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Hasta el final de la línea por MrVanDeKamp2

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Notas del fanfic:

Estoy molesto y triste, no por que no lo supiera, pero tengo la certeza de que la magia del cine fallará. Si son fans fans de Marvel, sabrán que es algo que puede llegar a pasar.


Todos los personajes son propiedad de MARVEL y son utilizados sin fines de lucro.


Este fic está dedicado a Steven Grant Rogers: gracias Capitán América por ser mi súper héroe favorito desde hace 21 años.

Ocurrió tan rápido, nadie se lo esperaba venir. Sabían que Romlow era un enemigo, un enemigo implacable. Que la furia lo consumía, que lo cegaba la doctrina que había adoptado. Bajo las órdenes del Cráneo Rojo, nada bueno podría venir.


Quien sorprendió a todos fue Sharon: Sharon Carter, la sobrina de “Peggy” la vecina que “vigilaba” a Steve, quien se había dicho su “amiga”.


Estaban al pie de las escaleras del congreso, nadie se lo esperó, absolutamente nadie, ni él, ni James Buchanan. Solamente la rubia traidora.


Sharon Carter fue quien dio la señal al asesino, quien con un simple grito “¡Oye, Rogers!” disparó el arma que pondría fin a la vida del Súper Soldado, del Comandante, del símbolo de toda una nación y del mundo.


Estaba aturdido después de la pelea en la que participó con el Hombre de Hierro, y con quienes decían llamarse sus “amigos”.


El súper soldado tuvo la oportunidad de aventar al suelo a James, a su Bucky, fue por instinto, ese instinto sobreprotector hacia el castaño, un grito de un enemigo, salido de la nada, no era buena señal.


El sonido fue seco y áspero. Las balas entraron directamente al pecho del rubio, rompiendo la estrella de su uniforme y la esperanza de la libertas con ella.


Steven soltó el escudo, se desplomó pesadamente, al tiempo que de su pecho comenzaba a borbotear la sangre a chorros. Sus ojos azules se quedaron estáticos, mirando a la nada, y solo pensando en una cosa: Bucky.


Dicen que instantes antes de la muerte, uno puede ser su vida entera pasar frente a sus ojos. ¿Pero qué fue lo que vio Steve? Una sola palabra, un solo nombre: Bucky.


 


Flashback


 


- ¡Déjenlo en paz! – el niño castaño le dio un puñetazo a uno más alto, no pasaría de doce años. Haciéndolo caer, lanzándose contra otro pelirrojo casi de su estatura y uno más, un rubio algo más fornido que los anteriores.


- Gr… gracias – el chico de doce años, delgado y pálido se levantaba del suelo y limpiaba la sangre con la manga de su chaqueta.


- Soy James Barnes, mis amigos me dicen Bucky – le ofreció la mano.


- Steve Rogers – devolvió el saludo gracias por no permitir que me patearan el trasero.


- Esto es tuyo – le entregó algunos centavos que los otros chicos le habían intentado robar.


  


- Eres muy amable por invitarme a tu casa – Steve veía tímido a Bucky. Su semblante siempre era pálido y desmejorado.


- Mamá se moría por conocerte, es una suerte que hayamos coincidido en la escuela, aunque no te hubiera visto antes.


- No soy muy popular, a nadie le gusta sentarse con los enfermos – le sonrió débilmente.


- Tonterías – giró la llave del modesto departamento de la familia Barnes – le he dicho a mi madre que las albóndigas son tu plato favorito ¡Y hoy ha cocinado eso! – lo abrazó y entraron juntos.


 


- ¡Vamos! ¡Será divertido! – Bucky jalaba un rubio bastante bajo para tener quince años, siendo que el castaño tenía solo 13 y le sacaba casi una cabeza.


- No creo que sea buena idea Buck…


- Venimos a Coney Island a divertirnos, y el Ciclón es la mejor atracción.


Y todo fue diversión hasta que bajaron, con un Steve sin color y un Bucky muerto de risa, aunque esa risa no duró mucho al ver a su mejor amigo vomitando en un cesto de basura.


- ¿Estás bien? – tomó al más bajo por el brazo.


