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A Levi Ackerman no le gusta el alcohol. Ereri por Brauneaugen

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Notas del capitulo:

 

Este fanfic transcurre en la época actual. Levi tiene 37 años y Eren 22. Ambos pertenecen a las fuerzas de auto defensa terrestre de Japón (las cuales llamare ejercito porque sí), a pesar de que ambos tienen ascendencia de distintos lugares (Francia y Alemania, respectivamente). Los demás pertenecen igual al ejército. Levi es el superior de Eren. Ambos están en ¨Descanso¨.

 

 

-Pov Braune-.

 

Al contrario de lo que se pensaría, al ser Levi Ackerman un hombre adulto de treinta cuatro años, los cuales se escuchaban más cortos de lo que en realidad habían sido, a Levi, un capitán del ejército japonés de ascendencia francesa (proveniente de su madre) no le gustaba el alcohol. A veces lo tomaba, claro. Cuando era joven, y un vándalo, le gustaba embriagarse sin importar qué. Esto paró cuando Levi fue reclutado al ejército por, el ahora comandante, Erwin Smith, sin olvidar que pasaron muchas cosas que prefiere no recordar en ese tiempo. 

 

Su madre no estuvo allí para mostrarle que hacer, y su tío fue de gran influencia para que hiciera cosas en su juventud de las que ahora se arrepiente, la minoría. Puede decir que a pesar de todo, no acabó tan mal.

 

El problema con el alcohol ahora era este:

 

Estaba parado frente a la sección de vinos y licores del súper mercado. Intentaba escoger cual llevar a casa. Nunca le importó cual era la marca de lo que bebía, sólo le importaba beber; pero ahora era diferente, quería escoger un vino que tuviera un sabor agradable para un mocoso idiota, el cual iría a su casa a cenar esa noche.

 

Tendría unos meses de descanso del ejército, y se los merecía después de casi seis años sin parar. Lo curioso fue que, Eren, el mocoso del que estaba a cargo, también tendría un descanso, y coincidía con el de él. 

 

Después de horas, días y hasta semanas de rogar, Levi acepto que Eren fuera a cenar a casa del azabache dieron resultado. Levi estaba feliz de que Eren fuera comer a su casa, pero no quería que fuera a la vez; ya que era pésimo cocinando. No quería pedir algo, siendo necio en su intento de cocinar algo que no fuera toxico. Sabía que un vino le daría el último toque a la cena. Quería hacer esto por Eren y lo lograría.

 

No sabía nada del alcohol ni del café, ambos no le interesaban. Sin embargo, podía detectar un buen té y diferenciarlo de una imitación barata con tan solo olerlo. El té es, francamente, la única cosa que Levi puede tomar en días, cosa por la cual sus riñones le pasarían factura. 

Estaba pensando todo cuidadosamente, pero empezaba a frustrarse, cosa normal que siempre pasa cuando no puede hacer algo y aún así quiere continuar con ello. Comenzaba a divagar en busca de una solución al problema que él mismo se había planteado.

 

¨Tal vez si le pongo un poco de vino blanco al té negro sepa bien, o tal vez sepa horrible¨. 

 

¨El más caro es el mejor, ¿no?¨.

 

¨Ninguna etiqueta es llamativa. La mayoría sólo tiene uvas¨.

 

¨Seguro el mocoso no ha probado un vino bueno. No sabrá diferenciarlo si le doy el más barato¨.

 

¨Ya. Éste¨.

 

El azabache tomó el primer vino que pudo, ignorando ese sentimiento de enojo por no saber algo. Caminó hasta su carrito, colocó la botella cuidadosamente en el asiento que usualmente ocuparía un bebe. En ese coche de supermercado habían desde productos de limpieza (Muchos. Enserio, muchos) pasando por las cajas de su té favorito hasta llegar a los ingredientes de la receta más fácil, pero no económica, que encontró en una búsqueda de youtube (Que le preparo a un invitado especial), porque sí, se había atrevido a colocar aquel termino refiriéndose a Eren.

En la fila de la caja pudo apreciar lo que varias personas hacían, sin olvidar de obedecer a esa curiosidad innata por querer ver que compraban los demás. Un niño se estrelló contra su pierna, pues parecía que corría mirando hacia atrás para que alguien más no lo atrapase.

 

-Perdone, señor-. El niño tenía cabellos castaños casi rubios y ojos avellana. Parecía que algo quería recordarle su cena con Eren en cada oportunidad, pues este niño era bastante similar al castaño.

