Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Right behind you. por deep desire

[Reviews - 41]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

heey !! lamento la tardanza!! llegué tarde a casa y tuve que terminar un par de trabajos pendientes, este cap es un poco más largo y espero que les guste! les agradezco por sus hermosos reviews! y nos leemos <3 

Nathan


 


 


                                                                                          “Miedo”


 


 


 


Dentro de mi sueño, en algún momento comienzo a escuchar un “bip-bip-bip-bip” cada vez más y más rápido, hasta que al fin despierto, y cuando veo qué es lo que ocasiona tanto revuelo… digamos que ya es un poco tarde.


Mi GPS no para de anunciar que el objetivo se acercó demasiado, tanto así que ahora está justo a mi lado. De pie al lado de mi cama.


– Santa mierda –murmuro mirando a Ry que está jadeante y luciendo muy cabreado.


– ¿”Santa mierda”? –gruñe con una vena en su frente que sobresale– ¿Solo eso dices, mocoso?


– Y-Yo… –tartamudeo sin saber qué más decir.


De pronto siento mucho miedo ya que me encuentro indefenso frente a ésta bestia iracunda. Lo cual es muy malo teniendo en cuenta que aún no despierto del todo. Comienzo a sentarme lentamente sobre la cama, pero sin hacer movimientos bruscos para que él no se percate…


– No harás eso –se ríe.


Su risa sí que es escalofriante y demasiado incrédula. Siento frío recorrer mi cuerpo con ese sonido ronco sin sentimiento cálido.


– ¡Es oficial, tengo miedo! –exclamo.


¡Mierda, no! Eso no debía ser dicho en voz alta.


– ¿Tienes miedo? –se burla.


– Cállate –gruño retrocediendo al otro extremo de la cama pero me sujeta de un tobillo– Suéltame.


– ¿Qué te parece si hago lo que yo quiero y tú sólo lo aceptas? –.


Tira de mí y me arrastra hasta llegar al borde de la cama, junto a su cuerpo. Me retuerzo todo lo que puedo. Lo golpeo con todo lo que tengo y aún así no es suficiente. No esperé a que tuviera toda esta fuerza guardada. No esperé que pudiera superar todos mis planes y expectativas. Qué tonto fui al subestimarlo y etiquetarlo de débil.


– Esto no debería estar pasando –susurro con la voz temblorosa  por toda la frialdad que veo en sus ojos.


El plan era de tres días.


Ry es rescatado por sus jefes en el día uno.


Ry investiga mi paradero en el día dos, luego de haber sido sermoneado por sus jefes y severamente advertido de su inútil plan para matar a un estudiante.


Ry me encuentra en el día tres donde Max, Tom y yo lo secuestramos de nuevo para llevarlo a un lugar fuera del radar del gobierno.


Tres días rigurosamente planeados.


Tres días. No tres horas.


– ¿No? ¿Y qué debería de estar pasando según tú criterio? –pregunta con desdén.


– T-Tú no deberías estar… –.


No puedo hablar porque mi corazón está a punto de salirse por mi pecho literalmente. Nunca había sentido tanto miedo como lo tengo ahora.


Ry sujeta mis dos tobillos con fuerza y me tira hasta que se presiona contra mis piernas, se inclina y pone todo su peso sobre mí.


– No –murmuro asustado y negando con la cabeza– Aléjate, Ry.


– Tú eres el que hablaba de violarme ¿no? Qué irónico, mira cómo se invierten los papeles –se ríe y se acerca cada vez más.


– Es cierto, pero yo no lo hubiera hecho por más que hubiera querido –respondo espantado por cómo sube sus manos por mis piernas.


Sé que él es más liviano que yo si comparamos los pesos, pero aún así, en estos momentos me parece que pesa una tonelada y no puedo moverme ni un centímetro. Tal vez se deba al pánico y al miedo, pero me encuentro congelado, no sé qué hacer.


– Tienes razón, pero todo esto es tu culpa –acerca su boca a mi oreja– Porque tú me cambiaste con tus acciones y con ese beso, ahora debes asumir las consecuencias de tus actos y hacerte cargo de ello, mocoso.


– Lo haría –susurro mirando al techo con la visión emborronada de lágrimas no derramadas. Sé lo que quiere hacerme y por más que me guste él, no puedo aceptarlo. No de esta forma cruel– Pero no puedo hacerlo cuando ésa persona actúa tan frío, cruel y despiadado. Yo no tengo la culpa de todo, no me culpes a mí. Eso no se hace. Sólo los cobardes huyen y culpan al resto.


– Pues adivina –levanta la cabeza y sonríe, pero su sonrisa flaquea cuando mira mis ojos llorosos– Soy un cobarde –susurra.