 


- Mi padres y yo te estábamos buscando, no te vimos después del servicio – Bucky le dio alcance a Steve.


- Al menos está junto a papá ahora. Lo siento mucho, tenía que estar solo.


- Mis padres y yo hemos hablado y creemos que lo mejor será que te vayas a vivir con nosotros. Será como cuando éramos niños.


- Gracias Bucky, pero tengo que hacer esto solo.


- Sea como sea, estoy contigo, hasta el final de la línea.


 


- ¡Hey! ¡Métete con alguien de tu tamaño! – Bucky soltó un puñetazo al brabucón que estaba golpeando a Steve en el callejón – ¡Largo de aquí! – y lo despachó con una patada.


- Algunas veces pienso que te gusta que te peguen.


- Lo tenía contra las cuerdas – Steve se levantó del suelo.


- Así que ahora eres de Paramus – recogió la hoja de rechazo de Steve – En serio ¿Jersey?


- Espera… - el rubio miró a Bucky de pies a cabeza, ataviado con su reluciente traje de sargento - ¿Te dieron órdenes?


- 147, Sargento James Buchanan Barnes – lo saludó al estilo militar.


- Yo debería de ir contigo…- La devastación en los ojos de Steve se hizo evidente, pero lo disimuló con enojo.


- Es mi última noche – Bucky lo rodeó con su brazo – vayamos a divertirnos. Iremos al futuro.


 


Steve se miraba frente a un montaje de soldado. Cuando Bucky llegó y lo empujo.


- Vamos Steve, te perderás la diversión.


- Adelántate, te alcanzaré luego.


Bucky lo miró con desaprobación - ¿Lo intentarás de nuevo?


- Tengo que probar mi suerte…


- ¿Y ahora quien serás? ¿Steve de Ohio? – Bucky comenzaba a perder la compostura – esto no es una pelea, es una guerra, en el peor de los casos, te van a reclutar. Puedes hacer tanto, hay tantos trabajos grandiosos.


- Sí, sí, pero eso no es lo que quiero, Bucky, por favor, hay hombres ahí muriendo en el frente, no tengo derecho de hacer menos ¿por qué no me entiendes?


- Cierto – Bucky estaba bastante molesto – Porque no tienes nada que probar. No hagas nada estúpido hasta que vuelva – Bucky lo miró con tristeza.


Steve lo miró con profundidad - ¿Cómo podría hacerlo? Te llevas toda la estupidez contigo.


Bucky no se resistió, no pudo estar más tiempo molesto con su rubio y corrió a abrazarlo – Maldito Punk.


- Idiota… Por favor ten cuidado – Steve correspondió al abrazo, ninguno de los dos tenían el más mínimo deseo de soltarlo.


 


- Los hombres fuertes, pierden el respeto por el poder. Un hombre débil lo aprecia y conoce la compasión. No se trata de ser un soldado perfecto, se trata de ser un buen hombre – El doctor Erskine le señaló el corazón al rubio, una noche antes de que se convirtiera en el súper soldado.


 


- Solo necesito un nombre, Barnes, James, de la 147, por favor díagme que está vivo – El rubio se apresuró con el coronel – B, A, R, N…


- Sé deletrear Rogers – el coronel lo miró molesto – pero no, ese nombre no me suena.


- Entonces hay una probabilidad de que esté vivo.


- Todos los hombres han sido muertos o capturados, no hay chance de que haya sobrevivido.


 


- Sargento James Buchanan Barnes, número de identificación… - el castaño desvariaba.


- ¡Bucky! – Steve entró apresurado, sus ojos volvieron a brillar al ver a su castaño con vida – Dios mío – rompió las ataduras del chico – soy yo, soy Steve.


- Steve – el castaño le sonrió de vuelta, aún atontado.


- Vamos – lo puso de pie y se detuvo a contemplar su rostro.


 


Toda la fábrica estaba explotando, Bucky logró cruzar el infierno bajo sus pies, pero cuando llegó al otro lado. El riel de acero se rompió, a cada paso que daba Bucky, el corazón del rubio parecía que iba a explotar. Cuando el puente cayó, la desesperanza los invadió a ambos.