 

-Descuida. No ha pasado nada-. Lo miró, con aquella mueca que él solía llamar sonrisa amable-.

 

El niño que tendría tal vez cinco años volvió a correr. A Levi le gustaban los niños. Uno de sus sueños (aparte de abrir una tienda de té) ha sido tener un hijo. Hay niños que son malcriados, berrinchudos y sucios, pero Levi cree rotundamente que si él tiene uno no será así. Sus firmes creencias sobre la crianza de un niño no vienen de la persona que lo crió, pues esa persona creyó que si dejas a un niño rodeado de un montón de matones es lo mejor. Esa persona pensó que lo mejor sería que aprendiera antes a matar que a leer.

 

La cajera paso los productos bajo el escáner mientras Levi recordaba algunos momentos vagos de su infancia. Siempre creyó que todo hubiera sido mejor con su madre, pero si hubiera sido criado por ella tal vez no sería lo mismo que es ahora, y le gusta como es ahora; aunque algunos le tengan miedo, otros respeto y otros odio. Hay excepciones como Eren, quien siente otro tipo de sentimiento por el azabache. 

 

El cariño era algo que el capitán había experimentado de forma muy pasajera. Cada día de su vida ha soñado con cosas banales que jamás podrá conseguir porque desde el principio eligió seguir un camino que no lo llevaría a eso.

 

Estaba a fuera del supermercado y comenzó a caminar hasta su auto.

 

¨Fila G-10¨, se dijo buscando su coche rentado color rojo, por el cual ni siquiera se molestó en saber qué modelo era y que ventajas o desventajas tenia, se dejó guiar por la recomendación del empleado que lo atendió.

 

Puso la compra en la cajuela, incluida la botella de vino. Comenzó a conducir a su departamento. El sol estaba haciendo que el calor aumentara gradualmente. Los arboles de cerezo que custodiaban las aceras en cada esquina pronto abrirían sus capullos. Hacía poco calor, pero no el clima para llevar una bufanda. Estaba templado y calmo. La música de Bach llenaba los oídos de Levi, el cual tiene un gusto de música que va desde la clásica hasta el metal, pero no esa mierda de música moderna que se escucha por algunos países y que debería de ser destruida, la cual solo sabía que terminaba en ¨on¨. El castaño también había influido en la música que escuchaba. Todo comenzó por un día que llegó diciendo que cuando estuviera libre pusiera el disco que le había dado después del entrenamiento, y así lo hizo.

¨Ese niñato¨, se dijo a pesar de que no era más un niño de quince años como cuando lo conoció. Había crecido tanto física como mentalmente y había tenido la dicha de ver cuando lo hacía, porque así lo consideraba, una dicha. 

 

Paso de tener quince años y medir un metro setenta a tener veintidós y medir un metro ochenta y ocho. Claro, el azabache igual había envejecido, porque crecido ni con un milagro. Ahora tenía treinta y siete y con sus ciento sesenta centímetros, a los cuales quería multiplicar. 

 

Había aparcado su coche en el estacionamiento común, subió por el elevador a su piso. En el pasillo estaba el periódico frente a su puerta y una señora de bastante edad saliendo de la puerta de enfrente. Decidió no saludar y solo ingresar a su piso sin emitir una palabra; siendo tan sociable como siempre. Recordó esas épocas en las que Farlan lo obligaba a ser sociable con los demás. 

 

¨Se sociable, Levi. Por esa cara la gente te tiene miedo. Intenta sonreír un poco¨. 

 

¨Él tiene razón, hermano¨.

 

Dio un suspiro y miro al reloj. Las manecillas le dijeron que eran las tres de la tarde. Eren llegaría a las ocho, aunque era bastante impuntual y probablemente llegaría a las ocho y media. Tendría suficiente tiempo para hacer la cena, cinco horas.

 

¨ ¿La comienzo a preparar ahora? No, tal vez se enfrié. Pero si me espero mucho y me sale mal no tendré tiempo de ir a comprar otros ingredientes repuestos. ¿Qué preferirá Eren, la comida fría o la comida quemada?¨.

 

¨Bah, podre calentarla después¨.

 

Se encamino a la cocina y saco su celular de su bolsillo. Busco el vídeo en youtube y lo reprodujo. Hizo exactamente lo mismo que iba haciendo la tipa del vídeo, poniendo pausa cuando se necesitaba.