Mi cuerpo está inmóvil sobre la cama porque he dejado de luchar. Sé que no tengo oportunidad contra él en este momento, pero lo que no sabía era que estoy llorando lágrimas frías.


Lo supe cuando él pasó su mano por mi mejilla y me mostró una lágrima. Ahora solo puedo mirar sus ojos y llorar por el miedo que aún siento en el fondo de mí, hasta mis huesos.


Yo no quería que este encuentro fuera así. Yo no quería sentirme tan asustado en este momento. Yo no quería llorar al darme por vencido con luchar. Yo no quería ser débil. Yo no quería que él tratara de violarme de verdad.


– Entonces hazlo –susurro sin emoción– Viólame, Ry –.


Miro a sus ojos esperando su respuesta y cuando su mano fría se mueve debajo de mi camiseta y me obliga a quitármela, lloro con más fuerza.


Quiero sentir el calor que sentí cuando el toque de su piel me llenó de cargas eléctricas, pero todo lo que puedo sentir ahora son escalofríos de miedo. Hielo tocándome en contra de mi voluntad.


Creí que cuando él me devolvió el beso hace unas horas, me estaba diciendo que me aceptaba de la forma en que yo lo acepté a él… pero ahora veo cuan equivocado estaba. Él sólo me ve como el mocoso que lo humilló al tocarlo, y ahora debe recuperar su orgullo humillándome a mí de la peor manera posible: violándome. Usando mi cuerpo para su placer.


Miro su rostro y espero alguna reacción en su expresión, alguna emoción humana cálida, pero en todo momento tiene la misma expresión fría. Siento sus manos recorrer mi pecho y bajar hasta mi abdomen. Tiemblo completamente, pero al parecer mi mente ha dejado de resistirse y mi cuerpo también, porque ya no tengo las fuerzas para seguir peleando y sólo quiero que se acabe luego.


– Porque no te apresuras y ya –sugiero– Acaba de una vez, el resultado será el mismo –.


Se detiene en el broche de mi cinturón y luego continúa con lentitud. Desabrocha el botón de mi pantalón y baja el cierre. Vuelve a detenerse… aunque esta vez no hace nada luego.


Solo hay silencio entre nosotros y yo me he rendido a todo. Pienso en lo que haré después de esto y en lo que pasará conmigo luego de ser usado…


– No puedo –susurra y su voz se quiebra como si estuviera llorando.


– Sí puedes –murmuro cerrando los ojos– Vamos, hazlo de una vez.


– ¡No puedo hacerlo, maldita sea! –gruñe golpeando el colchón al lado de mi cabeza.


Abro los ojos por el susto y veo su rostro sobre el mío. Sus ojos rojos por las lágrimas contenidas y su mirada atormentada me dejan mudo.


– No puedo hacerte esto –cierra los ojos y agacha la cabeza– Este no soy yo. Lo siento, Nathan. No quiero hacerte daño –.


Estoy un tanto sorprendido e incrédulo con respecto a lo que dice.


– ¿Creerte o no creerte? –murmuro mirándolo con duda.


Soy consciente de que mi actitud es distante, pero creo que es porque no he podido recuperarme del impacto inicial, cuando el trató de forzarme y comenzó a tocarme. No puedo borrar su mirada cruel. Se veía dispuesto a todo sin importar el daño que causaría.


– Créeme –musita.


Pone sus manos en mis hombros y el contacto de sus dedos contra mi piel desnuda me hace querer huir lejos.


– Por favor no me lastimes –susurro retorciéndome.


Puedo tener solo diecisiete años, pero mi reacción no es exagerada. El hecho de que este hombre haya estado a punto de violarme, de verdad fue algo traumante, y más traumante aún es que ése hombre es la persona que me gusta, y posiblemente, la persona que amo.


Ry retira sus dedos uno por uno y se aleja de mí, dejándome en la cama con la mirada perdida en el techo.


– Yo he querido tener muchas cosas contigo, desde que te vi y te tuve a mi merced. Puedo aceptar todo lo que quieras hacerme, incluso las cosas malas, pero quiero que sepas que tú nunca me diste una oportunidad, ni siquiera me lo insinuaste, Ry, entonces ¿Por qué estuviste a punto de hacer algo tan horrible? Todo tiene un límite ¿sabes? Incluso las venganzas –murmuro.


Quiero seguir diciéndole miles de cosas más pero él se ha ido de esta habitación, así que no tiene sentido seguir hablándole a la sombra de una persona que ya se ha marchado.


Y aún, a pesar de todo, no puedo rendirme a sentir lo que siento por él. Soy tan estúpido y ciego. Tan difícil de comprender para mí mismo incluso… no entiendo qué es lo que me hace ser tan así… impredecible. Estúpido y tonto.


