Nuevo mensaje.
Goten dice: —Viejo, te estamos esperando en casa de Marron, no tardes.
Trunks guardó su celular en el bolsillo de sus jeans ajustados y se escudriño nuevamente en el espejo de cuerpo completo. Se sonrió a si mismo sintiéndose satisfecho con su atuendo elegido.
Iba al nuevo club nocturno, que su padre inauguró en la zona viva de la ciudad y su idea era divertirse y pasarsela en grande.
Llevaba unos jeans grises ajustados a sus caderas, una camiseta de cuello en "V" de color azúl oscuro, una chaqueta de cuero negra y sus vans favoritas del mismo color.
Salió de su cuarto y mientras bajaba por las interminables escaleras se dió el tiempo de responder a su mejor amigo.
Trunks dice: —Ya voy por ustedes, justo estoy saliendo de mi casa.
Echó un vistazo por toda la estancia de la sala y el comedor, buscando a su madre, a Bra o a su padre, pero nada...
"Siempre solo" pensó lanzando un suspiro entristecido para luego terminar negando con la cabeza. ¿Y eso que importaba?. esa noche iba a pasarsela bién, bailaría, tomaría algo de alcohol y se ligaría alguna chica linda para llevarsela a la cama.
Si, eso haría.
Salió de la casa y fué al estacionamiento, buscó entre su colección de coches su auto favorito...
su preciado Bugatti color plateado.
Abrió con el control remoto la puerta metálica de salida para luego subirse al auto y salir de las magnitudes de su casa.
Una vez fuera, prendió el estereo al máximo volumen y se dió el lujo de tararear las canciones que retumbaban por todas las calles donde pasaba.
Después de 15 minutos se detuvo frente a una casa de dos plantas donde vió afuera de la acera a sus dos amigos: Goten y Marron que ya lo estaban esperando.
—No me tarde mucho, ¿o si?- sonriò chulesco desbloqueando el seguro de las puertas para que sus amigos entraran.
—Un poco nada más — respondió afable su amigo Goten.
—Si pero hacía mucho frio allí afuera, ¿nos vamos? — sugirió Marron. Trunks asintió coqueto mirando la forma en que venía vestida.
Un vestido rojo hasta la mitad de sus piernas bién ceñido a su cuerpo, una mini chaqueta negra que solo le llegaba al busto y zapatos de tacones dorados.
La chica se ruborizó un poco apenada pero no dijo nada.
—No pensé que el señor Krillin te dejaría salir, con eso de que eres su niña consentida.- dijo con cierta diversión Trunks sin dejar de ver al frente para evitar un accidente.
—Bueno, mi mamá gracias al cielo es más moderna y me dió permiso callando las negativas de mi padre con un codazo en las costillas.- los chicos rieron al visualizar la escena en sus mentes.
Llegaron al club, donde la música se escuchaba desde tres calles atrás. Trunks estacionó el auto y fueron hasta la entrada para pasar sin importarles las miradas fulminantes que les dirigïan las personas que estaban haciendo fila para poder entrar.
—Oigan, hagan fila si quieren pasar- dijo serio uno de los tipos que custodiaban la entrada.
—Acaso no sabes quién es él. — bramó Goten mirándolo desafiante a pesar de que solo le llegaba a la altura del pecho.
—No me importa, hagan fila para que puedan pasar o los sacaré a la fuerza.
Goten abrió la boca indignado luego entrecerró los ojos e hizo un puchero dando a entender que se iba a poner a refunfuñar. Trunks solo sonrió y dijo...
—Soy Trunks Brief, el hijo de su jefe, déjenme pasar con mis amigos y conservarán sus empleos.
El tipo grandote palideció y boquéo como pez fuera del agua.
—S-si, señorito Trunks, pase, digo pasen.
Los chicos entraron al lugar con aire triunfante aunque Trunks frunció el ceño con desagrado ante eso de "señorito".
Observaron el ambiente animado. las luces multicolores, la música controlada por el D.J que era aclamado por el público mientras bailaban y tomaban alcohol, moviéndose según el ritmo de la música.
Se veían parejas besándose y tocándose y en las barras el sonido de copas sonaba, mientras el barman servía a los clientes moviendo las caderas y sonriendo con galantería.
Todo era... perfecto.
Los chicos fueron a buscar una mesa para tres y se sentaron mientras espiaban a todos los lugares para buscar una pareja de baile y a una segura víctima.
—Está genial- gritó Goten para ser escuchado sobre la estruendosa música. —Nunca pensé que tu papá abriera un lugar como este, pensé que no era su estilo.
Trunks soltó una risilla, eso mismo se lo habían dicho en el colegio varios compañeros.
—Y no lo es.- confirmó. —Pero es inteligente y sabe que un lugar como este le daría más ganancias para llenar sus pesados bolsillos.
Y asi era, su padre Vegeta nunca pondría los pies en ese lugar..
