fieltro de diversos colores…
Para cualquier idiota que los viera, vería solo cosas sin sentido, hechas por algún imbécil que no sabe usar una aguja ni hilo… pero para mí y para Dan, esto es algo más que eso… son nuestros primeros trabajos y nuestros primeros lazos… sonrió suavemente, tomo hilo negro, una aguja fina para terciopelo y finalmente vuelvo a cerrar la caja y guardarla debajo de mi cama una vez más, me levanto con tranquilidad, respirando hondamente y luego caminando hasta poder llegar a mi escritorio, al sentarme en el puedo verlo oculto
Estiro mi mano, de entre un grupo de papeles y cajas pequeñas de cartón se encuentra un pequeño peluche, no más grande que mi mano, hecho de fieltro blanco, con forma deforme de un intento de conejo, con astas cafés y roto en varios lugares, sonrió con algo de tristeza y lo dejo cuidadosamente en donde me encuentro, es hora ya, ensarto la aguja junto al hilo y corto una buena porción, al unirlo comienzo a coser el pequeño peluche frente a mis ojos
-valla, ese bastardo no tuvo piedad contigo ¿verdad? Si, es un animal bruto sin sentimientos… seré cuidadoso para no lastimarte mucho ¿está bien pequeño? Trata de ser fuerte- comienzo a hablar con aquel peluche, cosiendo con cuidado de dejarlo lo más idéntico posible a como estaba antes del inicio, suspirando cansado y luego yendo a mis recuerdos…
Aun es molesto saber que “ellos” creen que no tengo poderes y aun más molesto es ver como todos tratan de fingir algo que no son… todos “nosotros” tratamos de fingir ser lo que no somos… ellos tratan de ser “normales” pero la verdad es que es lo último que somos… mi padre tiene super fuerza, una fuerza inhumana digna de un esper de su nivel… mi madre puede volar por los cielos y tiene una vista de halcón, luego de ellos sigo yo, el chico homosexual que no tiene poderes, que no sabe hacer nada bien por si mismo… el chico que aunque es el mayor no sirve para nada… y después de mi, sigue el…
Héctor pese a su edad (solo un año más joven que yo) es mas aplicado en las materias, yo no soy de matarme ni de quemarme las pestañas en los estudios pero el sí, saca demasiadas buenas calificaciones, por lo regular solo 9 y 10 en todo lo que hace, yo a duras penas puedo aprobar con un máximo de 7 en las clases y ni se diga de los exámenes… muchos alegan que es un milagro que siga aprobando o tal vez que los maestros me tienen lastima…
Claro, Héctor va con medalla honoraria por tan buen historial académico, yo… soy el fenómeno que es milagro que pueda pasar, es listo, es bastante atlético, le gusta ir siempre en bicicleta y es buen peleador, a veces es un tsundere sin motivos pero es “bueno” en lo que hace… yo soy todo lo contrario, torpe, despistado, no se defenderme ni nada por el estilo… para lo único que soy bueno es con hilo y aguja… soy hábil con las manualidades, me gusta la música y soy demasiado soñador…
Pero parece que Héctor tiene algo en nuestra contra, digo, de Dante y mía por su forma de tratarnos… nosotros, desde que éramos pequeños hemos sabido de nuestra orientación, de nuestro afecto hacia los chicos y no hacia las chicas, claro, los niños eran más gentiles mientras que las niñas siempre se burlaron de nosotros 2… a Dan lo conozco de toda mi vida, en serio, casi, podría conocerlo desde aun antes de nacer; nuestras madres son amigas desde que nos mudamos a esta ciudad, en ese entonces yo aun no nacía, así que se conocen desde hace poco…
Cuando estuvieron embarazadas estuvieron juntas, cuando nacieron igual, cuando Dan y yo nos conocimos, ya éramos vecinos, Dan vive a 3 casas frente a la nuestra y también, es mi alma gemela… no diré que el alma gemela es algo así como tu pareja, hemos leído que puede ser tu hermano, tu mejor amigo, tu primo, incluso alguno de tus padres tu alma gemela, que, el lazo que comparten no es un lazo “amoroso” sino un lazo, que difícilmente se rompe, así que, Dan y yo somos nuestra alma gemela, claro, ambos somos un par de ukes, tal vez yo lo soy más que Dan pero ¿Qué importa?
