Bruce revisaba las pupilas del ojiazul, parecía estar todo bien, revisó el pecho, la espalda e incluso el abdomen del chico con un estetoscopio, nada extraño.
- Debe ser una simple indigestión, el desayuno te ha de haber caído muy pesado, déjame buscar algún antiácido y con eso te sentirás mejor, procura no comer del stroganoff de Nat, solo consume alguna ensalada y cena ligero.
- Gracias Bruce – Bucky se levantó de la camilla, era una suerte que la torre conservara el consultorio de la doctora Helen.
- Aquí tienes – el ojiverde le entregó una caja con las medicinas – y no olvides tomar muchos líquidos.
Steve esperaba impaciente afuera de la habitación, cuando el castaño salió, por fin se pudo tranquilizar.
- ¿Y bien? – el rubio tomó a su chico de la mano.
- Al parecer fueron los pancakes de Clint – el castaño se sonrió – aún así, Bruce me dijo que evitara cualquier comida vengadora.
- Oh Buck – cuando Steve veía sonreír al castaño era como ver magia, sus finos labios, sus dientes perfectos y esa felicidad que había comenzado a transmitir era todo lo que el rubio necesitaba para vivir lleno de dicha. Lo tomó de la mano y caminaron a la sala.
- ¿Quieren ver una película chicos? – Pietro los invitó con la mano – Estamos decidiendo entre Nosferatu o Frankenstein.
- Es una buena película - agregó Steve - ¿Quieres verla?
- Seguro – apretó su mano el castaño.
- ¿Cuál de las dos?
- Nosferatu, aunque es muda, cuenta la historia…
- Cap – interrumpió Clint – si la película es muda, entonces olvídenlo, veremos Frankenstein.
- Vale, ven Buck, tomemos un lugar – jaló a su castaño y se sentaron en el suelo, ya que Pietro estaba de un lado del sillón y Clint del otro.
La tarde transcurrió tranquila, no hubo mucho que hacer mas que ver películas, se llegó la hora de la cena y le tocaba a Nat prepararla. Como buena rusa se esmeró en que el plato quedara perfecto. Llamó a todos a cenar, y cuando Bucky iba a tomar su asiento, Natasha le sirvió un plato de pescado simple.
-¿Qué es eso? – Bucky se sorprendió por que la rusa se hubiese tomado la molestia de cocinar extra.
- Tenemos que cuidarte, Steve y Bruce me matarían si ven que te sirvo algo tan pesado.
- Gr… Gracias – la miró con una sonrisa.
- Provecho – le devolvió una rápida sonrisa y se apresuró a acomodar los demás platos.
Cuando se fueron a dormir, Steve volvió a notar que Bucky no se encontraba muy bien, la palidez regresó a su bonito rostro. El castaño se recargó sobre el tocador.
- ¿Estás bien? – lo abrazó por detrás.
- Si, sí, debe ser lo que me dijo Bruce…
- Bueno, voy a cepillarme los dientes.
- Va, te espero en la cama.
Durante la noche, Bucky no dejaba de moverse, lo que puso en alerta a Steve, al principio había sentido al castaño algo caliente, como su tuviese fiebre, pero luego desapareció el síntoma, lo que si no dejaba de hacer el castaño era quejarse entre sueños. Un sudor frío lo invadió súbitamente. Steve temía que las pesadillas habían regresado y lo abrazó por detrás, sabía que cuando Bucky lo sentía, el castaño se calmaba como por arte de magia. Pero esta no fue la ocasión.
- Buck, Bucky, despierta mi amor – lo movió suavemente hasta que el castaño abrió los ojos.
- ¿Stevie? Me siento mal – se giró y se abrazó al pecho desnudo del rubio.
- Descuida – lo apretó contra su cuerpo - llamaré a Bruce – aún con Bucky abrazado alcanzó el intercomunicador y presionó el botón del dr. Banner.
- ¿Hola? – Natasha estaba más dormida que un muerto.