– Puedes haberme causado tal miedo y tal trauma justo ahora, pero no tienes derecho a irte ahora –susurro reaccionando.


Me siento sobre la cama y miro a la puerta por la cual acaba de irse.


– No tienes derecho a irte ahora –repito con más fuerza.


Estoy comenzando a volver del shock y no me importa si lo que digo es coherente o no. No me importa si mis reacciones son equivocadas y para nada razonables, sólo hay una cosa que puedo saber con seguridad: no quiero que Ry se vaya.


Me levanto con las piernas temblorosas y doy un paso luego de otro lentamente, como si estuviera aprendiendo a caminar. Llego a la puerta pensando que ya es demasiado tarde, y no sé si es debido a esa razón o a que todavía tengo un poco de miedo, pero estoy llorando con fuerza.


“Qué penoso soy” pienso hipando.


Abro la puerta y salgo fuera de la habitación. Tropiezo con mis pies y veo hacia la derecha del pasillo, como si mis ojos se vieran atraídos por una fuerza magnética… y allí está él, en el suelo, arrodillado y de espaldas a mí.


– No tienes derecho a irte –digo con voz trémula– Así que vuelve aquí ahora mismo, Ry –.


Mi voz adquiere un tono más seguro a medida que voy formando la frase.


– Ry, vamos, ven aquí –murmuro.


Camino lentamente y tropiezo con mis pies por lo que debo apoyarme de la pared. Estiro la mano y trato de tocarlo, pero aún está muy lejos.


– Ry –murmuro.


No necesito que él me diga nada. No hace falta. Sé muy bien por lo que debe de estar pasando ahora… y sé que todo lo que siente es malo. Nadie tiene derecho a sufrir solo.


– No seas egoísta, por favor. Comparte tus miedos y sufrimientos conmigo. No necesitas estar solo, Ry –.


Logro llegar a su lado y me arrodillo frente a él. Sus hombros se agitan con rapidez, como si le costara respirar y se ve… atormentado.


Sorbo por la nariz y levanto su cabeza poniendo mi mano bajo su barbilla. Él me mira derrotado y no necesito que me diga nada. Su mirada lo dice todo.


– No hay nada que podamos hacer ahora –sonrío melancólico– Lo hecho, hecho está. Ahora hay que arreglar lo que se puede, sin lamentos –.


Limpio mis lágrimas y lo miro con una sonrisa temblorosa, sólo quiero transmitirle tranquilidad. Puedo entender que ha sufrido un cambio muy grande. Es decir, pasar de ser una persona heterosexual a una homosexual, es, de cierto modo, un poco impactante… es solo que hay personas que lo aceptan de mejor manera que otras, como yo. Y luego están las personas como Ry, que lo aceptan de una forma agresiva y reticente…


– No me sonrías cuando por dentro aún estás temblando de miedo –murmura con la voz ronca.


Las lágrimas no se detienen y debo dejar de tocarlo porque los sollozos aumentan más y más. Me tapo el rostro con ambas manos y dejo salir todo lo que aguanté… sin embargo…


– Sin embargo no quiero tener que alejarme de ti –lloriqueo.


En un impulso, me acerco muy rápido, sin darle tiempo a evadirme, y me aferro a su cuello. Lo abrazo con fuerza y lloro en su hombro.


– Pareces una chica –murmura con una sonrisa en su voz.


Sonrío muy a mi pesar, pero me alegro un poco. Al menos está bromeando. Cualquier cosa sirve mientras deje de culparse y recriminarse por haber actuado como un imbécil.


– Soy un chico, idiota.


– Yo también.


– Es un gran problema –susurro con ironía.


– Lo es.


– ¿Qué hacemos? –pregunto suspirando.


Quiero limpiar mi nariz ahora que he logrado calmarme un poco, sin embargo no quiero alejarme de su hombro. Estoy seguro que mi cara es una mierda.


– No lo sé –responde Ry.


Poco a poco voy sintiendo las manos de Ry rodeándome, correspondiendo mi abrazo con la misma fuerza desesperada y comenzando a aceptar lo que es.


– Ry… ¿Yo te gusto? –pregunto con un poco de incertidumbre.


Puede que él haya venido aquí solo para matarme. Al inicio ese fue su objetivo, después de todo así lo conocí… parece imposible que haya cambiado su modo de ser sólo porque yo lo he perturbado físicamente. Siempre mostró esa conducta homofóbica hacia mí, pero en las últimas horas… las palabras de Max comenzaron a ser ciertas.


Ry comenzó un cambio interno, pero ¿El cambio fue suficiente como para que yo le guste? ¿O solo fue suficiente para que sea más abierto de mente hacia los homosexuales? Eso es lo que me tiene con duda, porque yo estoy muy seguro de que lo amo… es ridículo y estúpido, lo sé, pero me enamoré a primera vista y hace muchos años. Sólo quiero que él sea capaz de corresponder mis sentimientos aunque sea un poco…


“Por favor, no me rechaces” pienso apretando mi agarre sobre su cuello un poco más.


