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Painful talk por Dakuraita

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Notas del fanfic:

Me atreví a jugar un poco con el drama, espero os guste. 

Notas del capitulo:

El MuraAka es sinonimo de drama a veces, pues tenemos a dos personajes diferentes con formas de expresión tan diferentes. 

El MuraMido no es de mis parejas preferidas, sin embargo me los imagino de grandes, experimentando un gran romance. Todo en esta vida cambia y el amor no es la excepción. 

¡Disfruten la lectura! 

El teléfono sonó por décima vez… Él era persistente.  

Akashi observó la pantalla del celular… de nuevo ese número, ese nombre, ese tono.

Masoquista, estúpido, necio… así se sentía Akashi. ¿Por qué no apagaba simplemente el celular? ¿Por qué…?

Cuando sonaba el teléfono, el pelirrojo se decía a sí mismo que no contestaría, que le daría fin a todo, que las cosas jamás volverían a ser iguales. Cuando el teléfono dejaba de sonar, se sentía culpable, se prometía a sí mismo que contestaría, que arreglaría las cosas directamente, que resolvería las cosas por las buenas, que todo acabaría bien… Sin embargo, para cuando volvía a sonar, el temor le acorralaba.

¿Quién llamaba?

Murasakibara Atsushi, su… ¿ex novio? No podría asegurarlo, no después de lo que sucedió.

 

Hace tiempo prometiste las estrellas, yo te prometí mi corazón… te di lo que a nadie más. Sé que no soy la pareja perfecta, sé que soy un desastre, sé que soy un asco, sé que mi padre es horrible, sé que mi pasado no es el más feliz… y sé, sobre todo, que tú me amabas de verdad, o al menos, alguna vez lo hiciste.

Las cosas cambiaron, Atsushi.

Los humanos cambiamos, nada permanece de la misma manera, al menos no de forma eterna.

Yo cambié, tú cambiaste, ambos cambiamos. ¿Por qué estás tan enamorado del “yo” que existió hace cinco años? Él ya no está, y tú ya no eres el mismo de hace cinco años. Por favor entiéndelo, y más que nada, déjame olvidar… dejarme ir…Por favor.

¿No es tu romance con Shintaro la prueba de ello? Los dos se odiaban en la secundaria, se hubiesen clavado un tenedor en el ojo de ser posible, e incluso en la preparatoria siguieron aborreciéndose… pero ahora, son tal para cual. La manera en que él se cohíbe cuando le halagas, la forma en que su labio inferior titubea, y como los dos se complementan es la prueba de ello.

Tú eres creatividad, él es orden. Los dos se quieren así, se valoran, y maduraron para entender que se aman.

Si yo acepté esto, ¿Por qué tu no, Atsushi?

Esto no es un libro de fantasía, no es una novela romántica… no hay forma de que terminemos los tres juntos. Me valoro, ¿Lo sabes? Con todo me aprecio y tengo la suficiente dignidad como para entender que yo no cuadro en la ecuación. Así que, por eso y nada más que por eso… reacciona Atsushi, date cuenta de lo que estás arriesgando por un simple capricho… date cuenta de lo que me estás haciendo.

Date cuenta…

Atsushi, te amé, de hecho… te amo, pero si te lo digo seré débil y tú darás un paso atrás en vez de ir hacia delante. Te amo, te amo, te amo locamente y cuando lo niego sé que me miento a mí mismo… pero tengo que olvidar, tengo que dejar a mi corazón sanar.

Te amo, pero no como alguna vez.

Te quiero, pero diferente.

Las cosas no son lo que una vez fueron.

Me duele, me aterra, es confuso… Pero es inevitable, innegable.

Todo en la vida pasa por algo, estamos atados a la causalidad, a lo que unos llaman destino y aun así se nos permite tomar decisiones, hacer elecciones cuando es necesario. Has tomado tus decisiones y yo las mías, no hay nada malo en ello. No obstante, creer que todo volverá a ser como alguna vez fue es una falacia. Nada ocurre dos veces de la misma vez.

Intento salvarnos, intento salvarte…

¿Estoy haciendo lo correcto? No tengo idea.

Mis emociones se mezclan con la razón, como si hubiese muchas voces y todas emitieran veredictos diferentes.

Lo único que deseo es nuestra felicidad…

Fue hermoso, y aun así, al igual que una flor, lo nuestro se marchitó.

Los vestigios del perfume de nuestro romance quedaron como las cenizas del fuego.

Añoramos el pasado.

Pero debemos vivir el hoy.