- Nat, perdona que moleste a estas horas ¿podrías despertar a Bruce?
- ¿Bucky sigue sintiéndose mal? Si, espera un segundo.
- Si, no sé que tiene.
- ¿Hola? ¿Steve? – el doctor Banner sonaba al otro lado – Lleva a Bucky a la enfermería, voy para allá.
Las dos parejas llegaron a la enfermería en medio de la noche, Bucky se sentía mal no sólo físicamente sino también anímicamente, le daba bastante pena el causar tantas molestias.
- Bien Bucky, con la fiebre, el sudor frío y las náuseas de la mañana, supongo que debes traer una infección. Son los síntomas clásicos – se frotó la barbilla – toma estos antibióticos, sigue tomando el antiácido y mañana te revisaré de nuevo.
- Gracias Bruce… - lamento causar tantas molestias.
- No es nada ¿somos todos amigos que no? Para eso estamos aquí – le palmeó la espalda levemente – Steve consíguele un poco de agua, por favor y váyanse a dormir. Con eso se sentirá mejor.
- No hay forma de agradecerte tanto, Bruce – Steve tomó al doctor por los hombros.
Se retiraron a sus habitaciones y la noche pasó normal, Bucky seguía con algunos escalofríos y muy pegado a Steve, quien no pudo dormir por el hecho de estar vigilando a su chico.
El sol salió y al parecer Bucky ya no se sentía mal, despertó primero como siempre, miró a Steve y las enormes ojeras que surcaban sus cuencas oculares.
- ¿Steve? – Bucky casi susurró y besó la mejilla del rubio.
- ¿Estás bien? – Steve casi se enderezó de golpe - ¿Te sientes mal? – lo abrazó como si de un psicótico se tratara.
- Si amor, estoy bien, no dormiste en toda la noche ¿verdad? – acarició su rostro que ya mostraba una ligera sombra de barba a las cinco de la tarde.
- Estaba preocupado por ti – besó sus labios tiernamente.
- Me siento bien, gracias por cuidarme tanto – devolvió el beso – deberías tomarte el día, estás trasnochado.
- No, no soldado, sabes bien que puedo resistir.
- Claro que no, ¿qué te parece si te traigo el desayuno a la cama?
- ¿En serio? – Steve se emocionó porque Bucky comenzaba a tener esos pequeños detalles románticos, detalles que jamás habían tenido con el rubio.
- Seguro, y luego, por favor, al menos intenta dormir un poco más ¿si?
- Bueno, es sábado, no creo que ocurra ninguna catástrofe…
- Ese es mi chico – sonrió y beso de nuevo los besos de su amado.
Todos estaban ya en la cocina, la mayoría en pijama, esperando a que Pepper terminara de servirles.
-Buenos días a todos – entró Bucky con algo menos de pena que en otras ocasiones, pero no podía evitar sentirse inseguro sin estar Steve a su lado.
-Buenos días Bucky, los huevos son muy pesados para ti, pero te preparé algo de avena ¿Steve no viene?
- Muchas gracias Virg… Pepper – se corrigió y le sonrió a la pelirroja – está algo trasnochado, no pudo dormir en toda la noche…
- ¿Te sientes mejor? – interrumpió María – tal vez sea algo que hemos estado comiendo – miró a Clint con cara de broma, quien casi se hundía en la taza de café.
- Si gracias, no está enfermo, solo que no pudo dormir…
- Necesito alguien que me cuide como te cuida a ti – sonrió María pícara.
Bucky solo atinó a sonrojarse mientras los demás lo veían divertido.
- Buenos días a todos – irrumpió Tony ya vestido en un elegante traje sin corbata y con demasiado perfume para el gusto de todos.
- ¿Algo está muerto por aquí? – entró Natasha seguida de Bruce - ¡Huele horrible!
- Romanoff, es mi perfume nuevo, se llama…
- Oh dios – Bucky comenzó a sentir un mareo de nuevo – si, tu colonia es demasiado…
- ¿Elegante? ¿Aromática?