Es irónico y divertido, por que los padres de Dan son también super héroes, solo que ellos casi no se muestran, ellos están retirados y luchan, igual que mis padres, por tener una vida normal… fingen ser normales, aunque ignoro aun que clase de poderes tengan ellos… lo divertido de todo esto, es que, aunque Dan es hijo único, sus padres tenían la esperanza de que saliera con grandes poderes que nadie más pudiera comparar… pero con el pasar de los años, se dieron cuenta que ni Dan ni yo poseemos esos “grandes poderes sorprendentes” que eran esperados… Dan y yo… éramos solo Dan y yo…
No habían poderes especiales, no habían habilidades únicas… éramos, un par de adolescentes comunes y corrientes, sin poderes, ni habilidades especiales… éramos más comunes que corrientes y eso, fue la decepción de nuestras familias aunque siempre aleguen lo contrario. Dan y yo sabemos que somos una decepción y no nos importa… porque seguimos siendo notros mismos y no hay nada que nos haga cambiar eso jamás…
-hu?- mis pensamientos son interrumpidos al escuchar el sonido de mi celular, al verlo, puedo ve un mensaje del facebook, al abrirlo me encuentro con Dan conectado, solo dándome un mensaje
“entra a las video llamadas” es todo lo que dice, suspiro, ya he terminado a mi amigo el peluche, así que, dejándolo a un lado prendo mi computadora y me dirijo directamente a internet y luego a las video llamadas, en cuanto entro, puedo ver a Dan ya conectado
-¿Cómo te fue?- me pregunta apenas nos vemos las caras, bajo la mirada con una media sonrisa, se que a él no puedo engañarlo pero no me da la gana desahogarme con el
-el imbécil de Héctor otra vez- es todo lo que digo, el asiente a mis palabras y desvía la mirada
-bueno, veámoslo por el lado amable… hoy fue otro gran día para los pecadores- me guiñe el ojo y no puedo evitar soltar una risa sintiendo a sus palabras
-¿y a ti no te regañaron?- le pregunto de inmediato, el solo muestra un gesto aburrido y niega mientras mueve una de sus manos como si tratara de apartar un mosquito del frente de su mirada
-soy tan rudo… que termine castigado una semana sin televisión… pyon- ahora comienza a llorar, no puedo evitarlo y rio ante su comentario para luego dar el pésame
-por lo menos no cancelaron nuestra cita de mañana… no quiero que haya más problemas después de todo y, ya es hora de mostrar al conejo de Alicia- rio inclinado mi rostro, Dan sonríe también asintiendo a mis palabras y así, me permito olvidarme de todo lo ocurrido con mi familia para centrarme a pasar el rato con Dan en una agradable charla entre buenos amigos sobre las banalidades de la vida misma
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-¡ya me voy!- grito aun antes de bajar por completo por las escaleras
-típico, te vas con Dante y madrugas- escucho a lo lejos el fastidioso comentario de Héctor, lo miro molesto y es mi turno para mostrarme superior a el
-no llores por que prefiera estar con el que con una basura como tu- dicho esto salgo, ni siquiera tengo intereses en desayunar, ya llevo algo en la mochila, una vez saliendo de mi casa, escuchando la maldición de mi propio hermano, comienzo a correr, en la acera de enfrente, 3 casas en dirección a la escuela puedo ver la casa de mi querido amigo Dan, toco 3 veces como si se tratase de alguna canción y la puerta es abierta, puedo ver a Dan sonriéndome como de costumbre y haciéndose a un lado
-pasa, pasa ¿ya desayunaste?- me pregunta apenas entro
-aun no, salí antes de que Héctor comenzara a fastidiarme el día- le explique, el sonríe y golpea suavemente mi hombro, me lleva por el corredor que yo bien conozco y por fin aparecemos en su comedor donde está servido para todos
-buenos días- respondo a los padres de Dan quienes por igual me saludan, ellos ya han terminado su desayuno pero aun así veo que se despiden de mi y de su hijo, ellos trabajan juntos en una empresa así que casi nunca están y casi siempre llegan tarde (los días que llegan claro está)
-vamos, siéntate que no tenemos tiempo- escucho a Dan, al sentarme ambos desayunamos rápido, entre pequeñas charlas y comentarios, comparando respuestas de otras tareas atrasadas y finalmente saliendo con el tiempo justo para poder llegar a la escuela
-por cierto, al final como le vamos a poner a nuestro pequeño amigo- le pregunto a Dan una vez que nos encontramos en la escuela sentados esperando a que llegue el maestro en turno, Dan se lo piensa un poco pero al final con una media sonrisa comienza a burlarse
