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Cómo joder a tu ex. TERMINADO por Ritsuka27

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Notas del capitulo:

Hola :) como podrán ver cambié el nombre para hacerla un poco más llamativa la historia jeje, no sé, el nombre original no me parecía pero en fin xD siento haber faltado el fin de semana pero aquí está la continuación. ¡Disfrutenla!

Capítulo 10

 

Después de aquél terrible (y delicioso) incidente del beso con Laura, mi relación con ella cayó en picada, como un avión que de repente se ha quedado sin combustible y planea directo hacia el desastre. Ni ella ni yo éramos unas chiquillas tontas y sabíamos que la atracción era mutua. Yo la deseaba y ella me deseaba. De no haber sido por mi hermano, sin duda ahora tendría su cabeza entre mis piernas disfrutando de… bueno. No creo que sea necesario aclarar ese punto.

El resto del día me la pasé en cama, tendida como una muñeca sin baterías y esperando el momento exacto para confesarle a mi hermano lo que pasó con Laura. Tenía la resolución de hacerlo y terminar de una maldita vez con todos los problemas que estaba ocasionándole, y me importaba un bledo si mi ex novia estaba en desacuerdo o negaba todo lo sucedido.

Debíamos de matar esos sentimientos de raíz. Cortarlos y quemarlos para después arrojar los restos dentro de un reactor nuclear. Yo no quería tener una aventura con Laura y estaba segura de que ella se sentía igual con respecto a eso. Además en sus ojos podía ver que estaba enamorada de mi hermano. Las dos lo queríamos mucho. Hacerle daño nos hería a ambas.

Ese día no volvimos a cruzar palabra, ni lo intentamos. Bien sabía ella y yo que las cosas no podían continuar de esa manera y lo único que podíamos hacer era evitarnos hasta que las vacaciones se terminaran y ella regresara con mi hermano a la otra ciudad. Sólo así yo podría continuar con mi vida. Las cosas se decían fáciles, pero no lo eran en lo absoluto, sobre todo porque indiscutiblemente sí pasábamos por momentos en los que nos era imposible no ignorarnos.

En el transcurso de los días, a nuestros padres les daba por preguntarnos qué tal nos iba. Yo siempre estaba al pendiente de qué contestaba Laura, como si su vida me fuera a parecer interesante. Y si las cosas no habían estallado en nuestra casa era por nuestra cobardía de expresarle a Marco que ella y yo habíamos sido una dulce pareja en la secundaria.

Supongo que el daño iba a ser más grande, y decidimos que sería mejor mantenerlo en secreto y soportar lo que viniera. Después de todo las dos nos lo buscamos y todo por andar de calientes, tentándonos cuando Laura bien sabía que, a pesar de toda mi heterosexualidad que estaba poniéndose a prueba, ella me seguía gustando. Era como verse atraía por un imán. En un momento no se siente nada, pero a medida que te acercas, el deseo se vuelve incalculable e ineludible.

Yo no dejaba de mirarla discretamente cuando se paseaba por la casa con sus alegres vestidos, ni cuando ayudaba a mi madre en la cocina y mucho menos cuando salía de baño, con el cabello húmedo y la piel perfumada. Me costaba sacarla de mi cabeza, y me maldecía por eso a cada instante, igual que si viera una película de terror que me sobrecogía, y sin embargo, incapaz de apartar la mirada, allí estaba yo sufriendo.

Cierto día Marco entró a nuestra habitación y tomó la litera de arriba. Estar con él también se había vuelto incómodo, y cada vez que se refería a Laura como la mejor novia del mundo, yo me reía en silencio porque él no conocía a Laura al mismo nivel que yo. A puesto a que ni siquiera habían estado desnudos en la misma cama. Vale. Yo tampoco.

—¿Sabes si hay algo que le moleste a Laura?

—¿Qué? No se nada. Ya te había dicho que esa chica es algo tonta.

—Pensé que te caía bien.

