Era víspera de Navidad y los bomberos habían recibido una llamada de un intento fallido de suicidio, donde 2 jovenes de aproximadamente entre 19 a 23 años estaban involucrados.
Chanyeol se encontraba en una ambulancia echado en una camilla, él no sabía porque estaba allí, para ser exactos, tampoco pensó que fuera necesario. Al parecer se encontraba estable y los paramédicos se sorprendieron cuando vieron al muchacho abrir los ojos, se quitó el inhalador artificial que le habían puesto segundos antes, se levantó de la camilla como si tan solo se hubiera desmayado y no se hubiera caído desde el doceavo piso; era un milagro que aquel chico estuviera vivo siendo aún más extraño que ni siquiera sintiese algo.
—Disculpen, ¿Me pueden dejar bajar?—preguntó Chanyeol a ambos paramédicos que lo miraban extrañados, ambos negaron, le obligaron a quedarse diciendo que debían realizar unos análisis al llegar al hospital, pero el joven Ángel al ver que no lo dejaban salir abrió la puerta de aquel vehículo y salto de este aún estando en movimiento.
La ambulancia paró, ambos paramédicos salieron del vehículo, Chanyeol corrió como desquiciado sin saber porqué lo hacía, pero recordaba que había visto una que otra vez humanos correr tras otros, y al parecer como esos paramédicos estaban enfurecidos y extrañados, era correcto lo que estaba haciendo.
Baekhyun a duras penas podía respirar, aunque era un milagro que se encontrará casi ileso, pero su ataque de asma lo había pillado por sorpresa, dejándolo una vez más indefenso. Recordaba que se había lanzado desde aquel doceavo piso y que no había nadie, absolutamente nadie, ni en los balcones de los pisos de abajo, ni en la acera, y menos un sin fin de almohadas esperándolo abajo, pero inexplicablemente había sobrevivido a una caída del piso 12 y encima acompañado de alguien más. Todo era muy raro, demasiado.
Chanyeol hace un par de minutos había dejado de correr, se sintió cansado por primera vez en su vida, él aún no sabía el significado de cansado, al menos no en carne propia, este era otro tipo de cansancio. El joven Ángel estaba pensado en lo que había hecho y se preguntaba si quizás alguien arriba lo estuviera viendo. —Kyungsoo, ¿Me estás viendo, verdad ? — preguntó en dirección al cielo observando las nubes, en las que un día él estaba.—Se que trataste de advertirme con lo de Minseok pero yo realmente ...¡Minseok!—recordó interrumpiéndose a sí mismo el ángel. —¿Cómo pude olvidarlo?—se cuestionó el mismo—Kyungsoo, siempre en echas una mano—hablo recordando a su amigo, en su voz se podía percatar la nostalgia que sus palabras emanaban pero se obligó a si mismo a olvidar aquello y comenzó a recordar la historia de "Minseok, el ángel que desafió al cielo por amor". —A ver ¿Qué era lo que siempre decían de el?—se cuestionó Chanyeol sentándose en el pasto de un pequeño parque, arrimándose en un árbol para estar más cómodo—Que le gustaba un humano...que se molestó... ¿Pero cuál era la historia? —.
Chanyeol estuvo al rededor de unos cuantos minutos pensando pero nada, ni siquiera una parte de la historia que tantas veces le habían contado y, como si el destino no lo quisiera, una mediana y pesada rama que se había roto de aquel árbol impacto justo en su cabeza, haciendo que el ángel perdiera el conocimiento.
Hace muchos años los ángeles tenían permitido bajar a la tierra y aunque no nos estaba permitido intervenir en sus vidas podíamos obsérvalos y aprender de ellos pero, la humanidad con el tiempo se hizo menos humana y quizás para mala suerte fue en ese entonces cuando a Minseok le tocó bajar a la tierra.
Minseok era muy inocente, fue un ángel que todos estimaban, nunca había hecho nada malo ni siquiera era torpe como algunos ángeles que apenas comenzaban y siempre estaba al servicio de lo que los mayores dictarán pero ese chico cambio todo. Está bien dicho que los ángeles no tienen un sexo definido, todos lo sabemos porque también es cierto que los ángeles no nos podemos enamorar pero, Minseok lo hizo. Quizás fue el tiempo en el que observó a los humanos, al igual que tú, él sentía compasión por un muchacho, él se llamaba Luhan, era un humano cualquiera, era pobre pero feliz.
No fue hasta cuando comenzó la secundaria que todo cambio para el humano, tras la muerte de la madre del muchacho, él fue golpeado muchas veces por sus compañeros, sus notas habían bajado y la vida ya no tenía sentido para él, su madre, la única persona que tenía, lo había abandonado dejándolo solo e indefenso. Fue allí cuándo todo comenzó, él lo había observado desde siempre, era su ángel destinado, sabes que no todos tenemos el privilegio de tener un humano destinado pero Minseok lo tuvo y quizás por eso se enamoro de él, vivir sus alegrías y sus tristezas junto a aquel humano hizo que cuando Luhan tomará la decisión de intentar quitarse la vida, MinSeok trató de hacer lo mismo con la suya.
Nadie sabía aún lo que significaba ser desterrado del cielo, tan solo era un mito, una regla que jamás fue rota, por ello Minseok no sabia la gravedad del asunto hasta que se vio a él mismo como un humano.
Los humanos no son felices, Chanyeol, no lo olvides.
—Ahhh—Chanyeol se quejó tras levantarse de aquel golpe en la cabeza—Kyungsoo, gracias pero recuerda que ahora siento dolor y ese no fue un troncó pequeño.—habló mirando al cielo mientras con su diestra se sobaba la cabeza.
Kyungsoo lo había salvado, como siempre.
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