—Que, no sé qué…
—Sí, te he escuchado… ¿Qué estas queriendo decirme?- se frotó fuertemente el rostro con ambas manos y le miró disgustado.
—Que no seré yo quien cumpla el rol de pasivo.
— ¡Oye! ¡Oye! ¡Oye! ¡Detente ahí, enano!... No pretenderás que yo…
—Sí lo pretendo, Mello.-respondió adivinando las palabras que no salieron de sus labios.
— ¡Olvídalo! ¡Tú serás el pasivo!
—Me temo que debo disentir con eso.
— ¡Escúchame bien, idiota! No sé qué mierda te ha hecho pensar que yo permitiré que tú…
—Es evidente que supero a Mello en muchos aspectos. No veo porque este tendría que ser una excepción. Está por demás decir, que cumpliré mejor con el rol de activo.
—Algunas veces me dan ganas de partirte el cráneo, para ver si realmente tienes cerebro- masculló furioso.
—Es obvio, Mello. Si no tuviese cerebro, no estaría vivo o por lo menos, no sería un ser humano.
—Calla tarado, deja de decir tonterías.
—No es una tontería… Se trata de pura lógica Mello. Si tu…
—Cierra la boca. ¡No hay nada que te haga mejor en este asunto! ¡Ambos, somos…! – boqueó un par de veces avergonzándose de antemano por lo que estaba a punto de decir y tuvo que darse valor a sí mismo para continuar — ¡Ambos somos vírgenes!
—He estado investigando el tema porque supuse que todas las parejas llegan a este punto y porque conociendo a Mello, sabía también, querría hacerlo en algún momento.
— ¿Qué tú qué?- preguntó incrédulo y sintiéndose abochornado.
— Estuve investigando - respondió de manera desinteresada — Es completamente normal, en especial en la adolescencia, que el deseo y la curiosidad por la sexualidad se despierte, a causa de la alta producción de hormonas que produce el cuerpo en esta etapa… Como pareja de Mello, teniendo en cuenta su edad y que las posibilidades de que quisiera incursionar sobre el asunto, hallándome implicado de manera directa, fuesen de un 87%, me he visto en la obligación de estudiar sobre el tema…-
El rubio se sonrojó notoriamente ante las vergonzosas palabras que Near soltaba como si se tratase de un robot. A punto estuvo de replicar, si no fuese porque el albino continuó hablando, haciendo caso omiso a sus desenfadadas reacciones.
—... Mi indagación me ha llevado a leer variados artículos e incluso a consultar material audiovisual a modo ilustrativo. Debo admitir que muchas de las filmaciones no fueron de mi agrado, sin embargo, hubo algunas que me resultaron por demás interesantes…
—Cállate… ¡Eres un pervertido!...- gritó al fin tratando de disimular su vergüenza, con furia — Además ¡¿Cómo un 87%?! ¡¿Qué mierda, estas insinuando, enano de porquería?!
—Que hay una probabilidad del 13% de que Mello, quiera tener sexo con otras personas.
— ¡No digas idioteces!- gritó sintiéndose indignado.
Near dejó de mirarle en ese instante y comenzó a enredar un mechón de su cabello, como era su costumbre.
—Solo dejo en evidencia que Mello es, lo que se considera según parámetros sociales como atractivo y puede relacionarse, de manera sexual, con quien desee.
Mello se quedó unos instantes en silencio sintiendo sus mejillas arder a causa del rubor que las invadía. Las palabras de Near le habían provocado una cálida sensación en el pecho. Sin embargo, pronto tomó consciencia del completo significado de ellas y en su rostro comenzó a formarse una sonrisa ladina.
—Entonces, un 13% de probabilidades de que esté con alguien más, es poco- soltó sin importarle sonar vanidoso —… Eres un enano engreído.
—No más que tú.- respondió sin dirigirle la mirada.
— ¡De igual manera, me opongo a que tú seas el activo!- gritó, cayendo en la cuenta de que se estaban desviando del tema principal y cruzándose de brazos, se negó a continuar mirándole. Estaba ofendido.
—Considerando que Mello no está dispuesto a ceder y yo tampoco, creo que deberíamos dejar el asunto zanjado hasta llegar a un acuerdo.- respondió Near, sin más preámbulos se puso de pie y se dirigió hacia el montón de ropa blanca que había tirado de manera despreocupada en el suelo.
— ¿En serio vas a irte?- preguntó Mello disgustado.
— ¿No está a la vista, acaso?- respondió y levantando su camisa se dispuso a acomodarle las mangas que estaban al revés.
— ¿No te preocupa que pueda “incursionar en el asunto” con alguien más?
Near detuvo unos instantes lo que estaba haciendo, para mirarle a los ojos.
—De ser ese el caso… deberé modificar mis estadísticas.-
Le escuchó bufar varias veces en clara alusión a lo frustrado que de seguro se sentiría y se vio tentado de regresar con él, para permitirle que tomara el control de la situación. En realidad, no le importaban las posiciones, sólo lo hacía por el simple placer de llevarle la contraria a Mello y provocar en él otra de sus rabietas. Le gustaba hacerlo enojar, porque en esos momentos, el rubio no le prestaba atención a nadie más, solo él estaba en su mente y solo para él eran cada uno de sus pensamientos. Además, conseguir esos efectos en él, traía como consecuencia una reacción sorpresiva e interesante de su parte.
Un fuerte gruñido le exaltó provocando que volteara a ver, por instinto, el lugar de su procedencia. Mello estaba sentado sobre la cama con las piernas y los brazos cruzados. En su rostro se esbozaba un mohín infantil, en clara muestra de su enojo.
Near sonrió imperceptiblemente ante ese gesto. Le resultaba adorable.
—Está bien- masculló sorprendiéndole. Le vio apretar los puños como si con eso pudiese acallar aquellas voces que lo instaban a no dar el brazo a torcer.
— ¿Qué está bien?- preguntó sin mirarle a los ojos
—Serás el activo.-soltó entre dientes