Estaba revisando las fotos de mi teléfono, y de no haber sido por el comentario de Marco, hubiese seguido relajada. Miré a la litera de arriba y lo imaginé acostado y preocupado por lo que le estaba pasando a su novia. Era cierto que en los últimas días Laura parecía estar evitándolo. Nos lo había contado a papá y a mí cuando mamá y mi ex salieron de compras (ya era como de la familia, y mi madre estaba encantada).

—¿Qué quieres decir? Me agrada y mamá la adora. Es como la fabulosa hija que nunca tuvo. Debería de marcharme y dejar que ella sea mi remplazo.

—Es sólo que… está rara. ¿Puedo confesarte algo íntimo?

Suspiré. Se lo debía a Marco. Cuando tuve mi primera regla, incómodamente él había sido la primera persona en saberlo, y le hice pasar por un momento tan odioso al pobre hombre… me daba risa con sólo recordarlo.

—Te escucho.

—El otro día… estábamos a punto de tener sexo.

Ya comenzaba a sentir mareos.

—Estábamos desnudos…

Joder. Ahora sí que me sentía superada por mi propio hermano.

—Y bueno, ella estaba usando su boca…

—Marco omite los detalles.

—De acuerdo, lo siento. Y justo cuando… bueno…

—¿Ibas a meter el tren en el túnel?

—Sí. Laura se puso a llorar.

—Bueno. Es normal.

—No, tonta. Se puso a llorar y dijo que no estaba lista para eso. Y que… siempre había estado esperando al momento y a la persona ideal. Eso me hizo pensar que en su corazón ella no me ve como el amor de su vida. Lo comprendo ¿sabes? Somos jóvenes, y todavía así, duele. Es como si a pesar de estar juntos, ella tuviera la visión más allá, esperando conseguirse algo mejor que yo. A veces pienso que todavía está enamorada de su ex.

El corazón se me subió a la garganta. ¿Cómo que enamorada de su ex? ¿Qué sabía marco de eso?

—Eh… ¿ex?

—Sí. Me contó que tuvo un ex novio justo antes de mí. Se conocieron en la secundaria, pero el muy perro la dejó sin explicación alguna.

—Ah.

Uff. Entonces Laura sí que le había contado a Maro lo nuestro, pero omitiendo los detalles más importantes. Bueno, eso me parecía algo sensato y honestamente me liberaba un poco. El pasado de su novia no era tan desconocido como imaginábamos.

—El punto es que creo que ella todavía ama a esa persona. No estará lista para lo nuestro. Dijo que él fue su primer amor. Es algo duro cuando la chica que quieres te cuenta eso ¿no? Y desde entonces me la he estado pasando mal para contener las ganas de llorar.

—Marco… —susurré con tristeza.

—Es difícil no sentirse mal. Me preguntaba si tú… podrías hablar con Laura. Es cosa de mujeres, obviamente. Y supongo que se sentirá mejor hablándolo contigo que conmigo. Desde ese incidente en la cama, ella no ha querido ni besarme. Lo hace frente a nuestros padres para fingir que las cosas van bien. Cuando ya no pude con eso, yo se los conté a papá y a ti. ¿Lo harás?

Tuve que pensarlo en cuestión de segundos.

—Sí. Le preguntaré que le pasa.

—Perfecto. Está en la habitación.

 

Antes de arrepentirme fui a ver a mi ex. Entré sin tocar y la vi tendida en la cama mirando la televisión. Efectivamente lucía triste y somnolienta. Me senté a su lado y le quité el control que tenía sobre el pecho. Ella ni siquiera se inmutó y suspirando, volvió sus ojos azules hacia mí.

—¿Que?

—Marco me envió a hablarte. El pobre está muy preocupado por ti. Dice que su relación va un poco mal.

—Sí. Es cierto —respiró despacio y cerró los ojos —. Las cosas se nos complicaron mucho últimamente y tú ya sabes por qué.

—¿Estás enamorada de mí?

Solté la pregunta sin ponerme a pensar en si de verdad quería escuchar la respuesta. Quise decirle que no me respondiera. Fue tarde.

—Sí. Lo estoy.

Enseguida, Laura se puso a llorar. Y yo también dejé ir una modesta lágrima de enojo y frustración. Ella también me gustaba. Tal vez la frase “no QUIERO tener una relación con ella” debería cambiarse por “no PUEDO tener una relación con ella”.