Mi mañana no es a tu lado, y el tuyo está a su lado.

 

Caminemos hacia el futuro, Atsushi.

 

 

No pudo aguantarlo más, tomó el celular, de nuevo comenzó a sonar… esta vez, contestó.

—Atsushi, pensé que había sido claro, no quiero hablar contigo —dijo con firmeza, procurando mantener toda la calma posible, no era sencillo, las emociones se arremolinaban en su pecho y provocaban que la garganta se le cerrara. Sentía que si decía más de lo debido rompería en llanto… menos mal Atsushi no estaba frente a él, pues de estarlo, le hubiese visto con los ojos vidriosos.

—Aka-chin… no seas así conmigo, te dije que lo sentía y…

—¡No quiero escuchar más de eso! ¡Entiéndeme Atsushi! —exclamó Akashi, impaciente, dolido por las palabras de Murasakibara.

—Intento entenderte, siempre he intentado entenderte…—la voz de Atsushi sonaba preocupada, pero no lo suficiente, no como alguna vez—. Pensé… pensé que…

—¿Qué pensaste, Atsushi? ¿Pensaste que dejaría pasar lo que vi así como así? Toda mi vida he dejado pasar las cosas, dejé pasar todo lo que mi padre hizo, dejé que me alejaran de mi madre, dejé que todos me tratasen cual monstruo e incluso dejé pasar todas las atrocidades que hice… pero ya no más, ya no más Atsushi. ¿No lo ves? Estas lastimándome, tu necedad está lastimándonos —su voz comenzaba a flaquear. Tuvo que cubrirse la boca para reprimir un largo sollozo. Las lágrimas brotaban, calientes, terribles, hirientes… Ah, sus ojos le ardían tanto como su pecho.

—Sólo fue un beso… —musitó Atsushi, con poca voz.

—Atsushi… de verdad, basta ya. ¿Por qué pretendes? Sé que le amas, lo sé bien. No soy idiota… te conozco desde que éramos unos adolescentes y… ¿sabes? —Hizo una pausa, respiró hondo, alejó el celular un poco, su cuerpo temblaba—.  Te pido perdón —logró articular con esfuerzo. Sus manos apenas podían sostener el celular, las lágrimas no cesaban, ¿Hace cuánto que no lloraba así? Sinceramente era lo peor—, yo permití que esos sentimientos tuyos hacia mí florecieran. Te dejé confundir el amor que me tienes como amistad, casi como de hermano con un sentimiento romántico… y ahora pago el precio.

—¡No! ¡A-Aka-chin, basta! ¡Yo sí te amé! ¡Siempre te he amado! Ese beso… no es lo mismo, y-yo quiero a Mido-chin, es cierto, él… él es tan diferente, pero, tú siempre has sido tú, y eso es lo más grandioso, que aun si el mundo se derrumba sé que estarás ahí para mí. ¿Cuántas veces tengo que disculparme? Lo haré tantas veces lo necesites… lo haré cada día hasta que me perdones… Pero, no me dejes, no me dejes… Mi cabeza ha estado hecha un desastre… —la voz de Atsushi sonaba tan fría, tan seria y decaída, tan apenada.

¿Por qué era tan difícil creerle?

Porque Akashi le conocía y sabía que Atsushi era caprichoso y se había encaprichado con él.

Era cierto que aun si el mundo se derrumbaba Akashi estaría ahí para darle todo su apoyo y afecto, pero, se equivocaba al decir que seguía siendo el mismo… Ya había cambiado.

Se escucharon sonidos de auto, Murasakibara estaba manejando.

—Atsushi, estas manejando, y hoy el clima es terrible, lo último que quiero es que te suceda algo. Maneja con cuidado, cuando llegues al apartamento seguiremos con esto —declaró con firmeza, aun si él se negaba Akashi estaba listo para cortar la llamada—. Por favor Atsushi… abre los ojos —dijo antes de colgar—. Shintaro no esperará por siempre.

Atsushi llegó al apartamento, esperaba abrazar a Akashi, besarlo, pedirle disculpas y después hacerle el amor toda la noche, siempre hacía eso. ¿No era demasiado inmaduro de su parte creer que eso siempre serviría? Sí, lo era.

Para su sorpresa, el apartamento estaba vacío…

Soló las cosas que tenía en las manos: unas flores y cosas para la cena. Corrió hacia su habitación, la que había compartido con él tanto tiempo. Abrió la puerta con lentitud, esperaba que todo fuese una pesadilla, una ilusión… esperaba que su querido Aka-chin estuviese en la cama, durmiendo… No fue así.