- ¡Tiene que haber otro modo de que cruces! – el castaño se sostenía de la baranda.


- ¡Solo vete!


- ¡No! ¡No sin ti!


 


Iban entrando al campamento, triunfales del regreso. Por un segundo sus miradas se cruzaron y se sonrieron. El amor de sus vidas estaba uno frente al otro.


- ¡Hey! Déjenme escucharlo por el Capitán América – y Bucky comenzó a aplaudir seguido por la multitud.


 


- ¿Seguirás al Capitán América a las fauces de la muerte?


- Oh no, seguiré al debilucho de Brooklyn – el castaño miró al rubio a los ojos con amor,  – que es demasiado tonto para no saber cuando rendirse.


- Capitán.


- Agente Carter.


No pudo evitar recordar la cara llena de Celos de su castaño al hablar con la hermosa agente.


 


- ¿Recuerdas cuando te hice subir al Ciclón en Coney Island y vomitaste? ¿Esto es tu venganza?


 


- ¡Bucky no te sueltes! ¡Toma mi mano! – se estiró lo mas que pudo, pero el pedazo de metal del que colgaba el castaño no soportó más.


- ¡Steve! – el castaño cayó en cámara lenta frente a sus ojos.


- ¡Nooo! – se aferró a la puerta del tren, sollozando.


 


- No fue tu culpa – Peggy tomó asiento.


- ¿Leíste el reporte? Ahí dice lo contrario - fue la seca respuesta del rubio.


- ¿Creías en él? ¿Tenías fe en él? Entonces respeta su decisión.


 - No voy a descansar, hasta acabar con toda H.YD.R.A. - apretó los dientes con furia.


 


- ¡¿Bucky?! - Steve no cabía en sí.


- ¡¿Quién diablos es Bucky?! - Lo miró el castaño confundido.


 


- No voy a pelear contigo.


 


- Tu nombre es James Buchanan Barnes. Yo soy Steve, tu Steve…


- No, tu eres mi misión.


- Entonces termínala, porque estoy contigo, hasta el final de la línea…


 


- Cuidado Steve, tal vez no quieras jalar ese hilo – La viuda lo miró preocupada.


 


-Sé lo mucho que Bucky significa para ti.


 


- Buck ¿Me recuerdas?


- El nombre de tu madre era Sarah, y solías utilizar periódico en tus zapatos.


 


Se besaron, cuando estuvieron solos en ese sucio taller, el primer beso que se dieron, fue como si fuese el primer beso de sus vidas.


 


Abrió los ojos y sobre su pecho, el castaño estaba recargado. Su primera vez juntos había sido maravillosa.


 


- Te amo – fue el saludo del castaño, tras leer todos los recuerdos escritos y guardados en su mochila negra.


- Y yo a ti – el rubio le devolvió el beso - Voy a estar contigo siempre. Estoy contigo, hasta el final de la línea.


 


Hasta el final de la línea. Hasta el final de la línea. Hasta el final de la línea. Hasta el final de la línea.


 


Fin del flashback


 


La bala impactó en su pecho. Sus ojos azules se quedaron estáticos, mirando a la nada. La vida se le escurría a chorros.


- ¡Steve! ¡No por favor! – Bucky se incorporó y aún hincado tomó al rubio el sus brazos, rodeándolo y haciendo un último intento poniendo ambas manos sobre el pecho de Steve, intentando detener la hemorragia. Pero no funcionaría.


 


- ¡Noo! – un enorme rayo de poder traspasó el pecho y la armadura blindada de Crossbones – había sido el Hombre de Hierro que reaccionó primero, haciendo caer muerto al asesino.


Los demás ex miembros de los vengadores se apresuraron a llegar a donde Steve y Bucky se encontraban. La agente trece intentó huir, pero la bruja escarlata logró noquearla.


- No, Steve, no por favor, no mi amor, no – Bucky le repetía al cuerpo inerte de su amado, aún en sus brazos, con la cara descompuesta y llena de lágrimas – No Steve, no me dejes, estoy contigo… Estoy contigo, hasta el final de la línea…

Notas finales:

Gracias a quienes se arriesgaron a leer.


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