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Cuando dos almas se reencuentran por kurerublume

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Notas del capitulo:

noticia: le quedan dos capítulos a este fic ^^ no sé si alegrarme o entristecer... o ambas jaja en fin, espero disfruten este cap, este en particular, me generó muchas cosas al escribirlo, es que no sabía si ser más cruel o piadosa xD así que bueno, este fue el resultado.

Llegó el tan esperado día, la razón por la que los últimos meses todos estuvieran tan nerviosos y exhaustos, el día de la competencia nacional de kendo. Todos fueron citados a las 4am frente al gimnasio de la escuela, y todos abordaron un camión que los llevaría al lugar destinado, tardarían al menos 2 horas en llegar, pues se encontraban algo alejados de la ciudad central y de la que sería la sede de dicho evento. En el transcurso del viaje, el capitán estuvo un poco taciturno, observando el paisaje sin que nada más le distrajera, su barbilla estaba recargada en una de sus manos, sólo esperando a que llegaran.


Mizuki había optado por “dormirse”, que consistía básicamente en estar en su asiento sin hablar, mantener los ojos cerrados y así evitar cualquier conversación, y no por que los demás fueran molestos, simplemente no quería hacer algo más en esos momentos, debía calmarse un poco… básicamente eso era lo que había intentado hacer los últimos días desde aquel incidente.


Por fin llegaron, todos comenzaron a descender, lo único molesto era que Kazuno estaba en la puerta esperando que salieran del transporte, comenzó a ponerse nervioso jugando con sus manos. Nada pasó, simplemente ese fue el momento en el que sus cuerpos habían estado más cerca en esas dos semanas, pero ni una palabra.


Lograron encontrar su lugar asignado, aquella sede era enorme, y ya había bastantes personas dentro de él, todos nerviosos. Se quitó su chamarra, ya tenía su vestimenta para el combate, ya tenía todo para enfrentarse con quienes iban a ser sus oponentes en unas horas más. Obviamente horas, porque fue la ceremonia de inauguración, la asignación, las listas, entre otros asuntos. El rubio dio un pequeño discurso, animando a su equipo:


-Así que no lo olviden, venimos aquí a demostrar…a nosotros mismos y a los demás. No están solos, todo un equipo les respalda, hagan que cada integrante se sienta orgulloso de su desempeño, ¡disfruten y salgan victoriosos!- y todos comenzaron a gritar.


El primero en pasar fue Mizuki, debido a la categoría. Kazuno se le acercó.


-Tranquilo, sé que no necesito decírtelo, pero sé que ganarás este encuentro. Recuerda que todo nuestro equipo te respalda, tienes nuestro apoyo- y se colocó detrás del azabache antes de que diera el primer paso para su pelea.


-Yo sólo quiero tu apoyo…


-¿Todo bien?


-Sí- y dicho esto, comenzó el encuentro. Uno, dos, tres golpes y el contrincante cayó, Mizuki había sido muy rápido y certero, parecía ser el encuentro que había durado menos, apenas unos segundos. Ver aquello animó de sobremanera a todo el equipo, quienes gritaban eufóricos. Después de unos segundos, salió victorioso el azabache, pues el otro se había lastimado el tobillo intentando defenderse. Una victoria que animó a todos. El ojigris se dio cuenta que también se había lastimado su pie izquierdo, comenzó a cojear un poco. No quería que nadie se preocupara, así que fue a los vestidores a ponerse un poco de pomada, no pensaba que pudiera ir a mayores.


Al final, el capitán tuvo se encuentro, su contrincante era un poco más alto que él. Se desanimó cuando no vio al azabache cerca, pero bueno, no podía hacer más. Después de unos minutos, celebraron la quinta victoria del día, claramente el rubio iba demasiado confiado y esa confianza se intensificó más y más hasta que cayó la noche. 10/15 victorias, en definitiva, un muy buen día para todo el equipo, todos se encontraban ya agotados. Era hora de irse, la ceremonia de clausura había finalizado.


Kazuno recogió todas sus cosas, comenzó a contar a su equipo y alguien faltaba, Mizuki. Cuando iba a preguntar a los demás si le habían visto, una mano se posó en su hombro.


-Lamento la demora, me distraje con unas cosas


-No te preocupes, justo iba a preguntar por ti y busc… Mizuki, ven conmigo. Los demás, pueden ir a comprar algo y en 10 minutos nos vemos en el transporte para irnos- esperó a que todos se fueran para seguir hablando, se agachó y de su maleta sacó vendas- Apóyate en mí, vamos a los vestidores. No puedo creer que no me hayas dicho antes.


-¡No! Ya… ya estoy bien, sólo necesito reposar un poco. No te lo dije porque… no era necesario.


-Dios… bien, si no me queda de otra- dicho esto, cargó al azabache, como una princesa. Qué vergonzoso. Lograron llegar a los vestidores y con sumo cuidado el ojimiel colocó a su compañero en uno de los asientos. Se agachó, flexionado ambas piernas y le quitó el calzado al otro.


-Puedo hacerlo por mi cuenta, Kazuno.


