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Enséñame a seducir por mikuuchan

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Notas del capitulo:

Hola gente, les traigo éste nuevo cap, no me demoré casi nada, así que aproveché mis días libres para escribir la continuación, gracias por la aceptación a éste pequeño fic.

El atractivo de Sasuke desquició al numeroso grupo de féminas y donceles en el aula. Naruto no supo en qué momento todo terminó siendo un bullicio de griteríos y suspiros en masas, bajo la atenta mirada de varios varones expectantes en el salón. El moreno había pedido amablemente al profesor encargado de auspiciar la clase de farmacología, estar presente en la lección impartida para complementar la investigación de trabajo libre en su licenciatura de administración, acción que fue acepta de forma inmediata por el educador.

Estupefacto ante la reacción del temido profesor doncel de farmacología, el rubio miró con asombro al pelinegro. La facilidad con que se desenvolvía al hablar, añadiendo una sonrisa cargada de sensualidad en sus perfectas facciones masculinas tuvo el efecto esperado de convencimiento y el enamoramiento de sus compañeros de clase.

Naruto detalló con atención el físico del apuesto varón de ojos obsidiana, sentando al costado de su persona, pudo apreciar con mayor fijeza el perfil del moreno: pestañas largas, pómulos altos, nariz recta, labios ligeramente gruesos y mentón interesante. No había palabras para describirlo, era un tipo bendecido por los dioses, sin mencionar la gran estatura que rebasaba el estándar japonés, beneficiando con creces su porte de galán.

—¡Impresionante! —el asombro reflejado en el rostro del rubio fue suficiente para Tenten en felicitarse a sí misma por su extraordinaria jugada. Su amigo doncel no dudaba de la eficacia del varón de cabellos brunos, siendo un logro satisfactorio para su orgullo femenino.

Sentirse abochornado por la presencia fuerte de un hombre que no fuese su eterno y único amor de cabellos castaños, era inconcebible para Naruto, sus mejillas habían adquirido un suave tono carmín y el lapsus verbal le atacó sin reparo alguno, incapaz de pronunciar una frase coherente ante la mirada sin expresión del pelinegro intruso, dejando únicamente que sus oscuros ojos cumpliesen con la labor de intimidación que el doncel recibió nervioso.

—Sasuke te enseñará todo lo que debas saber, quizás es algo huraño y un completo bastardo, pero es inofensivo si aprendes a lidiar con su pesado temperamento, Naruto. —los ojos azules del doncel se enfocaron en la castaña, comprendiendo la advertencia sutil. No deseaba conocer el carácter sombrío de ese hombre de belleza atrayente, posiblemente por el temor infundado o el aire seductor que emanaba.

—¿Por qué debo de soportar esta absurda situación, Tenten? Tu amigo no me da confianza. —Naruto susurró con rapidez, cuestionando a la fémina ubicada al frente suyo, mientras la castaña hacia el esfuerzo de girar despacio su rostro en dirección al doncel, sonriendo ligeramente.

—No debes de preocuparte, Naruto. Mi querido Sasuke es un profesional en la materia. ­—el rubio no mencionó palabra, intentando desviar su atención del moreno y escuchar la explicación del profesor. Soportaría el estrés generado por la castaña con el único objetivo de terminar con las clases por el resto del día y olvidar el bochorno creado por Tenten.

 

 

Las tediosas horas de clase para Naruto culminaron con la magistral intervención del pelinegro, aportando conceptos teóricos y prácticos de la materia, enorgulleciendo al profesor por el sumo interés del joven invitado. El rubio no entendía cómo lograba semejante hazaña, enfocando su atención hacia sus compañeros con amabilidad. Un hombre perfecto y cordial, demasiado surrealista para compararlo con la objetividad de los varones codiciados que suele observar en la universidad.

—Es poco creíble para ser verdad, Tenten. Todos le asechan como animal en celo dispuestos a venderse con una petición suya. No sé si pueda soportar la atención que tu amigo genera con su porte gallardo.

La risa jovial de la castaña hizo eco en el rubio doncel, enojándose por la mofa descarada de su amiga. Naruto no comprendía el chiste de la fémina para que la misma terminara carcajeándose sin detenerse. Bufó molesto, observando el asedio de mujeres y donceles hacia el pelinegro varón, una vez el educador dio por terminada la clase.