La música seguía zumbando en sus oidos y eso los impacientaba... querían bailar y eso harían. Se fueron a la pista y se pusieron a bailar los tres, muy pegados, llamando la atención a su alrededor por sus movimientos sensuales que parecían coquetear descaradamente.
Eran atractivos y lo sabían.
A Marron, un chico atractivo sin camisa la sacó a bailar. Goten se quedó con una chica modelo que venía coqueteándole desde hace un buén rato.
Trunks se fué a sentar a la mesa. Él aún no había encontrado a una chica que le llamara la atención, pero aún asi mantenía su vista fija en la pista buscando como un cazador buscaba su presa...
En eso estaba, cuando lo vió...
Su corazón se aceleró...
Trunks no era homosexual. A sus 16 años recién cumplidos ya había tenido incontables encuentros sexuales con mujeres y chicas de su edad.
Tampoco se consideraría bisexual, o al menos no lo había echo porque no le había interesado ni llamado la atención ningún chico.
Pero....
¡Diablos! Que no podía apartar su mirada de ése mesero...
¿Porqué?
No lo entendía.
Lo veía atractivo, demasiado atractivo para su propio gusto.
Era alto, pero con facciones aniñadas "seguramente tiene unos 18 años" dedujo. Su piel blanca sin imperfecciones, su cabello azabache de mechones alborotados, una encantadora y amplia sonrisa...
Y por Kami, ese cuerpo... atlético, varonil, musculoso, muy musculoso... ¡Joder! que se le estaba cayendo la baba al solo verlo.
Y es que el muy condenado usaba el peculiar traje de mesero del lugar. SIN CAMISA, solo llevaba una corbata negra, pantalón de tela y zapatos del mismo color y unos guantes blancos en las manos donde cargaba una charola con vasos llenos de bebidas alcoholicas.
—¿Trunks?- llamó insegura Marron que sabe diablos como apareció a su lado tan repentinamente.
—¡Marron!- Trunks se llevó la mano al pecho por el susto. —¿Que haces aquí? Pensé que estarías bailando...
—¿Que tanto le miras al guapo mesero.?- Marron no se andaba por las ramas y eso, Trunks lo sabía.
"Maldición" pensó apretando los puños bajo la mesa. —No sé, me gusta, creo. No estoy seguro.- respondió entre dientes enfurruñado.
Marron lo miró extrañada. —Trunks, es un hombre. — recalcó lo obvio y Trunks rodó los ojos. —No me mal entiendas, es solo que tu proclamas ser hetero hasta por los poros.
—Y lo soy, pero él es diferente.- dijo mirando al susodicho a la distancia. —¡Ya sé!.- exclamó de repente.
—¿Qué?- se sobresaltó la rubia.
—Me lo llevaré a la cama y asunto arreglado, muy facil.- Trunks asintió repetidas veces muy convencido y a Marron le bajó un goterón por la sien. —Oye tu chico, ven-
El mesero se voltió a la mesa donde lo llamaban y dejando la charola en la barra, fué hasta ellos con una libreta en mano.
—Buenas noches, ¿en qué puedo servirlos?- preguntó con una accecible sonrisa y listo para escribir sus pedidos.
Trunks arrugó el entrecejo y tensó la mandibula para evitar que el sonrojo subeira a su rostro sin permiso...
EL MUY MALDITO HASTA LO ESTABA SEDUCIENDO CON SU PERFECTA VOZ Y ESA ANGELICAL SONRISA.
—¿Joven?...
—...
Marron lo pateó bajo la mesa para que reaccionara. Trunks la miró mal, luego se avergonzó
—Vodka- logro decir desviando la mirada muy alterado.
¿Que demonios le estaba pasando?
—Joven, debo pedirle su tarjeta de identidad para corroborar que sea mayor de edad.- dijo miràndolo atentamente.
Eso ya no le gustó a Trunks, él era menor de edad, pero, y ¿qué? Él quería alcohol, lo nesecitaba.
—Solo, sírveme.- respondió tajante.
—Lo siento, joven, pero si no me muestra una identificación donde muestre que es mayor de edad, no le puedo servir alcohol.
Trunks se levantó alterado, golpeó la mesa con el puño y lo miró asesinamente. —Acaso no sabes quién es mi padre. — arrastró las palabras con veneno. ¡diablos! ese sugeto le estaba alterando.
-Joven, cálmese...
—No me digas jóven, estúpido.-
Varia gente se detuvo a verlos por esa exclamación y los murmuros no se hicieron esperar. El atractivo mesero solo suspiró sin alterarse.
—Por favor amigo cálmese, solo estoy cumpliendo con lo establecido por la ley...
—ME IMPORTA UNA MIERDA LA LEY, Y NO ME DIGAS "AMIGO" YO NO SOY TU AMIGO, TU Y YO NO SOMOS IGUALES.- gritó con las orejas rojas de la furia... en especial cuando mencionó la palabra "amigo".