—Lo siento mucho. No pensé que fuera a pasar. Cuando Marco dijo que vendría, quise verte. No creí que tu recuerdo fuera a pegarme con esa intensidad. Creo que me tengo que ir. He estado pensando en salirme de la casa e ir a un departamento. Tenía pensando decírselo a todos mañana en el desayuno.

—Mi madre se preocupará si cambias de decisión. A estas alturas ella te ama y si te vas, bueno, saldrá a la vista que tienes problemas con Marco y le harás pasar un peor momento al pobre.

—Lo sé. También lo he contemplado. ¿Qué debo hacer? Es tan difícil. Pensé que podría simplemente amar a Marco y a ti… quererte. Ser tu amiga íntima y disfrutar de tu compañía. Vaya lío en el que nos metimos.

No era toda culpa suya. Pude haber impedido mis recuerdos, y mi tonta decisión de aceptarla como parte de mi vida. Sin querer bajé mis defensas y dejé que Laura volviera a meterse en mi sistema, como un delicioso virus.

Y puedes llamarme loca e incoherente, pero verla llorar sólo avivó mis sentimientos de comérmela a besos. De quitarle esos pequeños shorts de pijama y terminar el trabajo que mi hermano comenzó. No creas que eso no hizo sentirme mal. Me daba asco yo misma, y por desgracia ese era muy problema mío y tendría que ser yo quien lo solucionara.

—Bueno, Laura, piensa bien en lo que harás. Lo nuestro no funcionaría ¿lo sabes? Amo a Marco porque es mi único hermano y ya le hemos hecho bastante daño.

—Estoy de acuerdo con eso. Ya quiero que las vacaciones se terminen. Volveré con él y luego… pienso entregarme completamente.

—¿Entregarte…? Es decir.

—Sí. Darle el tesorito.

Las dos nos reímos, aunque yo sentí un pinchazo en mi corazón.

Un fuerte pinchazo.

—Entonces ¿seguirás siendo la novia de mi hermano?

—Sí.

—No quiero que estés con él por lástima ni compasión. Él te ama de verdad.

—Lo sé, Tania. No soy tan tonta. Él es excepcional. Y tiene… una muy buena razón.

—¿Qué?

Al sonrojarse y sonreír con coquetería, me di cuenta de a qué gran parte de mi hermano se estaba refiriendo, y aunque sentí un absurdo orgullo de hermana menor, en el fondo también me puse un poco mal. A Laura comenzaban a gustarle los chicos, mientras que a mí me sucedía todo lo contrario.

—Gracias por escucharme, Tania. Tenía que decirte estos sentimientos.

—Está bien expresarlos. Entonces, a partir de mañana, has las paces con él y estén bien. Mira, Laura, yo no valgo la pena en lo absoluto. Sólo me queda buscar a alguien que me aguante.

Los ojitos azules de Laura se abrieron como platos.

—¿Dices que buscarás novio?

—Sí. Para…

—Olvidarte que también sientes deseo por mí. Eso es patético ¿no crees?

—Tampoco es que esté tan interesada en los hombres últimamente. Gracias a ti, por cierto. Y además… necesito dedicarle mi atención a alguien más. Le diré a Ximena que me presente a unos de sus amigos. Sé que suena ridículo que ande desesperada cazando pareja, pero es algo que quiero demostrarme ¿comprendes? Y no sé… tal vez logre hallar a alguien lo suficientemente bueno como para dejar de lado todos estos sentimientos que tengo por ti. Es lo mejor para las dos.

—Sigo pensando que es tonto.

—Bueno, tú te volviste la novia de mi hermano sólo para andar de chismosa sobre mí.

Inevitablemente mi ex se sonrojó como un semáforo y desvió la cara.

—Cómo quieras, Tania. Ten buena suerte.

—Igual tú.

No sé por qué, pero salí sintiéndome peor de lo que entré.