- No, demasiado… - pero Bucky no terminó su frase, volvió a salir corriendo al baño más cercano.
- Bien, eso no es bueno – Bruce los miró preocupado – creo que debo hacerle análisis más profundos, no es normal que por todo esté…
- ¿Cantando Oaxaca? – interrumpió Clint.
- Sí, eso… - lo miró Bruce con cara de pocos amigos – Algo debe de andar mal.
- ¿A que te refieres? – la rusa le sirvió una taza de café.
- A que no es normal que tenga todos estos episodios de náuseas y mareos, estoy temiendo que el intento de suero de súper soldado empiece a fallar.
- ¡Santo Dios! – Pepper dejó caer el sartén - ¿piensas que se pueda poner peor?
- Pues… Ha estado des criogenizado bastante tiempo, su organismo estaba acostumbrado a trabajar solo por un determinado periodo y volvía a estar en reposo…
- Pero – añadió María – Steve lleva desde 2011 descongelado, ya son cinco años y a él no le ha pasado nada.
- Exacto, Steve tiene el suero del súper soldado original, no sabemos que le hayan hecho a ese pobre chico en hydra, me temo que si los efectos de lo que le hayan inyectado pierden sus efectos…
- No lo digas – Pepper comenzaba a tener los ojos vidriosos.
- Es solo una teoría, necesito examinarlo con más detalle – en ese momento, su comunicador sonó – Que suerte, es Helen Chong y está en la ciudad.
- Trata de arreglarlo Banner – María lo miró con preocupación.
- Haré todo lo que pueda
- Lo siento chicos… Pepper creo que le llevaré la avena a Steve, no me siento muy bien aún – tomó el tazón y se dirigió a la salida de la cocina – Provecho y que tengan un buen día.
Steve se desayunó la avena con un sentimiento de culpa enorme.
- ¿Seguro que no quieres un poco?
- Desayuné con los chicos antes de traértela, perdóname – Bucky odiaba mentirle a Steve, en realidad nunca lo hacía, pero no podía darle más preocupaciones.
- Está bien Buck, déjame llevar esto a la cocina – apenas se iba a levantar cuando el castaño lo detuvo con su brazo metálico.
- No lo hagas, yo lo llevo, tú regresa a dormir.
- Buck…
- Steve…
El rubio lo besó de nuevo y se recostó – cuando me despierte, te llevaré a dar un paseo por Central Park.
- Hecho soldado, ahora regrese a dormir – Bucky le sonrió y se dirigió a llevar la loza sucia.
La mañana transcurrió tranquila, Steve dormía profunda y plácidamente y Bucky doblaba ropa de Steve que había lavado mientras el rubio dormía, nunca lo dejaba hacer nada por él.
- Sabías que tenemos robots para eso ¿verdad? – Natasha lo interrumpió.
- Prefiero hacerlo a nuestro modo, en nuestros días, era un lujo siquiera tener con que planchar la ropa… - terminó de doblar la última camiseta y la guardó en el cajón.
- Son admirables… - se sonrió la pelirroja – por cierto, Bruce y Helen quieren verte en la enfermería.
- Muchas gracias Natasha, pero me he sentido bien en toda la mañana.
- Me ordenaron no volver sin ti y te llevare a rastras si así lo prefieres, Barnes.
- Bien – suspiró como queriendo decir algo, pero siguió a la pelirroja sin ánimos.
- Bucky… - se detuvo de pronto la rusa, pero vio que Clint y Wanda iban pasando - Yest' li povredit vashey spine ? (¿te duele la espalda?)
Bucky entendió la idea de repente, no quería que supieran qué le había preguntado – inogda (algunas veces) – contestó en ruso.
- Vy postradali grudnyye ? (¿te duelen los pectorales?)
- da, uprazhneniya dolzhny byt'. Pochemu? (sí, pero debe ser por el ejercicio, ¿por qué?
- lyubopytstvo (curiosidad).
Las preguntas intrigaron a Bucky, pero suponía que era solo mera camaradería.