—Sasuke es el tipo guapo que sabe manejarse en el medio, Naruto. Consigue lo que desea gracias a la actitud conveniente que adopta, insignificantes detalles que se añaden al conjunto de hombre perfecto. El estándar con que la sociedad se refiere al varón y son estereotipados en la mujer y doncel.

—Sé lo que intentas decir, pero no me interesa convertirme en el centro de atención del resto de los hombres en la universidad o en cualquier otro sitio, únicamente deseo tener la oportunidad de acercarme a Neji y hacerle ver mis sentimientos. —la seguridad con que el rubio mencionó tales palabras conmovieron a la joven castaña. Sin embargo, Tenten prefirió guardar silencio, pensando en la influencia que tendría Naruto a lado del moreno varón.

—Estar junto a Sasuke te beneficiará enormemente, Naruto. Él sabe lidiar con situaciones incómodas que no afectan su reputación de varón codiciado.

Naruto suspiró con exasperación, revolviendo sus rubios cabellos en un acto de fastidio. Convencer a Tenten de desistir de la ayuda de un hombre experimentado le avergonzaba en demasía. No conocía al moreno en lo absoluto y verse envuelto en una conversación con Sasuke le producía cierto pesar.

—¡No quiero hacer esto, Tenten! 

—Me tomé el atrevimiento de convencer al bastado del Uchiha para encaminarte en la dirección correcta. No pretenderás que mi persona se enoje contigo por las indecisiones e ideas pesimistas que tienes al respecto. —la castaña moduló su grácil tono de voz en un ligero bisbiseo, haciendo notar su evidente molestia. —Sacarás las agallas dignas de un doncel de prestigiosa familia y asumirás la responsabilidad que te corresponde como aprendiz de Sasuke.

El rubio chilló molesto, ganándose la mirada furiosa de la castaña, quien dejó a entrever con escuetas palabras que se retiraba a su cómoda morada. Tenten ignoró toda acción por parte del pequeño doncel, siguiendo su camino hacia el pasillo principal de la facultad de medicina, pensando en la decisión que tomó por el bienestar de su querido amigo.

—¡No me puedas dejar con él, Tenten! —el grito despavorido del doncel le importó poco a la castaña, despidiéndose con un delicado gesto del rubio y el asediado moreno.

—Me es imposible creer que Tenten me involucrase en sus disparates.  

Naruto terminó por observar al imponente varón acercarse con gracia hacia su persona, intimidándose ante su presencia. Retrocedió con torpeza a la pared conjunta del pasillo, fijando sus azulinos ojos en Sasuke, siendo correspondido por el varón.

—¡Sea lo que te haya dicho Tenten, no es cierto! —la oscura mirada de Sasuke, escudriñó con detalle el fino cuerpo del doncel, centrándose en la ropa ligeramente ajustada que portaba Naruto, destacando sus atributos. El moreno no dudó en reconocer la belleza interesante del rubio, inclusive en sus pensamientos fue capaz de catalogarlo de hermoso.

—No tengo la intención de soportar las quejas de Tenten, entre más rápido terminemos con el drama amoroso que sufres, me veré libre del asecho de tu amiga, Usuratonkachi. —Naruto frunció el ceño molesto por el descaro desinhibido del moreno y el mote grosero con que lo apodó, mostrando una actitud atrevida que él siendo doncel no pensaba pasar por alto.

—¡Me niego a aceptar la ayuda de un Teme como tú! Es una falta de respeto que te expreses de ese modo hacia una persona que apenas conoces.

El impávido rostro del pelinegro no mostro ápice de asombro ante los reclamos del rubio, quien continuó con la prórroga moral sin detenerse. Sasuke omitió cualquier ofensa, divirtiéndose por el rostro colérico del doncel, siendo el espectador principal de tan cómica escena. Se acercó con cautela, tomando entre sus largos dedos las hebras doradas de Naruto, colocándolas con delicadeza en su posición inicial. 

—Guarda silencio, Dobe. No me agradan las personas escandalosas. —el anonadado rubio calló inmediatamente, incapaz de moverse. Sasuke se encontraba a pocos centímetros del rostro de Naruto, observándole con detenimiento a través de sus oscuros ojos, invadiendo la privacidad del doncel.

—¡Estas muy cerca, Teme! No me agrada tu forma de mirarme.