-¡el destructor!- lo miro y muevo mi cabeza de un lado para el otro
-mm más o menos… no me gusta…- le digo, el hace un puchero y se cruza de brazos comenzando a pensar en diferentes nombres
-no podemos ponerle el sombrerero loco… ni Alicia… ni la reina de corazones- menciona el haciendo pucheros y centrado a más no poder por saber que hacer al respecto, suspiro derrotado también y me dejo caer en la mesa cansado
-¡ya se!- grita el haciéndome saltar en mi lugar, lo observo sorprendido y luego molesto, dispuesto a gritarle que no me grite para no asustarme pero él me mira de medio lado con esa sonrisa que muestra sus oscuras intenciones
-¿Qué tal Blabit-sama?- pregunta ahora con brillos en sus ojos y triunfal, lo miro con una ceja enarcada… bien, no es del todo un nombre de mi gusto pero… podría funcionar… no se escuchaba idiota, ni esponjoso ni adorable…
-hamm… si, por que no… ¡eres un genio Dan!- le grito emocionado y con brillos en mis ojos ante su gran e increíble revelación, el sonríe superiormente como si hubiera salvado la vida de alguien y reímos, aunque por fin ha llegado el profesor y nos ha mandado a callar y a sentar por supuesto… buu…
Del día llega la noche y en las noches las cosas se ponen interesantes para nosotros… ya estando en la casa de Dan podemos estar solos, sus padres hoy harían un viaje de negocios y no volverían sino hasta dentro de 4 días mas tarde, así que estábamos solos Dan y yo en su casa… una vez terminando de cenar, con todo perfectamente cerrado y viéndonos con miradas cómplices nos encerramos bajo llave en su habitación, nos miramos a los ojos y sonreímos
-ya es hora de comenzar esto- respondo, el asiente a mis palabras y comenzamos, nos tomamos de las manos, nos vemos a los ojos y acercándonos peligrosamente unimos nuestras frentes con ojos cerrados suavemente
-será alto, hablara con elegancia y se parara como tal- escucho sus palabras
-será el genio tras las mascaras y los asaltos, tendrá una increíble velocidad, una astucia burlona ¡y será un seme que se respete!- grito al final con algo de emoción, escucho la suave risa de parte de Dan y su asentimiento, regresando a centrarnos en lo que hacemos, continuamos con nuestro momento
-podrá sostenerse en el aire sin necesidad de alas, podrá mandar a los demás y tendrá la fuerza para protegerlos- escucho sus palabras de Dan imaginando ya a nuestro ser
-su nombre será Blabit y será quien tome el titulo del villano central de todos nuestros atentados- sonreí, al fin abrimos nuestros ojos y sonreímos divertidos, bajo nuestras miradas, entre mis piernas, recargado sobre estas encontramos un pequeño conejo un poco más grande que mi mano, un conejo blanco vestido de traje casi como si fuera un mayordomo pero con una rosa en uno de sus bolsillos haciéndolo ver terriblemente apuesto, de ojos carmesí y sus orejas hacia atrás, realmente elegante
Luego de observarlo por otro tiempo mas, comenzamos a notar cómo se elevaba por los cielos, moviendo su cuerpo lentamente y de un momento a otro pestañeando con esos ojos carmesí, Dan y yo abrimos nuestros ojos emocionados y vimos como aquel pequeño cuerpo mal hecho comenzaba a crecer rápidamente dejando ver un cuerpo de humano pero con un rostro más parecido al de un conejo blanco, al vernos se inclino respetuosamente frente nuestro
-buenas noches mis señores, un placer poder conocerlos al fin- le escuchamos y vimos como tendía sus manos hacia ambos, Dan y yo las tomamos sin temer y fuimos ayudados por este nuevo muñeco para levantarnos, sonreímos divertidos y luego a nuestra pequeña creación
-¿Cómo te sientes Blabit? ¿Puedes moverte a voluntad?- pregunte en cuanto nos vimos a los ojos, el asintió tranquilo a mi pregunta moviendo partes de su cuerpo unos momentos y luego miro a Dan
-¿Cómo se siente tu nuevo cuerpo Blabit?- pregunto el
-es… interesante conocerlo… si me permiten expresarme… es un gran honor para mí que confíen en mi una responsabilidad tan grande como esta- comenzó a hablar, ambos sonreímos divertidos y negamos
-confiamos en ti tanto como tu confías en nosotros- respondió Dan, lo observe con confianza dándole la razón a todas sus palabras, una vez acabando las presentaciones, comenzamos con nuestro plan…
-bien, es hora de comenzar con nuestro inocente juego- sonreí divertido, dejando aparecer de diversos lugares diferentes peluches semi deformes los cuales comenzaron a rodearnos…
-es hora de que aparezca el villano central Blabit-sama- sonreí macabramente… era hora de comentar como aparecería nuestro villano detrás de todos los demás…