 Como no podía retirar mis palabras, decidí llamar a Ximena por la mañana y preguntarle si no tenía algún amigo interesado en conseguirse una novia. Claro, ella también se rió de mí por mi absurda desesperación de buscar pareja, y yo no pude sino darle la razón. ¡Dios! Es que no había hombres buenos en el mundo. Y honestamente la visión de los senos de Laura seguía enganchada en mi cabeza. Incluso cuando la miré aquella mañana en el desayuno, me fue imposible no apartar la vista. Ella no es muy voluptuosa, de hecho. Tiene las medidas exactas y promedio, aunque no por eso es menos deliciosa a la vista y desde la secundaria se puso más sexy.

—Pues no tengo, ¡Já,já! Lo siento, amiga. ¿Por qué no le preguntas a Camila? Alguno de los muchachos que están prendidos por ella estará de acuerdo en andar contigo.

—Ah, olvídalo. Si voy con Camila mi fealdad sólo la hará parecer más sexy de lo que ya es.

—Camila quedó muy sensual ¿la has visto jugando al voleibol? Se pone ese uniforme y créeme que para nadie es indiferente. Tiene unas piernas muy bien formadas y…

—Parece que te gusta Camila.

Ximena, que siempre parecía drogada, se rió.

—No seas tonta. A mí me gusta otra persona. En fin. Buena suerte. ¿Por qué no te metes a uno de esos grupos de Facebook?

—Qué horror. No lo haría. Prefiero conocer a alguien en persona. De todos modos, gracias. Creo que saldré a caminar un rato para despejarme la cabeza. Nos vemos, Ximena.

—Chau, cosita. Te quiero.

Sí. Siempre hasta arriba con ella.

Me puse unos pants deportivos y una camiseta. No sólo saldría a caminar, sino que haría algo de ejercicio. Até mi pelo en una cola de caballo y aproveché la mañana fría y nublada para salir a dar una vuelta. Al menos no sudaría tanto.

No fue tan buena idea después de todo, porque el viento era tan fuerte que arrastraba el polvo y las hojas de los árboles hasta mi cara. Un perro me ladró y me dio tanto miedo que casi me mojo, en el mal sentido de la palabra. Un niño me golpeó la cabeza con su disco y por un mal paso me torcí el tobillo. ¡Genial! Ahora ya no podía ni correr. Estaba lejos de casa y todo empeoró cuando al cielito lindo se le dio la puta gana de orinar sobre mí.

Con la piel helada, el cabello hecho un desastre y muchas ganas de que me pegara un rayo por la lluvia, empecé el lento camino hasta mi hogar. Realmente no quería ir porque eso significaba estar a la vista de Laura y ya que Marco también estaba allí, bueno… sí. Lo acepto. Saber que mi ex novia iba a entregarle la virginidad a mi hermano me jodía mucho. Y hasta me enojaba.

—¡Estoy celosa! —exclamé. Por suerte nadie me escuchó, y el tobillo me estaba matando.

Fue entonces que un coche se estacionó justo a mi lado. La ventana se bajó. Adentro sólo estaba una mujer, y claro, no podía ser otra sino Camila. Miré al cielo.

—Gracias —dije sarcástica. Y entré a su auto.

—Literalmente estas muy mojada.

—Voy a pescar un resfriado, pero gracias, Cami. Me salvaste.

—¿Vamos a tu casa?

Me lo pensé dos veces.

—Supongo que sí. No me queda de otra.

—¿Quieres venir a mi departamento? Te puedo prestar ropa. No pareces muy segura de querer volver.

Era tentador. Podría pasar tiempo con alguien conocido y además seguramente Camila tendría algún muchacho a sus pies que se interesara por mí. Ni siquiera le había contestado cuando ella volvió a la carretera y enfiló justo hasta su departamento. 

Notas finales:

¡Wao! ahora sí CAmila haciendo sus movimientos jeje ¿qué les ha parecido? Esa chica tiene mucha confianza en sí misma ¿verdad? bueno, espero que el capi haya sido de su agrado y gracias por tomarse el tiempo de leerme. REcuerden que si gustan pueden dejarme un comentario exponiendo su opinión, lo que les gustó de la historia, lo que no, lo que piensan de las chicas, en fin jaja, un gusto saludarles y nos vemos :) 


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