La cama estaba tendida, el closet abierto, todo estaba en perfecto orden. Las cosas de Akashi ya no estaban en su lugar. Murasakibara cayó de rodillas al suelo. Pasmado, se sumió en un terrible estupor, las lágrimas brotaron al poco tiempo, eran pequeñas gotas llenas de frustración. Sí, lo había arruinado todo. Había arruinado todo…

Marcó el número de Akashi por doceava vez.

—¿Aka-chin…? ¿Qué significa esto? —escuchó un suspiro, su pelirrojo había estado llorando, le conocía.

—Ya no puedo más Atsushi, estoy tan cansado. Estos últimos meses han sido una tortura. Pensé en suicidarme, más de una vez. Pensé en darle fin a mi existencia… Cuando supe que me eras infiel con él, sentí que toda mi existencia era insignificante, que ya no valía nada. Atsushi, ¿Entiendes esto? Solo vivimos una vez, solo tenemos una oportunidad de pisar esta tierra, de amar, llorar, reír y sufrir. Yo siempre sufrí, y lo acepté, pero tu amor me hizo verle un nuevo sentido a todo —Akashi respiraba agitado, realmente estaba emocionalmente exhausto, ya ni se molestaba en ocultar el sollozo en su voz—… Cuando “eso” pasó mi mente no lo soportó. Espero que entiendas, he sufrido mucho, ya no más.

—¿Dónde estás?...

—Estoy en el apartamento de un amigo, por favor no intentes buscarme, no tengo la fuerza para lidiar con esto. Siempre he tenido que ser fuerte pero cuando se trata de ti no puedo hacer nada al respecto. Esto es grave Atsushi, hace tiempo que dejó de ser amor por mi parte, era dependencia, chantaje emocional, desesperación… Olvidé lo que era una relación sana, olvidé lo que era vivir sin preocupaciones, inseguridades y miedos… Me enferma saber a qué punto llegué.

—Aka-chin, ¡Para de una vez! ¡Deja de auto-compadecerte! ¡Lo nuestro es y será siempre real!

—¿Auto-compadecerme…? Sí, ciertamente lo he estoy haciendo, es la primera vez en mis 25 años de vida que me he auto-compadecido de esta forma, y no te preocupes, dejaré de hacerlo, porque abrí los ojos y me di cuenta de que hay gente que se compadece genuinamente por mí… amigos. Olvidé una cosa más, Atsushi… olvidé que el amor de pareja no es el único, ni el más grandioso, existe el amor de los amigos. No puedo creer que haya sido tan ciego, me dejé alejar de nuevo, igual que en la secundaria cometí ese enorme error, pero era feliz con ello, pues pensaba que lo hacía por amor.

Akashi lloraba, Atsushi también. Mayor razón para que Seijuuro se alejase de una vez.

—Atsushi… te amé, eso tenlo seguro. Hubo un tiempo en el que fue real, autentico y maravilloso, te doy las gracias por eso. Y ruego me perdones si alguna vez te lastimé. Pero estoy tiene que terminar.

—No… no va a terminar.

—Terminó.

—¿Desde cuándo?

—Desde que ese día fuiste a recibirlo a él y no a mí. Yo acepté que había perdido, he intento olvidarte, les doy el paso libre para que sean felices y escriban un nuevo capítulo en sus vidas, ¿Por qué no puedes hacer lo mismo…? Si me amaste, déjame ir. Si no quieres mi amistad después de esto, está bien. No te guardo rencor, pero necesito tiempo, necesito dejar que esta alma cuarteada mía vuelva a sanar otra vez.

Un día, Akashi y Shintaro salieron de viaje. Ambos avisaron que día arribaban. Los dos arribaban el mismo día. Pero Murasakibara, lejos de recordar que Akashi llegaba, fue a la estación a recoger solamente a Shintaro, y ahí, frente a todos, ambos jóvenes se besaron con amor, con pasión, con todo eso que alguna vez perteneció al pelirrojo pero ya nunca más sería suyo. Akashi lo vio todo. Intentó desviar la mirada, intentó huir, correr, evitar ser visto… pero no pudo, fue imposible, observó la escena completa. Hasta que Atsushi le vio y entonces… todo fue caos. Seijuuro salió corriendo y Murasakibara no pudo detenerle. Shintaro no supo que hacer, había herido a Akashi y no estaba orgulloso por ello.