 

¨Okey. Primer paso: prender la estufa...

 

¿De dónde se enciende esta mierda?¨.

 

Presionando un botón que estaba al lado de las hornillas se encendió con una luz azul y calentó la estufa, lo cual fue probado con, el ahora quemado, dedo del azabache.

 

Sacó dos filetes, que a diferencia de lo demás ésta la había comprado fresca en una carnicería, y los puso luego de cubrirlos con un poco de especias, en un sartén con aceite suficiente, o demasiado (depende que punto de vista tengas) a fuego medio. Mientras tanto saco el paquete de Rigatoni y los demás ingredientes que ocuparía para el acompañamiento. Subió la intensidad al fuego de los filetes y los removió un poco. En un tazón mezcló: queso ricota y un huevo. En una olla puso agua y la dejó hervir. Volteo los filetes cuando estaban cocidos por un lado y vacío el contenido del paquete de pasta rigatoni en la olla, los cuales retiró luego de tres minutos. A pesar de que un filete estaba comenzando a quemarse y la pasta estaba un poco pegajosa le estaba yendo bien. Después de poner queso parmesano y aceite de oliva se dedicó a acomodar cada rigatoni en un molde para horno (que también había comprado ese día y había lavado obsesivamente cada parte que pudo), olvidándose de los filetes. Les unto la mezcla que había hecho anterior mente, salsa de tomate y los metió al horno, el cual se olvidó de precalentar. Miró los filetes y el humo que desprendían. Los saco del sartén y los puso en un plato, dejando el fuego encendido, les corto la parte quemada y los devolvió a su lugar, probablemente haría eso toda la tarde hasta que solo quedaran milímetros de aquella carne. Los dejó así por un rato y los volteó de costado para que se frieran de todas partes. Saco del horno el pie, unos minutos después de lo recomendado, cosa a la que no le dio mucha importancia, les coloco más parmesano (Enserio, fue demasiado) y mozzarela, para volverá meterlo al horno.

 

Veinte minutos después un orgullosos Levi coloco un filete y una porción de pie en cada plato, el vino lo abriría después. Eran las cuatro y media y había terminado. ¿Qué hacer ahora?, pues es sencillo.

 

Se dirigió a su cuarto de baño. Quería tomar una buena ducha. Estar en el supermercado, tocar un carrito que muchas personas antes ya habían tocado, sin contar esas  cosas cotidianas que olvidas lo sucias que están, lo hacían sentir cubierto de gérmenes y cosas asquerosas que habitan alrededor de todos. Con su ropa sobre un estante, doblada y ordenada, dejo el agua correr un poco hasta que se templó, ingreso y cerró la puerta de plástico azulado transparente con decoraciones de flores y delfines opacos. El agua le dio esa sensación de frescura que solo ella puede dar. Tomó su shampoo y puso un poco de su contenido en su mano cuando sintió que su cabello estaba lo suficiente mojado, para después pasar a dar masajes en su cabeza. Así comenzó su baño.

 

Al contrario de lo que mucha gente piensa, a Levi le gustan las duchas rápidas, pero eficientes. Salió de aquella pequeña habitación rodeado con un poco de vapor mientras una toalla rodeaba su cintura y con otra se secaba el cabello. El tiempo no había transcurrido tan rápido como él quería. Las manecillas apenas se habían movido.

 

Buscó la ropa que se pondría. Se negaba el que estaba nervioso y que quería verse bien para el mocoso. Sinceramente ya se habían visto en sus peores momentos, ya sea de desgracia o al despertar.

 

Su relación había comenzado tiempo atrás, Eren le había confesado que amaba a Levi pocos años después de haber ingresado en una de las escuelas de las fuerzas de autodefensa y ser dejado a cargo de Levi (dos años después). Era obvio que al principio el azabache no lo tomó enserio, pensó que sólo era algo pasajero debido a la inmadurez del castaño, pero resulto no ser así. Un año entero fue lo que tuvo que luchar para que el capitán supiera que era serio con sus sentimientos. A los diecinueve Levi acepto a Eren y sus sentimientos, dejándole en claro que también se había ganado su cariño, pero que no lo tocaría de ninguna forma hasta que tuviera la mayoría de edad, y que por obvias razones, su relación debía mantenerse en secreto. 