—Primera lección, contacto visual. Si no eres capaz de sostener la mirada, es poco probable que logres capturar el interés de un hombre, Usuratonkachi. —apegando su cuerpo a la pared, Naruto intentó mantener la vista fija en el azabache. La cálida respiración del varón cerca de sus labios y el nerviosismo a flor de piel le inquietaba. Sasuke no necesitaba dar uso de la labia convincente para atraer el séquito de admiradores que le perseguía con veneración, sus ennegrecidos orbes expresaban de forma sutil las emociones que deseaba trasmitir, siendo captado por el propio blondo.

—¡Considero esta incómoda situación de acoso sexual, Teme! ¡Me intimidas! —Naruto vociferó alarmado, tratando de escapar del moreno, quien le dejó apartarse sin queja alguna.

—Por azares del destino o casualidad, ¿has tenido pareja, Dobe? —el moreno se cruzó de brazos, mientras reclinaba su cuerpo atlético en la pared cercana, esperando escuchar la respuesta del doncel.

—¡No te importa saberlo!

—No hace falta que lo menciones, con haber presenciado tu peculiar forma de ser, me he percatado de la evidente realidad, Naruto.

—Le ofrezco mis más sinceras disculpas por no tener el conocimiento necesario que aquí su majestad posee. —haciendo uso de su ironía, el rubio musitó fastidiado, sacándole al moreno una tenue sonrisa que no pasó desapercibida por Naruto.

—A mis diecinueve años, no puedo quejarme de la experiencia que he adquirido con donceles y féminas, Usuratonkachi.

El gritó de impresión del joven rubio, se escuchó considerablemente en aulas aledañas de la facultad de medicina. Naruto se negaba a creer que el chico arrogante que permanecía al frente suyo fuese menor que su persona y tuviera la desfachatez de mencionarlo, dando directo a su orgullo.

—¡Mientes! ¡No puedes ser un maldito adolescente! ¡Cómo seguiré el consejo de un tipo arrogante que apenas ha cumplido con la mayoría de edad! Tengo veintiún años y me parece irónico figurar lo que dices.

—¡Interesante! Un doncel virgen a los veintiún años, es un hecho que no se aprecia todos los días. —Naruto palideció ante el comentario burlón del pelinegro, se abalanzó con fuerza en dirección a Sasuke, tapándole la boca para evitar escuchar una mofa más de su parte.

—¡Cállate, bastardo atrevido! He tenido suficiente de ti por el resto del día. No quiero verte jamás y olvida lo que dijo Tenten, no te necesito.

Sasuke permitió que el doncel se acercara a su persona, apreciando las agallas del rubio al encararlo sin titubeos, veía por medio de la azulina mirada determinación, una actitud renovada que no había visto minutos antes y ahora revelaba el doncel enfurruñado.

—El sarcasmo y la pedantería no funciona conmigo, Dobe. Si estoy aquí es para aconsejarte según lo dicho por la propia Tenten. No querrás escuchar sus reclamos en cuanto tengas la oportunidad de cruzarte con ella, Naruto. —el moreno retiró con delicadeza la fina mano del rubio, apretándola suavemente, un gesto que el doncel consideró de cordial.

—Viéndolo de ese modo… No tengo opción para negarme. Aceptaré tu ayuda, pero no toleraré tus comentarios malintencionados e indirectas narcisistas, Teme.

—Sabes que me he involucrado en este meollo embarazoso por obra de tu atolondrada amiga. Lo último que quiero soportar, es a otra persona con la misma actitud que Tenten, de mí no depende que aprendas a seducir a un varón, sino en cómo manejarás la situación.

El rubio comprendió las palabras del moreno, captando el punto de vista que Sasuke deseaba tocar de manera anticipada. Naruto debía tomar la decisión de embarcarse en un tórrido camino que durante años se negó a explorar por temor a enamorarse o las expectativas que tenía del amor. La falta de experiencia le recordaba al propio doncel su pésima vida sentimental que por años ha llevado y ahora era la constante de sus emociones infructuosas.

—A pesar de que no me hace gracia seguir el consejo de un hombre menor que mi persona, estoy dispuesto a cambiar mi solitaria vida en pareja, Teme.

Sasuke no necesitó escuchar una palabra más por parte del doncel para atreverse a tomar su mano y arrastrarlo en dirección al gimnasio, mientras Naruto se cuestionaba el por qué le permitía las confianzas al moreno varón.  