– No lo sé –responde muy bajo, tan bajo que apenas logro escucharlo… y hubiera preferido no escuchar.


Aprieto los ojos con fuerza y trato de digerir sus palabras. Él “no sabe” si le gusto… para mí, eso equivale a un “no me gustas”.


Así que no le gusto…


Já, qué patético de mi parte tener todas esas ilusiones desesperadas sobre que él podría corresponderme. Es sorprendente cómo cambian las emociones con solo tres palabras.


– Al menos eres sincero –digo.


Poco a poco aflojo los brazos y cuando he dejado de abrazarlo, me da mucho frío. Solo ahí recuerdo que no llevo ropa en mi zona superior. De hecho mis jeans están abajo en mis tobillos y sólo llevo bóxers…


“¡Qué vergüenza!”


Eso explica el porqué tropecé tantas veces mientras caminé hasta aquí. No quiero mirar sus ojos ahora, no quiero que me vea tan patético y destruido.


Sí, destruido, porque él ha dicho que no le gusto y eso me deja muy mal… quiero llorar de nuevo y eso que soy un hombre casi adulto.


– Yo… volveré a mi cuarto –digo– Lo siento si todo lo que hice fue incómodo y tedioso para ti. No fue mi intención, si no vas a hacer nada más, supongo que querrás irte ¿no? –.


Rio de forma desganada y me levanto rápidamente porque estoy a punto de llorar. Subo mis pantalones y trato de abrochar el maldito botón, pero mis manos tiemblan tanto que no puedo. Me doy por vencido con ello y me apresuro a irme lejos de Ry.


“Puedo amarte, pero es doloroso aceptar el rechazo…”


– ¿Quién dijo: “No tienes derecho a irte ahora”? –dice Ry deteniéndome por la muñeca con mucha fuerza, casi rozando lo doloroso.


Me muerdo los labios para detener los sollozos que no aguantaron más de la inútil supresión.


– ¿Ahora ya no me quieres? ¿Tan rápido cambian tus emociones? ¿Tan caprichoso y egoísta eres, mocoso? ¿Me quieres a veces y otras no? ¿Piensas que soy tu juguete? –.


Ésa última frase rebasó el vaso y no puedo evitar reaccionar. Giro a enfrentarlo con la mano lista para golpearlo y gritarle, cuando él me sujeta ambas manos a la espalda y me golpea contra la pared más cercana.


– ¡Tú, maldito! –exclamo aún enfadado por sus acusaciones injustas– Suéltame, idiota. Dices todas esas cosas cuando tú eres quien me acaba de rechazar ¿Crees que soy idiota? ¡Puedo captar una indirecta cuando me la dan! No hace falta que me lo digas textualmente, ahora, ¡Déjame solo! No quiero ser tu amigo. No quiero ver tu cara de nuevo. No quiero ser objeto de tus burlas. Aunque sea gay, soy una persona y tengo sentimientos igual que cualquier otra ¿Sabes? No sé qué es lo que quieres que haga, tú eres muy difícil de leer ahora. No sé si sientes asco hacia mí o no, pero apareces al lado de mi cama y tratas de violarme. No sé si te intereso o no, pero te arrepientes de hacerme daño. No sé si te gusto o no, pero sólo dices “no lo sé” ¡Eso significa no! Yo puedo haberme enamorado de ti, pero no puedo soportar el dolor de ser rechazado, ¡Así que por favor déjame solo para poder revolcarme en autocompasión! –.


Termino agitado y gritando a viva voz, pero al menos he dicho todo lo que tengo dentro. Solo que tal vez dije una o dos cosas de más. Ahora sí que no puedo mirarlo a los ojos.


Apoyo la cabeza en su pecho ya que aún mantiene mis manos inmovilizadas.


– Anda, búrlate –murmuro.


– Nunca dije no, sólo dije no lo sé –responde.


Frunzo el ceño y pienso… ¿Se refiere a la pregunta que le hice sobre si le gusto? Eso quiere decir que… ¿todavía hay una posibilidad de le guste?


Levanto la cabeza con lentitud y lo miro a los ojos ignorando mi mal aspecto. Ry sonríe de medio lado y me guiña un ojo. Creo que mi corazón vuelve a latir otra vez.

Notas finales:

Y hasta aquí llega esta historia... aklsa no, es una broma, todavía le quedan un par de caps más... la próxima actualización será el Lunes 30(? de mayo... besoos y que tengan un buen inicio de semana c:

https://www.facebook.com/DeepdesireFic


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).