Los dias pasaban uno tras otro para los dos actores, practicas y grabaciones diarias, cenas, citas, entrevistas, ambos atareados para que la serie saliera a flote, no únicamente por su propia fama que les daría audiencia si no por que en realidad tuviera la calidad que se espera para la producción.
Aún asi, el día mas temido para ambos actores estaba por llegar, habían decidido que el ultimo capítulo seria grabado aquella semana, por quitarlo de encima dado que según el director seria uno de los mas conflictivos y en el que les costaría mas actuar, todo por un simple y misero beso en la ultima escena, como cierre de temporada.
Un misero beso que estaba dejando a ambos actores sin sueño, con miedo.
Por una parte el azabache sabia que un beso es poco, y como le gustara aquel contacto no se podría contener, cosa que si ocurria conseguiría que no pudiera mirar al actor rubio otra vez.
Por otro lado el rubio, estaba cagado, si el azabache ya se comia la pantalla únicamente con su presencia haciendole destacar, ahora un beso, conseguiría que se borrara por completo la presencia -la poca presencia. - que el rubio mantenía cuando compartian escena.
Y eso no era algo que pasara desapercibido por sus manager, los cuales estaban preocupados, y mas aún cuando ninguno de los dos quería darles una razón de dicha actitud.
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Las horas para dicha grabación se podían contar con los dedos una mano, y con ello los nervios y preocupaciones de ambos aumentaban notablemente.
-Me quieres decir que mierda te pasa de una vez.
-No.
-Kuroo, responde.
-He dicho que no.
-Kuroo, no ves que únicamente quiero ayudarte.
-¿Verlo? Si ¿Que quiera que me ayudes? No podrías.
Contesto por ultimo el azabache mientras desaparecía de su camerino con un portazo tras él, dejando allí a su manager ,Bokuto, con una gran decepción en el rostro.
-Tsukishima, dimelo de una vez.
-Por mucho que repitas el "dimelo" no hará que ocurra, Akāshi, pierdes el tiempo.
-Pero no ves que...
-Si lo ve, pero no quiere tu ayuda, ahora fuera, necesito hablar con él.
Irrumpio una voz en el camerino del rubio, callando la del manager de este, que le miraba, cabreado por la interrupción, pero por otro lado hizo caso de las palabras que el segundo actor le daba saliendo del camerino, con la cabeza alta ante todo y aquella cara de tranquilidad que tenia como predefinida para casi todo el mundo.
El actor cerro la puerta tras este, apoyandose en ella, soltando un suspiro.
-¿Que quieres?-Cuestiono el rubio en cuanto vio aquello.
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Bokuto salia del camerino del actor al que representaba, a paso tranquilo, Kuro era una bala perdida, debía aceptarlo y dejar de preocuparse, después de todo, el no era un niñero ni el actor un bebe pedante y necesitado.
Aún así, no le hacía gracia su actitud y al parecer, no era al único que se preocupaba por lo que sea que le ocurriese a su representado.
-Estoy harto de esa actitud.-Le grito el manager del rubio a Bokuto, hacía quien iba de frente.- Desde hace un par de semanas esta súper raro, tal vez, no debimos haber hecho esta extraña unión, Bokuto-san.
- Sus audiencias están subiendo, y están dando todo en el escenario, no había visto a Kuroo aprenderse los textos y interpretarlos así en todos los años que llevo con él, no le veo lo malo, Akaashi.- Le dijo de vuelta el de cabello blanco mientras se paraba justo delante del otro.
- Tsukishima esta, lo que viene a ser cagado y envidioso de la presencia de tu actor, como tú dices, nunca había visto así a Kei en todo el tiempo que llevo trabajando con él.
-¿Te crees que la envidia solo es de Tsukishima-san? Kuroo, esta igual.
Aquello callo como una jarra de gua fría sobre Akaashi ¿Ambos actores estaban igual? No podía creerlo, era tan confuso todo aquello.
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-Voy a ser rápido.-Dijo el azabache apoyandose contra la cerrada puerta del camerino, armandose de valor, para decir aquello, rápido y conciso.-No se como reaccionare al darte un beso en la grabación, Tsukishima.
Aquello, hizo que el rubio con su expresión-actualmente plana.- cambiara radicalmente, sus ojos se abrieron extrañados y sorprendidos al mismo tiempo, y su boca puso una extraña mueca, a parte de que sus cejas estaban una alzada y la otra por el contrario seguía en su posición normal.
- ¿Qué?
Es lo único que pudo salir de la boca del rubio, que en aquellos momentos estaba en shock.
- Lo que has oído, - Dijo rápido el actor de cabello negro, quería acabar con aquello lo antes posible.-No se como reaccionare al darte un beso, y antes de que pregunte el porque de ello te lo voy a explicar.- Era momento de sincerarse.-Compartir escena contigo, cuanto menos es aterrador, acojona, impacta, parece que te metes en el personaje por completo, como si el Kei Tsukishima, el actor, se borrara por completo dejando ver una persona totalmente distinta y acorde con el personaje que interpretas.-Empezó, dejando lo más importante claro.- Eso me aterra, y para que mentirte ó ocultarte esto, después de mi confesión anterior, también me fascina, de ahí que me haya sentido como un idiota, como un miedica, como un mierdas, me definiria, al no poder ser una persona imparcial en mi trabajo, en el cual se supone soy profesional.
Aquello entro en la cabeza del rubio, se le metió muy a dentro, se quedo con todas y cada una de las palabras, entendiendo el significado en cuanto salía de la boca ajena, en cuanto la información llegaba, él la procesaba, rápido cual rayo, esperando el final.
¿Para que?
Para no saber que responder, por una parte, se sentía alagado por las palabras y por otro, no sabía que pensar al respecto.
- Se...que es muy de sopetón, pero podrías decir algo.- Dijo Kuroo al cabo de unos minutos, los cuales pasaron eternos para él.
Pero en aquel momento ,Tsukishima, no habló, no hizo uso de su boca para soltar unas palabra.
Se había levantando, quedando a escasos centímetros de la boca del otro hombre, apoyando una mano justo en el hueco que hacía curva el hombro y el cuello del azabache, posicionando una de sus piernas al lado de la derecha de Kuroo, y la otra entre medio de las dos del azabache.
Kuroo lo miraba extrañado, por aquella actitud tan repentina, y los movimientos que estaba realizando, sin darle tiempo a procesarlos antes de que los labios de ambos se unieran, gracias al ultimo movimiento del rubio.