Eren descansaba algunas veces, pero Levi nunca lo hacía, hasta esta vez. Decir que se habían visto despertar era por ello simple hecho de que Eren se había convertido en la mano derecha de Levi y por ende dormían en la misma habitación y con camas muy cercanas (con otros soldado, claro). Entonces, ¿sexo? Por supuesto que no. Parecía que el capitán lo estaba evitando Tal vez era por el simple hecho de que jamás había tenido una relación amorosa con un hombre, y Eren se había contenido durante más de cuatro años. 

 

La hora había llegado, o bueno, casi. Levi estaba sentado en su sofá mirando la televisión, un programa de noticias. En cierto punto comenzó a ver la pantalla sin prestar atención. No sabía qué hacer cuando Eren llegara, sería algo nuevo para él. Las cosas sentimentales no eran su fuerte. Nunca tuvo una pareja de cualquier tipo que se amara y cuidara frente a él mientras crecía. Esta cena podría llegar a ser complicada. 

 

El timbre sonó. El capitán se lamentó el hecho de que por primera vez Eren fuera puntual. Manteniendo a raya sus deseos de no abrir la puerta se levantó y la abrió.

 

-¡Capitán!-. Dijo un sonrojado y aparentemente exhausto castaño con un enorme toque de anhelo.- ¡Capitán!-. Volvió a decir, pero esta vez se acercó a Levi para abrazarlo. La cabeza de Levi estaba rodeada por los brazos de Eren mientras su cara estaba enterrada en su pecho. ¨Malditos veintiocho centímetros¨, pensó el azabache-.

 

-Hueles ligeramente a sudor-. Dijo el enano (lo siento, no pude evitarlo) una vez que se separaron, o más bien una vez que Eren liberó a Levi.

 

-Ah, sí. Corrí para llegar a tiempo-. Se rasco la nuca. Sus mejillas estaban coloradas debió al ejercicio. En su hombro izquierdo llevaba una mochila -. No quería llegar tarde. Sé que eso no le gusta.

 

-Oye, ya te dije que olvides las formalidades cuando nadie importante nos esté viendo o escuchando-. El escuchar a Eren hablar de esa forma le hacía sentir viejo, más de lo que era.

-Lo lamento. Es sólo que no estoy acostumbrado a que estemos totalmente solos-. A Levi le cayó cierto peso al escuchar ¨totalmente solos¨.

 

-Maldito idiota. Sólo entra y siéntate en el sofá mientras yo caliento la cena-. Levi se dirigió a la cocina y Eren ingresó-.

 

-Puedes poner el canal que quieras-. Dijo el azabache desde la cocina.

-Sí. Gracias, Capi... Levi-. De verdad le estaba costando adaptarse a llamarlo simplemente Levi-. Emm... ¿Qué cocinó?-. pregunto después de sentarse y tomar el control remoto en sus manos. Sabía por muy buena fuente (Hange) que el azabache no era bueno para cocinar.

 

-Filetes a termino medio y pie de rigatoni-. dijo tomando los platos y metiendo uno al microondas y programandolo a tres minutos.

 

-Oh, suena bien-. Dijo deseando en su interior que fuera comestible y aunque sea un poco sabroso.

 

pero la razón por la que Eren había insistido con tanta urgencia el ir a cenar al apartamento de Levi y no invitarlo a comer, el haber pedido cenar y no comer, el haber situado la cena a las ocho y no mas temprano era porque él no quería comer...

 

O bueno, se quería comer a Levi si eso contaba. Así es, en la mochila que el castaño cargaba en su hombro trae las cosas que el creyó adecuadas para por fin hacer al capitán suyo. Rabia planeado esto desde hace mucho tiempo, repasando el plan y mejorandolo una y otra vez. Sobra decir que hacia cuando se imaginaba los resultados exitosos de su plan. 

 

Eren no se daría por vencido con Levi. Desde el primer momento le mostró que iba enserio y así seria, un hombre serio. Nunca supo y no sabe el momento en el que se enamoro de ese azabache. Muchos lo consideraban una persona fría, aterradora y hasta cruel, pero Eren había logrado ver más allá de lo que  los demás veían de forma común.

 

Pasados cuatro minutos Levi llevó la cena a la mesa. Eren se sentó al lado de  Levi, él simplemente comenzó a comer sin soltar una sola palabra. Era extraño, pues a pesar de estar en una misma habitación, sin nadie más que ellos dos, Eren sentía que estaba más lejos de  Levi que cuando estaban rodeados de personas y con sus uniformes puestos. Se sentía más apartado de la persona que amaba que nunca, y eso le dolía de cierto modo. 