—La mayoría del campus universitario se reúne en el gimnasio a observar los entrenamientos del equipo masculino de baloncesto. Tu primera tarea, es aplicar lo que te enseñé acerca del contacto visual, quiero que logres entablar una conversación cordial con un varón sea jugador o espectador.

—¡Me rehúso hacerlo, Teme! ¡No quiero tener contacto con ningún otro varón que no sea Hyūga Neji, es él quién me importa!

—¡Vaya sorpresa, eh! El varón que te gusta es aquel tipo con complejo de mujer, curioso gustos tienes, Dobe. —una sonrisa ladina se curvó en los labios del moreno, haciendo enojar al rubio con su comentario mordaz y tono burlón.

—¡Neji es perfecto! ¡No como tú, un tipo prepotente y molesto! —Sasuke no pudo contener las ganas de reírse por el ataque verbal de Naruto. El sonido suave de su voz, sorprendió por completo al doncel, dejando pasar al olvido el reciente malestar provocado, para admirar sonrojado la sonrisa sincera del varón.

—¡Usuratonkachi, me haces reír! Jamás me he divertido con un doncel quisquilloso como tú. Sin embargo, pasaremos al tramo profesional que es lo verdaderamente interesante. Hasta el momento solo has tenido un pequeño abrebocas de las lecciones que te tocará aprender más adelante, seré flexible contigo, facilitándote la tarea. No tendrás que seducir a ningún varón por el día de hoy más que a mí, Dobe. Te he pedido que fuese un jugador o espectador y yo cumplo con los requisitos asignados. Soy el actual capitán del equipo de baloncesto y espero que apliques lo que te enseñé.

Naruto entreabrió sus delineados labios sorprendido ante la noticia que el moreno pronunció. No era capaz de aceptar una cualidad más en el historial de varón perfecto que Sasuke mostraba con orgullo. El pelinegro cumplía con el requisito de hombre atractivo, inteligente y deportista. Además, de acompañarle el carácter fuerte.

—¡Esto no puede ser posible!

—Iré a cambiarme. Te veo en la primera fila de las gradas, Naruto. Asegúrate de mantener el contacto íntimo conmigo, te observaré durante el entrenamiento y al culminar harás lo tuyo.

—¡Habrá mucha gente, Teme! No quiero pasar vergüenzas… —ignorando toda queja y comentario del doncel, Sasuke se despidió agitando la mano, encaminándose con parsimonia hacia los vestidores del gimnasio.

Maldecir y apiadarse de sí mismo no funcionaba para Naruto, el pequeño blondo se sentía nervioso ante la multitud vitoreando los nombres del equipo titular de baloncesto, destacando el de su joven capitán, Sasuke. Le vio salir al campo con el clásico conjunto de práctica: suéter holgado de manga corta, pantalones a media pierna y las zapatillas a juego. Los gritos de féminas y donceles taladraban los oídos de los presentes en cuanto presenciaron la figura atlética del moreno dirigirse con cautela hacia el entrenador y compañeros, respectivamente.

Sasuke le miraba a la distancia con sumo interés, mientras Naruto lo percibía. La intensidad con que el pelinegro le veía, causaba sentimientos extraños que no era capaz de descifrar. Nervioso y sin la compañía de ningún conocido, el doncel tomó lugar en la primera fila de las gradas, expectante a las reacciones de su alrededor. Siguió los movimientos con atención, una vez el equipo de baloncesto se dividió en grupos para mostrar su talento al público que alentaba el juego amistoso.

La precisión con que el equipo titular y suplente se movían tras el balón era impresionante, sobretodo la destreza innata del moreno. La forma de anotar tiros de tres en el momento clave, alborotaba la multitud del recinto, incentivando el compañerismo de sus semejantes y la propia fanaticada.

El doncel veía asombrado los movimientos del pelinegro, sus gesticulaciones y la manera de demostrar la pasión hacia el baloncesto le desconcertaba en demasía. Sasuke tenía el talento de un profesional, admirado por la mayoría y él no era la excepción a su pesar. Olvidó momentáneamente la ansiedad, concentrándose en las acciones del varón y su toque seductor para alagar a sus admiradores.