—Emm, Trunks cálmate- dijo Marron con miedo. Jamás había visto a Trunks tan alterado... el pelilila solo la ignoró.
—Solo pedí su identificaciòn joven, le pido encarecidamente que se calme o llamaré a seguridad.- Trunks sonrió altivo.
—Por si no lo sabes, MI PAPÁ, es el dueño de este lugar. Tu solo eres un criado más. Puedo hacer que te corra si yo quiero.- el mesero frunció el ceño y su mirada se volvió fría, tanto, que hizo sentir a Trunks tan pequeño...
—Pues no me importa quién sea su padre. Y si me corre por no cumplir los caprichos de un niño mimado como usted; bién, pero no pasaré sobre la ley solo porque su papi sea el dueño de este lugar.- dicho eso, el mesero se fué, alejándose de la mirada sorprendida de Trunks.
Y el silencio se hizo presente en toda la estancia, hasta la música se había detenido y la tensión se hizo insoportable.
Trunks estaba petrificado. Parpadeaba sin poder creer lo estúpido que había sido. Sin saber porqué, ahora le entraron unas ganas inmensas de llorar. Un nudo se le atoró en la garganta, dificultándole el respirar y sus ojos comenzaron a escocer.
Se llevó una mano al pecho. Le dolía. ¿Porqué se comportó asi?
Apretó sus párpados y salió corriendo, ignorando los gritos de sus amigos que lo llamaban preocupados.
Esa noche no salió como esperaba.
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La luz del sol le pegó en pleno rostro haciendo que arrugara la cara con fastidio. Tenía los ojos rojos y la cabeza le dolía, había llorado como hace años no lo hacía. Lloró desconsoladamente como cuando era un niño pequeño y se raspaba las rodillas por andar de hiperactivo.
Pero esta vez era no era un dolor físico... era un dolor emocional.
Y lo peor es que ya sabía la razón...
Se había enamorado de ése encantador mesero.
"Hm, y fuí tan estupido que ahora de seguro está odíándome."
Se mordió el labio inferior contraiendo su rostro para evitar más lágrimas...
¿Porqué él?
¿Porqué un hombre?
Arrugó las cobijas con sus dedos en frustración consigo mismo. Tenía que disculparse, nesecitaba disculparse, su corazón le gritaba que tenía que disculparse con su amor.
Lanzó un sollozó desde el fondo de su garganta y se agarró los lacios frequillos que enmarcaban su rostro.
Era un tonto, un estúpido, un idiota. ¿Porqué lo trató asi?
Y por Kami, esa mirada y esa voz fría con la que le habló, le congeló el corazón y hasta el momento le erizaba los cabellos de la nuca de solo recordarlo.
Se talló violentamente los ojos y se levantó de la cama. Agarró el celular que estaba en la mesita de noche y desbloqueó la pantalla para mirar con impresión que tenía 15 mensajes de Goten y Marron respectivamente.
Una punzada de preocupación le hizo reaccionar: había dejado a sus amigos varados en el pub anoche.
¡Diablos! Era un pésimo amigo.
Tecleó con velocidad y les envió un mensaje a sus amigos...
¿Están bién? Siento mucho olvidarlos anoche, me sentí muy mal por lo que paso. Prometo que no vuelve a pasar.
No pasaron ni tres minutos cuando sus amigos le respondieron que estaban bién, que no se preocupara, que ellos habían cogido un taxi para regrerar a sus casas.
Suspiró aliviado ante eso y aventó el pijama que andaba en el cesto de ropa sucia para meterse al baño.
Se posó bajo la regadera, dejando que el agua tibia cumpliera el trabajo de relajar su cuerpo. Una vez limpio y sintiéndose un poco mejor, salió y fué a su armario para coger su uniforme del colegio.
Se vistió, se colgó la mochila sobre el hombro y salió. Cuando estuvo en la planta baja ya todos se habían ido, dejando el comedor en una soledad fantasmal.
Derganado, agarró una manzana para el camino y fué a la cochera, escogió su BMW blanco y se fué al colegio.
"La rutina de siempre" se dijo desganado. Vislumbró la entrada del colegio y suspiró para darse ánimos a estacionar el auto y entrar a su primera clase.
Arrastraba los pies por los pasillos ignorando los murmullos "enamorados" de las chicas a su alrdedor.
Que ironía... pensó con una sonrisa sin gracia. Ayer a esta misma hora les estaba regalando una sonrisa coqueta y una mirada sugerente a esas chicas, pero ahora de solo pensarlo se le revolvía el estómago...
"¿Qué me hiciste estúpido mesero?" pensó divertido, pero luego cambió su expreción a una abatida al recordar su situación.
"Ojalá y no haya renunciado" se dijo temeroso. "Iré al pub esta noche y me disculparé con él." y con un poco más de ánimo, entró al salón de clases donde sus dos amigos ya le tenían apartado su lugar junto a ellos.
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Continuará...