 

-¿Cómo ha estado tu descanso?, ¿Has hecho algo interesante?. Seguramente es raro estar fuera después de tanto tiempo, ¿no?-. Dijo el castaño intentando buscar una conversación. Normalmente la charla era fluida y constante, pero ahora era indiferente-.

 

-Sí. Resulta extraño como han cambiado tanto las cosas. Esta mañana quise ir a la tienda de té a la que solía ir con Farlan y...-.Levi miró a su copa vacía-. Quebró y la cerraron-. Tomó la botella de vino y la destapo con el destapa corchos. El sonido no fue tan estrepitoso como lo esperaba-. 

-Ya veo-. Comentó Eren. Levi llenó su copa y después la de Eren.. No era que le molestara que Levi hablara de Farla, o tal vez sí. Cuando hablaba de él parecía que sus ojos recuperaban un brillo de juventud, esperanza, calidez y cariño que, según el ojiturquesa, había perdido cuando Isabel murió, y en especial, cuando se dio cuenta que Farlan lo hizo.

 

Solía imaginar que si él dejara de vivir, que si moría, Levi hablaría con ese mismo sentimiento en sus pupilas. Se volvía presa de los celos hacía una relación que nunca había sido confirmada como romántica. Así de estúpido era cuando se trataba de Levi, al punto de sentir culpa por tener envidia a algo que el sentía jamas poder tener.

 

-¿Le gustaba mucho ir allí?-. Preguntó revolviendo su pie. La carne estaba a menos de termino medio y fría por dentro, mientras que el rigatoni estaba un poco quemado por abajo, y a la vez habló volviendo al tono respetuoso que Levi odiaba.

 

-¿A la tienda?. Pues la verdad no. Fui para intentar recordar que era antes de entrar al ejercito-. Levi era tonto para las relaciones y las muestras de sentimientos, pero no con Eren, nunca con Eren. Desde el momento en el que lo conoció pudo leerlo como si se tratase de un libro. Y Eren se había convertido en su libro favorito, aquel que quieres leer cada noche, pero que te da miedo seguir leyéndolo y cambiar a otro capitulo, imagínense lo que era pensar en acabarlo-. Quería recordar todo lo que fui. Quería recordar una vez más. Repasar un poco de mi historia. Quería recordar que era antes de ti, y agradezco no poder haberlo hecho, pues han pasado muchas cosas y estoy sumamente feliz de que hayas entrado en mi vida, Eren. Te agradezco por haberme cambiado, mocoso-. Eren estaba sonrojado, pero Levi permanecía como siempre, tranquilo, analítico, pero también apasionado y emocionado.

 

Y en un momento así, Eren sintió como si su corazón latiera por primera vez, esas mariposas que los demás sentían en su estomago, en el suyo era más correcto llamarlo huracán.

 

-Mierda-. Dijo el castaño antes de levantarse e inclinarse para poder besar a Levi. Usualmente solía resistirse, pero hoy no. 

 

Eren comprendió que la razón de la indiferencia de Levi era porque deseaban la misma cosa. Deseaban ser uno,y eso le aterraba al azabache al mismo tiempo que le emocionaba. Le resultaba extraño el por fin compartir un sentimiento tan fuerte con alguien. Sus sentimientos siempre estuvieron solos.

 

Eren se separó y miró a Levi, Estaba ligeramente sonrojado, sonriendo un poco y con su reflejo en los ojos del capitán.

-Capitán, lo amo-. Antes de que Levi pudiera responder los labios de Eren se apoderaron de los suyos de nuevo-.No es necesario que responda, sólo quiero que me lleve a su habitación-. Eren sonrió y Levi giró la mirada. 

 

Decisivo, el azabache tomó la mano de su acompañante, y entre besos y caricias llegaron a la habitación. Eren detuvo a Levi antes de abrir la puerta, pidiéndole que esperara. El castaño corrió de regreso hacia donde había dejado aquella mochila y volvió con el más bajo en unos segundos.

 

Levi lucia magnifico en aquella posición, recostado sobre la cama y con el cabello revuelto. Nunca nadie había visto al capitán sonrojado, aunque el sonrojo de Levi era de un color muy ligero, y Eren no permitiría que alguien lo hiciera. Esa imagen era solo de su pertenecía.