El lapso de receso deportivo fue anunciado, siendo el equipo de Sasuke el de mayor ventaja hasta el momento, aún faltaba completar el ultimo cuadro antes de finalizar con el movido partido. No obstante, Naruto se dedicó a mirar a Sasuke, mientras éste le veía con una sonrisa en sus agraciadas facciones varoniles, tomando entre sus manos una botella de agua mineral y bebiendo de ella sin apartar sus oscuros ojos de la figura menuda del doncel.

—Se burla de mí el bastardo infeliz, asume que no cumpliré con el estúpido reto… —el rubio musitó entre dientes, recordando los gestos que el moreno realizó para demostrar su talento en seducción. Flaquear no era una opción y Naruto haría lo que tuviese en sus manos para borrar la sonrisa lacónica que Sasuke le dedicaba.

Suspiró y pensó en serenarse. No debía perder los estribos con el moreno y solo enfrentando el reto obtendría la oportunidad de que Sasuke le tomara en serio. Observó el concurrido anfiteatro deportivo y vio a parejas de enamorados dedicándose mimos y otros haciendo uso de su don natural seductor.

Naruto mantuvo su vista fija en una pareja ubicada en las graderías. El doncel se mostraba seguro de sí mismo, siendo auténtico con su novio varón. Le miraba con ternura y desviaba sus grisáceos ojos de los labios de su pareja en el momento preciso, volviendo a retomar el contacto visual con un coqueteo sutil como Sasuke hizo con él. Aprendió rápidamente la táctica, un sinuoso toque tierno e inocente y fingir candidez. Nada difícil si pensaba imitarlo.

El silbido del último cuadro deportivo dio inicio con la entrada del equipo titular, dando todo por la victoria. Naruto no prestó atención a los minutos de juego, repasando mentalmente su primera lección en seducción y recordando la romántica escena que tuvo el honor de presenciar. Su orgullo se mantenía firme y probaría la dicha de demostrarle a Sasuke lo extraordinario aprendiz que era.

Sus manos temblaban de ansiedad y el sonrojo se apoderó de sus mejillas, el rubio escuchó la celebración del recinto ante la victoria apabullante del equipo de Sasuke, cerrando el acto con un formidable tiro en puerta hacia la cesta. No había marcha atrás y él siendo un orgulloso doncel con carácter le haría frente al varón.

Bajó las escaleras próximas a la cancha viendo a Sasuke caminar sin camisa, retirándose el sudor del rostro. Naruto quiso huir del gimnasio, jamás había estado cerca de un hombre atractivo carente de ropa y el bullicio a sus espaldas no le calmaba. Sentía las miradas de odio clavarse en él, siendo observado de forma minuciosa por los enloquecidos fanáticos del pelinegro, expectantes a la mínima reacción por parte suya.  

Los atributos masculinos del adonis moreno: abdomen marcado, brazos desnudos y pectorales envidiables, sin mencionar el perfecto rostro ligeramente ruborizado por el calor de la reciente actividad, aturdió al pequeño doncel. El resto de los jugadores se encontraban en la misma condición que Sasuke, interesándose en la belleza rubia que miraba asustadizo al capitán.

—¿Nueva conquista, Sasuke? Sin duda es precioso… —cuestionó uno de los jugadores del equipo de baloncesto, mientras los demás varones se dedicaban a mirar con hambre al temeroso doncel, intimidándolo con comentarios indiscretos a consideración del propio azabache. El moreno gruñó con molestia ante la altanería desmedida de sus compañeros de juego, logrando que los mismos guardaran silencio.

­­—Teme… —Naruto aferró sus manos en el bolso que cargaba, intentando calmar sus nervios, mientras el pelinegro esperaba corroborar la lección aprendida por el doncel.  

El rubio pensó en golpear al moreno y eludir el panorama incierto, a pesar del odio colosal que se ganaría a pulso por atentar de forma violenta contra la estrella deportiva, pero su orgullo inquebrantable le exigía borrar esa sonrisa petulante en el rostro de Sasuke de la manera que fuese. Armándose de valor, Naruto se acercó al fornido cuerpo del varón dispuesto a realizar la única acción disponible en su haber…

Notas finales:

Nos estaremos leyendo en el próximo cap y espero actualizar lo más pronto posible, por ahora terminaré  el three shot de "Lo que es mío" y subirlo durante los siguientes días.

Los comentarios, opiniones siempre son bienvenidas, respondo gustosamente.

 


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