 

/Conversación de Chat, día del incidente. 12:00 am/

  • «Midorima Shintaro»: ¿Akashi? Por favor responde…
  • «Akashi Seijuuro»: ¿Qué sucede, Shintaro?
  • «Midorima Shintaro»: Necesito hablar contigo. Por favor.
  • «Akashi Seijuuro»: ¿Sobre qué?... ¿Sobre lo de hoy?... Shintaro, tengo que decírtelo, yo ya lo sospechaba. Creo que tu no subestimas mi intelecto a tal grado, ¿cierto? No te preocupes, ya lo veía venir, no estoy molesto. Más bien, dolido… pero no contigo Shintaro, esto es entre él y yo.
  • «Midorima Shintaro»: ¿No lo estás? ¿Cómo es eso posible? ¡Me besé con tu pareja! ¡Por dios, Akashi! ¡Vamos! ¡Moléstate conmigo! Eres humano… fuiste herido, tienes derecho a reclamarme… por favor, sólo hazlo.
  • «Akashi Seijuuro»: Ex, Shintaro, con mi ex. Y sí, soy humano, no sabes cuánto lloré y cuanto me duele, pero no voy a gritarte, no voy a ser el malo de
  • «Midorima Shintaro»: No quise que las cosas terminaran así.
  • «Akashi Seijuuro»: No están terminando, es un nuevo comienzo, para los tres.
  • «Midorima Shintaro»: ¿Akashi…?
  • «Akashi Seijuuro»: ¿Qué sucede, Shintaro?
  • «Midorima Shintaro»: ¿Me darías a esa persona…? ¿Puedes de verdad darme a Atsushi?
  • «Akashi Seijuuro»: …Yo sí puedo, Shintaro. Creas o no, me has abierto los ojos.
  • «Akashi Seijuuro»: Quiero que entiendas que yo amo a Atsushi, y a ti te quiero mucho, eres una amistad que no valoré tanto como ahora en el pasado. Tú no tienes la culpa de lo que pasó entre Atsushi y yo. Eres una nueva corriente que cambió el atascado rumbo de nuestras mareas, y lo aprecio.
  • «Midorima Shintaro»: Akashi, en serio lo siento… no era mi intención.
  • «Midorima Shintaro»: Nunca pensé que yo sería capaz de enamorarme de él.
  • «Akashi Seijuuro»: Te creo, ninguno de nosotros. Pero así funciona la vida.
  • «Midorima Shintaro»: Eso creo, hemos cambiado mucho, ¿no?
  • «Akashi Seijuuro»: Sí, parece que fue ayer cuando apenas salimos de la secundaria.
  • «Midorima Shintaro»: Tienes razón…
  • «Akashi Seijuuro»: Shintaro, estoy cansado… Me iré a dormir.
  • «Midorima Shintaro»: Adiós Akashi, te quiero y… lo siento.
  • «Akashi Seijuuro»: No tienes porqué, y yo también te quiero Shintaro. Adiós.

 

Cuando esa conversación finalizó, Akashi lloraba más que nunca, puesto que sabía que aún estaba haciendo lo correcto no por eso dolería menos. Shintaro se fue a la cama, confundido, triste… se sentía culpable. Realmente, si pudiese viajar en el tiempo, evitaría que todo eso sucediera, le diría a su yo del pasado que se alejase de Atsushi y… dejaría que sus dos amigos fuesen felices juntos. Aunque las palabras de Akashi mostraban que estaba aliviado y conforme, Shintaro conocía al pelirrojo y sabía que una vez más lo había herido.

¿Cuántas heridas soporta el corazón? El de Akashi era admirable, sin duda había soportado muchas.

La noche calló, la lluvia comenzó… Ah, la temporada de lluvias siempre parece ser tan oportunamente inoportuna.

 

 

