Anteriormente:
Kuroo lo miraba extrañado, por aquella actitud tan repentina, y los movimientos que estaba realizando, sin darle tiempo a procesarlos antes de que los labios de ambos se unieran, gracias al ultimo movimiento del rubio.
Ahora:
Kuroo se quedo parado, sin movimiento alguno en su cuerpo, cerebro, con la adrenalina empezando a correr por sus venas, aún así parado, era todo demasiado bonito, perfecto para ser cierto...o eso se decía el azabache justo antes de que sus labios empezaran a reaccionar, moviendo los labios de manera lenta, tanteando el terreno, no quería ni mucho menos ser brusco con el chico, pero en aquel momento, dudaba con toda su alma que aquello fuera posible.
Usaba todo su auto control, para no forzar movimiento más rápidos, vertiginosos, y que no llegaran a quedarse únicamente a un roce de labios.
Cosa, que perdió segundos después, cuando un atrevido Tsukishima, lamio, un tanto provocativo el labio del chico, para posteriormente pegar un pequeño mordisco en el labio del azabache, consiguiendo, con eso, que todo lo que podría haberse quedado en un simple roce, aumentara, y con ello la lujuria del mayor de ambos queriendo tomar el dominio de aquello, haciendo que todo ese "Autocontrol" Se fuera, como se diría bastamente, a la mierda.
En cuanto ese mordisco, llego a su fin, el azabache tomo al rubio de la cintura, empezando a manejar él, como más le gustaba, y a su vez el intercambio de fluidos bucales en esos momentos era bastante, con los continuos movimientos que se iban aumentando con cada movimiento de lengua contra lengua, paladar, o labio ajeno.
Aquello, al menos por parte del azabache ya se había salido de madre, y la verdad, aquello seguramente le daría muy igual en un futuro.
Al final, coloco una mano en el hombro, y con la que ya tenía en la cintura, incrementando un tanto la fuerza del agarre, intercambio posiciones.
El rubio, hizo completamente lo que le mandaban las manos ajenas, y choco un tanto fuerte contra la puerta, en la que anteriormente estaba el de cabellos negros.
Un gemido salió de la garganta del pequeño, de placer, excitado sin lugar a duda por culpa de aquel acto del cual, no se arrepentía, pero no habría empezado, si hubiera sabido que habrían llegado a ese punto, en el que a él, por ejemplo, de una basta manera le sobraba la ropa que llevaba en esos precisos momentos.
Aquello, encendió a Kuroo, más si era posible, mientras apartaba su cabeza del contacto para mirar el rostro ajeno y la roja tez que este poseía en esos momentos. Una sonrisa, triunfante, se asomo en la comisura de sus labios, aquello era ante todo erótico, algo con lo que él estaría encantado de disfrutar.
Y sin moverse de esa posición, dirigió su boca al cuello, para empezar a lamerlo con pequeños movimientos, arriba/abajo, en círculos, en fin, sin un sentido aparente en la sucesión de movimiento.
Kei, estaba sin duda alguna extasiado, como demostraba con los sucesivos gemidos y suspiros que salían de su boca, ante el toque del azabache en su cuello.
Pero hoy, no sería su día, la puerta fue golpeada desde el lado exterior, molestándolos, cortándoles el royo y el "calentón" del momento.
- El rodaje comenzara en diez minutos, empiece a prepararse.
- Cla-claro.- Contesto el rubio, dejando caer su cabeza hacia atrás contra la puerta, desesperándose por momentos mientras el otro actor continuaba propinándole caricias a su cuello con su experta lengua.
No se escucho nada más en el exterior del camerino, lo que hizo que el sofoco que llevaba el rubio encima a causa de eso bajara, a la vez que empujaba de un pequeño empujón al de cabellos azabache, que se quedo un poco parado, para después pasar la lengua por sus labios, y pegarse un mordisco provocativo en el labio inferior.
El rubio se aparto de la puerta, tapándose la boca y acercándose al sofá para hacer uso de este, y sentarse.
-Si quieres repetir o continuar donde lo hemos dejado, no dudes en decírmelo. -Dijo el actor mayor mientras abría la puerta y desaparecía tras ella.
Los diez minutos habían pasado, y ahora mismo ambos se encontraban en medio del decorado, parados delante uno de otro, el rubio totalmente avergonzado, intentando con todas las fuerzas que podía esconder aquello, de cualquier persona ajena a sí mismo. Pero el de cabello negro, Kuroo, le estaba mirando con superioridad, como si pudiera desnudarlo con la mirada, o ya lo tuviera desnudo y a su merced frente a sus ojos, cuando ni siquiera lo había visto sin pantalones.
-¡ACCIÓN! -Grito en aquel momento el director, dando por comenzado el rodaje.
Las cámaras empezaron a apuntarlos, la gente dejo de hablar, y únicamente el ruido de los objetos que tenían algún sentido que hicieran sonido alguno se escuchaba. Y ambos en escena se concentraron, olvidándose por completo de como era su verdadera personalidad y metiéndose en el personaje.
-¡No puedes ser más irresponsable¡!Idiota¡!Y lo más importante, casi consiguen que te maten¡!QUE NOS MATEN, TETSUYA¡ - (N/A: Tetsuya es el nombre para el pj de kuroo, y si es el primero que se me ha venido a la cabeza.)Grito Tsukki, acercándose a Kuroo, a un paso firme y totalmente mostrando el cabreo que tenía en aquellos momentos su personaje, terminando por quedarse a menos de un metro del otro chico tomándole por la corbata, estirando de ella con ganas, cosa que no hacía simplemente por su papel.
En ese mismo momento, kuroo, tomo la mano ajena, la que tenía tomada la corbata, manteniéndola ahí.
-¿Y que si es así?¿Estamos vivos, no es así? Deja de quejarte, estamos bien, Mio, está sana y salva ¿Qué mas necesitas?
Un gran suspiro salió de la boca del actor rubio mientras intentaba soltar la corbata, cosa que no conseguía a causa del agarre del azabache.
-La cosa está en el miedo, el dolor de verte así totalmente indefenso, y aún así lu..luchando.. -Dijo mientras fingía que le fallaba poco a poco la voz, aún que eso no fue lo que primordialmente hizo que se callara, si no, el tirón que le había dado de la mano el otro hombre consiguiendo que ambos quedaran pecho contra pecho.
-Ya ha pasado, Kenji. - Susurro en el oído ajeno el azabache, para después tomar el mentón del rubio, pegando sus rostros poco a poco, mirándolo a los ojos con indecisión para tras un pequeño sonrojo del rubio juntar ambos labios, en un inocente beso, que no llego más allá de un conjunto de caricias de ambas bocas al chocar, separándose al momento. Quedándose a una distancia puente.
-¡CORTÉN! -Se escucho, para que después un aplauso generalizado llenara la sala, rompiendo la tensión entre ambos actores, que rompieron la concentración al momento, ambos se sonrieron, y el azabache le susurro un "gracias" por lo bajo, para después tomarle la mano, con un apretón, cosa que en ningún momento rechazo el rubio.