 

Los besos volvieron de nuevo. Eren acariciaba el cabello de Levi mientras estaba sobre él. Sus cuerpos tan juntos que podían sentir como se movía el pecho del otro. Eren comenzó a acariciar el pecho de Levi para después comenzar  a subir lentamente la playera que llevaba. Rozando de forma delicada el abdomen del azabache hasta llegar a sus pezones, los cuales eran de un color delicado. Tomó uno y comenzó a acariciarlo, apretarlo y jalarlo. Le quitó la playera.

 

-Levi, eres tan hermoso-. Dijo lamiendo su cuello-.

 

-Idiota. No digas esa clase de cosas. Suena raro-. tenia un ojo cerrado y lo presionó cuando sintió que Eren mordió su cuello-. No dejes marcas. Alguien podría darse cuenta.

-No te preocupes, desaparecerá antes de regresar al trabajo, y mientras eso pasa podre decir que eres mio, y todos lo sabrán cuando vean esta marca-. Volvió a morder el mismo lugar.

 

De una forma extraña y  repentina, las posiciones se cambiaron. La gran fuerza de Levi obligó a Eren a quedarse debajo de él. Ahora era Levi quien besaba el cuello de Eren, dejando un mayor numero de marcas que el castaño. Eren se quitó la playera y levi continuo lamiendo el cuello de Eren, éste comenzó a rozar su entrepierna con la del azabache.  Con ambas manos rodeo el pecho de Levi y continuó su trabajo en sus pezones. Acariciándolos en circulo. Levi puso cada pierna a cada lado de las caderas de Eren, se sentó sobre el pene del castaño, el cual empezó a moverse para que sus miembros se tocaran. Levi desabrochó el cinturón y  el pantalón del castaño. Lo que hizo luego fue una sorpresa para el castaño.

 

Separándose de él, tomó sus pantalones y los bajó. por encima de los boxers rojos que llevaba Eren acarició su entrepierna provocando que Eren se excitara más. Besó a Eren e hizo un camino de besos hasta que la tela de la ropa interior lo hizo detenerse. Metió su lengua por debajo de la tela y lamió todo lo que alcanzaba. Se deshizo de la ropa interior y entonces su mano rodeo el miembro de Eren para después hacer movimientos de arriba hacia abajo.

 

Las palabras sólo interrumpirían lo que tenían en se momento. El miembro de Eren terminó dentro de la boca del capitán. Así es, ese hombre tan obsesivo con la limpieza y que no le gusta tocar a gente nueva estaba haciendo eso. Los jadeos de Eren lo impulsaron a poner la mano sobre la cabeza de Levi. Rodeo la punta del miembro con cu lengua y la mordió ligeramente. Levi miró a Eren y él le devolvió la mirada. Nunca pensó que aquel azabache fuera tan osado como para hacer aquello.

 

Aquel azabache estaba haciendo que cierto castaño se volviera loco y desesperado. Quería sentirse dentro de Levi ahora. Eren tomó la cara de Levi y este paro. Levi volvió a su posición anterior, sentandose sobre Eren. Le desabrocho los jeans que llevaba y los bajó ligeramente. Rozó con un dedo sobre la tela del boxer. La respiración de Levi se aceleró. Ambos eran presa de la excitación y pasión del momento. Eren tomó la mochila que había dejado debajo de un costado de la cama y de ella sacó una botella con un contenido azul transparente.

 

-Maldito bastardo, ya lo tenías planeado-. Dijo Levi. Eren sólo sonrió y continuó en lo que estaba.

Levi levanto el trasero dejando que Eren retirará las últimas prendas que le quedaban. Soltó un grito ahogado cuando eren comenzó a rodear su entrada con su dedo, para después meterlo, espero hasta que Levi relajara su expresión y entonces metió tres dedos en un acto sorpresivo. Simulando embestidas con sus dedos Levi reaccionaba cada vez más excitado a ellas.

 

-Nunca pense que llegaría este momento. Estuve deseándolo por mucho-. susurró el castaño.

 

Levi se recargó en el pecho de Eren, él sacó sus dedos para meter su miembro. Los jadeos de Levi iban en aumento con cada embestida; sus uñas estaban dejando marcas en la espalda de su compañero. 