/Conversación 2, al día siguiente, 5:00 pm/

  • «Murasakibara Atsushi»: ¿Mido-chin…?
  • «Midorima Shintaro»: Aquí estoy Atsushi, ¿Qué pasa?
  • «Murasakibara Atsushi»: Es sobre lo de ayer… no puedo, no sé qué decir.
  • «Midorima Shintaro»: Hablé con Akashi.
  • «Murasakibara Atsushi»: ¿Qué? ¿Y qué te dijo…? A mí no me contesta los mensajes, ni siquiera me deja en visto, nada de nada. Pero tampoco me ha bloqueado.
  • «Midorima Shintaro»: Dale tiempo, Atsushi. Lo lastimamos, y… es grave.
  • «Murasakibara Atsushi»: ¡Lo sé! ¡Maldición!
  • «Midorima Shintaro»:… Atsushi, yo no sabía que Akashi iba a llegar el mismo día que yo, pero tú sí… ¿verdad?
  • «Murasakibara Atsushi»: Lo olvidé, lo admito…
  • «Midorima Shintaro»: Atsushi, ¿Me quieres? Ese beso que compartimos, sentí algo en él. Atsushi, ¿Qué pretendes? Sabes que te quiero, realmente he llegado a quererte, ya te dije que estoy enamorado de ti y tú me has dicho que estás confundido.
  • «Murasakibara Atsushi»: Lo estoy.
  • «Midorima Shintaro»: Entiendo, sé que Akashi y tu compartieron algo increíble pero… ya terminó, dímelo, ¿Por qué no dejas ir el pasado? Yo dejé ir a Takao, le estaba haciendo daño. Y tú, creas o no… estás haciéndole daño a Akashi.
  • «Murasakibara Atsushi»: ¡PARA YA! ¿POR QUÉ TODOS SE ENSAÑAN EN DECIR LO MISMO? No entienden mis sentimientos, no hay forma de que entiendan todo lo que yo pasé con Aka-chin, todo lo que somos… no es tan simple.
  • «Midorima Shintaro»:  ¿No sabes a quien amas? ¿Solo jugabas conmigo? ¿Qué soy para ti entonces?
  • «Murasakibara Atsushi»: ¡No! ¡No es eso! ¡No he jugado con ninguno de los dos!
  • «Midorima Shintaro»: Entonces, decídete de una vez Atsushi.
  • «Murasakibara Atsushi»: Dame tiempo.
  • «Midorima Shintaro»: Lo haré.
  • «Murasakibara Atsushi»: Hablamos luego.
  • «Midorima Shintaro»: Ok.

 

 

—No, no dejaré que termine… Aka-chin…

—Atsushi, basta. Y, si me quieres de verdad, entonces deja de lastimarme y deja de lastimar a Shintaro. Dame tiempo, déjame sanar… por favor, el dolor es insoportable.

—No hagas nada estúpido, Aka-chin —exclamó Atsushi, aterrado.

—Calma —dijo Akashi, conciliador—. Tengo a alguien que me cuida, no me dejará hacer una locura, y la verdad, no tengo las fuerzas para hacerla.

—¿Ya no me amas entonces?

—Te amé, pero esa época de mi vida ya finalizó. Atsushi, entiende, no soy el mismo de antes, ni tu tampoco… estancarte en el pasado sólo creará más dolor. Vivamos el hoy. Sin rencor, sin dolor… vamos, no me debes nada, dale amor a ese que te está entregando lo que yo perdí.

—Aka-chin…

—Te amé, y te quiero aun hoy. Lo repito… dame tiempo, sanaré, siempre lo haré.

—¿Y qué hay de mí? ¿Crees que esto no me duele? ¿Crees que esto no me confunde?

—Sé que sí, siempre has sido alguien caprichoso, y te estas lastimando con tu necedad. Pero… entiendo que duele, sé que tampoco para ti ha de ser fácil, el desencanto llegó a los dos, pero tú encontraste a alguien nuevo, encontraste lo que tú y yo no pudimos mantener vivo durante más tiempo. Deja de confundirte, no hay necesidad… ve con él, ¿Ok? Abrázalo, dile lo que sientes… y déjame ir.

—Lo siento… yo…

—Te perdono.

—Pero… te prometí que…

—También yo, también yo.

—Te quiero, en serio.

—Y yo igual.

—¿Estás seguro?

—Terriblemente.

—… ¿Nos veremos alguna vez?

—… Sí —hizo una pausa—. Adiós Atsushi, te deseo lo mejor.

Colgó.

—¿Sei-chan? ¿Todo bien?

—No, realmente no, creo que jamás he estado tan mal… al menos no desde hace tiempo —respondió el pelirrojo hecho un mar de lágrimas. Reo suspiró, le dolía verle tan mal. Pero, es parte de la vida sufrir por el desamor.

El amor, irónicamente no duele… lo que duele es todas las emociones negativas que conlleva ser un humano enamorado.

—¿Quieres que me quede contigo esta noche?

—Sí.

—¿Quieres chocolate caliente?

—Por favor.

—Ha sido una dura llamada… ¿verdad?

—La peor de todas.

Reo abrazó a Akashi y le dejó llorar.

¿Qué pasará mañana? Eso es un misterio.

 

Notas finales:

¿Les gustó? Espero que el mensaje de este one-shot llegue a sus corazones. 

Nos leemos. 


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