-¿Qué dices? No tomé el curso de primeros auxilios en vano. Confía en mí- y levantó el pie del azabache, colocándolo en su muslo, comenzando a vendarlo con sumo cuidado después de haberle dado un pequeño masaje, intentó ignorar el claro nerviosismo y un suspiro que dio el ojigris. Por mucho que se concentrara, ver a Mizuki con las piernas un poco abiertas y suspirando generó que una “ligera” erección despertara en el rubio.


Cuando iba a terminar de vendarle, se movió un poco, generando que el pie del menor resbalara. Grave y pésimo error. Pues para que no cayera apretó sus muslos, atrapando el pie del otro entre sus piernas, tocando su erección.


-¡Ghnm!- gimieron los dos, uno de placer y otro de sorpresa. Ambos se quedaron mirando, sus ojos estaban muy abiertos.


-¡Lo siento!- dijeron al unísono, el rubio rápidamente tomó, nuevamente, el pie de su compañero para terminar con su labor. Se incorporó y ayudó al azabache, colocando aquel brazo sobre su hombro. Prefirieron no decir nada en todo el incómodo trayecto hasta el camión. Una vez ahí, Kazuno le pidió a uno de sus amigos que le ayudara al ojigris a entrar y tomar asiento.


En el camino la mente de ambos no dejaba de repetir una y otra vez lo sucedido. Ambos se sonrojaban de inmediato, lo mejor para el azabache fue dormirse de verdad esta vez. Despertó cuando escuchó más y más voces, habían llegado al colegio. Eran alrededor de las 8. Todos bajaron, se despidieron, se felicitaron quizás por décima vez en el día y se marcharon. Varios se habían ofrecido a acompañar a Mizuki a su casa, pero este se negó, argumentando que su familia vendría por él. El único que sabía que aquello era mentira era el rubio.


-Entonces, ¿a qué hora llegará tu familia?


-Pronto, me dijeron que tardarían un poco más. Lo mejor es que vayas a tu casa, Kazuno. Yo me quedaré aquí un rato.


-Bien, dime si prefieres que me quede contigo o admitir que estás mintiendo para poder acompañarte a tu casa de una vez. Estoy muy cansado ¿sabes? Te agradecería que escogieras la segunda opción


-Kazuno…basta. Por favor.


-Vamos, no dejaré que un compañero lastimado se vaya a su casa solo.


-Compañero…supongo que tienes razón- y su semblante ensombreció un poco, le había dolido que lo llamara así. Se suponía que seguían siendo amigos ¿no? O todo lo había pensado sólo él, sólo sabía que dolía.


-Sí…bien ¿nos vamos?- y tomó ambas maletas- venga, apóyate en mí.


-Así está bien


-Insisto- jalando del brazo al azabache- no debes de apoyar ese pie, mañana al médico, no te olvides por favor.


-Bien- musitó sin querer ver la cara del rubio, otro incómodo trayecto, ahora hacia su casa. Genial. Hubo un momento en el que el menor se cansó, le dolía bastante… todo. Sin querer se apoyó en los hombros del rubio, quedando de frente.


-Ya casi llegamos Mizuki. Descansa el tiempo que necesites- El otro sintió la respiración del rubio sobre sus labios, alzó la vista y después de tanto tiempo, miel y gris volvieron a fusionarse, a brillar. El menor apretó sus manos, volvió a bajar la vista, seguía avergonzado.


-Kazuno… Kazuno, bésame. Aunque te tenga asqueado y ya no quieras hablarme ni ser mi amigo. Por favor, una última vez, bésame.


-No digas eso


-¿Por qué no? ¿Tanto me has llegado a aborrecer?- comenzó a llorar, su voz estaba flaqueando.


-No es así. Mizuki tú tienes novio, esto no está bien. Vámonos.


-No- tomó su maleta- hasta aquí llegas, querido amigo. No volveré a pedirte nada más. Pero no olvides algo, siempre te querré.


-Espera… ¡Mizuki!


-¡No! Te lo he dicho, hasta aquí llegas tú. Si pretendes seguirme no podré controlarme. Querré hacer de todo contigo, sin condón, te pediría más y más hasta que me desmayara de placer. ¿Eso quieres?- sabía que era algo bajo, demasiado bajo. Pero parecía ser la mejor manera de quitarse a aquel rubio de encima, le molestaba tener que decir todo eso, su garganta quemaba, pero en parte era cierto, quería besarlo, tocarlo, sentirlo más cerca y más profundo en su ser. Lo único que le había dado gracia fue el tono de cinismo.


Sin nada más que decir, le dio la espalda a su amado rubio.


-Eso quiero Mizuki. Sólo hasta saber que eres completamente mío- susurró, pero no demoró en volver a estar junto al azabache- No digas eso Mizuki, te acompaño.


Y así, dos sonrojadas siluetas se perdieron en la noche para llegar a la casa de uno de ellos. Sólo se despidieron al llegar, anhelando ese beso.

Notas finales:

Ya prometo que lo que sigue obviamente será majestuoso, espero jaja. y llegará el hermoso, precioso, magnífico lemon <3 hasta yo ya estoy de...¡¡ya!! xD el próximo jueves nuevo cap. No duden en hacerme saber qué tal les ha parecido este cap y los anteriores. Un saludo a Mariela y a la otra personita :3 ya tengan un poquito más de paciencia jaja


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