 

Dejó de ser sí mismo por un momento para convertirse en parte de un sentimiento. Se sujetaron las manos y Levi supo en lo profundo de su mente que nunca más estaría solo. Todo lo que le aterraba esto y el no saber porque cambiaron hoy, eren lograba que cada parte de su ser se paralizara con una sonrisa. Mirándose a los ojos, desnudos no solo en cuerpo, si no en alma. Algo quería que esos dos estuvieran juntos, llamenlo destino o otra cosa, pero era seguro que habían nacido para completarse. Todo lo que era blanco y gris como en una nostálgica película antigua en la vida de Levi había sido remplazado por múltiples colores en los cuales predominaba el titan turquesa. Parecía que el mundo entero se sacudía en ese momento. El cielo se podría haber estado cayendo a pedazos y no importaría. Se tenían a sí mismos y era todo lo que pedían y deseaban. En una noche como ésta, todo había cambiado en una relación. No importaba a donde irían a parar, este amor duraría hasta los últimos días de la vida de ambos, y Levi estaba seguro de eso.

 

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Estaban recostados uno al lado del otro. Había una chispa de electricidad y encanto en el ambiente. El castaño sujetaba los hombros del azabache mientras este miraba al techo. El despertador que estaba en la mesa de noche de Levi marcaba las diez cuarenta y cinco. Eren dormía pero no había soltado a Levi. el capitán intentó levantarse pero no pudo, pues Eren lo acerco más a su pecho.

 

-No quiero que te vayas-. La voz de Eren se dejó oir y sus ojos se abrieron-.

 

-Quiero tomar agua-. Replicó antes de que su intento de levantarse fuera frustrado de nuevo-.

 

-Vamos, tú también levántate. Pondré el calentador de agua para poder bañarnos-.

 

-¿juntos?-. Preguntó el castaño con entusiasmo. Levi hizo una cara seria, más de lo normal, Eren se abalanzó sobre él para besarle y acariciarle. 

 

-Maldito niñato caliente. Eres un pervertido desde los quince años-. Levi correspondía cariñosamente a los besos.

 

-Sólo por ti, Levi Ackerman-. Por fin Eren y Levi se levantaron. Se pusieron algo de ropa y se dirigieron a la cocina, donde Levi observó su intento de cena.

 

-Hice esto y no lo comimos-. 

 

-.Bueno, yo cené antes de venir aquí. Hange me dijo que no eras bueno cocinando y...-. Eren recibió un golpe de Levi y dejó de hablar-.

 

-Si sólo querías venir a mi casa para follar me lo hubieras dicho y habría evitado todo esto-. Señaló hacía el pie que quedaba todavía en el molde.

 

-La próxima vez puedes ir a mi casa. Te cocinare yo-.

 

-¿Qué?, ¿con el cabeza de coco y tu-casa?-. Dijo en tono de burla. Levi no bromeaba y menos de ese modo. Eren rió y lo abrazó.

 

-Puedo hacer que se vayan. Me gusta mucho estar contigo, a solas-.

 

-Solo dices para que tengamos sexo en la ducha-. El azabache alzó una ceja ligeramente. En verdad, esa noche había cambiado un poco a Levi, pero seguramente volvería ser lo mismo en cuanto regresaran a sus deberes.

 

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-¡Eren!-. Dijo una pelirroja de lentes mientras caminaba hacia el castaño-. ¿Te intoxicaste con la cena de Levi?-. Era su primer día de vuelta al trabajo.

 

-No. hice lo que me dijiste, a la perfección-. El castaño se sonrojo y rascó su nuca.

 

-¿Cómo te fue en eso?. Levi es muy dominante y fuerte-. 

 

-Hange, no preguntes eso-. Era obvio que la chica lo seguiría molestando de esa forma por un largo tiempo, y no era para menos, tienes que ser muy ingenuo para contarle una cosa como esa a Hange Zoe.

Notas finales:

Hola. Espero que les haya gustado mucho este fanfic. Como muchas personas saben lo escribí para el evento de una pagina. Si quieren leer un poco más sobre Levi y Eren escrito por mí tengo otro pequeño fanfic sobre ellos. El dibujo está hecho por mí, pueden decirme que opinan de él. 

 

No quise hacer al típico uke, quise uno más dominante y un poco daltonico emocional. Para hacer a Levi cocinando sólo  tuve que recordarme haciéndolo, pues soy una mierda para la cocina a tal punto de que descompongo microondas. 

 

Si tienen algún comentario, critica, sugerencia, amenaza de muerte o insulto no duden dejarlo en los comentarios, y ya que están en eso, compartan si les gustó, y si no, también.

 

Nos leemos luego . Bis bald.

 


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